jueves, 17 de enero de 2008

JUAN RAMÍREZ RUIZ: PALABRAS PARA UN POETA por Óscar Málaga

La única historia de un poeta son sus poemas. Ellos son eternos; el poeta tiene fin. El poeta es un ser humano lleno de debilidades y epifanías. Su vida está llena de leyendas y de anécdotas. No interesan. Vallejo no fue un santo, Ojeda no fue un santo, Watanabe no fue un santo. Pero su poesía es santa, eterna y algún día será de todos, porque ella está en diálogo permanente con nuestra humanidad. Juan Ramírez Ruiz ha muerto. Todos los que lo conocimos tenemos un nuevo dolor. Como todo poeta tuvo una vida llena de desgarramientos y de encuentros gloriosos con la felicidad. Escribir poesía es vivir un instante de alegría. Su vida fue tatuada a fuego por las exigencias de la poesía. Fue del grupo de poetas que hizo nacer Hora Zero. Yo nunca fui ni quise ser de Hora Zero. Pero ellos fueron grandes. Ellos intentaron abrir una casa nueva y llena de vida para la poesía. Fueron seres humanos con aspiraciones de eternidad; es decir poetas. Tuvieron contradicciones y desencuentros y alejamientos; también, cercanías creadoras, batallas comunes y una amistad forjada en esa nueva poesía que proponían. Los poetas solo tienen una manera de defenderse: su poesía. Juan Ramírez Ruiz ha muerto y sobre él no sobrevuelan buitres, veo solo Ángeles venidos desde todos los horizontes que caben en la vida de un ser humano. Algunos llegan desde la amistad; otros, desde la poesía, pocos, desde la rabia. Todos, unos y otros y otros, estamos aquí, cerca de él, desde la admiración, desde el reconocimiento de su gran y eterna poesía.

La Perla. Enero, 2008
Fuente: Terra ígnea

1 comentario:

Anónimo dijo...

es vergonzoso que haya quienes quieren ver en el recital de homanaje de hoy un "desagravio póstumo". Qué cobardía! qué infamia!

CINCO POEMAS DE JAVIER DÁVILA DURAND (Iquitos, 1935-2024)

EPÍSTOLA A JUAN OJEDA Te recuerdo una tarde de la patria mía. Volvías del Brasil desengañado. Acababas de quemar tus naves en el Puerto...