martes, 26 de mayo de 2020

Cecilia Bustamante, Poesía que nace y germina en el Arte, por Rodolfo Hinostroza


Cecilia Bustamante es una de las más importantes poetas peruanas. Ganadora del Premio Nacional de Poesía en 1965 con Nuevos Poemas y Audiencia, es autora de los excelentes libros El Nombre de las Cosas (Montevideo, 1970), Discernimiento (México, 1982) y su último poemario en prensa Leyenda en la Editorial Premiá de México [N.E. el poemario Leyenda fue publicado en versión electrónica recién en el 2005: http://ceciliabustamante.com/extramares/poesia/castellano/article_45.shtml]. Reside en el exterior desde 1969 y desde hace varios años en Austin, Texas, donde su esposo Julio Ortega ejerce labores docentes y Cecilia desarrolla una prolífica labor de difusión de la cultura peruana [N.E. en 1985 se divorciaron]. Esta entrevista fue realizada telefónicamente, y la traición de una grabadora me obliga a escarbar en los vericuetos de la memoria, en busca de algunas de las respuestas de nuestra poeta.


- ¿Cómo te sitúas generacionalmente? ¿Sientes afinidad con algún grupo?

- Bueno, yo me sitúo como enlace entre la generación del 50 y el 60, como una especie de voz que no practica poesía de la torre de marfil, ni la poesía social de moda, situándome en un terreno diferente, diría yo. Y hay una razón para eso, es que me crie en plena sierra minera en un pueblo de Cerro de Pasco lo cual me diferencia de gran parte de los poetas que no conocían el Perú, más allá de Chosica, algunos apenas Lima. Mi padre era ingeniero agrónomo y de caminos, entre otras cosas, y eso me hizo viajar por gran parte del Perú desde muy niña lo que sin duda formó una visión telúrica, que es probablemente lo que me distingue de otros poetas. Lo que Ernesto More anotara acertadamente en la solapa de mi primer libro. Aunque no se puede decir que la poesía es una cuestión de familia, es un hecho que mi familia está fuertemente vinculada a la cultura y a la política peruanas a través de otros miembros de la familia en el pasado y actualmente.

- Tú comenzaste a escribir a mediados de los años 50, cuando había escasas poetas mujeres en el Perú, luego de haber sido silenciadas por su labor política la de generación de Mariátegui y las mujeres tenían un escaso rol cultural. ¿Tuviste algún estímulo?

- Pues, prácticamente ninguno. Yo me hice sola, luchando contra todo. Lo único que recuerdo fue que Pablo Guevara mientras me enamoraba me apoyó (1954), incluso me hizo publicar unos poemas en revistas, pero en ese entonces y como siempre había que estar loca para dedicarse a escribir poesía. No hay, sino que investigar cómo a otras mujeres en el pasado las satanizaron y desprestigiaron en su vida privada, por el único hecho de ser mujeres y denunciar los problemas de la sociedad peruana. Lo único que me reconocieron algunos exquisitos, hasta que gané el Premio Nacional de Poesía, fue irónica y despectivamente, mi "persistencia". Magda Portal nos había abierto un camino a las mujeres. Luego yo hice mucho por recuperar su nombre y su obra para las nuevas generaciones, y en el extranjero, incluso organicé el primer homenaje internacional que se le hizo en México (1980) luego de años de silenciamiento y persecución política, junto a la española Carmen Conde le rendimos homenaje en el IV Congreso Iberoamericano de Escritoras.

- ¿Crees que hay una literatura femenina o feminista propiamente?

- Yo considero literatura femenina a toda literatura firmada por mujeres, cualquiera sea el tema que trate. No es cuestión de hablar de los pañales del bebé, de legumbres y cacerolas, de la domesticidad femenina cosa que, por otra parte, hizo muy brillantemente Silvia Plath, de quien he traducido gran parte de su poesía. Se trata de no hacer diferencia, abarcando todo lo que los hombres abarcan, de temas universales. El feminismo es sin duda muy importante y abrió caminos, y ahora hay que reafirmar la voz de Simone de Beauvoir, recorrer esos caminos e ir más allá. 

Tres de nuestras grandes poetas peruanas:
Blanca Varela, Cecilia Bustamante y Magda Portal

- ¿Pero, no hay un punto de vista, una vivencia específicamente femenina, a la cual los hombres tampoco tenemos acceso?

- Pero... sí un hombre cuando escribe una novela, por ejemplo, penetra el alma de una mujer, ¿dónde está la vivencia inaccesible? Nosotros también podemos penetrar en el mundo del hombre, de modo que me parece que creativamente estamos iguales. Hay ciertas posiciones feministas que deben superarse.

- Estás casada hace unos 20 años con el escritor y crítico Julio Ortega. El hecho de tener profesiones similares ¿no ha producido situaciones de rivalidad que reflejen los problemas culturales de la mujer frente al hombre?

- En nuestro caso cumplo con mis obligaciones e intelectualmente cada uno trabaja por su lado o colaboramos. Creo que si ambos conseguimos notoriedad internacional los problemas no deben existir. Por otra parte, yo no trato de usar su nombre como crítico, como todos saben, siempre firmo con mi apellido paterno.

- ¿Por qué no vives en el Perú?

- Muchas veces me lo han preguntado, y sólo tengo una respuesta: porque me asfixiaba en mi país, porque sentía opresión, dictadura, falta de libertad. Yo nací bajo la dictadura de Sánchez Cerro y la primera palabra que aprendí no fue ni papá, ni mamá, sino "balas, balas". Hay toda esa violencia latente o activa y necesitaba salir a respirar otro aire para poder desarrollarme, para poder escribir, definirme a mí misma. Escribir es tan necesario como respirar, sin ello yo me asfixio, no vivo. Mi actividad demasiado liberal para entonces me creaba rozamientos con mi familia. De modo que salí finalmente con mi pequeña familia del Perú, pero no hacia un país definido. Estuvimos en algunos sitios, Estados Unidos, México, España, Francia, ensayando si nos quedábamos allí; cuando murió uno de mis hijos casi emigramos a Australia, pero nos fuimos a Barcelona. Decidimos vivir en los Estados Unidos por motivos de trabajo hace ya varios años en Austin. Ahora creo haber adquirido una cierta condición diferente, algo irreversible ha cambiado en mí y de algún modo seré siempre extranjera, aunque amo al Perú y pienso volver un día a establecerme definitivamente, pero no ahora porque mis hijos están todavía estudiando.

- ¿Conoces los nuevos movimientos de poesía femenina que están apareciendo en el Perú? ¿A Carmen Ollé, Mariella Dreyfus, Dalmacia Ruiz Rosas, que son de la nueva generación?

- Por supuesto que las conozco, y estoy muy al corriente de lo que pasa en la literatura peruana, incluso he traducido joven poesía femenina peruana al inglés y la he hecho publicar en revistas y editado libritos de Gloria Mendoza Borda, Sonia Luz Carrillo, Mercedes Eguren y Patricia Roberts. Trabajé un tiempo comunicándome y reuniendo la obra de María Emilia Cornejo. Aparte, como tengo un cargo de Agregado Cultural Honorario, he hecho constante labor de difusión cultural para el país. A mí me interesa vivamente lo que hacen porque me gusta abrirles el camino según mis posibilidades. Y en la comunidad de Austin he involucrado al Municipio en programas internacionales de Ciudades Hermanas, habiendo creado uno entre Lima y Austin en 1982. Entre mi vida familiar, literaria, y actividades en beneficio de la ciudad que tan bien me ha recibido, mi actividad es bastante intensa.

Diario La República, Lima 28 de abril, 1985 

Referencia                  
Rodolfo Hinostroza.  “Cecilia Bustamante, Poesía que nace y germina en el Arte (x Rodolfo Hinostroza)”.  Extramares.  Ed.  Cecilia Bustamante.  Austin: Editorial Poetas Antiimperialistas de América.  29 de agosto de 2005. http://ceciliabustamante.com/extramares/entrevistas/printer_58.shtml


Cecilia Bustamante Moscoso (Lima, 1932-Texas, 2006). Poeta, editora, periodista, activista. Es la única mujer en haber recibido el Premio Nacional  de Poesía del Perú en 1965. Fueron sus tías Celia y Alicia Bustamante, quienes animaban la peña cultural Pancho Fierro; por ende, José María Arguedas fue tío político de nuestra poeta. Según declaró Cecilia Bustamante era descendiente de Flora Tristán por vía materna y de Alfonso Ugarte por vía paterna. Más datos biográficos son proporcionados en este testimonio de vida publicado en la revista Iberoamericana de Pittsburgh: http://revista-iberoamericana.pitt.edu/ojs/index.php/Iberoamericana/article/viewFile/4056/4224
 
Libros: Tres poetas: Cecilia Bustamante, Jorge Bacacorzo, Arturo Corcuera. Presentación de Ernesto More (Lima: Ediciones Pro-Hombre, 1956); Altas hojas. Prólogo de Juana de Ibarbourou y colofón de Luis Alberto Sánchez (Lima: Ediciones de la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación Pública, 1956); Símbolos del corazón. Nota de Antenor Orrego (Lima: Ediciones de la Escuela Nacional de Bellas Artes, Colección Forma y Poesía, 1961); Poesía (Lima: Ediciones Flora, Talleres Gráficos P. L. Villanueva, 1963); Nuevos poemas y Audiencia (Lima: Ediciones Flora, Talleres Gráficos P. L. Villanueva, 1965); El nombre de las cosas (Montevideo: Editorial Alfa, Colección Carabela, 1970); 2.a edición (San Salvador: Editorial Cuscatlán, 1978); Amor en Lima (Lima: Ediciones de La manzana mordida, 1977); Discernimiento (México: Premiá Editora, S. A., 1982); Modulación transitoria (Lima: Ediciones de La manzana mordida, 1986) y Guardia de corp: poesía (Hamilton, Ontario: Paradise Books, 2005).

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