domingo, 31 de mayo de 2020

6 poemas de Rolando Revagliatti



MI noche


Las estaciones de la noche (ese túnel)
movedizas

Las movedizas estaciones
de ese túnel

que es la noche.




De mentira, verdad


Un chico de verdad
se siente como un
chico de mentira

El único chico de verdad
se siente como uno
de los tantos y tantos
chicos de mentira

Todos los chicos de mentira
son felices

Algo le indica que es mentira su
recién inaugurada felicidad
al chico que sintiéndose de mentira
no logra desquiciarse al punto
de encarnar en la mentira
—¿desencarnándose?—
su origen de verdad.  




Aproximación a un escrutinio de la hostilidad


Lejos de pretender ser exhaustivo
y a sabiendas de que mañana
debido a un premio (logro)
o a un tropiezo (falla)
todo puede cambiar

escruto que 87 te recelan
(más de 50 descreen de que
sea verdad tanta nobleza)

35 te desprecian
(ojo, la mayoría, simplemente, no te valora)

Te odian apenas 11
de los cuales 9
desplazan al odio
una envidia acendrada

Sólo 2, entonces
te odian te odian
(y 1 de ellos porque teme a la larva
de su erotización por vos)

2 tenemos
con odio 18 quilates
acrisolado
tórpido.




Auras


Si provinieras de mi aura
santifícote
si sospechárate tiznado
por aura ajena, excomúlgote

Esa es mi administración
y me complace:
digo lo mío y santifícote
o digo lo mío y excomúlgote

o callando
infiérote
la inexistencia.




El tonto


El tonto
no me suelta
(anoche
me ocupó)
Lo encarné
magníficamente
en sueños
cuyo espíritu
infecta

Liberaría a mi tonto
si estuviera en mí
soltarlo
(es que soy
insuficiente)
Está en él
que está en mí

Lo suyo es
lisa
mortificación
Ya voy para viejo
y no
me resigno.




Si yo tuviera


Si yo tuviera
la abundante cabellera de Sergio
el color de los ojos de Irene
la expresión cautivante de Amancio
la templanza de Sonia
la dentadura perfecta de Eugenio
el talento de Olga
el porte excelente de Mario

& así

& así

¿qué quedaría de mí
además de lo
— probablemente —
mejor de los otros?     





Rolando Revagliatti nació el 14 de abril de 1945 en Buenos Aires, ciudad en la que reside, República Argentina. Publicó en soporte papel un volumen que reúne su dramaturgia, dos con cuentos y relatos y quince poemarios, además de otros cuatro poemarios sólo en soporte digital. También en edición electrónica se hallan los Tomos I y II de “Documentales. Entrevistas a escritores argentinos”. Todos sus libros cuentan con ediciones electrónicas disponibles en http://www.revagliatti.com. Ha sido incluido, entre otras, en las siguientes antologías: “Dramaturgia Latinoamericana: Argentina” (en República Dominicana, 2008); “Minificcionistas de ‘El Cuento’ Revista de Imaginación” (en México, 2014); “Poesía Argentina Año 2000” (Tomo 1, selección de Marcela Croce, 1999), “MeloPoeFant Internacional” (bilingüe castellano-alemán, coedición en Perú y Alemania, 2004), “Pequeña Antología de la Poesía Argentina” (selección de Jorge Santiago Perednik, 2004), “El Verso Toma la Palabra” (México, 2010), “Italiani D’Altrove” (bilingüe castellano-italiano, Italia, 2010), “El Cine y la Poesía Argentina” (selección de Héctor Freire, 2011). Sus producciones en video se encuentran en http://www.youtube.com/rolandorevagliatti y en https://vimeo.com/user19828367/videos  


viernes, 29 de mayo de 2020

Ocho poemas de Manuel Morales



SI TIENES UN AMIGO QUE TOCA TAMBOR

Si tienes un amigo que toca tambor
Cuídalo, es más que un consejo, cuídalo.
Porque ahora ya nadie toca tambor,
Más aún, ya nadie tiene un amigo.
Cuídalo, entonces,
Que ese amigo guardará tu casa.
Pero no lo dejes con tu mujer, recuerda
Que es tu mujer y no la de tu amigo.
Si sigues este consejo, vivirás
Mucho tiempo. Y tendrás tu mujer
Y un amigo que toca tambor.



IDIOSINCRACIA

Estamos acostumbrados a las mentiras.
Nos tratan peor que a negros.
Nos humillan peor que a negros.
Hasta nos venden como a negros.
Y este país es el despelote.

Con el cuento del pueblo estafan.
Nos hacen a diario el cuento del tío.
Estamos acostumbrados a las mentiras.
Al tira y afloja de unos cuantos pendejos.

Pero ya se les va acabar,
Porque un día de estos se nos sale el indio.



AH SEGISMUNDO FREUD

Y el Doctor Freud violaba a las mujeres.
Los sueños lo acusaban de su canalla.
Pero míster Freud pegó a su mujer,
Y siguió siendo un vienés,
A pesar de no componer sonatas.
¡Ya lo conocen! sus complejos
Le impiden acostarse con una prostituta.
¡Ah Segismundo Freud!
Apenas si ha leído a Julio Verne,
Mas sí a Musset. “Dos noches de placer”
Le inspiraron su macabra teoría.



SHOCK

Hemos buscado con tanta indignación
El feto que en alguna noche —sin ojos, sin diferencias—
Nos legaron nuestros acomplejados predecesores.
Y cuando nos crecieron pelos en la voz,
Y nuestros coitos molestaron a los vecinos
Que escandalizados patearon nuestra puerta, entonces
Nuestras apestosas diferencias se hicieron más visibles.
Claro está que cada uno es prisionero de su desatino,
De su espejo sin coyunturas ante el ojo único de la humanidad.
Huelga decir que somos malos por naturaleza
Que retrocedemos ante el peligro de perder el pellejo,
Y sostenemos en la pica el cráneo pisoteado de los pájaros.
Nuestra sed de huesos y el cardumen de nervios
Nos han abatido, y nuestras bestialidades han convalecido,
Dentro de nuestros propios animales, aullando sin cesar
Ahora circulamos con demasiada lentitud, hurgamos
En el estómago de quien alguna vez nos abrió la puerta,
Y en broma (sucesivamente) tratamos de colocarnos por el ojo
De una aguja. Y el feto que nos legaron (por repetición)
Lo hemos buscado —sin ojos, sin diferencias— como quien busca
A su padrastro entre cadáveres degollados de la Morgue.
Finalmente hemos retrocedido, los gusanos
Han construido una vía de circunvalación en nuestro ano.



LA MALA DISTRIBUCIÓN DE MI TIEMPO

Jamás he negado que tengo malas costumbres.
Sobre todo cuando el sol hace garabatos en mis ojos,
O cuando una muchacha me sonríe con su blusa amarilla.

Por eso siempre que puedo dirijo mi batuta hacia mis viejos,
Y hacia esos despojos solemnes que frecuentan la casa;
A la abuela, sobre todo, que aún sueña con Rodolfo Valentino.

Este tiempo asqueroso que me ha tocado vivir lo tengo mal distribuido,
Hablo demasiado y no construyo más que Castillos en el Aire
Y de noche me atorranto como un miserable y hago invocaciones al Marqués de Sade.

Pero a veces yo me escapo de esa rutina y frío monos en sartén de palo;
Vivo en constantemente peligro de encontrarme con la horma de mis zapatos,
De encontrarme con algún enemigo que me ponga los puntos en la íes,
O de que mi padre se encarache y me mande al diablo.

Pese a todo visito las cantinas,
Escupo en los lugares públicos donde no debo hacerlo,
Y toco los timbres de los vecinos y corro como un cretino.

Ya los policías se han dado cuenta y me tienen entre ojos,
Me marcan a presión y me han acusado de tener malas costumbres;
Y que el día que me agarren, la voy a pagar una por todas.

Pero yo me río,
Porque este tiempo asqueroso que me ha tocado vivir lo tengo mal distribuido.



AL AMIGO NAPOLITANO ENTRE
BOTELL AS VAN Y BOTELL AS VIENEN
(Poema descriptivo)


Dijo ser napolitano.
Poseer dos queridas y un reloj. Y un apodo (por supuesto).
Pero reconocía al Callao como su más cruel amigo.
Disparó media docena de cebadas. Y puso dos discos.
Luego habló de hembras calientes y recitó un soneto.
Una rata rubia salía de sus labios.
Y sus ojos eran transparentes como un celofán.
Claro está, embriagaba su presencia, era
Como encontrarse de pronto en una playa extranjera.
Y narró su soledad casi de costa a costa. Y sacó una carta.
Carta horadada por los años; donde las letras, más que leerlas,
Era menester adivinarlas. Después lloró como un napolitano.
Recordó a su padre ametrallado por los Nazis. Quién no recuerda
Al viejo, sobre todo cuando bebe, y no es más el tiempo de ayer?
De su madre dijo dos o tres cosas simples. Y calló.
Declaró no tener hermanos. Pero adujo —con orgullo napolitano—
Que su padre fue el Campeón Mundial de la cama. Las 83
Mujeres que tuvo así lo confirman.
Esta vez yo pedí una docena. Y cigarrillos. Y puse discos
De Celinda y Reutilio. Y celebramos ese acontecimiento.
Un perro ladró porque alguien le pisó la cola. Sonrió, y dijo:
“Por el perro, ¡salud! Siempre es grato brindar por un perro”.
Hizo un ademán como si recordará y prosiguió: “Se llamaba Cacciatore
Y me salvó la vida en un incendio. Fue por el año 40
Cuando Italia no era Italia y el país estaba hasta su huaino”.
El mosaico advirtió que cerraban y trajo la cuenta.
Pagamos mitad a mitad. Y salimos.
Nos despedimos. Y se fue hacia Santa Marina.
Yo lo recuerdo, simplemente, como un napolitano que chupó conmigo.



SALUDO

Saludo a todos esta noche.
Al especialista en muertes preventivas
A la mujer que se desnuda en el espejo.
Saludo a los padres de la patria
Y a los militares haraganes los saludo.
(A ti no porque me estás mirando).

Seguro estoy de no ser un pobre huevastriste.

Saludo a los night clubs
A sus generales respectivos
A las lombrices de tierra sobre tierra
Y a la golondrina tierna de tus ojos.
Va mi saludo cordial a la ultraderecha.
(No lo tomen en serio).

A la reacción otro saludo.
Saludo a los chacales de bodega
A los cantinflas turulatos de los templos
A los bacanes de la Pesca los saludo.

Saludo a mi novia mongoloide
A su padre excepcional
A sus hermanos aprendices de matones.

Saludo a los pájaros que malogran el arado
A las doncellas de nalgas somnolientas
A mi vecino que ronca como un cerdo
Y a su mujer que lo atrasa con un negro

He saludado a todos, disculpen, ¡malas noches!



USOS SON DE LA GUERRA

En el amor y en la cama
Napoleón fue un fracasado.
No digo lo mismo
en la guerra. Su éxito
consistía en envolver al enemigo.
Y Francia lo tuvo
como su más grande hijo predilecto;
y le dio fama
y sus más hermosas mujeres.

Grande en estrategia
y corto en pene, en la cama
mandaban sus mujeres. (La victoria
correspondió a sus generales).


Manuel Morales (Iquitos, 1943-Porto Alegre, 2008). Poeta callejero, amigo de Hora Zero, aunque en el libro Los broches mayores del sonido es considerado como uno de sus miembros. Fue incluido en la famosa antología Estos 13 de Oviedo. Ganó en 1967 un premio de poesía en la Universidad La Cantuta por sus Poemas de entrecasa. Viajó a Brasil en 1978, donde se dedicó al periodismo y escribió una centena de poemas la mayoría escritos en portugués. Libros y plaquettes: Peicen bool (Lima: Ediciones Perú Joven, Colección Viento y Hombre Nº 4, 1968); Poemas de entrecasa (Lima: Ediciones Universidad Nacional de Educación, Serie Flor de la Cantuta, 1969). “Poemas” en revista Textual N° 5-6, 1971, y Trapos líricos. Edición de Tulio Mora (Lima: Lancom, 2018).



martes, 26 de mayo de 2020

Cecilia Bustamante, Poesía que nace y germina en el Arte, por Rodolfo Hinostroza


Cecilia Bustamante es una de las más importantes poetas peruanas. Ganadora del Premio Nacional de Poesía en 1965 con Nuevos Poemas y Audiencia, es autora de los excelentes libros El Nombre de las Cosas (Montevideo, 1970), Discernimiento (México, 1982) y su último poemario en prensa Leyenda en la Editorial Premiá de México [N.E. el poemario Leyenda fue publicado en versión electrónica recién en el 2005: http://ceciliabustamante.com/extramares/poesia/castellano/article_45.shtml]. Reside en el exterior desde 1969 y desde hace varios años en Austin, Texas, donde su esposo Julio Ortega ejerce labores docentes y Cecilia desarrolla una prolífica labor de difusión de la cultura peruana [N.E. en 1985 se divorciaron]. Esta entrevista fue realizada telefónicamente, y la traición de una grabadora me obliga a escarbar en los vericuetos de la memoria, en busca de algunas de las respuestas de nuestra poeta.


- ¿Cómo te sitúas generacionalmente? ¿Sientes afinidad con algún grupo?

- Bueno, yo me sitúo como enlace entre la generación del 50 y el 60, como una especie de voz que no practica poesía de la torre de marfil, ni la poesía social de moda, situándome en un terreno diferente, diría yo. Y hay una razón para eso, es que me crie en plena sierra minera en un pueblo de Cerro de Pasco lo cual me diferencia de gran parte de los poetas que no conocían el Perú, más allá de Chosica, algunos apenas Lima. Mi padre era ingeniero agrónomo y de caminos, entre otras cosas, y eso me hizo viajar por gran parte del Perú desde muy niña lo que sin duda formó una visión telúrica, que es probablemente lo que me distingue de otros poetas. Lo que Ernesto More anotara acertadamente en la solapa de mi primer libro. Aunque no se puede decir que la poesía es una cuestión de familia, es un hecho que mi familia está fuertemente vinculada a la cultura y a la política peruanas a través de otros miembros de la familia en el pasado y actualmente.

- Tú comenzaste a escribir a mediados de los años 50, cuando había escasas poetas mujeres en el Perú, luego de haber sido silenciadas por su labor política la de generación de Mariátegui y las mujeres tenían un escaso rol cultural. ¿Tuviste algún estímulo?

- Pues, prácticamente ninguno. Yo me hice sola, luchando contra todo. Lo único que recuerdo fue que Pablo Guevara mientras me enamoraba me apoyó (1954), incluso me hizo publicar unos poemas en revistas, pero en ese entonces y como siempre había que estar loca para dedicarse a escribir poesía. No hay, sino que investigar cómo a otras mujeres en el pasado las satanizaron y desprestigiaron en su vida privada, por el único hecho de ser mujeres y denunciar los problemas de la sociedad peruana. Lo único que me reconocieron algunos exquisitos, hasta que gané el Premio Nacional de Poesía, fue irónica y despectivamente, mi "persistencia". Magda Portal nos había abierto un camino a las mujeres. Luego yo hice mucho por recuperar su nombre y su obra para las nuevas generaciones, y en el extranjero, incluso organicé el primer homenaje internacional que se le hizo en México (1980) luego de años de silenciamiento y persecución política, junto a la española Carmen Conde le rendimos homenaje en el IV Congreso Iberoamericano de Escritoras.

- ¿Crees que hay una literatura femenina o feminista propiamente?

- Yo considero literatura femenina a toda literatura firmada por mujeres, cualquiera sea el tema que trate. No es cuestión de hablar de los pañales del bebé, de legumbres y cacerolas, de la domesticidad femenina cosa que, por otra parte, hizo muy brillantemente Silvia Plath, de quien he traducido gran parte de su poesía. Se trata de no hacer diferencia, abarcando todo lo que los hombres abarcan, de temas universales. El feminismo es sin duda muy importante y abrió caminos, y ahora hay que reafirmar la voz de Simone de Beauvoir, recorrer esos caminos e ir más allá. 

Tres de nuestras grandes poetas peruanas:
Blanca Varela, Cecilia Bustamante y Magda Portal

- ¿Pero, no hay un punto de vista, una vivencia específicamente femenina, a la cual los hombres tampoco tenemos acceso?

- Pero... sí un hombre cuando escribe una novela, por ejemplo, penetra el alma de una mujer, ¿dónde está la vivencia inaccesible? Nosotros también podemos penetrar en el mundo del hombre, de modo que me parece que creativamente estamos iguales. Hay ciertas posiciones feministas que deben superarse.

- Estás casada hace unos 20 años con el escritor y crítico Julio Ortega. El hecho de tener profesiones similares ¿no ha producido situaciones de rivalidad que reflejen los problemas culturales de la mujer frente al hombre?

- En nuestro caso cumplo con mis obligaciones e intelectualmente cada uno trabaja por su lado o colaboramos. Creo que si ambos conseguimos notoriedad internacional los problemas no deben existir. Por otra parte, yo no trato de usar su nombre como crítico, como todos saben, siempre firmo con mi apellido paterno.

- ¿Por qué no vives en el Perú?

- Muchas veces me lo han preguntado, y sólo tengo una respuesta: porque me asfixiaba en mi país, porque sentía opresión, dictadura, falta de libertad. Yo nací bajo la dictadura de Sánchez Cerro y la primera palabra que aprendí no fue ni papá, ni mamá, sino "balas, balas". Hay toda esa violencia latente o activa y necesitaba salir a respirar otro aire para poder desarrollarme, para poder escribir, definirme a mí misma. Escribir es tan necesario como respirar, sin ello yo me asfixio, no vivo. Mi actividad demasiado liberal para entonces me creaba rozamientos con mi familia. De modo que salí finalmente con mi pequeña familia del Perú, pero no hacia un país definido. Estuvimos en algunos sitios, Estados Unidos, México, España, Francia, ensayando si nos quedábamos allí; cuando murió uno de mis hijos casi emigramos a Australia, pero nos fuimos a Barcelona. Decidimos vivir en los Estados Unidos por motivos de trabajo hace ya varios años en Austin. Ahora creo haber adquirido una cierta condición diferente, algo irreversible ha cambiado en mí y de algún modo seré siempre extranjera, aunque amo al Perú y pienso volver un día a establecerme definitivamente, pero no ahora porque mis hijos están todavía estudiando.

- ¿Conoces los nuevos movimientos de poesía femenina que están apareciendo en el Perú? ¿A Carmen Ollé, Mariella Dreyfus, Dalmacia Ruiz Rosas, que son de la nueva generación?

- Por supuesto que las conozco, y estoy muy al corriente de lo que pasa en la literatura peruana, incluso he traducido joven poesía femenina peruana al inglés y la he hecho publicar en revistas y editado libritos de Gloria Mendoza Borda, Sonia Luz Carrillo, Mercedes Eguren y Patricia Roberts. Trabajé un tiempo comunicándome y reuniendo la obra de María Emilia Cornejo. Aparte, como tengo un cargo de Agregado Cultural Honorario, he hecho constante labor de difusión cultural para el país. A mí me interesa vivamente lo que hacen porque me gusta abrirles el camino según mis posibilidades. Y en la comunidad de Austin he involucrado al Municipio en programas internacionales de Ciudades Hermanas, habiendo creado uno entre Lima y Austin en 1982. Entre mi vida familiar, literaria, y actividades en beneficio de la ciudad que tan bien me ha recibido, mi actividad es bastante intensa.

Diario La República, Lima 28 de abril, 1985 

Referencia                  
Rodolfo Hinostroza.  “Cecilia Bustamante, Poesía que nace y germina en el Arte (x Rodolfo Hinostroza)”.  Extramares.  Ed.  Cecilia Bustamante.  Austin: Editorial Poetas Antiimperialistas de América.  29 de agosto de 2005. http://ceciliabustamante.com/extramares/entrevistas/printer_58.shtml


Cecilia Bustamante Moscoso (Lima, 1932-Texas, 2006). Poeta, editora, periodista, activista. Es la única mujer en haber recibido el Premio Nacional  de Poesía del Perú en 1965. Fueron sus tías Celia y Alicia Bustamante, quienes animaban la peña cultural Pancho Fierro; por ende, José María Arguedas fue tío político de nuestra poeta. Según declaró Cecilia Bustamante era descendiente de Flora Tristán por vía materna y de Alfonso Ugarte por vía paterna. Más datos biográficos son proporcionados en este testimonio de vida publicado en la revista Iberoamericana de Pittsburgh: http://revista-iberoamericana.pitt.edu/ojs/index.php/Iberoamericana/article/viewFile/4056/4224
 
Libros: Tres poetas: Cecilia Bustamante, Jorge Bacacorzo, Arturo Corcuera. Presentación de Ernesto More (Lima: Ediciones Pro-Hombre, 1956); Altas hojas. Prólogo de Juana de Ibarbourou y colofón de Luis Alberto Sánchez (Lima: Ediciones de la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación Pública, 1956); Símbolos del corazón. Nota de Antenor Orrego (Lima: Ediciones de la Escuela Nacional de Bellas Artes, Colección Forma y Poesía, 1961); Poesía (Lima: Ediciones Flora, Talleres Gráficos P. L. Villanueva, 1963); Nuevos poemas y Audiencia (Lima: Ediciones Flora, Talleres Gráficos P. L. Villanueva, 1965); El nombre de las cosas (Montevideo: Editorial Alfa, Colección Carabela, 1970); 2.a edición (San Salvador: Editorial Cuscatlán, 1978); Amor en Lima (Lima: Ediciones de La manzana mordida, 1977); Discernimiento (México: Premiá Editora, S. A., 1982); Modulación transitoria (Lima: Ediciones de La manzana mordida, 1986) y Guardia de corp: poesía (Hamilton, Ontario: Paradise Books, 2005).

lunes, 25 de mayo de 2020

ENTREVISTA A KATHERINE MEDINA RONDÓN A PROPÓSITO DE “PAPIROS MÁGICOS” (Sol negro / Vallejo & CO., 2019), Por Úrsula Alvarado


En tu penúltimo libro, Disidencia, se advierte un aprendizaje o por lo menos la intención de reflexionar sobre las consecuencias de nuestras propias decisiones. ¿Es Papiros mágicos una manera de volcar este aprendizaje sobre la página en blanco de una manera más lúdica y certera? ¿Hay alguna conexión entre tus dos últimos libros?

Ciertamente, la expresión vivir en disidencia remite a una filosofía de vida, a un compromiso total de un ser que asume las consecuencias materiales y espirituales de sus elecciones. Por tanto, Disidencia es un libro autoreflexivo. 
Parafraseando a Ana Rossetti, diré: “El poeta debe dejar que el lenguaje hable en él”. Y eso no es algo que sucede exclusivamente con Disidencia, sino en toda mi poética. Quizás esa sea la única y la más fuerte conexión que puedo encontrar con Papiros mágicos. En este último libro el sujeto que conjura se alinea dentro de un encadenamiento de significantes, por tanto, quien habla no es el sujeto que formula un discurso, sino que el lenguaje lo estructura, es decir, somos conjurados por el lenguaje, lo que implica que el lenguaje no es un instrumento de comunicación, sino que el sujeto es una creación de este.

El estudio de lo desconocido, o quizá valga decir la “búsqueda de la verdad”, ha significado para los primeros sabios -como Hipatía, Gibbins o García de Orta, a quienes dedicas el libro- tanto la revelación como la condena. ¿Cuál es el mayor riesgo al que se enfrenta quien se dedica a esta búsqueda por medio de la palabra?

El mayor riesgo es lo ininteligible. Creo que la mitología debe volverse poesía para hacerse racional a los lectores y la poesía tiene que hacerse mitología para hacer sensibles a los poetas. 

William Blake hablaba del daimon de la imaginación con el cual explicaba su gran poética mística o algo similar a lo que ahora conocemos como “escritura automática”. Para Jung, la alquimia o conocimiento místico era más bien algo que emana del subconsciente colectivo. ¿De dónde proceden los poemas/amuletos de este libro?

Jung tenía guías espirituales, uno de ellos se llamaba Filemón, y solía decir respecto a este: “Filemón y otras figuras de mis fantasías trajeron el conocimiento esencial de que hay cosas en mi psique que yo no produzco, pero que parecieran tener vida propia por su cuenta. Filemón representaba una fuerza que no era yo mismo. En mis fantasías yo tenía conversaciones con él, y él decía cosas que yo no había siquiera pensado conscientemente. Psicológicamente, Filemón representaba un conocimiento superior.”
Este conocimiento superior para mí, más que un Daimon, es como una gran conciencia universal donde la belleza y la verdad están hermanadas, donde el placer estético se funde con el poeta, entonces no hay como distinguir si el poeta es instrumento del lenguaje. Jung era un alquimista y un gnóstico, más que un psicoterapeuta. Su mística y ansias por hermanarse con la verdad y por ende con la belleza eran totalmente genuinas y no una pseudociencia sectaria como me parece que lo es el análisis freudiano- lacaneano.   

El poema Cántico para ahuyentar la soledad o el Conjuro amoroso para una dama solitaria entre otros más del libro me recuerdan lo que en alguna oportunidad comentó A. Pizarnik sobre el quehacer poético, aquello de “exorcizar, conjurar y reparar”. ¿Consideras que en líneas generales esa podría ser una de las funciones de la poesía? ¿Es la palabra nuestra piedra filosofal?

El ser es constituido por el lenguaje, es por ello que antiguamente poseía un uso ritual y se confundía con la realidad para tocarla y transmutarla. Con mis Papiros mágicos quiero volver a otorgarle a la poesía su valor primigenio de conjuro, de fuerza sanadora y halito de paz. La palabra, por tanto, tiene la capacidad de captar lo culto, lo primigenio, lo propio y darnos la oportunidad de poder alcanzar algo auténticamente objetivo. Así, el poeta es tal cuando asume el riesgo de confrontar lo sagrado, a la experiencia del todo.

Entendiendo que la difusión del texto poético no es óptima en nuestro país, mucho menos fuera de Lima, ¿qué armas o conjuros debería formular un poeta joven en provincia para que su trabajo literario obtenga cierta cobertura?

No me canso de repetir que el centralismo es un problema que tiene raigambre en la colonia y debe solucionarse desde la matriz, empezando por reconocer que somos un país pluricultural y diverso y que Lima no es el Perú, posteriormente hablar de educación, promoción y fondos para publicaciones en las diferentes regiones del Perú y no hablo solo de poesía, sino de otros géneros que no se someten al sistema capitalista contable. Es claro que la poesía, no está asimilada al sistema, no genera un record en ventas como la novela, es perse un acto de resistencia y es un género que, al igual que el ensayo, se debe potenciar y depurar en un país tan falto como el nuestro.   
Creo que todo el sur debería unirse para luchar contra el centralismo. Actualmente la movida literaria arequipeña está fragmentada por egos, disputas o agendas particulares y creo que es tiempo de unir fuerzas para que se reconozca y promueva el valor de nuestra poética. 
Espero que mis palabras en algún momento lleguen a unir voluntades y conjurar en el sur esta tan ansiada fuerza sólida.  

¿Algún nuevo proyecto cercano?

En general, no es una sorpresa para nadie, cuando digo que más que la literatura, me interesa la poética en términos de Todorov como todo producto artístico creado por el ser humano. La literatura, para mí, es solo un medio más y creo que por el momento ya he agotado este medio. Quiero retornar a lo matérico, a la tiza pastel, a los pinceles, al óleo, a la mancha y las formas que le suceden a la macha. Por tanto, un silencio de lo escritural y un retorno a la pintura y orfebrería serán mi nuevo horizonte.


ENTREVISTA APARECIDA ORIGINALMENTE EN LA REVISTA VOCES    

jueves, 21 de mayo de 2020

"Rafo Méndez" evoca el surrealismo peruano y a César Moro, por Stefan Baciu

La existencia del Surrealismo peruano ha sido de corta duración, y —además— contó con la colaboración de poca gente, fuera de César Moro, su portabandera e “inventor”, así como su compañero Emilio Adolfo Westphalen. Fuera de algunas exposiciones, se editó en Lima en 1939 un solo número de la revista El uso de la palabra, que es hoy día una rareza bibliográfica. En esta revista se encuentra la firma de un poeta: Rafo Méndez.

Fuera del Perú pocos saben que éste ha sido el seudónimo del poeta Rafael Méndez Dorich (1903-1973), quien mismo si no fue él un surrealista “ortodoxo”, fue uno de los mejores amigos de Moro, al cual dedicó un bello poema-retrato, y, sobre todo, Méndez Dorich fue un “insider” y observador atento de la aventura.

Durante los años de 1970-1973, hasta unas tres semanas antes del fallecimiento de Méndez Dorich, mantuvimos con el poeta una estrecha correspondencia, que se materializó en decenas de cartas.

En esta correspondencia el poeta contestó con detalles inéditos hasta hoy todas las preguntas, haciendo un verdadero cuadro sintético del Surrealismo peruano, que se limitó exclusivamente a Lima y a media docena de personas. 

De esta cartas transcribimos los párrafos esenciales, capaces de traer una contribución inédita al conocimiento del Surrealismo en Latinoamérica.

Nuestras preguntas fueron hechas en cartas y las respuestas de Méndez Dorich son textualmente sacadas de sus cartas sin quitar o añadir una palabra.


SB : Ud. participó en algunas manifestaciones surrealistas en el Perú. ¿Cuál es, pues, su    posición —vamos a decir histórica, delante del Surrealismo peruano?

RMD : “Le declaro que me pone Ud. en duro aprieto para escribir, como lo solicita, unas cuartillas a máquina con evocaciones de ambiente, del “aire” surrealista de aquellos años, para usar citas en su trabajo introductorio a la Antología. En puridad de verdad yo no sé si se me puede considerar surrealista, ni aún temporariamente. Verdad es que estuve de acuerdo con el Surrealismo en muchos puntos y que participé en algunos actos y ocasiones en muchas cosas que ellos hicieron pero no creo que mi posición poética haya sido ortodoxamente surrealista. Acepté de ellos algunas formulaciones tales como su posición moral, el automatismo psíquico, la valorización del fondo onírico, la conquista de lo irracional, el arte perseguido-perseguidor, etcétera, pero también tuve con el Surrealismo algunas reservas. No comprendí y no comprendo el desdén que el Surrealismo tenía por la música que yo siempre amé, ni su rechazo a muchos valores magnos tales como Dostoievski, por ejemplo”.

“Cuando en París conversé con Breton al respecto, tuvimos una refriega verbal que felizmente se resolvió en libaciones de un fuerte aguardiente de la Martinica con el que me obsequió aquel gran poeta. Pero aunque no llegamos a un acuerdo, no se rompió la cordialidad. Al contrario, con Moro también discutimos mucho a esos respectos. Sin embargo, mi estimación por el Surrealismo sigue inquebrantable”.

SB : Sé que Ud. ha sido uno de los amigos más próximos de César Moro y quiero saber cuál es su posición sobre el lugar del poeta en la poesía peruana.

RMD : “César Moro fue uno de los espíritus más nobles, generosos y de genuina poesía que haya tenido el Perú. Fuimos grandes amigos y nos lanzamos juntos en más de una aventura literaria, como en el caso de la controversia con Vicente Huidobro en 1936. Además de haber laborado al lado de Eluard, Péret, y, sobre todo, de André Breton, en los manifiestos surrealistas y en El Surrealismo al Servicio de la Revolución, Moro publicó tres poemarios, son ellos: Lettre d’amour, La Tortuga ecuestre y Le Château de grisou. Infortunadamente ya no se encuentran ejemplares en ninguna librería. Han desaparecido los pocos que en aquellas se consignaron. Pero yo sé de buena fuente que todavía hay bastantes ejemplares de las mencionadas obras, pero que están en poder de sus amigas Alina de Silva y Margot de More quienes asumieron el papel de una especie de albaceas literarias de mi desaparecido amigo”.

SB : Alina de Silva ha sido una de sus mejores amigas...

RMD : “Moro colaboró, así mismo, en los manifiestos surrealistas y llevó en Francia una vida activa de poeta y de polemista. Alina, pues, es testigo de excepción en las andanzas de César. Pocos amigos de Moro lo conocieron tan bien como ella”. 

SB : Uds. tuvieron una muy conocida polémica con Vicente Huidobro. ¿Cuál fue la razón del choque?   

RMD : “Ella comenzó cuando el vate chileno publicó un poema llamado ‘La Jirafa’ que fue denunciado por Moro en el Catálogo de la Exposición realizada en Lima como un flagrante plagio del poema ‘El Árbol’ de Luis Buñuel, lo que provocó la iracundia del sureño y en una hoja minúscula intitulada Ombligo se desató en denuestos insultos contra César. Nosotros respondimos con el folleto ‘Vicente Huidobro o el Obispo embotellado’, nombre debido a mí, y parafraseando un poema de Huidobro, llamado también ‘El Obispo embotellado’, o más bien una frase poética. En cuanto al Surrealismo en el Perú, le diré que pese a todo lo que se diga, considero a Moro como el único representante de ese movimiento. No creo que ni Oquendo de Amat, ni Westphalen, ni Abril hayan tenido que ver mucho ni poco con el Surrealismo”.

SB : ¿Y alguna anécdota que quedó grabada en sus recuerdos a través de los años?

RMD : “Con respecto al anecdotario surrealístico en el Perú, le diré que aparte de la polémica con Huidobro, no hay nada que pueda ser de mejor mención, como sea el número de El Uso de la palabra dedicado a Picasso y contra el franquista Gregorio Marañón por su insolente e injusta diatriba al más grande pintor contemporáneo. Sin embargo, hay otra anécdota menor que tal vez deba citar. Fue a propósito de un artículo de Emilio Adolfo Westphalen en contra de Marcel Proust, que provocó la justa indignación de Moro, quien, por entonces vivía en México y colaboraba en una revista de Paalen, artista alemán radicado en el país azteca. La reacción de mi recordado amigo sobre el desafortunado artículo de Emilio Adolfo fue fuerte y casi motiva un enfriamiento en las relaciones de ambos. Desgraciadamente, no tengo a mano documentos para hacer valedera esa menuda anécdota”.


Stefan Baciu (Brasov, 1918–Honolulú, 1993). Profesor, cronista, poeta y ensayista rumano. Uno de los conocedores y divulgadores más importantes que tuvo la literatura iberoamericana en Europa y los Estados Unidos el siglo pasado. Publicó más de cincuenta libros en cinco idiomas, entre ellos una Antología de la Poesía Latinoamericana (1950-1970) y la famosa Antología de la Poesía Surrealista Latinoamericana (dos ediciones, en México y Chile). Además del libro Surrealismo latinoamericano: preguntas y respuestas. (Valparaíso, Ediciones Universitarias de Valparaíso, 1979), donde se publicó esta entrevista.


Rescatado de Revista Sol negro número 1. Lima, diciembre de 2006.

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