V
Oscuramente
como hago
aquello que me alcanza y me supera
asearé uno a uno mis objetos
Un rayo de sol puede atravesar las cortinas cerradas/
un paseo de antorchas puede colmar el patio de penumbra. . .
Un líquido negro reposa en un frasco
acecha a la mano distraída que al abrirlo librará
los poderes dormidos
Los nombres de las cosas se labran se relievan
no lo digo por los altivos enseres que me cercan
(qué indócil el tacto sobre ellos/
la temprana tragedia de la mano)
lo digo por un sonido que no llega
Un cuerpo se forma a pausa plena
modelando su sombra en esta lumbre
y la acción es difícil cuando existe
un instrumento solo
XIII
De pronto soy la peor voz
la más agraz
la condenable
que acomete el muro de las lamentaciones
Se quisiera escuchar un canto/ una oración
antes que el ininteligible tumulto lapidario
que asuela superficies
El muro ignora si me lamento
si me maldigo
si impreco o lloro
pero teme a mi bronco soliloquio
como a un juramento de demolición
XXII
HEGEMONÍA
Ululas
el roce veloz de tu falda en hoscos sueños de acoso
un imperio de violencia se desborda sobre tardos enseres
Ni aun sujetando tus manos temblorosas de furia
doblegaré el miedo en mi corazón
de cada añico de mi espejo
tu imagen cencida reflorece
donde eres más fuerte eres más vulnerable
jamás hubo dominio
no lo habrá
si la
euforia es tanta
si
está
si
nos habita
Yo soy la Distancia
y permanezco en las afueras
esperando la paulatina calma
Desde aquí vislumbro tu rojizo cabello
que se esparce en los cielos
la luz no lo conmueve
Pasa
el tiempo
Bendito el Artilugio de tu veste escarlata
oh
reina
a orillas de los ríos lavas tu traje
la sangre se diluye
humedeces tus sienes pálidas
tu tersa nuca
Nunca hubo herida
era sólo el rosado sol del orto
relampagueando en las aguas
no habrá resquemor
sólo un canto impenetrable y lúcido
conmueve la anchura de la tierra
Te yergues
Tú
la asesina
la serena hacedora de los días
la inefable
sólo yo yazgo desangrándome
mientras la noche me devora los ojos
y agoniza
17
seamos otra
vez
la
adolescente
que desnuda
sus ambiguas caderas sobre un charco
oh planetas
opacos como muertos
miradme
soy yo
posando los pies en el vacío feliz al tararear
esta
canción:
prométeme
que nunca serás padre
vuelo a
alta velocidad sobre la zona
no puedo
controlar estos imperios de hojalata,
de cobre,
de oro, de aluminio,
cuatro eras
del mundo sin misterio,
prométeme
que nunca serás madre
homúnculos
de todas las edades es hora de callar,
callad
entonces,
oíd el
gozne de la puerta que se abre a su paso
–stella maris
Oh chirriar oxidado de sales
Oh chirrido, luminaria nocturna
En los
tímpanos indemnes del que sueña
De bruces
sobre la carretera
Seamos otra
vez la que fulgura
Como un
puente doblado sobre un río
¿por qué es
tan terrible danza a cierta hora?
Me he
detenido Sonámbulo
Palpando
las paredes de la casa
Es un
bloque de luz bajo mis dedos
Es
necesario―
Sólo yo
estoy de más en la atmósfera
⁄mi nombre
no ha sido pronunciado ⁄
Estrella de
la muerte–
¿oyes que
bien suena la palabra lodo–lodo–
Es
peligroso danzar en esta hora
Pero
Otra vez
Otra vez
Con los pies
desnudos en el cieno
Seamos
Otra vez
El que
desplaza
Su angosta
maquinaria
Como un
cerco
⁄llueve en
mi piel
Y llueve
mucho
Las ramas
de los árboles destellan
Un
rastrillo se mueve sobre el césped
Siniestro
es el empuje de tu sombra⁄
Espectros
oh espectros decid
¿qué es lo
bello, lo santo, lo perfecto?
–pregunta
que me ha llevado a la ruptura–
opípara es
la sed que nos aguarda:
seamos otra
vez la que digrede
40
Conjuro del deshauciado…
Conjúrote
puerta umbral
Para que
guardes el divino nombre oculto impronunciado
Númen ácrata sol negro secta dañada
Yo os
conjuro con mi voz más luminosa
Para que el
metal no toque mis falanges
[el oro es
hierro y el hierro mata–]
Jamba
perfecta sé firme duradera
Líbrame de
mis amigos
Y del sol
blanco y paranoide
Que
celestiales horas no me toquen
Goznes
resplendentes evitádme
Huidizo
muro torre abrumada y viudo nerval
Que yo
sobreviva en la membrana intacta de la mente de Dios
Aquella que
humano aliento no empaña
Haz que
repose en su desemejanza
Ésa
La más
sutil la más terca
La que no
quiso recrear en su criatura
Magdalena Chocano (Lima, 1957). Libros: Poesía a ciencia incierta (Lima: Safo Ediciones, 1983); Estratagema en claroscuro (Lima: Instituto Nacional de
Cultura, 1986); Contra el ensimismamiento: partituras (Barcelona: Ediciones Insólitas, 2005); Otro desenlace (Barcelona: Ver Books; Ediciones Insólitas, 2008); Objetos de distracción (Lima, 2016).
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