martes, 19 de junio de 2007

4 poemas de Maria Victoria Dentice


TALASEMIA O ANEMIA MEDITERRÁNEA


Ya no soy joven.

Ya no acuso a mi soledad
ni desprendo ecos de sus rasgos.
Se ha estancado mi sangre
en el ojo de un sauce
contra el cauce de un río
que de memorias fue herido al nacer.

Me han desterrado el cuerpo.

Me han destronado
de mi la esperanza,
Tan lejos he quedado.

Mi corazón no sabe.


Poema perteneciente al libro, aún inédito, Agua.


NOSTALGIA

La muerte atraviesa con manos a la que fui.
La sangre me lleva sin manos la juventud perdida
La muerta atraviesa en lenguajes a la que fui,
Ya no le alcanzan sus manos para suicidarme esta noche.
Yo hablo con palabras que conocen la muerte.
Yo hablo de mí y de la muerte llevándome en un carro de oro.


Poema perteneciente al libro, “Los años vendados”, ediciones Baobab 2006


EL CRÁNEO AZUL
[1]

Mis manos crean su oscuridad,
El compás de miedo en los pasos
Se comían las calles y a la gente
Eran gigantes de oro.

Cuando yo vivía en Cluj un día los vimos venir
[Desde el sanatorio del doctorcito Lengyel]
Tomando lirios y cianuro por la boca,
Pasó que de repente se los aniquilaron a todos,
Mi Alemania tenía más cadáveres que una sopa.
Fue entonces cuando lo conocí a el
Mein Kampf, el ario puro
Que se llevo la cruz a la boca y
Escribió al lado de mi nombre: Solución final.

Un día lo vi venir
Con los brazos cargando mis quintillizos
Yo me parecía a el
Quería quedar limpia de esas cosas,
del imperio eutanásico de las manos secas.
Hacia invierno y todo aquello fue una caza
/nostra maxima culpa/
Un terror un inmundo mapa ordenado
Bordando el espacio muerto.

Había bebes,
Ardían como pollos en las habitaciones,
“Siéntense, rómpanse, suicídense sobre mis pies”-decía-

-I am scared.
-What if I kill you?
-What if I kill myself?
-I will kill you again.
-Herr Doktor, I am scared.

Los cadáveres enteros para devorar,
Mis huesos dormidos en el Cyclon de Auschwitz.


Poema perteneciente al libro “Los Años Vendados”, ediciones Baobab 2006


AMNESIA

Lo que se dice no existe. Existe la herida, la profundidad de la sangre, la orfandad de la piel. Me quejo porque lo que trajeron las margaritas este verano fue fiebre. Si lloro es porque el alma que estudia las poses de los bebés que ladran desde mi madre que llora me aborta viendo oscura agua natal nacer desde otros ojos (bebo al silencio de la mano y la botella vacía) río en mis rezos o ríos de huesos que son nuestra historia entre naufragios perdidos o las articulaciones de mis padres tratando de armarse.

Si nocturno es vuelo y mi olvido brutal, tan descaradamente tejido como un lago donde para siempre alguien se habrá asfixiado, lo que importa es que me olvido o me han prendido fuego mi nombre, diciendo vuelve el hombre que me ampara que ha cuidado de mi a la esperanza.
Tú me preguntas si digo del sol que cada vez se amanece mas adentro y mas tarde en lugares donde son pequeños los niños de mi locura. Yo sólo digo que afuera llueve y es tarde para cantar que se ha perdido y yo en mí, simplemente tarde, porque en lenguaje o en poema he intentado hacer, he intentado componer pero de palabras he perdido y sin embargo, afuera llueve y es tarde.

Poema perteneciente al libro, aún inédito, Agua.


Maria Victoria Dentice tiene veinte años, es estudiante de segundo año de la carrera de filosofía en la Unsam, nació en Buenos Aires, Argentina, ha publicado recientemente su primer libro “Los años vendados” editado por ediciones Baobab, el cual fue resultado de haber obtenido el primer premio en el concurso urbano y suburbano de cuento y poesía 2005, luego de lo cual participó en dos antologías, “letras del mundo 2006, tomo 1” de editorial nuevo ser y otra, de pronta aparición, de editorial de los Cuatro Vientos. Actualmente se encuentra trabajando en dos próximos libros.

María Victoria escribe a partir del repentino fallecimiento de sus abuelos, Zoraida y Cayetano, para restaurar la palabra, donde la palabra está herida en su ser. Su poesía obra como un llamamiento: es la ausencia o la herida que deja en nosotros la muerte, es la muerte que conlleva decir el propio nacimiento.

http://estatuitas-de-valium.blogspot.com/
http://tierra-de-yemanja.blogspot.com/


[1] Este poema fue de escritura automática. No tengo certeza de si existe un lugar llamado así, pero si hubo una mujer, de quien no se su nombre, que quería dar a conocer su historia. Ella me pidió escribir lo sucedido. Luego lo termino en “el llamamiento al hueso”

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿QUÉ DECIR DE VICTORIA QUE YA NO SE LO HAYA DICHO EN PERSONA? VICKY ESCRIBE LO QUE HAY EN MI ALMA, Y NO ME ATREVO CAPAZ DE DECIR. ES ELOGIABLE SU POESIA COMO SU PERSONA, A VECES MELANCÓLICA, OTRAS PERVERSA, OTRAS DÓCIL, PERO SIEMPRE SOLEMNE.

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