A todos los compañeros estudiantes e intelectuales relacionados al tema de San Marcos y del desastroso perímetro que la Municipalidad de Lima pretende construir cercenando territorio de la Universidad, quisiera manifestarme en el debate por la integridad de San Marcos con el tema de la Guaca San Marcos y las Guacas Aramburú y Guaca 22, que se encuentran asociadas y que corren un serio peligro de ser destruidas por los trabajos de ampliación de pistas y la construcción del nuevo perímetro hacia el sur de la ciudad universitaria.
Considero que la defensa de las Guacas o monumentos arqueológicos constituyen argumentos imbatibles a la hora de rebatir los proyectos de ejecución de obras que no consideran la presencia de patrimonio nacional, el cual esta protegido por las leyes peruanas de patrimonio cultural. La principal razón por la cual la municipalidad proyecta una pista sobre un monumento arqueológico es la ignorancia y el desprecio por todo lo que constituye herencia y cultura ancestral.
Anexamos tres fotos que ilustran los errores garrafales en el diseño de la proyección de la avenida Venezuela y que ya han sido advertidos por muchos estudiantes. Esta avenida ha sido replaneada para tener entre 10 y 12 carriles a la altura de universitaria (ver foto 1), mientras que es imposible que a la altura de la Guaca San Marcos esta pueda tener más de 4 carriles (fotos 2 y 3). La pregunta obvia es ¿cómo se ha podido diseñar algo así? Es bastante evidente a estas alturas que los monumentos arqueológicos de San Marcos van a ser demolidos para ampliar la capacidad de carriles hacia la Guaca, lo cual constituye un delito contra el patrimonio nacional sujeto supuestamente a penalidades legales.
La creación de un cuello de botella hacia la altura de Guaca San Marcos va a “obligar” en el futuro a la intervención subrepticia (léase destrucción) de los más importantes monumentos arqueológicos de Lima, esta es la conocida política del hecho consumado. La proyección de una carretera, por ejemplo, en el tiempo acarrea la tendencia a destruir todo lo que se oponga a su trayecto, y esto esta pasando con el final de la avenida Javier Prado, que en su extremo este ha destruido y va a destruir importantísimos sitios arqueológicos limeños.
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Considero que la defensa de las Guacas o monumentos arqueológicos constituyen argumentos imbatibles a la hora de rebatir los proyectos de ejecución de obras que no consideran la presencia de patrimonio nacional, el cual esta protegido por las leyes peruanas de patrimonio cultural. La principal razón por la cual la municipalidad proyecta una pista sobre un monumento arqueológico es la ignorancia y el desprecio por todo lo que constituye herencia y cultura ancestral.
Anexamos tres fotos que ilustran los errores garrafales en el diseño de la proyección de la avenida Venezuela y que ya han sido advertidos por muchos estudiantes. Esta avenida ha sido replaneada para tener entre 10 y 12 carriles a la altura de universitaria (ver foto 1), mientras que es imposible que a la altura de la Guaca San Marcos esta pueda tener más de 4 carriles (fotos 2 y 3). La pregunta obvia es ¿cómo se ha podido diseñar algo así? Es bastante evidente a estas alturas que los monumentos arqueológicos de San Marcos van a ser demolidos para ampliar la capacidad de carriles hacia la Guaca, lo cual constituye un delito contra el patrimonio nacional sujeto supuestamente a penalidades legales.
La creación de un cuello de botella hacia la altura de Guaca San Marcos va a “obligar” en el futuro a la intervención subrepticia (léase destrucción) de los más importantes monumentos arqueológicos de Lima, esta es la conocida política del hecho consumado. La proyección de una carretera, por ejemplo, en el tiempo acarrea la tendencia a destruir todo lo que se oponga a su trayecto, y esto esta pasando con el final de la avenida Javier Prado, que en su extremo este ha destruido y va a destruir importantísimos sitios arqueológicos limeños.
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Lo que no se tiene en cuenta es que los sitios arqueológicos son reliquias invaluables donde está depositada la identidad milenaria de la nación peruana. Que San Marcos tenga en su Campus el monumento arqueológico más grande de Lima es una feliz coincidencia histórica, la cual equipara la portentosa monumentalidad universitaria de nuestra Alma Mater; la que es despreciada elocuentemente por la arrogancia ignorante de Castañeda.
La Guaca San Marcos fue empezada a construir aproximadamente en el año 200 dC, y formó parte de una extensa ciudad, la que en el tiempo llegó después a llamarse Huaca o Maranga. Todos los monumentos de esta ciudad, verdaderos edificios de barro, constituyeron unidades residenciales, administrativas o religiosas de esta ciudad y de esta cultura, la Cultura Lima. Que la Guaca San Marcos sea la más grande indica probablemente que tuvo un estatus de prestigio frente a los demás monumentos, pudiendo ser el “Templo del Sol” de esas antiguas poblaciones limeñas.
La Guaca San Marcos y los otros edificios de barro (Guaca Aramburú y Guaca 22) fueron contemporáneos y funcionaron integralmente, tal como supone una ciudad compleja, como Chan Chan o Cahuachi, habiendo atravesado ciclos de crecimiento y ampliación hasta su abandono definitivo hacia el año 1000 a 1200 dC. Es decir 300 ó 400 años antes de la llegada de los Incas.
La presencia de estas gigantescas Guacas, prueba legítima de la larga tradición cultural limeña pre-colonial, demuestra la resistencia heroica de un pasado glorioso que sobrevivió a la influencia Tiwanaku - Wari, a los Incas del Cusco, a la Conquista, a la Colonia, y a la República; logrando sobrevivir a Fujimori (que demolió casi completamente la Huaca Concha dentro de San Marcos) y que afronta ahora una nueva crisis de subsistencia con Alan García. Y va a sobrevivir a él.
.La Guaca San Marcos fue empezada a construir aproximadamente en el año 200 dC, y formó parte de una extensa ciudad, la que en el tiempo llegó después a llamarse Huaca o Maranga. Todos los monumentos de esta ciudad, verdaderos edificios de barro, constituyeron unidades residenciales, administrativas o religiosas de esta ciudad y de esta cultura, la Cultura Lima. Que la Guaca San Marcos sea la más grande indica probablemente que tuvo un estatus de prestigio frente a los demás monumentos, pudiendo ser el “Templo del Sol” de esas antiguas poblaciones limeñas.
La Guaca San Marcos y los otros edificios de barro (Guaca Aramburú y Guaca 22) fueron contemporáneos y funcionaron integralmente, tal como supone una ciudad compleja, como Chan Chan o Cahuachi, habiendo atravesado ciclos de crecimiento y ampliación hasta su abandono definitivo hacia el año 1000 a 1200 dC. Es decir 300 ó 400 años antes de la llegada de los Incas.
La presencia de estas gigantescas Guacas, prueba legítima de la larga tradición cultural limeña pre-colonial, demuestra la resistencia heroica de un pasado glorioso que sobrevivió a la influencia Tiwanaku - Wari, a los Incas del Cusco, a la Conquista, a la Colonia, y a la República; logrando sobrevivir a Fujimori (que demolió casi completamente la Huaca Concha dentro de San Marcos) y que afronta ahora una nueva crisis de subsistencia con Alan García. Y va a sobrevivir a él.
Dos mil años de historia en San Marcos no pueden ser demolidas por la ignorancia estúpida de un alcalde bruto y un presidente desbocado, todos debemos tener conciencia que los monumentos universitarios son patrimonio de los Sanmarquinos y debemos protegerlos a toda costa; los tiempos de desidia e incuria contra el patrimonio nacional, que lamentablemente son bandera de este gobierno, no deben penetrar las mentes brillantes de nuestros compañeros estudiantes e intelectuales. Los monumentos de San Marcos y alrededores son tan grandes y tan evidentes, que ningún arqueólogo mercantilista podría liberarlos, estos sitios no pueden ni deben ser afectados por ningún proyecto de obras públicas, eso sería un delito flagrante contra el patrimonio.
Debemos incluir en la plataforma de lucha el problema de los monumentos arqueológicos, nuestros ancestros lo reclaman, ellos luchan con nosotros, el espíritu milenario que caracteriza la multiplicidad cultural de la sangre Sanmarquina no puede dar la espalda a su patrimonio arqueológico, el orgullo de 2000 años de historia en nosotros.
Fotos
1: Vista panorámica de la proyección lineal de la avenida Venezuela siguiendo el perímetro que ha sido intuido por las barreras de metal rojas. La Guaca está inmediatamente en su curso directo.
Foto 2. Inicio del área de 4 carriles frente al pie de la Guaca San Marcos. En la parte superior de la foto se puede ver claramente la Guaca 22.
Foto3. Vista directa al pie de la Guaca de los 4 carriles actuales que no pueden ser ampliados sin atentar contra el patrimonio cultural peruano.
Debemos incluir en la plataforma de lucha el problema de los monumentos arqueológicos, nuestros ancestros lo reclaman, ellos luchan con nosotros, el espíritu milenario que caracteriza la multiplicidad cultural de la sangre Sanmarquina no puede dar la espalda a su patrimonio arqueológico, el orgullo de 2000 años de historia en nosotros.
Fotos
1: Vista panorámica de la proyección lineal de la avenida Venezuela siguiendo el perímetro que ha sido intuido por las barreras de metal rojas. La Guaca está inmediatamente en su curso directo.
Foto 2. Inicio del área de 4 carriles frente al pie de la Guaca San Marcos. En la parte superior de la foto se puede ver claramente la Guaca 22.
Foto3. Vista directa al pie de la Guaca de los 4 carriles actuales que no pueden ser ampliados sin atentar contra el patrimonio cultural peruano.
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