Fuente: TAJO |
Señorío
Usted es la responsable
señora mía.
Usted alimentó
precoces relámpagos
y peligrosas luces
Cuando todo era laberinto,
asfixiado de preguntas,
la única certeza era el terror
que me inspiraba la rutina,
los estrechos límites
a los que parecía destinada.
Usted, señora hermosa,
alimentó
esta terca manera
de escudriñar abismos
y el entrañable gozo
de elegir el decirlo.
Usted, señora mía, me regaló
la agilidad que paseo
desafiante de años.
Usted me edificó
un espacio frágil y cierto
en un territorio de castas
y largos abolengos.
Ante las dentelladas,
fueron sus azules brazos
valerosa señora,
mi perfecta cobija.
Cuando la soledad
y el desamparo quebraban mi soporte
pude volver siempre los ojos
a su ardiente esplendor, señora mía.
Así, gozosa entre desgarros o silencios
me dediqué a estos objetos
con que me regocijo.
En su nombre.
Gloria Mendoza Borda con Sonia Luz Carrillo en la Plaza Mayor de Ayacucho. Fuente: Cervantes Virtual |
Sutiles rejas tejidas a las horas
Tal vez no se repita
este mediodía.
Balcones
mudos zaguanes,
estoicas escaleras.
Tímido sol combatiendo la niebla.
Tal vez no se repita.
Pero ya instaló en la memoria
su melodía
de calles recobradas,
sutiles rejas tejidas a las horas.
Palabras como cántaros,
en serenas plazuelas.
Frente a esta callada fuente
Si hubiera alguien
ahora mismo
en esta banca
en este patio
frente a esta callada fuente.
Y si yo hablara
y me respondiera un acento
sereno.
Y si al volver la cara
encontrara
una amena sonrisa
y otra vez la calma
y no solo
el bello extremo
de esta banca
en este bello patio
frente a esta fuente
callada.
A una mariposa muerta
en un estanque
Una confusión te arrastró al celeste
artificial
¿Cómo fue que caíste
Suicida negra
y amarilla?
Solitaria
ahora en el inmenso
cuadro no pintado.
¿Te faltó a tiempo
El punto de referencia
que atajara la caída?
¿El gesto que
advirtiera
que el cielo estaba
exactamente
al frente
de lo que feroz y ladino
te imantaba?
Nada estuvo cerca
Nadie estuvo cerca
Y si hubiera estado
¿Habrías cesado el enardecido aleteo?
Suicida negra
y amarilla
es desesperante la belleza
de este cuadro no pintado
la belleza ahora inútil
que procuro aprisionar en estas líneas
como un último intento
de salvarte.
Sonia Luz en 1973, año de la publicación de su primer libro Sin nombre propio. |
Toulouse sosegada a la hora
en que se inventan premuras
Llévate
el río Garonna
a esta hora del crepúsculo.
Llévatelo
en la retina
a esta hora
Mientras el sol
dora blacones sonrosados
y es calma
el agua que
el viento lame
verde y oro
Llévate a Toulouse
con el eco
de su helado sol
extranjera
solitaria y muda
en el malecón desierto
en medio de los pasos
Lectora
de inscripciones invisibles
a otros ojos
que miran sin ver
que ven
sin dejarse mirar.
Toulouse
se queda mientras entras o sales
sin haber aprendido
casi ninguna
de sus señales.
La condición de lo diferente
está en tu lento caminar
que estorba
el paso de los que corren.
La condición de lo diferente
está en tu gusto por mirar y mirar
sin importar que te vean.
Estás de paso.
Dentro de poco
la belleza de estas calles
estrechas y sonrosadas
será apenas
un fragmento iluminado
a lo lejos
por este sol helado
sobre el Garonna
verde y oro
a esta hora
del crespúsculo.
* Todos los textos pertenecen a Callada fuente y han sido seleccionados por Paul Guillén.
Sonia Luz Carrillo Mauriz (Callao, 1948). Poeta, periodista, crítica literaria, profesora universitaria en la Universidad Mayor de San Marcos. Miembro de la Generación del 70. Poemarios: Sin motivo aparente (Causachun, 1973; 2da ed. Qwerty, 2023), Poemas (1976), ...y el corazón ardiendo (Ediciones Poesía, 1979. Prólogo de Alejandro Romualdo), La realidad en cámara oscura (Ediciones Capulí. Colección Urpi dirigida por Cecilia Bustamante, 1981), Tierra de todos (Ediciones Poesía, 1989), Las frutas sobre la mesa (Arte/Reda, 1998) y Callada fuente (Paracaídas, 2011. Epílogo de Jorge Nájar).
1 comentario:
¡Gracias!
Sonia Luz
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