viernes, 6 de julio de 2007

El Cervantes para Panero


Panero ha vuelto

Panero ha vuelto sobre el espinazo duro,
la costra inútil, el espanto de España
que no deja dormir a España,
con sus dos ojos lúcidos y dientes de lobo falso
clavados en la sopa negra de su poesía.
Sale del sanatorio y lee
para que España le siga olvidando.
No quiere un escupitajo de Lacan
sobre la escudilla de sus palabras, nada,
y recuerda el gris invierno sin descifrarlo
ahora que es verano en la península,
vencido con sus rótulas amarillas,
incomprensiblemente muerto de miedo sonríe,
asciende asustado arrodillado se queda balbuceando
sobre Panero, al que dejó loco
orinando el cielo de España.

Rolando Gabrielli

España debiera entrar en razón y premiar con el Cervantes a Leopoldo María Panero. Es un acto de locura no hacerlo. Un poeta que no está loco no es poeta. A Panero no le sirve hacerse el loco y de hecho todos creen que lo está. El Cervantes en sus manos le conviene a España, a la poesía, a Panero, y sobre todo, a un premio de esta naturaleza: credibilidad y prestigio. La poesía volvería a respirar la gracia auténtica del verbo. Panero no ha hecho otra cosa que vivir libre dentro de la palabra, prisionero del error de su locura. Nadie en su sano juicio puede encontrarle culpable de ser poeta, de actuar sin razón, privado de ella a la vez con la razón de la vara con que se mide la normalidad .¿Cuántos andan sueltos ajusticiando la realidad con la inocencia de sus banderas? Panero escribe lo que le dictan los duendes de su realidad, los verdaderos. Allí se inclina junto a la locura de España y del mundo, que no es poca, con sus cigarrillos y Coca Cola light hace los días en su palabra. Dice que le teme a la muerte, pero es el guionista de su sombra. Panero escribe con terquedad el Epitafio de su vida y espanto. El agujero que le asombra por la la luz que le prodiga en la sombra de España. En vano ha intentado quemar sus palabras antes que salgan de su boca y su precio ha sido alto. Y Panero dice:

Estoy de rodillas ante la roca./ Quién fui, lo sabe la roca./ Que no seré nadie al fin, la roca lo dice /y el valle lo difunde.

http://rolandogabrielli.blogspot.com

2 comentarios:

José Agustín Haya dijo...

Panero no es sólo poeta libre de expresión verbal, es libre de espíritu. Su poesía es fuego vivaz y reflexivo. Recomiendo "El tarot del inconciente anónimo".

kurubeta dijo...

Guillén, lo traeremos Sudamérica, un manicomio gigante, para que muere entre nosotros...No le darán nunca el cervantes porke nunca defendió a la izquierda, ni escribió un poema sobre los pobres y abandonados del mundo...Siempre fue egoísta, el de la poesía clar.

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