jueves, 14 de marzo de 2024

Cinco poemas de Julia Wong Kcomt



AL CAMAL

Me pregunto si me abrirás
utilizando un cuchillo de camal
como un trofeo

herida estoy
toro salvaje al fin
sobre la lona nada se hace

reviéntame el ojo, las cejas, el labio
mientras meces mi cara con tu puño

me acuerdo de ti tribal
de tus rodeos
veo mi cuerpo balanceándose
apenas levanto las piernas
frunces el ceño
me das con los hombros
bailando fugazmente hasta partirme


                (de Historia de una gorda)



El Gallo Rojo


    a Wata, In Memoriam


Se muere el Perú.
Como los ajos
este albur de camisas
con maestría cortadas.
Las ventanas de fierro.
Barrocas.
Incesantes.
La pintura manchando mis ovarios.

Ahora el sushi se ha vuelto idioma
del pueblo
y mis tallarines poderosos
esperan en una olla olvidada.

Papá dijo que odiara a los japoneses
como dicen que odie a los chilenos.
Mas, de tanto amor,
no encuentro diferencias
entre el cerezo, la sakura, la flor de loto y el olivo:
Jesucristo tamiza en el Atacama
semillas de uva colorida.

Se muere el Perú, Wata,
y sólo recuerdo lo que dijiste de mi tía:
“Estaba buena tu tía Carmen,
no parecía china”.
Sonreí sin ofenderme, porque en el Perú nadie
parece nada.

Había un chifa.

Tomabas sopa wantan
con tus amigos chinos,
y mientras se buscaba un emblema
que superara el centímetro y medio
de diferencia en los párpados,
un gallo rojo
emitía un sonido más fuerte que la nada.

Se nos muere el Perú.
El canto del gallo volverá cuando vuele la piedra.


                                            (de Bi-rey-nato)

Crédito de la foto: Dirk Skiba


POEMA A LA DISTANCIA


            si yo fuera eielson
            pintaría un colibrí en tu lengua



si has sentido alguna vez que hablas con la pared
que hablas con la pared
y recuerdos de pajaritos muertos
y niñas amordazadas en zaguanes
repletos de gatos
apareándose como en un anime
muy sangriento, muy cruel

y que todo tu amor
no es más que un vómito
que alguien pisa sin percatarse
de la humildad repentina en su zapato
y un muchacho bueno
te dice que no eres su tiempo
y corres por un pasaje enrejado de buenos aires
buscando otra melodía

un andar de procesión que
sea como un dedo intermitente
en el hueco más hondo de tu cuerpo
y no sabes como encender la luz
en los ojos de todos tus amigos
de toda tu familia que parece culparte de tantas desgracias
de los niños que mueren y
de los cuadros mal pintados

si no sabes cómo pintar uvas en un bodegón
que reclama a gritos el espíritu de la embriaguez

porque el escenario de nuestra locura y nuestra impotencia
es más grande y más hondo que todas las penumbras

si no hay luz cenital
ni trazo en la guardia plana
que solo ansía una nueva suerte
y el esperma glorioso
se pierde en las mangas usadas
de este siglo
lleno, lleno de basura

si no ves con ojos de la duda
la desesperación del cubismo
por qué hay liquen en el pelo
y cámaras escondidas
vigilando la historia, espiando dementes
las heladeras muertas de frío

es que falta amasar el pan
poner ajonjolí en la lengua de un caballo
pedir a un hombre que me bese la espalda sin darme cuenta
que mate a mi hermana
que haga justicia
a la niña que no he curado
y me devuelva la gloria
de ese grito interminable
que sale de mi coxis, de las cosas que no entiendo
de la constante negación de mi útero de elefante.


                            (de Un salmón ciego)




DIRTY WONG

Casi al anochecer, pateo mi propia sombra de hielo.
Salgo a guarecerme de mi última herejía
por el alambrado neón hispano,
California lingüística y fractura.
 
El reino de los habladores me circuncida como a una araña triste.
 
California es un continente: son depredadoras,
eructan el alimento robado al soberano,
herederas anglófonas de virtudes tridimensionales.
 
No han podido curar su melancolía medioeval. Allí,
proyectadas en otro imperio de Piedras santas,
rasgadas en su moneda bilingüe.
 
Nos buscamos. Lo presiento. Me conmueven.
 
Compartimos la misma duda,
la nueva tela que tejeremos, nos condenará al cáncer o
a la tristeza,
a la ambivalente soledad.
 
Ellas auscultan el porvenir en idiomas que yo ni me puedo imaginar,
japonés o árabe, por ejemplo.
Gálico.
 
En la penumbra es fácil desvestirse y succionar los finísimos hilos erectos.
 
Cada poro espera por algo, extraña jadeos, soplidos lejanos y manías copiadas de
absurdos jardines pornográficos:
amarás el vuelo arácnido, amarás a tus hermanos, cogerás con tus primos y desearás a tus tíos.
 
Este es un vergel fundado con la sangre de los chivos expiatorios.
 
Pienso que debí ir más seguido al cine en minifalda
y masturbarme con películas baratas.
 
Así no me asustaría,
con ninguna anécdota sobre los chinos del barrio
timbeando toda la noche,
gambling se dice en inglés.
 
Jugándose la vida.
Regresan a su casa con los bolsillos vaciados por el
placer de echar los dados al abismo:
Los que siempre ponen el ojo en la mujer equivocada.
Las que deseamos al hombre que nunca nos va a pertenecer.
 
Durante el juego dejan pasar en la tele
Terciopelo azul y Muholland drive,
podrían constituir una hecatombe en el neurocórtex.
 
Sólo un marido alemán hubiera consentido en ir conmigo a la función de medianoche y mientras, Isabella Rosellini aguanta el llanto, él cambiaría de butaca y diría algo así:
—Mache es selber Kleine, ich gehe kurz eine rauchen…[1]
 
Me liberaría de la utopía de hombres latinoamericanos, de los santos Tupacs con sangre real, amantes de sus hordas y sus pueblos sumisos y devotos. Eso, me libraría de escribir una hagiografía de mi padre oriental. Eso, me liberaría de ver la saga completa de Matrix y ser la fan número nueve millones mil quinientos de Saint Keanu en Instagram.
 
Mi sombra y yo
nos pateamos mutuamente,
jugamos una suerte de gincana popular.
 
Trato de limpiar con alcohol mis turbios deseos,
mirada irónica sobre los dientes amarillos.
 
Los cigarros se deslizan de las bocas secas que contienen el apetito por el vecino y flirtean con lejanos perfiles en países aún más lejanos que la luna.
 
Todos han enfocado su atención en la película
y no en su propio deseo.
 
Afuera huele a anticuchos,
ese olor a vinagre y ají molido.
 
En la penumbra
he tomado una mano oscura
y le he suplicado
salir conmigo
a tomar aire fresco.


 
[1] Nota del editor (NE): Traducción del alemán: Hágalo usted mismo, pequeño, voy a fumar un momento…  


MIA FILHA E UMA GAZELA 

¿Por qué escrivo este poema en Portugués? 
Una esquina se aquilata de cómo acuestes tu espalda cansada de noche aguaitando 
El farol se rompe en lágrimas maternas 
¿Qué le pasa a la filha que quiere correr como gacela? Introducirse en el pesebre nórdico 
De las cuevas misteriosas de los altos de Jalisco 
Te desenrosco, pequeña... te desconozco en tus cuatro patas ágiles 
Elevándote ligera sobre mí, sobrevolándome con pericia. 
Obviando mi leche materna y mis cromosomas ennegrecidos por la rabia 
Tengo tres inviernos a cuestas, pequeña 
Poco hombre, mucha hambre de abrazos honestos 
Esos que desgarran los bolsillos marxistas de mi circunferencia Nunca he sabido si un hombre quiere un beso o mis oídos prestos Nunca sé si mis piernas 
O un potaje bien preparado 
Nunca si quiere elevarse sobre la copa rampante de los árboles desnudados por la nieve 
En invierno, lo opuesto a hija es nostalgia 
Y ese dolor que quema como hielo atizado con pintura roja 
Quedo preñada del mar. En invierno siempre me embaraza el mar. 
Pero ya no doy de parir ninguna pequeña, sino soliloquios, matanzas imaginarias 
De una especie de ilusiones que se van convirtiendo en problemas neuronales o lapidan el riñón de la forma más extraordinaria, que la nieve pueda construir en los ojos 
Digo que prefiero el verano, sin embargo, el invierno es la estación de las hijas, porque buscan a sus madres, se acurrucan en sus axilas azuladas, enmohecidas por esos abrazos rechazados 
Las palabras que dicen estar de más y la longitud entre el vientre y la placenta apestosa 
En un palacio de crímenes que se van desperdigando como huevos de ave acabada de disparar. 
Del francotirador poco se sabrá. La gazela vieja seguirá esperando un cuarto invierno que nunca llegará. El venado azul es un tótem, una muralla que impide el melodrama familiar en la evolución de las especies. Y la pequeña gacela se ilumina con su propia menstruación y 
su saliva 
Y allí volando 
Ajena a este dolor de haber parido hace mucho ya, pero recrearlo en la venganza sonora del primer amor, el que inicia en el placer a la verdad y la mentira, el estómago rumiante 
Y los copos de hielo acicalados por la economía de los bosques de bohemia. 
No estornudes, que todas las grutas caerán. Esa otra mejilla que has puesto históricamente para que te apabullen se vengará de ti cual mantra. 
Nada te aparte de mí, Gazelita, 
Nada te impida llegar sana y salva a tu guarida.


                        (de Tequilaprayers)


* Los tres primeros poemas fueron tomados del blog ÁNGELES DEL PAPEL (angelesdelpapel.blogspot.com)

** El cuarto poema fue extraído de Dirty Wong (Julia Wong Kcomt) (lyrikline.org)

*** El quinto poema fue seleccionado por Paul Guillén.



Julia Wong Kcomt nació en Chepén en 1965. Fue una poeta, narradora, gestora cultural, de ascendencia china. Directora del Festival de Poesía en Chepén. Anteriormente, también impulsó encuentros literarios en Argentina. Vivió en varios países como Alemania, China, Argentina y Portugal. Entre sus publicaciones más destacadas se puede encontrar Pessoa por Wong, un artefacto híbrido, que considero uno de los grandes antecedentes de poesía documental en el Perú y en Latinoamérica. En un post de 2019 apunté sobre este libro que es "un texto escrito mezclando el libro de viaje, la traducción y la poesía documental, que reflexiona por la relación con el padre, la migrancia, las fronteras y los afectos. Lo interesante de Wong es que se entronca con un tipo de poesía experimental, donde cobra importancia el documento, la intervención de imágenes, el ensayo, el apunte autobiográfico; en este tipo de poema no es tanto la socialización, sino el yo mutable e híbrido" (Paul Guillén sobre Julia Wong). En setiembre de 2023, en una librería de Barranco, se presentó su último libro publicado en Lima, 11 palabras. Una noche de un lunes con amplia concurrencia y firmas y fotos por doquier. No pude dejar de pensar en que esa era como una especie de despedida. La querida Julia Wong partió de este mundo el 13 de marzo de 2024. Aunque en el caso de Julia Wong es muy difícil dividir su escritura en géneros literarios, copiamos aquí una bibliografía sacada de Wikipedia: 

Poesía

Historia de una gorda. Editorial Libertad, 1992, Trujillo, Perú.

Los últimos blues de Buddha. NoEvas editoras, 2000, Lima, Perú.

Iguazú. Editorial Atril, 2005, Buenos Aires, Argentina.

Ladrón de codornices. Editorial Patagonia, 2007, Mendoza, Argentina.

Bi-rey-nato. Editorial El suri porfiado, 2009, Buenos Aires, Argentina.

Un salmón ciego. Borrador Editores, 2008, Lima, Perú.

Un pequeño bordado sobre la vergüenza. Matalamanga Editores, 2011, Lima, Perú.

Lectura de manos en Lisboa. Melón Editora, 2012, Buenos Aires, Argentina. Editatú, 2013, 2022, Lima, Perú.

La desmineralización de los árboles. Paracaídas Editores, 2014, Lima, Perú.

Un vaso de leche fría para el rapsoda. Celacanto, 2014, Lima, Perú.

Oro muerto. Cascada de Palabras Cartonera, 2017, Ciudad de México, México.

Tequilaprayers. Paracaídas Editores, 2017, Lima, Perú.

Pexuña de dragón. Chile: Andesgraund, 2018.

Urbe enardecida. Ubre enardecida. Viajera Editorial, 2020, Buenos Aires, Argentina.

Antología poética (1993-2019). Gafas moradas, 2020, Lima, Perú.

Sopor. Editatú, 2020, Lima, Perú.

18 poemas de fake love para Keanu Reeves. Cascada de Palabras, 2021.

Vice-Royal-Ties (tradución al inglés de Bi-rey-nato). Ugly Duckling Presse, 2021, Estados Unidos.

La tercera guerra lunar. España: Liliputienses, 2023.

Narrativa

Bocetos para un cuadro de Familia (Novela corta). Borrador Editores, 2008, Lima, Perú.

Margarita no quiere crecer (Cuentos). Borrador Editores, 2010, Lima, Perú.

Doble Felicidad (Novela). Editatú, 2012, Lima, Perú.

Los papeles rotos. Textos extraños. Ediciones El viaje, 2014, Guadalajara, México.

Mongolia (Novela). Animal de Invierno, 2015, 2023, Lima, Perú.

Pessoa por Wong. Hannan Harawi, 2017, Lima, Perú.

Aquello que perdimos en la Arena (Novela). Editorial Peisa, 2019, Lima, Perú.

Océano al revés (Novela). Ediciones Altazor, 2021, Lima, Perú.

Cuaderno negro de Almada (Novela). Editorial Gafas Moradas, 2022, Lima, Perú.

11 palabras. Cocodrilo Ediciones, 2023, Lima, Perú.


*** También puedes leer tres poemas de Julia Wong publicados en Sol Negro en el 2013: sol negro: TRES POEMAS INÉDITOS DE JULIA WONG (sol-negro.blogspot.com)

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