Recientemente conversé con la Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú. La idea era hacerle una entrevista fresca, alejada de las habituales crónicas políticas sobre su persona. Nuestro diálogo ocupó varias páginas de la revista guatemalteca Taxi en su última edición, y hoy la consigno acá para aquellos que no han podido leerla y para quienes puedan interesarse por conocer más de cerca la humanidad de doña Rigo...
En su libro La niña de Chimel, dice la protagonista: “llena de alegría en mi sonrisa, así quisiera que volvieran los días cuando yo era niña, con la montaña protectora, el río refrescante, los pájaros cantores. Pero quisiera que volvieran para todos, no sólo para mí”. Quiero hablar con Rigoberta Menchú, pero también con esa niña de Chimel…
Rigoberta Menchú: Gracias. Traeme “un vaso de miel”, mijo (se dirige a un asistente). Sí, nos conviene hablar desde el alma de los niños. Le voy a dar mi libro Un vaso de miel, que escribí también con Dante Liano. Regalar un vaso de miel es como regalar una flor.
Alan Mills : Yo también le traigo unos libros…
RM: Ay, sí, me gustan mucho…
AM: El B´aqtun, un nuevo ciclo de Cuenta Larga está por iniciar a finales de 2012. Para Rigoberta Menchú esto implica un regreso a los orígenes, a la madre tierra, a buscar un balance del entorno y mejorar los hábitos humanos...
RM: Los mayas creemos que el nuevo tiempo será de amistad, de solidaridad, una era de humanidad. Por lo menos, esperamos no será la continuidad de “todo para mí”, de devorar lo bueno que hay. Esperamos venga un época de cambios a favor de la vida.
AM: Y digamos que este cambio de valores tendría una dimensión individual pero también una colectiva…
RM: Lo individual y lo colectivo son igual de importantes. Las personas ya no se comunican, juzgamos sin conocer. Yo siento que este tiempo es el más oscuro de la humanidad, es un tiempo de sufrimiento, de soledad, de inconformidad, es un tiempo donde todos creemos que lo que hacemos es lo mejor, pero no nos damos cuenta que hay otro que está haciendo algo mejor al lado nuestro.
AM: Vivimos un momento profundamente individualista, la época del Yo vs. los Otros…
RM: Sí, pero todo imperio tiene un fin, todo sistema topa. En este nuevo tiempo (Baqtun) no dependerá todo de los seres humanos, depende mucho también de las energías cósmicas. Pero depende también de nuestras luchas, si sólo nos quedamos mirando los hechos, no va a pasar nada.
AM: ¿Como quien dice que la energía cósmica la intervenimos nosotros?
RM: Totalmente, tú tienes que orientar tus energías. Ahora hay muchas formas de hacerlo, de participar con entusiasmo, de inventar.
AM: Me gustó mucho una foto reciente, en donde se atreve a posar con su perrito (era como un símbolo “anti-mano-dura”) ¿Cómo se llama el simpático can?
RM: (Risas) El que estaba conmigo ese día se llama Coy, que quiere decir “mono”.
AM: ¿Es suyo el perrito, Rigoberta?
RM: Es de mi hijo. Hay otro que se llama Tucur. Son cuatro perritos. Nacieron en una fecha muy especial, el día del Cargador del Tiempo, el Ajau E, como lo llamamos nosotros. Y así nacieron, como 4 cargadores del tiempo. Son muy lindos, si los quiere ver, se los vamos a traer. Pero no les dé ojo, eh... (Reímos ambos)
AM: Quién podría desearle algo malo a los 4 cargadores del tiempo... Por cierto, ¿qué hace los fines de semana, Rigoberta? Con una agenda tan apretada como la suya, ¿tiene tiempo para Ud?
RM: Sí, el tiempo siempre se hace. Creo que las personas a veces nos complicamos y nos damos una imagen de mucha saturación de la vida, pero cuando la gente quiere hacer el tiempo, lo hace. Los fines de semana yo visito muchos altares mayas, muchos cerros, visito muchas montañas... De vez en cuando hago mis ceremonias, meditación, tengo un cuarto especial. Creo que todos los premios Nobel de la Paz que conozco, tienen un espacio físico para meditar, donde ponen una vela, revisan lo que han hecho en el mundo... Algo que he aprendido es a agradecer, y luego pedir mucho perdón.
Por eso trabajo con personas que tienen alguna enfermedad especial. Tengo algunos “pacientes”, si se puede decir así, en hospitales. Desde aquí les mando energías, y cuando puedo los voy a ver... (se llenan sus ojos de lágrimas) El año pasado se murió la niña más bonita que conocí, en el hospital de cancerología de Los Ángeles. Esa niña me cautivó...
Y hacemos otras cosas, aquí hemos unido bastantes parejas también. Este tiempo es de mucha separación, por eso nos piden apoyo...
AM: ¿Está casada?
RM: Sí.
AM: ¿Cuánto tiempo llevan casados?
RM: 15 años.
AM: ¿Felices?
RM: Bueno, la armonía hay que hacerla todos los días. Yo pienso que no hay una pareja ideal, sino que hay lo que ambos cedemos, lo que ambos construimos.
AM: Para Ud. el amor es importante...
RM: Totalmente. Yo me casé a los 33 años, a esa edad empecé mi vida matrimonial y tuve dos hijos. Uno murió: Tzunún, que quiere decir colibrí...
AM: ¿De qué murió?
RM: Él falleció de un problema renal, y desde que murió Tzunún empecé a escribir La niña de Chimel, porque sentía como que tenía alguna deuda con los niños. Tener a ese hijo fue maravilloso, fue un embarazo que me dejó muchas lecciones. Pero también tengo a mi hijo Mash que tiene 12 años y lo veo, está en la escuela, y veo que cada día más es un varón grande, que ha pasado y sobrevivido este dolor con nosotros. Él es otro compañero de aventuras...
AM: Sabemos que no sólo ha sido una líder política significativa sino también una empresaria exitosa... ¿Cómo concibe el dinero?
RM: Bueno, eso de “empresaria exitosa” ya hubiera querido serlo, o me gustaría serlo un día... Porque el sentido de empresa no sólo es un asunto de dinero, sino que busca que las personas se aglutinen para hacer un proyecto conjunto, con eficiencia, con entrega, nos enseña a agarrar un proyecto con pasión. La empresa permite reingeniar nuestras vidas a partir de un proyecto. Lo que me parece increíble es el concepto asociativo, de beneficio colectivo que puede tener una empresa.
Ahora, con el dinero... Se piensa desde la cosmovisión maya en el “equilibrio de las fortunas”, que hay una espiritual y una material. La fortuna espiritual se refiere a tu otro yo, o como decimos, a tus nahuales, tus energías cósmicas, tu relación con la madre naturaleza. La fortuna material, en cambio, propone que tengas lo suficiente para estar bien. A nosotros se nos dice que cuando agarras un puño de maíz, sólo lo que quepa en tu mano es tuyo, lo que no cabe en tu mano es de otros.
Cada planta que ve aquí, a excepción de estos grandes árboles, los he ido sembrando yo, me gusta sembrar plantas, casi todas son medicinales... Podría comprar otras cosas en alguna tienda de “Hollywood” o de otra parte del mundo, pero por lo único que quisiera tener más dinero sería para comprar huipiles. Si algo miran mis ojos cuando voy a un mercado, son los huipiles...
AM: Siempre me ha impresionado cómo Rigoberta Menchú ha posicionado el huipil en el mundo, cómo se ha aferrado a ese “estilo”, el huipil como símbolo...
RM: Los tres días anteriores a que me dieran el premio Nobel y los tres días posteriores fueron los más hermosos de mi vida, porque yo recibí aproximadamente unos 20 huipiles... Le digo qué he hecho con los huipiles... Por ejemplo éste (señala el que lleva puesto), me lo regalaron pero yo le agrego partes, lo sigo tejiendo, le sigo agregando cosas. Tengo una cantidad de huipiles inconclusos.
También me gusta mucho hablar con las tejedoras... Me gusta estar al tanto de la moda de los pueblos indígenas... Lo que me preocupa es que se está encareciendo mucho... Le cuento algo: una vez nos fuimos con Angélica Aragón (la actriz mexicana) a la Antigua y encontramos muchas señoras que vendían huipiles usados. Me encantan, porque conservan el calor de la gente... El huipil que me regalaron de Nebaj en el 92, ese se lo di a la viuda de Gandhi... El hermosísimo rebozo que me dieron en Totonicapán se lo di a Su Santidad Juan Pablo II cuando fui a visitarlo; le dije: “este perraje es de mi pueblo y se lo comparto a Ud”. Para mí no hubiera tenido el mismo sentido si hubiera ido a comprarlo a un mercado, lo importante era que alguien me lo había dado a mí y ahora yo se lo regalaba a él.
Pero no siempre uso huipiles. En el desierto, por ejemplo, yo he visitado el Sahara, la gente me vistió con los trajes de su región, así me ha pasado en varios países...
AM: Sabemos que ha viajado mucho, ¿qué país le parece interesante?
RM: Toditos los países, toditos tienen cosas grandes, gigantes... No olvidaré mi tiempo con los ainus de Japón, los karens, los hmongs de Tailandia, porque son pueblos que alzan su voz. Recuerdo a Daw Aung San Suu Kyi, una mujer que ha estado prisionera, fui a ver su gente a pesar que no pude entrar en Myamar, Birmania, en aquellos años... Pienso también en los saami de Noruega, muy al norte, con los renos y vestida de Sra. Claus, digamos... (reímos los presentes) Yo he sido una mujer que ha estado con la gente, he comido cuyos, he comido de todo, cualquier comida se me ha dado en el mundo...
AM: Conoce casi todo el mundo...
RM: Todavía no, me faltan los países árabes... El único que conozco, que es como una puerta al mundo árabe, un país con integración de culturas, es Argelia... Tampoco conozco todos los países africanos...
AM: Pasando a otra cosa, me llama la atención que “Winaq” se traduzca al castellano como “persona completa, integral”, esto habla del profundo humanismo de esta iniciativa.¿Cómo define su propuesta política?
RM: Hay muchos estereotipos, se piensa que todo lo que tocan los pueblos indígenas es indígena nada más, y no se ve la integralidad de nuestra lucha. Las 20 energías del calendario maya, los veinte días forman un winaq, la unidad de tiempo, una unidad completa. Yo creo que nuestra sociedad siempre fue multicultural, siempre fue plural, pero nos faltó que el sistema fuera plural también. Porque si el sistema es plural, todos tendremos un espacio. Hacia allá va nuestra propuesta.
Winaq es es un proceso, una ruta, y quizás los cambios de fondo los vamos a estar viendo en muchos años... Somos la asociación de varias lideresas y líderes políticos, personas con experiencia, con conocimiento, pero también con sueños, ilusiones... Pero no quisiera idealizar a Winaq, porque también vamos a formar un partido político, participar en elecciones. Hoy vamos en una alianza con Encuentro por Guatemala, aunque estamos concientes y se ha hablado en la mesa que tenemos nuestro propio proyecto...
AM: ¿Esta alianza es solamente electoral? A mí me gustaba mucho el formato de “pacto de damas”, me parece un genial contrapunto para un país donde ser matón te puede hacer subir en las encuestas y eventualmente convertirte en presidente. Ud. y Nineth Montenegro representan otra cosa ...
RM: El pacto consiste en ir a las elecciones Winaq y Encuentro por Guatemala como una coalición. Estamos elaborando el Programa de Gobierno conjuntamente, compartimos una agenda para el congreso... El movimiento no sólo es electoral, también hay una ruta política, de formación de cuadros, de escuela, porque queremos relacionarnos con la juventud.
En este momento estamos creando la comisión de jóvenes. Pero, en el futuro eso desaparecerá, serán más bien parte integral, no queremos “sectorizar” sino asumir a las personas en su integralidad. Queremos tener una política de juventud creativa, multicultural, pluriétnica... Nosotros no somos sólo indígenas. En Francia nos representa Vincent, un joven francés...
Esperamos revitalizar los programas de juventud del Estado, donde los jóvenes puedan beneficiarse con becas, con experiencias... Basta de ver a los jóvenes como problema. El sistema ha fracasado, y los adultos se quejan del colapso, pero son fracasos suyos que no pueden endosarle a los jóvenes. En Winaq tenemos una consigna que dice “nosotros no queremos pagar facturas ajenas”, y eso es porque creemos que lo que vamos a hacer es algo joven, algo nuevo...
AM: La integralidad de la persona humana implica el arte...
RM: Nos interesa muchísimo. Estamos pensando hacer un encuentro con todos los artistas para ver cómo armar una política en ese sentido. En Winaq no todo está armado, el que viene aquí tiene oportunidad de construir... Incluso en esta campaña vamos a usar la música tradicional, laS expresiones artísticas de cada localidad. Lo más lindo es que la gente participe, que el arte sirva para vincular a la gente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario