lunes, 5 de febrero de 2007

4 POEMAS DE JAIME FERNÁNDEZ (AMADO STORNI)


SI TU ESTUVIERAS AQUÍ


SI tu estuvieras aquí
el mundo giraría más deprisa que mi soledad
y el Amor no sería un pájaro sin alas
al que tengo que enseñar a volar todos los días.

Si tu estuvieras aquí
mis sueños que son tuyos dormirían a tu lado
y el deseo no sería una ventana enladrillada
con vistas a los besos que te debo.

Mis futuros no serían pasados imperfectos
y mis labios, adúlteros de ausencias,
aprenderían a decir “te necesito”.

De no haberte conocido,
¿qué parte de mi alma se habría quedado estéril,
estéril para siempre?.


LA VIDA ENSEÑA


LA Vida enseña y el Hombre aprende.
Aprende a soñar despierto,
a nadar contra corriente,
a vencer el miedo al miedo,
a reírse de uno mismo,
a aprender de los errores,
a llorar en los entierros,
a sufrir las despedidas.

El Hombre aprende porque la Vida enseña.
Enseña a morir de Amor,
a vivir arrodillado,
a perder las ilusiones,
a invertir en desengaños,
a tropezar con las piedras,
con las mismas piedras siempre.

El Hombre aprende,
la Vida enseña y yo
no he aprendido nada.

Y sigo muriendo de Amor
por quien de Amor
por mí no muere,
tropezando en las mismas piedras,
malgastando la ilusión
con quien nunca me ha llorado,
con quién nunca me besó.

El Hombre aprende,
la Vida enseña y yo
no he aprendido que los sueños
son puntales de Esperanza
derribados por la vida
a golpes de desengaños.

No he aprendido que los sueños
se despiertan cada día
a golpes de realidades
y se derrumban
como castillos de arena
construidos en el aire
con el sucio acariciar de la rutina.

Roce a roce.
Día a día.
Soplo a soplo.
Grano a grano.

Pero sé
que aunque el invierno es duradero
y que vivir me duele más
que el mordisco de los perros,
que soñar nunca se olvida.

EL HOMBRE

EL Hombre, el mismo que duerme y sueña,
vive, muere, se reproduce, siente,
ese que tantas veces se arrepiente,
se hipoteca, respira, roba, empeña.

El Hombre, el mismo que palpa y toca,
seduce, imita, llora, miente, humilla,
ese que tantas veces se arrodilla,
que interpreta, predice y se equivoca.

Ese Hombre que se cree que el mundo es suyo,
que por su propia especie es devorado,
que empuja a los demás a sus deseos.

Ese Hombre que aniquila con orgullo,
que lo ajeno es su bien más deseado,
ese Hombre tiene estatua en los museos.


DONDE FUERON

DONDE fueron el ritmo y la cadencia
el gusto por la rima donde queda,
que fue de Garcilaso, de Espronceda,
la forma, el fondo, el ser, la quintaesencia.

Donde fueron los mundos “darinianos”
tan llenos de color y fantasía,
donde fue, en resumen, la Poesía,
la estrofa, el metro, el don, los parnasianos.

Donde fueron la lira, los sonetos,
la rima encadenada en los tercetos,
la Vida descosida en cada estancia.

Que queda del pasado alejandrino,
del verso que enterrado en el camino
yace muerto y tan lleno de fragancia.


Jaime Fernández, AMADO STORNI, (pseudónimo que adopta en reconocimiento a la poetisa argentina Alfonsina Storni). Nació en Madrid (España), pero alcarreño de adopción, es licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid. El 11 de marzo de 2004 la Editorial Visión Net le publica su primer libro: "BIOGRAFÍA, OTROS POEMAS, EL MUNDO QUE ME MATA". El 4 de Mayo de 2005 la Editorial Egartorre le publica su segundo libro: "PRÓXIMA ESTACIÓN: PRIMAVERA". El 28 de Diciembre de 2006 la Editorial Visión Net le publica su tercer libro: “VERSOS EN LOS LABIOS”. Sus poemas han sido publicados en revistas y foros literarios de la categoría de "Prometeo", "Poesía Pura", “Ababolia” y en libros recopilatorios de poesía como "VIVENCIAS SECRETAS", “PÉTALOS DE PASIÓN”, "AMOR OLVIDADO" o “DESDE MI VENTANA: SOLEDAD Y VÉRTIGO”. Ha sido finalista del I Premio de Poesía HIPALAGE con el libro aún sin editar titulado “EN TANTO QUE DE ROSA Y AZUCENA” y cuyo fallo se produjo a finales del mes de Noviembre. Su poesía se puede disfrutar en la dirección: http://es.geocities.com/poesia682004/

No hay comentarios.:

CINCO POEMAS DE JAVIER DÁVILA DURAND (Iquitos, 1935-2024)

EPÍSTOLA A JUAN OJEDA Te recuerdo una tarde de la patria mía. Volvías del Brasil desengañado. Acababas de quemar tus naves en el Puerto...