domingo, 27 de enero de 2008

LA MUERTE ES UNA BUENA MAESTRA: Óscar Hahn. Hotel de las nostalgias por Paul Guillén

Óscar Hahn. Hotel de las nostalgias. Lima: Lustra editores, 2007. 78 pp.

En un artículo nuestro sobre el número 2/3 de la revista peruana Ginebra magnolia dedicado a la poesía chilena del siglo XX afirmábamos que “desde que en 1979 la editorial Ruray publicara la antología Siete poetas chilenos, no habíamos visto un esfuerzo tan encomiable como éste”, en ese mismo sentido, se inscribe la propuesta de lectura antes que antología Hotel de las nostalgias de Óscar Hahn (Iquique, 1938) compilada por el poeta peruano Víctor Ruiz Velazco. Hahn tiene como antecedentes editoriales en el Perú la edición de Agua final bajo el sello de La Rama florida en 1967, Arte de morir con Ruray en 1981 y La muerte es una buena maestra con ediciones El Santo oficio en 2000, antología compilada por Miguel Ángel Zapata, en ese sentido, la relación de Hahn con el Perú se torna fluida y fructífera y como se incide en la presentación de Hotel de las nostalgias esta relación “se vio reforzada por notables y entusiastas lectores de su obra, entre los que destacan Carlos Germán Belli, Washington Delgado, Rodolfo Hinostroza y Mario Vargas Llosa”.

En este libro, de manera secuencial, se recorren, a través de un eje temático y no temporal, poemas de los libros: Esta rosa negra (1961), Arte de morir (1977), Mal de amor (1981), Estrellas fijas en un cielo blanco (1989), Versos robados (1995), Apariciones profanas (2002) y En un abrir y cerrar de ojos (2006). La novedad de esta propuesta es considerar la poesía de Hahn en un eje temático, rítmico y armónico de carácter cíclico, antes que como una simple sucesión, y esto se encuentra en concordancia con la particular propuesta del vate chileno, si analizamos el poema “Fragmentos de Heráclito al estrellarse contra el cielo” podemos percibir que el nivel del tiempo y del movimiento no puede ser vivido dos veces de la misma manera: “No nos bañamos dos veces en el mismo río / No entramos dos veces en el mismo cuerpo / No nos mojamos dos veces en la misma muerte”, en ese sentido, si analizamos los vectores básicos que despliega esta poesía -y que muy bien ha sabido detectar el compilador- serían la dicotomía barroca entre la muerte y el amor, la presencia de lo fantasmal y lo real, lo incierto y lo inestable, las aves como un elemento fantasmagórico y un manejo de lo irónico y el lenguaje callejero para desacralizar la figura del poeta, esto último viene a reforzar la convivencia en la poesía de Hahn de elementos de la anti-poesía, como del lenguaje “literario”, la poesía griega, goliarda o la presencia de poetas españoles del siglo de oro como Góngora o Quevedo.

Para algunos críticos el lenguaje de Hahn es inclasificable, para otros, transitaría algunos vectores del manierismo; para nosotros, se trata de una de las aventuras más constantes, concientes y prolongadas en la poesía latinoamericana del Siglo XX que ha sabido consolidar un programa de escritura, antes que un conjunto de poemas independientes unos de otros. Por eso, valdría la pena considerar la poesía de Hahn como un ciclo continuo, donde los contrastes entre elementos opuestos conviven en un mismo discurso. La poesía de Hahn es la imagen de la muerte y la vida suspendida en un mismo texto. Un texto que nos entrega Lustra editores como una fruta madura y fértil.

1 comentario:

cascanueces dijo...

CUIDADO: fiarse de encuentas realizadas a traves de blogs es bastante ingenuo, mas si quieres hacer un estudio serio. Van unos nombres que no he visto en tu lista: de Argentina es imprescindible Fabian Casas y Damian Rios, de Chile Diego Ramirez y Paula Ilabaca, de Mexico Julian Herbert, de Peru Miguel Ildefonso y Roxana Crisologo. Y nuevamente mucho cuidado, no en todos los casos los nombres que has citado podrian llamarse representativos. Quien va a creerte cuando dices que la poesia de Salomon Valderrama o de Victor Ruiz podria estar al nivel de la de German Carrasco? o que la poesia de Freschi es mejor que la de Crisologo o del mismo nivel de la de Alvarez?

Cinco poemas de Nuno Júdice

SINFONÍA PARA UNA NOCHE Y ALGUNOS PERROS De noche, un perro empieza a ladrar, y después de él, todos los perros de la noche se ponen a ladra...