domingo, 30 de agosto de 2015

OESTE ORIENTAL DE PEDRO FAVARON, por Paul Guillén

Oeste oriental (Lima, 2008) segundo libro de Pedro Favarón, contiene 69 poemas dentro de una matriz que proviene de Vallejo, Churata, Adán y Belli, se inserta en una línea que reformula el lenguaje y muchas veces prescinde de conectores y pronombres, el verso por lo general se encuentra construido por un sustantivo, un verbo más complemento, siendo intenso en el hipérbaton. Ricardo Miranda Tarrillo dice a este respecto que “desafía en prosa y en verso las formas convencionales del estilo, utilizando la temática quechua y aymara en versos que ofrecen la inequívoca apariencia de traducciones directas de las lenguas andinas. Tanto es así que prescinde de artículos y conjunciones para hilvanar sus versos”. El mismo autor ha declarado sobre este libro que es “un poemario que tiene que ver con la migración que hice del Perú a la Argentina. Son textos escritos en el camino recorrido entre Lima, Buenos Aires y otras ciudades. Estas andanzas las realicé a lo largo de cinco años. El libro lo considero como una colección de poemas sueltos donde hay diversos temas como la vida urbana y rural, la muerte, la política, la rebeldía y al final cierro con los aspectos místicos y el encuentro con el antiguo Perú. Además se produce un cruce entre el castellano y el quechua, incluyo también mi experiencia personal de migrante combinado con los viajes por las montañas andinas y los desiertos costeños”. Los alcances de esta propuesta es dar otra versión del mundo andino e incluso amazónico. Favarón hace una síntesis de la historia espiritual del mundo andino. Tiene ciertos elementos chamánicos y rituales que nos hacen pensar en que su poesía tiene una base neobarroca, pero que se inserta con elementos de crítica política y reivindicación para erigir una nueva cosmovisión del mundo. Un mundo que es híbrido, sincrético, de "todas las sangres" en feliz expresión de Arguedas. Además, muchos de los poemas mezclan el español con el quechua y en muchos pasajes podemos pensar que existe la preponderancia de un español andino y esto es determinante en su concepción del mundo, en la ideología que subyace al texto poético. Víctor Coral ha afirmado sobre este libro que “vayan como logros –y no pequeños– la capacidad esporádica de resumir en unos versos la condición histórica del hombre, donde sus proyectos y utopías (“piedras futuras”) no pueden modificar, o salvarnos de ser, lo que somos (“sernos el mismo”), frente a lo cual se pregunta la voz si la salida es “volverse crudo al grito”; pero también la vigorosa asimilación del neobarroco latinoamericano (Perlongher, Kozer, Reynaldo Jiménez, tal vez Deniz) y los puentes subterráneos con Martín Adán y cierta poesía quechua (además del dominio de alguna poesía oriental, especialmente la sufí)”. Favarón con Oeste oriental ha cimentado la idea que el neobarroco peruano (Lauer, Morales Saravia, Chocano, Jiménez, otros) tiene en él una de sus puntas de lanza e incluso se permite retomar el personaje vallejiano de Rita: “Sé que dulce Rita anda con otro", en un estilo lúdico y que a la vez le da la vuelta al poema de Vallejo. Con respecto al título del libro el mismo autor ha afirmado que “durante mi permanencia en Buenos Aires, Argentina, descubrí que el Perú es un país “no occidental” con una sensibilidad andina más cercana al oriente que a occidente”. En ese orientalismo de su mirada reside gran parte de la grandeza de este libro. Propone una racionalidad andina, un “otro” mundo, “otra” ideología y “otra” poesía. Nueva corónica y buen gobierno de Guamán Poma de Ayala, muchos poemas de César Vallejo, El pez de oro de Gamaliel Churata, Las tres mitades de Ino Moxo y otros brujos de la Amazonía de César Calvo serían algunos de los caminos que se hermanan con este Oeste oriental.

Bibliografía
CORAL, Víctor. “Oeste oriental, de Pedro Favaron: Rústica lujuria de la lengua”. LetrasS5 (http://letras.s5.com/vc181009.html). 
MÉNDEZ, Alberto Antonio. “Pedro Favaron: escritor peruano en Montreal. Poesía andina toca fibra amazónica”. La Voz de Montreal, número 1. Montreal, 25/02/09. 
MIRANDA TARRILLO, Ricardo. “Oeste oriental de Pedro Favaron”. La Voz de Montreal, número 4. Montreal, 11/03/09. 




de
Oeste Oriental 
(2008)


3.

Carencias sobrepuestas
machacando piedra
temblando tragantada
estallido del umbral.

Madre Virgen dientes de lagarto
Santa Rosa orgasmo crucifijo;
María, hija de Ana envejecida
seducida por ángeles ebrios.

¿Trazar trilogía
amaneciendo ausente
sobre tanto pariente muerto?

Veo a mi padre firmamento
entre tenazas de Cáncer
maldiciéndome su condena.

Odiaré progenitor toda vida
tatuado de adolescencia roja.

Dura horror insondable
la caída.


4.
a R.L.R.P.

Sé que dulce Rita anda con otro
sus trenzas ahorcando mi olor
negándome ojos en vuelta a gloria
mientras vegeto exilio, fiebre aria
alcoholizado de rimel y Bizancio
es corriente calcinando arterias.

Naufrago ciudad dolescente
certeza masculla desasida…
dijeron: ¡en un mes su boda!
¿Recuerda risa entre maizales
llamado toma, penetra, fecunda?

Bebo cañazo con gesto asceta
corazón en boca saluda fortuna
sabiendo nadie tocará casa vacía
he de sentarme solo a la mesa
entre edificios altos e indiferentes
sin ala tutelar nutriendo ojo.

Contemplar en desenvaino abandono
resonando eco dios inexistente
no lluvia no casa y primor niégase
sofocando ser en deriva sin elude
mientras Rita, a pesar, me busca
en mirar vacuo, sin confesárselo.


28.

¿Ónde can Cerbero celda ciega
puna doblada ante tres cabezas?
Y tantos nada puede hacérsele
contra 360 grados y doce meses.

Nunca ser sino espacio triturado
labios ajenos fragmentos del vicio
y el Tú y el Yo, sobrevivir apenas
vivir permaneciendo contradicho.

¿Quién nos marca calendarios duros
hierro contra laburante sin olvido?
Ir dormido y aguantarse negado
trabajar con desayuno indigestando…

¡Ya no más hundir pico ardor
ni cayos en frente desahuciada!;
¿o en país ignoto proseguirá
maquinaria encendida y patrón?

Vida háyase tras salto de abismada.
Morir es latido. Latido es aliento.
Aliento es cambio y nada permanece…
Santa revuelta. Santa muerte libera
amnesia de pronombres y quehaceres.

Resplandor en noche
poros nombre madrugal.



35.

Ayar Mayu… callando adentro desierto
sido valle, maná, puquio, ruwan atisqanta:
blanco-yawar-tajo, mundo enmudecido
recordándose, sin embargo, Amaruq churin
amaneciendo porvenir, simi de montañas
aunque historia diga hemos fallado, ebrios
y sólo cañazo caliente punas interiores.

Mayun takishan, anhelando cordillera
sabiéndose océano. Yana Inti, ¿maypitaq kanki
ñok´anchis rayku wañusqanchismanta?
dejando frío, locura, ayllu aullando nada:
sombras aran tristezas y maldiciones
qochakuna inabarcables, eco AKM
pólvora sobre retama… Y queda zumbido
mina vacía desta madre traga-hermanos.

Ork´oqsupay yawark´ochas purichkan
rimaymayu asichkan santa muerte vengadora.

Qasilla qawaykamuy días ahogados, gritando
mascanayku pacha. Pues perdido nada vuelve:
retornando ¡kashanchisraqmi!, seguir caídos.
Espera alba, tayta wamani, wiphala primero
suyashan en mí, sapan runa adolorido
rabia negra arrullada por viento gestante
mundo naciendo mundo nuevo desde fuego.

Presentación del libro "Chepén, madre de arena", de Isaac Goldemberg Bay y Eduardo González Viaña



La Universidad Ricardo Palma tiene el agrado de invitarle a la presentación del libro Chepén, madre de arena, de los escritores chepenanos Isaac Goldemberg Bay y Eduardo González Viaña.

DÍA: 9 de septiembre de 2015

HORA: 7 PM

LUGAR: Auditorio Ricardo Palma. Campus de la Universidad Ricardo Palma. Av. Benavides 5440 - Santiago de Surco - Lima

Se les agradece anticipadamente, por su gentil asistencia.

 Atentamente,

 Dr. Segundo Félix Romero Revilla

Presentación de "Quemado" (Burnt), de Onyeka Nwelue (Nigeria)

Hanan Harawi Editores los invita a la presentación de:

QUEMADO
(Burnt)

del poeta nigeriano ONYEKA NWELUE

Dìa: sábado 5 de setiembre a las 8.00pm en Colo Bar (Bolognesi 198, Barranco). Los comentarios estarán a cargo de Willy Gómez Migliaro y Paul Guillén.

Sobre este libro se ha dicho:

"Arañas, serpientes, disco, violencia paterna, Jacques Brel, el mundo literario de Lagos, los Africanos en Europa – lo que encontramos en Quemado, de Onyeka Nwelue, es una vertiginosa serie de viñetas, anécdotas y narrativas; todo ello relacionado en rápidos momentos sucesivos. La voz es directa, hablándonos a través de los eventos. A veces se asume personal, a veces se desplaza a través de lo escuchado y de lo imaginado. Con mucho, 
Es un mundo multicultural, el libro en sí mismo es una ciudad diversa en la cual cada ventana está abierta. De manera que uno se mantiene mirando y escuchando
George Szirtes (poeta húngaro)

“Sublime, extraño y experimental. Leí Quemado con una gran admiración por Onyeka Nwelue. Cada verso, cada oración, cada línea tiene algo de mal gusto, y sin embargo es hechizante.”
Chika Onyenezi (escritor nigeriano residente en Estados Unidos)

ONYEKA NWELUE (Nigeria)
Su primera novela, The Abyssinian Boy fue publicada por primera vez Nigeria y después en la India y ganó el premio T.M. Aluko como primer libro de ficción y en 2009 ganó el premio Ibrahim Tahir de ficción en el concurso del foro literario para escritores en Abuja. Ha sido nominado tres veces para el Future Awards. En 2013 ganó una beca de los premios Prince Claus Ticket Fund para asistir al festival Writivism, en Uganda. Ha enseñado Adaptación Fílmica en el Centro para la Investigación en las Artes del Cine y la Televisión (CRAFT), en India, y también Escritura de guiones en la Escuela Africana de Cinematografía, en Malawi. Ha dirigido cortometrajes, videos musicales y ha escrito guiones cinematográficos y canciones. Es el presidente de La Cave Musik, un sello discográfico basado en París
Sus escritos han sido publicados en los siguientes periódicos: The Guardian, The Sun, The Trent, Maple Tree Literary Supplement, The Punch, ThisDay y otros. Ha sido presentado en MTV, la BBC y muchos programas de radio.
Divide su tiempo entre Lagos y París
Quemado (Burnt) es su segundo libro.

sábado, 29 de agosto de 2015

Especial Aurora Boreal / Autores de Puerto Rico

Acabado de recibir, directamente de Copenhagen, Dinamarca, lugar q un colombiano trotamundos y soñador erigió como 2do hogar. Allí mora junto a su señora e hijos. Le roba tiempo al diario vivir y ha sembrado una semilla q da buenos frutos: una revista cultural cibernética EN ESPAÑOL. Sí, lee Ud correctamente, en español. El colombiano Guillermo Camacho es el temerario y feliz gestor de esta maravilla en nuestra lengua para millares de lectores de todo el mundo: AURORA BOREAL. El número más reciente está dedicado x completo a nuestra literatura boricua contemporánea. Me da inmensa felicidad encontrar entre sus páginas a gente muy querida, talentosa y trabajadora como lo son Alberto Mtnz.-Márquez, Pepe Liboy Erba, Francisco Font, Dinorah Cortés-Vélez, Rubis M. Camacho, Max Resto y Daniel Torres. También se enfatiza el valor de literatura injustamente olvidada como la de Carmelo Rodríguez Torres, César Andréu Iglesias, Tomás López Ramírez, Manuel Abréu Adorno y la mejor antología édita de nuestra poesía, la q compilara Rubén Alejandro Moreira. Lamento la notable ausencia de los no menos excelentes Juan López-Bauzá, Pedro Cabiya, Carlos Vázquez y Luis Negrón. 

Enardecidamente,
edgardo nieves mieles

Te invitamos a descargar el especial Aurora Boreal® Autores de Puerto Rico en el siguiente enlace:
http://www.auroraboreal.net/aurora-boreal/revista-impresa-aurora-boreal/2126-numero-13

Por mi parte, ya que Edgardo no las menciona recomiendo la lectura de las colaboraciones de Angelamarìa Dávila Malavè, Lourdes Vásquez, Mayra Santos-Febres y Luis López Nieves, quien dirige la importantísima web Ciudad Seva (http://www.ciudadseva.com/), también de lectura súper recomendada.

viernes, 28 de agosto de 2015

JULIO INVERSO

Julio Inverso, nació en Montevideo, el 11 de abril de 1963. La vocación de escritor lo hizo abandonar la carrera de Medicina cuando estaba próximo a recibirse. Hasta el momento del fallecimiento (1999), llevaba publicados cuatro libros: FALSAS CRIATURAS (1992), AGUA SALVAJE (1995), MILIBARES DE LA TORMENTA (1996) y MÁS LECCIONES PARA CAMINAR POR LONDRES (1999). Su acción poética, antes que su escritura como tal, lo había llevado al conocimiento del público juvenil de los años ochenta, por la autoría intelectual de los graffiti sobre las paredes montevideanas tomados de poetas románticos o surrealistas y firmados como «Brigada Tristán Tzara». En vida obtuvo el Primer Premio de la Intendencia Municipal de Montevideo con «Vidas suntuosas» (cuyo original probablemente corresponda al año 1993) en la categoría de Narrativa, y del Ministerio de Educación y Cultura en el año 2000, luego de su muerte acaecida el 7 de octubre de 1999, y en igual categoría. «Diario de un agonizante» (1995) recibió del mismo Ministerio y en el mismo año una mención.

En Scribd se puede descargar parte de su obra:

PRESENTACIÓN DE "DIALÉCTICA DE LA IGNORANCIA" DE MARCO GONZALES



Miguel Ildefonso ha dicho sobre este libro que Dialéctica de la ignorancia (Paracaídas, 2015) es el segundo libro de poesía de Marco Gonzáles (Chiclayo, 1982). El libro se plantea como una suerte de tratado de la experiencia del lenguaje como vía del conocimiento. Sin embargo hay también un halo visionario que se palpa en la propia textura de los poemas de elaborado experimentalismo. Es lógico que estos rasgos se conjuguen, así como la estética de  William Blake rechazaba las convenciones artísticas de su tiempo para abrir una nueva dimensión de lo poético.

La poesía y la filosofía compartieron sus alboradas, hasta que desde la filosofía, con Platón, empezó el cuestionamiento y la discusión acerca de esta relación en donde está en juego la verdad o el conocimiento. Hay que esperar hasta el pensador Pseudo Longino quien dijera que "pasión y entusiasmo" es la naturaleza misma del poeta. Lo cual define así: “Cuando un hombre sensato y versado en la literatura oye algo repetidamente y su alma no es transportada hacia pensamientos elevados, ni al volver a reflexionar sobre ello tampoco queda en su espíritu más que meras palabras, que, si las examinas cuidadosamente, se convierten en algo insignificante, entonces se puede decir con toda seguridad que no es algo verdaderamente sublime... Pues, en realidad, es grande sólo aquello que proporciona material para nuevas reflexiones y hace difícil, más aún imposible, toda oposición, y su recuerdo es duradero e indeleble.”

(Seguir leyendo)

jueves, 27 de agosto de 2015

Adelanto de EL MEIN KAMPF DE RAÚL ZURITA, por Héctor Hernández Montecinos

Ya sea que contenga multitudes de personajes como La guerra y la paz o Los detectives salvajes o un hombre solo como en los poemas de Kavafis, toda obra literaria es siempre un monólogo. Solo tú hablas, y ese es el dato de tu vida. Yo parto del dato básico de mi vida, no porque piense que ella tiene algo especial, todo lo contrario, sino porque creo que si eres capaz de llegar al fondo de ti mismo, sin auto compasión ni falsa solidaridad, es probable que llegues al fondo de la humanidad entera.



Yo entiendo que el arte, o tiene relación con la vida o no tiene relación con absolutamente nada. Pero, al mismo tiempo, todos esos géneros de memorias o autobiografías los encuentro por lo general bastante detestables y bastante fomes. A mí me aburren al menos. Entonces es tu vida, pero tu vida pasada a través de filtros, de mangueras, de engranajes, de cadenas. Tú alimentas literalmente con tu sangre las obras, pero no es esa lectura ingenua de contar hechos sino que es contar lo que queda entre hecho y hecho. Las texturas del tiempo, las texturas de tu propio cuerpo, las tonalidades. Finalmente la literatura, la poesía, el arte en general es lo único que le puede dar a los hechos la piedad y la compasión que los hechos en sí mismos jamás tienen. Murió mi padre, ayer me encontré con mi hijo, hoy tuve un nieto: Son datos. Entonces, lo único que les da su dimensión abismal y humana es precisamente el arte. El arte le da a los datos la dimensión de su humanidad y de su terror también. En ese sentido, uno cuenta su vida. Pero la cuenta desde la urdimbre de los hechos, desde lo que los hechos dejan como huellas.



Cuando se habla de arte-vida creo que lo que aparece es un horizonte utópico, final,  es pensar porque se hace literatura, porque se hace arte, porque no hemos sido felices, porque si hubiéramos sido felices, cada acto de vida sería una obra de arte. Desde tomar un café hasta resolver ecuaciones diferenciales, y como no ha sido así, ahí está esa historia del arte-vida. Que nace del dolor.



Sí, porque nada queda atrás: tú eres, al mismo tiempo, todos los seres que has sido; el tipo que se quema la cara, el tipo que a los siete años tiene una imagen con su abuela tomados de la mano, el tipo que estará dando finalmente sus últimos estertores, en todos juntos.


En un momento de mi vida tuve el sueño de que escribir era una especie de exorcismo. La escritura en el recuerdo se hace más fuerte, hace el recuerdo más vivo. No siento que escribir este libro haya sido un alivio. Ha sido seguramente lo que sentí que tenía que hacer. Para mí, el único sentido que tiene la escritura es la relación arte-vida, literatura-vida, una relación finalmente posible. No porque crea que mi vida tiene algo especial, sino porque es un dato de mi existencia. Los seres humanos no somos más que distintas metáforas de lo mismo. Todos somos más o menos semejantes en nuestros sueños, en nuestras pesadillas, en nuestra necesidad de amor, en nuestra despedida frente a la muerte.



En el fondo es que toda obra no quisiera ser ella, porque quisiera que todo lo que la rodea, fuese la obra de arte. Porque en un acto de vida hay mil millones de “Pietá” y nosotros no somos ángeles. Porque si realmente nosotros entendiéramos a los otros seres humanos con la misma devoción con la que contemplamos una obra de arte, ese sería el horizonte final. Pero obviamente que el arte y la vida son términos disjuntos. En su tratado de pintura, Leonardo, dibuja las semillas, habla de Dios y dice, es infinitamente impresionante pensar en quién hizo esto.



En realidad, cada vez creo más que la poesía, la obra, es una lucha feroz entre el que escribe y lo que quiere decir, ocupando la lengua y lo que la lengua quiere decir a través de quien escribe. El resultado de esa lucha casi a muerte es el poema.



Apuesto, quiero, que el sentido de la palabra, que es “mi lucha”  se entienda, con la palabra en alemán y usando la frase de Hitler, en toda su connotación desesperada, desquiciada, rota. Mein Kampf es apelar a lo más execrable, para desde lo execrable poder entender los gestos de amor, de ternura, de compasión que uno levanta en su vida. Lo propiamente humano es la cámara de gases, es Villa Grimaldi. Desde ese horror se entienden nuestros pobres gestos de bondad, que son heroicos. El mundo no se puede medir por lo bien que están los que están bien, sino por lo mal que están los que están mal. Hay un verso de Borges que dice “felices los felices”. Maravilla. Pero los que están mal están mucho más cerca del Mein Kampf de las sangrientas Internacionales, de Stalin, de Hitler, de los Pinochet.  



Un aspecto importante de este libro es que aunque la vida nunca se va a poder contar, los datos son reales. Mi madre efectivamente se llama Ana Canessa, a mi abuela le decíamos Veli, pero se llamaba Josefina...



Mi abuela era italiana –genovesa- y llegó a Chile el año 36, con mi madre de 15 años.



Mi abuelo se arruinó jugando a la bolsa y lo que les quedó fue únicamente unas manzanas de casas que un bisabuelo naviero había comprado en Iquique a fines del XIX. Chile era entonces una potencia económica debido al salitre. Para cuando mi abuela llegó, todo eso se había derrumbado y las casas no valían ni dos pesos. Después mi madre enviudaría. Tenía 26 años; yo, dos, y mi hermana, sólo meses. Dos días después, enviudó mi abuela. Vivíamos todos juntos y mi madre trabajaba todo el día como secretaria, así que mientras fuimos niños lo pasábamos con nuestra abuela.



Esta abuela, Josefina Pessolo, había sido una mujer rica, con pretensiones artísticas. Estudió pintura en la academia de Génova y siempre le pareció que el país al que había llegado era una miseria. Posiblemente para saciar su nostalgia, vivía hablándonos de Italia, al punto que de mi infancia no tengo casi recuerdos propios. Mis primeros recuerdos de niño son los recuerdos de mi abuela, del mar de Rapallo, de sus paseos en barca, y de muchos nombres, entre los que aparecían grandes pintores y músicos.



Tenía, además, una dimensión del catolicismo, un catolicismo tremendamente concreto, tremendamente sólido, apostólico y romano, con todos los adjetivos, con todos los prejuicios también que eso traía, cuando esto era sólido como torre. Ella decía que su fe era una torre que no se movía. Y esto salió después con el tiempo, porque a mí me gustaba mucho molestarla y generalmente compararle a los italianos con los franceses, por ejemplo, con lo que le daban verdaderos ataques. Era una persona que se vino en los albores de la Segunda Guerra, que le gustaba muchísimo, como a gran parte de Italia en ese tiempo, Mussolini. Pasaron los años y de pronto, para mi absoluta sorpresa, cuando Fidel Castro vino a Chile, se conmocionó también, porque los encontró iguales.



A mi abuela no le gustaría que yo hubiera hablado de ella! Porque era una persona aristocratizante, que quedó en la ruina en la crisis de la Bolsa el año 33. No le habría gustado. Ella amaba la literatura y era de una bondad y una capacidad de desprecio infinita, las dos cosas al mismo tiempo y contradictoriamente. Yo heredé sus contradicciones.



Para ella, yo y mi hermana éramos Jesús y la Virgen María encarnados. Cuando ya estaba viejita y muy chiquita, si pasaba por mi lado y me veía muy destrozado, me remecía y decía en italiano '¡Forza Raúl!'.



Me hablaba en italiano. El italiano fue la lengua que yo escuché prácticamente de niño. Un italiano que de repente pasaba al genovés. En fin era una especie casi de sonido de fondo.



Mi madre es italiana como mi abuela. Mi padre murió cuando tenía dos años. No sé si aprendí a hablar primero el italiano o el español. Pero mi abuela desde muy niño me hablaba de “La Comedia”, que fue como inicialmente se llamó. Cada vez pienso más que todas las alusiones que yo hago de esta obra son un homenaje a mi abuela.



Siempre aborreció el país al que había llegado, entonces creo que para salvar en algo su nostalgia nos hablaba permanentemente de Italia, del color de su mar, de sus artistas y de Dante: nos contaba pedazos del “Infierno” a nosotros que no le podíamos entender nada. Nos aterrorizaban y fascinaban a la vez. Entiendo que esos cuentos se me quedaron, su voz que me los contaba, cuando murió a los 86 años sin haber regresado nunca a Italia, me di cuenta de que esos cuentos iban a ser siempre partes de mi vida; el Infierno, porque me recordaban su voz.



Años después, cuando comencé a escribir, y sentía la angustia de no tener una voz era en realidad la angustia de no tener su voz, la voz de ella hablándome. Desde entonces mi referencia ha sido siempre La Divina Comedia, porque es como si volviera a escucharla.



Cuando, después del golpe de Pinochet, en circunstancias bastante desesperadas, volví a escribir, se me vino la voz de mi abuela. Ella para entonces había ya comenzado a perder la memoria y nunca pude en verdad decirle lo tanto que había significado para mí. Al escribir, tomé a Dante porque era como sentir de nuevo su voz. Supe entonces que nunca podría apartarme de ese libro, que era mi forma de volver a hacerla presente.



Ese libro es parte de mi experiencia personal de formación, y lo rescato además como un homenaje. Después me he ido dando cuenta que toda la fascinación que he tenido por ese libro no es de tipo intelectual, sino que es una relación emotiva. Cada vez que me doy cuenta que he apelado a ese libro es porque vuelvo a nombrar a mi abuela. Y además: es como dejarla a ella que hable. De allí que ese texto sea para mí una estructura básica, porque es el primero que "viví".



No le gustaba que fuera escritor, porque no ganaría dinero. Y cuando comencé a publicar, ella estaba perdiendo la memoria.



Mi abuela fue la adoración de mi vida. Fue la mujer que más he querido. Entiéndeme: hablo de adoración. Y era tanto el terror que tenía de que un día se muriera que, en cierto sentido, la maté en mí antes de que eso sucediera. Entonces, me he dado cuenta de que, al final, mi más grande terror no era la pobreza, sino que la muerte.



El terror de todo niño a que los seres que ama se mueran. Allí está la manifestación máxima y más desesperada del amor: Cuando uno ama a alguien quiere morirse junto a él eso, que en la infancia es tremendamente nítido, después se nos olvida profunda y radicalmente. Tal vez nuestra única caída o pecado original sea ese olvido.



Y creo que cuando uno ama profundamente a alguien, radicalmente, quiere morirse con esa persona en el mismo instante y en el mismo lugar. Y tal vez, lo que después hemos dado en llamar pecado original, caída y todo el lenguaje cristiano-judío no es otra cosa que ese olvido, nos olvidamos de eso y finalmente nos morimos separadamente. Toda nuestra vida “de adulto” es el olvido de que en la infancia uno quiso morirse con los seres que realmente amaba. Y ése es uno de los deseos más profundos, más fuerte y más básicos que se anidan en todos los seres humanos y que desgraciadamente olvidamos. Olvidamos que amar es sobre todo desear morirse con el otro.



Mi abuela murió en 1986. Había olvidado completamente el poco castellano que aprendió; luego olvidó el italiano y terminó hablando en la lengua de sus remotos tiempos felices: el genovés. Mi madre la traducía. A mí me confundía con su papá o su marido. Me decía que fuésemos a dar una vuelta en barca. Cuando años más tarde vi el mar de Rapallo, sentí que la mirada de ella se me anteponía y que yo estaba allí para pagar la deuda de su nostalgia.



Me alejé ante un dolor que creí sería insoportable. Y como la vida es tremenda, cuando se murió yo no estaba, andaba en Cuba, no tenían como comunicarse conmigo y no supe hasta que volví. Cuando regresé, abrí la puerta y estaba mi madre vestida de negro y supe de inmediato.



No fue culpa entonces, fue una sensación del recuerdo de cuando quería que nos muriéramos todos juntos. Sentí que algo muy rotundo había pasado, que finalmente lo que tanto había temido se había cumplido y que la vida de allí en adelante no sería igual.



Mi papá estudió ingeniería y muy luego enfermó de pleuresía. Mi abuela se opuso terminantemente a que mi mamá se casara con él, porque era un uomo malato, un hombre enfermo. Y fue tal cual. Se murió tres años más tarde. Mi abuela enviudó dos días después. Estaban esperando que llegara mi abuelo del funeral de mi papá, y el huevón no llegó. Se había muerto de un ataque al corazón.



Por lo tanto, no tengo recuerdos de él. Sabía de mi padre por lo que me contaba mi madre o mi abuela. Pero no puedes imaginarte algo que nunca ha estado. Para mí, era lo más natural vivir así hasta que me cayó la teja de la falta que me hizo no tener padre.



Es muy difícil durante muchos años imaginar algo que no está, imaginar cómo sería todo si estuviera. Yo viví muchos años con eso inserto sin saber realmente lo que significaba. Después en un momento dado de mi vida, cuando todo se rompió a mi alrededor, digamos que tenía 35 años –que no fue el primer quiebre pero sí el más hondo y se rompió todo incluyendo las pocas certezas., ahí me di cuenta de la falta que me había hecho un padre.



Nos damos cuenta de la ausencia de padre cuando todo se derrumba alrededor y hay un hilo infinitamente tenue, delgadísimo, que es el que no obstante te permite pasar al instante siguiente. Ahí probablemente te encuentras con lo que se llama tu padre.



Yo recuerdo que había siempre una foto de mi papá; entonces, cuando con mi hermana hacíamos algo que a ella no le parecía que estaba bien nos decía siempre que fuéramos a ver la foto de mi papá. En ella estaba con una cara enojadísima. Cuando, por el contrario, ella consideraba que había algo que estaba muy bien, que merecía su aprobación, nos decía que fuéramos a ver la foto y él estaba sonriéndose. La foto era siempre la misma. Los cambios de esta fotografía eran algo tan vivido, tan real, que fue, por así decirlo, una especie de atmósfera que tengo siempre presente al recordar mi infancia.



La verdad es que siempre tuve la imagen de un padre ausente, pero no me afectaba en lo consciente hasta que una vez me vi en un paisaje del desierto diciendo: "No puedo más". Allí, la imagen más recurrente, era la cara de mi padre que nunca vi realmente. Y me di cuenta de toda la falta que me había hecho. Pero también tengo la sensación, mirando más a fondo, que esto se empezó a gatillar mucho antes, en un episodio que es más antiguo todavía. Recuerdo que cuando vino el Papa, una pobladora le habló de nuestros sufrimientos, de lo desvalidos y solos que estábamos. Ella le hablaba a un padre, a un padre que no teníamos. Esa imagen no se me borró nunca.



Eso me sorprende tanto como tener la impresión de que sobreviví a mi padre. Es como si ahora yo fuese su padre. El murió a los 31 años y yo voy a cumplir 50. Hace mucho que yo soy mayor que él. Entonces, cada vez se me transforma más en un niño.



A partir de eso, emergieron episodios, recuerdos, que probablemente se relacionaban con esa desesperación. Pero es falso que uno escribiendo exorciza. Al contrario, uno lo hace más vivo.



Mi mamá era una señora que llegó de Italia a los 15 años, que se casó y de repente se vio sola, con dos cabros chicos, con una madre, y debió salir a ganarse la vida como secretaria. Con mi abuela vivían peleando. La amenaza era siempre la miseria.  


Era una pobreza ilustrada, y bien pobre. De pronto aparecía el italiano de la esquina cobrando lo que mi abuela había fiado en el almacén. Ella despreciaba Chile. Lo encontraba miserable. Los otros italianos que habían llegado se hacían ricos, mientras mi abuela los consideraba unos ordinarios.



Entonces éramos muy, muy pobres; pero la mía no fue una pobreza proletaria, lo que tal vez la hace más dificultosa todavía, sino fue una pobreza absoluta. Mi madre trabajaba como secretaria. A veces la echaban porque participaba de las huelgas y ella era profundamente socialista y mi abuela no.




Mi abuela era fachistísima y yo la adoraba. ¡Era lo fachista! Admiraba a Mussolini. A los ocho años, durante elecciones escuché que alguien se llamaba Salvador Allende.



Mi miedo recurrente durante muchos años era que mi abuela, mi madre, mi hermana y yo muriéramos separados: quería que nos muriéramos todos juntos. No quería quedar solo y tampoco que ellas quedaran solas. Y ésa fue una obsesión absoluta: el terror a que mi abuela, mi madre y mi hermana se murieran. Mi abuela sobre todo.



No sé en verdad, creo que es un sueño: veo a mi padre, que murió cuando tenía 31 años y yo, 2, y a mi abuelo, que murió dos días después. Veo a mi madre y a mi abuela que me entregan en una cama un lecherito de juguete, un carrito de madera con un caballito y un letrero “leche”. Y sí recuerdo una imagen real de cuando tenía 4 años: yo jugando con mi lechero sentado en el suelo y mi hermana un poco más allá llorando siempre.



Siempre fui frágil. Diría que es más una fragilidad espiritual que material. Lo que prima es la sensación de un niño que empieza a tocar su cuerpo y se da cuenta de que tiene un hueso salido, que es chico de hombros y que eso es inmodificable. Te hablo de una precariedad física que me acompaña hasta hoy. Ahora estoy viejo, pelado, tengo várices, me canso, fumo como chino, me encorvo, pero siempre he sentido mi cuerpo como el de un niño, con la misma fragilidad. Y eso lo percibí como a los siete años, en una piscina. Ahí supe que ni este hueso ni mis hombros caídos iban a cambiar.



Creo que siempre los temas tienen que ver con las carencias. Yo siento, fundamentalmente, un sentimiento de orfandad muy grande producto de mi infancia. Claro, entiendo que envejezco. ¡Cómo no lo voy a entender! Me cuesta más moverme; me estoy encorvando, pero sin embargo hay una sensación de fragilidad que está ahí y, en algún punto, sigo siendo un niño desprotegido. Por otro lado, sé que no soy frágil. Las he pasado duras y no me he roto. Pero la sensación de habitar un cuerpo de niño, es una sensación sicológica que aún tengo.



Son cosas de las que te vas dando cuenta después, al escribir. Tus yerros, tus faltas, tus abusos. Creo que tal vez este es un libro sin compasión con uno mismo.

Fuente: http://acheache.blogspot.com/2015/08/adelanto-de-el-mein-kampf-de-raul-zurita.html

LECTURA Y TESTIMONIO DE JOSÉ ROSAS RIBEYRO EN LA CASA DE LA LITERATURA PERUANA


El jueves 3 de setiembre, a las 7 pm., el poeta José Rosas Ribeyro se presentará en la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima) para leer algunos de sus poemas y ofrecer su testimonio sobre el quehacer poético. El ingreso será libre.
El escritor comentará sobre su experiencia en Hora Zero, su estancia en México y su contacto con los poeta infrarrealistas y su vida posterior de afincarse en París.

SOBRE EL AUTOR
José Rosas Ribeyro (Lima, 1949). Poeta, narrador y periodista, estudió en la Facultad de Letras de la Universidad de San Marcos, donde fundó y dirigió la revista Estación reunida. Dirigió también la revista Uso de la palabra y fue editor de cultura de la revista Marka.
En México se unió al grupo fundador del Movimiento Infrarrealista, al lado de Roberto Bolaño, Mario Santiago Papasquiaro, Rubén Medina, José Peguero, Guadalupe Ochoa y otros.
Residente en Francia desde 1977, se doctoró en Historia por la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París con una tesis sobre el movimiento anarquista en México.

miércoles, 26 de agosto de 2015

ACABA DE APARECER EL LIBRO "NARRATIVA DE LA VÍCTIMA. FANTASÍA Y DESEO EN LIMA, HORA CERO", de Douglas Rubio Bautista

La producción narrativa de Enrique Congrains (1932-2009) tiene, hasta la actualidad, contados estudios críticos. Textos como Lima, hora cero (1954), Kikuyo (1955) y No una, sino muchas muertes (1958) todavía aguardan un análisis penetrante que introduzca a los lectores en la comprensión de sus complejos mecanismos de sentido. El libro Narrativa de la víctima. Fantasía y deseo en “Lima, hora cero”, de Douglas Rubio Bautista, es una acertada contribución analítica donde su autor examina el recordado cuento “Lima, hora cero”. La tesis que recorre el análisis explica que en el espacio de este relato se representan las tensiones sociales y económicas que desencadena la presencia del migrante andino dentro de la urbe limeña. Este fenómeno trata de procesos que comprometen tanto el espacio de la imaginación, la fantasía y el deseo, como el espacio geográfico de la urbe.

Narrativa de la víctima. Fantasía y deseo en “Lima, hora cero”, de Douglas Rubio Bautista es un libro que invita a sus lectores a repensar sobre los procesos de exclusión en la sociedad peruana de mediados del pasado siglo. Leámosla por ello, acaso, como una indagación que reconstruye los restos de la imaginación narrativa de aquella bestia del millón de cabezas.

Javier Morales Mena

Presentación del fotopoemario “Memoria/Imagen” de Ana Vera Palomino

Hanan Harawi Editores inicia su colección “Campanas bajo al mar”, con la publicación del
fotopoemario, “Memoria/Imagen”, de Ana Vera Palomino.

La propuesta de la autora es un lugar diferente en la escena poética actual. En esta su segunda publicación, explora las posibilidades de la fotografía y el poema, como un binomio autónomo. Las imágenes fueron registradas por la poeta y editadas por el fotodocumentalista, Omar Lucas. Con un tiraje de 100 ejemplares, el libro fue hecho de manera semiartesanal, fusionando la imprenta con el trabajo manual. La diagramación y cuidado de edición estuvo a cargo de Juan Pablo Mejía y John Martínez, respectivamente.

Los invitamos a la presentación, este viernes 04 de septiembre a las 8:00 p.m., en la librería La Libre de Barranco (Calle San Martín, 144). Los comentarios estarán a cargo del escritor Juan Manuel Chávez, y la fotógrafa y poeta, Lisette Crespo.

Ana Vera Palomino (Lima, 1981)
Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad San Martín de Porres. Editora y productora de contenidos, investigadora académica, fotógrafa y poeta.
Se ha desempeñado como periodista en medios impresos de la capital; cuenta con experiencia en docencia universitaria y consultoría en comunicación corporativa y elaboración de proyectos sociales. Es miembro de la Asociación de Correctores de Textos del Perú (Ascot), y de la Asociación Peruana de Comunicación Interna.
Obtuvo Mención honrosa en el concurso Por un Planeta Verde organizado por el Británico (2013). Participó en el festival cultural Late La Noche 2010 (fotografía) y en la Tercera exposición de arte multidisciplinario Cholas Bravas 2012 (fotografía).
En el 2010 publicó, de manera independiente, su primer poemario Ausencias. En setiembre del 2015 presentó el fotopemario Memoria Imagen (Hanan Harawi). Prepara su segundo libro de poemas y el primero de poesía infantil. 

martes, 25 de agosto de 2015

Eduardo Chirinos. Treinta y cinco lecciones de biología (y tres crónicas didácticas), por Paul Guillén

Eduardo Chirinos. Treinta y cinco lecciones de biología (y tres crónicas didácticas). Lima: Paracaídas Editores / Animal de Invierno, 2015.

El otro día andaba en un auto por una avenida, cuando de pronto una ardilla trató de cruzar la pista; como esa presencia insólita en la urbe se me figura este nuevo libro de Eduardo Chirinos. Treinta y cinco lecciones de biología (y tres crónicas didácticas) me sirve para preguntarme sobre la presencia de animales en la poesía peruana. Por cierto, este libro ha sido publicado en México por La Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y Textofilia Ediciones.

En la poesía peruana es común asociar este uso de animales con dos autores ya fallecidos como Antonio Cisneros y José Watanabe (por ejemplo, y por decir algo, quién no recuerda la ballena de “El poema sobre Jonás y los desalienados” del poeta miraflorino, o el lenguado o la mantis religiosa del poeta nisei), incluso, el propio Eduardo Chirinos en sus anteriores poemarios también manejaba un bestiario constante; y no hablemos de la presencia del caballo que es más decidida dentro de nuestros poetas como son los casos de César Vallejo, José Santos Chocano, José María Eguren, Jorge Eduardo Eielson, Washington Delgado, Jorge Pimentel, etc. Para ser justos no debemos olvidar que dentro del post2000 un poeta como Miguel Ángel Sanz Chung aborda el tema de los animales en su inicial La voz de la manada. Si hablamos de bestiarios en Latinoamérica no podemos dejar de mencionar los libros Manual de zoología fantástica de Jorge Luis Borges y Margarita Guerrero; Bestiario de Juan José Arreola; La oveja negra de Augusto Monterroso; Álbum de zoología de José Emilio Pacheco; entre otros. Pero para hablar de bestiarios tenemos que retroceder a la época medieval, donde en distintos géneros literarios se recogían reflexiones sobre animales y plantas con un carácter moral.

El escritor Fernando Iwasaki afirma, en el prólogo de Coloquio de los animales, —antología donde se reúnen los animales que pueblan los anteriores libros del poeta de Cuadernos de Horacio Morell— que Eduardo Chirinos “se ha convertido en lo que tantas veces soñamos: un naturalista”. El propio Chirinos en una nota para ese mismo libro refiere que el título de su antología se vincula con una escena de la última de las Novelas ejemplares de Cervantes, donde dos perros —Cipión y Berganza— se asombran de su capacidad comunicativa y empiezan a hablar.

En Treinta y cinco lecciones de biología (y tres crónicas didácticas), libro ilustrado por David Miles Lusk, Chirinos hace hablar a estos animales, pero no con un carácter moralista, de fábula o para darnos una parábola; apunta un hecho guiado por el cuerpo del animal, no se trata de tomar a los animales como metáforas culturales, sino de darles voz y real existencia.

En el primer poema del conjunto es el dodo, quien reclama: “Lujo costoso las alas. / En dos siglos nos borraron de la tierra. / Nadie se acuerda de nosotros”. Es la extinción de las especies, pero también el desplazamiento migratorio de las mismas como en: “Vinimos caminando / de África o de la India, de Madagascar / o de la Antártida” (poema “8”, se trata de “el moa, ave gigantesca que proliferaba en las dos islas de Nueva Zelanda”). En el poema “9 (Cicada orni)” se hace una abierta crítica a la fábula y sus cultores (Esopo, La Fontaine y Samaniego), puesto que estos autores le hacen “mala prensa” a ciertos animales: “Comprendo que se trata de una fábula, que / mi canto [el de la cigarra] no merece ninguna recompensa, / que soy alegoría de la conducta humana. / La verdad es que yo no canto”. En el poema “20 (Geococcyx californianus)” se trata de relacionar al correcaminos con el de los dibujos animados: “Mis patas / no son tan alargadas, tampoco tengo / ese penacho tan gracioso en la cabeza. / Qué le voy a hacer, se trata de dibujos / animados”, aquí el poeta se sirve de la mención a los mass-medias y entra en un tono diferente a los demás poemas —el resto de poemas tiene más bien un tono documental y descriptivo—, lo cual lo hace más refrescante en ese remate irónico:

“Cosas del equilibrio ecológico:
yo me alimento de culebras, insectos,
lagartijas; el coyote se da un banquete
con los míos. Mi única venganza son
los dibujos animados. Ver al coyote
rajado, herido, maltrecho y chamuscado”.

El poema “22 (Sacculina)” nos da una paradoja de la interacción biológica: “de adulto / me transformo en un saco blando, / así me acomodo en el vientre del / cangrejo y hundo mis raíces a lo / largo de su cuerpo. Luego lo castro”, lo interesante es que esta acción también puede ser una metáfora de la escritura, del lenguaje, de la política, etc. El poema “24 (Rhinoceros unicornis)” es claramente un poema ecfrástico, es decir, se crea el poema a partir de una obra visual (Durero, Longhi). El poeta trata de reconstruir con palabras una imagen. El poema “32 (Struthio camelus)” tiene un final más ligado al lenguaje científico, casi un apunte, una descripción, una “leyenda” sobre el avestruz: “Grupo: rátidas. Carne: roja / y comestible. Altura máxima: tres metros”.  

Por su parte, las “tres crónicas didácticas” poseen otro estilo y se refieren, las dos primeras, a catástrofes naturales: sobre la extinción de los dinosaurios y la erupción de volcanes. La tercera es “Crónica de Chernobyl” y hace un justo balance entre la Historia, la política y la suerte de los animales:

“La evacuación de Chernobyl supuso la ausencia de habitantes,
el abandono de sus casas, de sus campos, de sus fábricas
de acero y sus plantas nucleares.
Así librada la naturaleza, volvió el castor a su guarida, el águila
a sus nidos, el lobo a controlar la explosión
de conejos y venados. Y volvió el bisonte a punto de extinguirse
para enfrentarse con la nieve cruda del invierno y el calor
insoportable del verano”.

Es triste saber de la extinción de una especie, lo cual ocurre en varios textos del conjunto, y en este último que cierra el conjunto: “El último bisonte del Cáucaso murió en 1919, en plena / revolución rusa, y en Bialoweska quedaba medio centenar / antes de la segunda guerra. Y aquí se acabó la historia”.  

Eduardo Chirinos aporta datos curiosos, incluso hace gala de erudición en sus temas, reflexiones sobre la naturaleza de los animales, paradojas de la evolución, etc., pero en “5 (Vicugna vicugna)”, creo que comete el exceso de la obviedad. El tratamiento que le da a la vicuña cae en el lugar común: “En el Perú, sin / embargo, nos consideran un símbolo. / Una de nosotras figura solitaria en el / escudo nacional, junto al árbol de la quina”. A mi parecer desentona con la manera tan fluida y conmovedora en que trata a sus otros animales. Creo que si Eduardo Chirinos intentara salir, más seguido, de esa zona de sosiego desde donde escribe sus poemas lograría porosidades y fisuras como las que se perciben en los poemas 20, 22, 24 y 32. Pero, de todas maneras, este gran coloquio de los animales suma así una nueva e importante estancia en la poesía Eduardo Chirinos.

PRESENTACIÓN DEL LIBRO EL MUNDO AL REVÉS. ESTUDIO Y ANOTACIONES A LOS ZORROS DE ARGUEDAS DE JULIO ALEXIS LEÓN

Un libro fundamental para el mejor conocimiento de El Zorro de arriba y el Zorro de abajo es El mundo al revés. Estudio y anotaciones a los zorros de Arguedas (Lima: Hipocampo Editores, 2015). En este análisis, León disecciona la novela para explicarnos desde el ángulo de la filología y los estudios culturales contemporáneos el esencial carácter innovador de la ficción arguediana.

 Provisto de más de 700 notas a pie de página, que advierte incluso al lector más atento sobre el camino seguido, el texto de León posee además un formidable trabajo introductorio en el que desarrolla un enfoque singular y sorprendente sobre la novela de Arguedas.

El zorro de arriba y el zorro de abajo es una narración compleja y fascinante, posee el inmenso valor de estar cargada de simbolismo que expresa la vasta mitología del Perú ancestral y, al mismo tiempo, estar dotada de la rara belleza narrativa de las novelas insustituibles. Sin embargo, su lectura es un desafío al lector, requiere una atención especial para hurgar, no solo en su compleja estructura, sino también en las innumerables referencias simbólicas articuladas a través de las múltiples voces provenientes de todo el Perú.

La novela se publica por primera vez en 1971, luego del desconcierto inicial viene el silencio, interrumpido muy pocas veces, y que solo se explica por la dificultad de su lectura. Han transcurrido más de cuarenta años desde entonces y ahora asistimos a la publicación de un estudio de esta excepcional novela: el que realiza el profesor Julio León Gálvez en El mundo al revés. Estudio y anotaciones a los zorros de Arguedas.

La presentación de este libro se realizará el viernes 28 de agosto a las 3 pm en el Auditorio Alberto Andrade Carmona (ver afiche para más datos). El libro será comentado por Pablo Macera, José Antonio Mazzotti, Sandro Chiri y el editor Teófilo Gutiérrez.

lunes, 24 de agosto de 2015

ISAAC GOLDEMBERG PUBLICA LIBRO EN ITALIANO


Giuliano Ladolfi Editore, con sede en Roma, acaba de publicar Dialoghi con me e con i miei altri, versión en italiano, a cargo del poeta Emilio Coco, de Diálogos conmigo y mis otros, poemario del escritor peruano Isaac Goldemberg.

Precedidos todos los poemas por uno o mas epígrafes, el primer texto, titulado “Prefacio”, explica la intención del libro: “Estos poemas son el diálogo / que ellos sostienen con los epígrafes / y estos epígrafes son el diálogo / que ellos sostienen con los poemas.  Pero sin saberlo.”

Asimismo, los poemas de este libro, muchos de ellos breves, de corte epigramático, son también el diálogo que el poeta sostiene con otros poetas -de épocas diversas- sobre la creación poética y la poesía misma.  

En palabras de Emilio Coco, “los poemas de Diálogos conmigo y mis otros giran en torno a temas de aliento universal que llevan al poeta a reflexionar sobre la condición humana, sabiendo que es la voz de la poesía la encargada de decir la última palabra. Y Goldemberg lo hace a través de una lúcida y refinada ironía que a veces se reviste de una franca causticidad”.

Por su parte, el poeta y crítico argentino Luis Benítez, afirma que Diálogos conmigo y mis otros ofrece la particularidad de referirse a los grandes temas universales con un lenguaje fluidísimo y fácilmente reconocible por el sello personal de Goldemberg. En estos poemas el lenguaje de Goldemberg se expande desde su interioridad hasta abarcar la situación pasada y presente del ser judío y peruano. Goldemberg es uno de los poetas más originales de nuestro tiempo, dotado de un extraordinario manejo de las palabras, puesto al servicio de un humanismo que resiste toda prueba”.

Isaac Goldemberg nació en Chepén, Perú, en 1945 y reside en Nueva York desde 1964. Actualmente, es Profesor Distinguido de Hostos Community College de The City University of New York, donde dirige el Instituto de Escritores Latinoamericanos y la revista internacional de cultura Hostos Review.

miércoles, 19 de agosto de 2015

INTRO. POESÍA Y PSICOANÁLISIS. FALO/ESCRITURA EN ENRIQUE VERÁSTEGUI (PERRO DE AMBIENTE, EDITOR, 2015) DE PAUL GUILLÉN

Introducción


La primera vez que leí a Enrique Verástegui (Lima, 1950) fue en la antología Estos 13 de José Miguel Oviedo, en el lustroso año de 1998, recuerdo haber quedado impactado por las declaraciones y manifies­tos del movimiento Hora zero y por un texto titulado “Enrique Verás­tegui declara”. Mi concepción general fue que un autor que planteaba sus desarrollos poéticos sobre la base de la planificación de niveles es­tructurales traía un nuevo derrotero para la poesía peruana, inclusive una de sus declaraciones, se tornó instantáneamente polémica —no para mí, por cierto, sino para la crítica al uso— al preferir la poesía de Jorge Eduardo Eielson o Martín Adán, antes que la de César Vallejo, en ese momento, coincidí con tal aserto, que se refiere a la figura del Vallejo mítico, comprometido con la lucha de clases[1].
Por lo demás, en dicha antología, que considero fundamental para entender el desarrollo-proceso de la poesía peruana de la segunda mitad del Siglo xx, se podía percibir un cierto influjo vanguardista, mezcla de las ideas y propuestas surrealistas: amor, libertad y poesía; conversacionales: desplazamiento del sujeto poético hacia un lenguaje «llano» y tendiente a la oralidad y populistas: referencias directas a un nivel sociopolítico de época, donde el sujeto migrante deambula por la urbe caótica y cotidiana. Estos elementos se perciben en los plan­teamientos del poema integral, propuesto por Hora zero. El tiempo de resolución de dichas poéticas desembocó en libros que se podrían denominar neovanguardistas como Vida perpetua y Las armas molidas de Juan Ramírez Ruiz, Tromba de Agosto de Jorge Pimentel o Monte de goce de Enrique Verástegui. El creador del poema integral, Juan Ramírez Ruiz, en una entrevista ha expresado lo siguiente sobre la poética de Hora zero:

radical, aunque no se llegó a la renovación lingüística. Un asalto entre la verbalización y el signo visual: la potencialidad visual del signo aliado a su carácter fonético. Para nosotros fue partir del tratamiento del signo, que después conduce a la producción total de un programa de escritura. Y eso fue completamente original (Ojeda, 2006, 13).

Entonces, nuestra búsqueda se plantea como un mapeo entre esta verbalización y el signo visual que en Monte de goce (Lima: Jaime Campodónico Editor, 1991) está trabajado de manera explícita: com­posiciones a lo Kandinsky, dodecafonismo, guiones cinematográficos, obras para marionetas, etc. De esta manera, esta investigación intenta informar y evaluar que la poesía de Enrique Verástegui se constituye como un proyecto poético, teórico y político que nos habla de la no modernización de la sociedad, es decir, la poesía de Verástegui es una forma de lucha contra el capitalismo alienante que comprime y ena­jena al ser humano, cambiar estos estamentos requiere de una nueva propuesta societaria, es por eso, que considera al cuerpo como si fuera un paraíso: «la historia enajenó al hombre / su producción lo ha en­vuelto en su mecánica / su trabajo será siempre alienado / pero el cuer­po es aún el paraíso» (Verástegui, 1991a, 64), en esta instancia, puede hablar en contra, como a favor, del pecado, según los diferentes desa­rrollos poéticos de sus libros. De idéntica manera, sus libros de poesía o ensayo pueden ser abordados desde diferentes miradas teóricas como si fueran un prisma textual, el resultado de este factor plurisemántico es que nuestro marco teórico se torna heterogéneo, multidireccional, fagocitivo. La función de la crítica debe de ser propiciar el diálogo y la polémica, sin ese principio básico, que es el carácter dialógico, no podríamos configurar ninguna investigación verdadera, o como pensaba Baudelaire la crítica tiende hacia lo pasional, lo subjetivo, lo parcial. En ese sentido, debemos aclarar que la bibliografía sobre la llamada generación del 70 es pobre teóricamente[2]. La crítica del 70 cuando intenta analizar el contexto del discurso, no traspasa el umbral de enumerar situaciones sociopolíticas que habrían influido «decisiva­mente» en las estructuras e ideología de los poemas publicados en esa época y no se fija el espectro de las tradiciones, formaciones e institu­ciones o de la estructura de sentimiento como «experiencias sociales en solución» (Williams, 1980) que sólo se puede analizar elaborando un panorama más amplio, donde se consideren todas las artes, las prácticas sociales, económicas y políticas, incluidas las del saber popu­lar, en otras palabras, se trata de: «una especie de teatro en el cual se enfrentan distintas causas políticas e ideológicas. Lejos de constituir un plácido rincón de convivencia armónica, la cultura puede ser un auténtico campo de batalla» (Said, 1996, 14).
En lo que se refiere al marco teórico en el que se inscribe nuestro estudio nos apoyaremos en algunos conceptos básicos del psicoanálisis como la teoría del espejo, la metáfora paterna, el autismo del goce, la perversión, el fetichismo, «la equivalencia psicótica», para este efecto son importantes los desarrollos y exposiciones de Jacques Lacan y Ja­cques-Allain Miller.
Para nuestra comunidad hermenéutica hablar de estudios lite­rarios y psicoanálisis es un asunto complejo, trágico, catastrófico y traumático, en tanto, el psicoanálisis derrumba la concepción de la conciencia como transmisora directa del pensamiento, el lenguaje y el significado, y asume estadios previos como «lo pre-consciente y lo inconsciente» (Huamán y Mondoñedo, 2002, 150). En ese sentido, mientras algunos teóricos afirman que es imposible abordar los textos literarios mediante el psicoanálisis, otros afirman que es factible en­contrar en la «voz» instalada en el texto literario[3], marcas o signos de lo que se podría analizar como el inconsciente. Para los primeros, el eje principal es que el psicoanálisis se basa en el habla (la palabra) y no en el escrito, y que la «voz» que habita dentro del texto, no se podría formular como el sujeto del psicoanálisis:

El analista no es igual al crítico literario que hace el análisis de una obra ni su lectura es sinónimo de interpretación o exégesis, sino que es la práctica de una disciplina terapéutica. Opera sobre lo que el sujeto dice y sólo lo considerará en sus discursos. Su objeto de trabajo es un comportamiento locutorio, su «fabulación» a través de la cual configura otro discurso que le compete desentrañar: el del complejo sepultado en el inconsciente (Huamán y Mondoñedo, 2002, 165).

Para los que creemos en la validez de utilizar algunas herramien­tas metodológicas provenientes del psicoanálisis para el estudio des­criptivo, explicativo y comprensivo del texto literario va a ser decisiva la concepción expresada por Lacan: «el inconsciente está estructurado como un lenguaje», pero lo que le interesa al psicoanálisis es cuando este lenguaje «falla» a través de tics, repeticiones, manías, etc. es así como se podría conceptuar este sujeto particular del psicoanálisis. En ese sentido, podemos hacer algunas distinciones:

a) Esa «voz de la poesía» o locutor no se puede confundir con el autor real, dicho autor real de ninguna manera es el sujeto del psi­coanálisis. Nuestra apuesta es a favor del psicoanálisis de la obra literaria, mas no del psicoanálisis del autor, ese hecho resulta un retorno al biografismo.

b) Si bien el dispositivo del psicoanálisis consiste en un sujeto que habla y en otro que escucha, no podemos cerrar la posibilidad de hacer un paralelismo con la interrelación entre las figuras de locutor (personaje o no personaje) y alocutario (figural o no representado).

Por otra parte, indicamos que una lectura, en primera instancia, de Monte de goce remarcaría como tema central el erotismo. Siguiendo a Georges Bataille: «puede decirse del erotismo que es la aprobación de la vida hasta en la muerte»; en tanto, para Verástegui, puede decirse que los alucinógenos y el pecado son la aprobación de la lucidez hasta en la locura. Sin duda un punto importante, pero que sólo desarro­lla vectores de lectura lineales y no vinculados al carácter formal o estructural del libro, es decir, una lectura de este tipo no esclarece el verdadero asunto del libro, como se afirma en el prólogo, de lo que se trata no es del «texto de la erótica [sino] de la erótica del texto» (8). En ese sentido, nuestra principal premisa es que en Monte de goce funciona un cuerpo gramático que estaría constituido como:

a) Un cuerpo sin órganos y por ello se constituiría como un cuerpo esquizoide.

b) Una combinatoria gramatical y no como una presencia sensible.

Todo estos elementos nos ayudarán a establecer las relaciones en­tre los rasgos sicóticos, perversos y esquizofrénicos del libro, además, la función del cuerpo se plantea en Monte de goce como: «un tratado de gramática, como un libro de estilo, como un juego de estructuras» (Guillén, 2007), esto nos indica que este cuerpo gramático es un juego de estructuras, espejos, lenguaje, variaciones y combinaciones. Inclu­so, si reparamos que el título Monte de goce sería la representación de los montes sagrados: Carmelo, Gólgota, Tabor, llevado a una simbo­lización del cuerpo como depositario de la mirada del otro[4], es decir, el libro privilegia la función del fisgón, del voyeur, para informar del quiebre producido entre las relaciones sujeto-objeto o sujeto-sujeto: «es deber del objeto transformarse en sujeto cuando el sujeto contrario manifieste el deseo de transformarse en objeto —en bien de la armo­nía comunal» (Verástegui, 1991a, 147).
Esta investigación se encuentra dividida en tres capítulos. En el primero de ellos, revisamos la recepción crítica de la poesía de Enrique Verástagui en conjunción con la poética del poema integral propuesto por Hora zero y cómo la crítica del 70 cae en vacíos reduccionistas y biografistas. En el segundo apartado, evaluamos la poética de Enrique Verástegui con relación a sus libros teóricos, ensayos o artículos. En el último capítulo, nuestra intención es describir Monte de goce a través de algunos conceptos psicoanalíticos con especial énfasis en el goce y la perversión para tratar de conceptuar la eminencia de esta escritura como fálica.

Paul Guillén




[1] Se trata de la entrevista de César Lévano: “Los nuevos discuten a Vallejo (entrevista a Enrique Verástegui y Jorge Pimentel)”. Anotamos que tiempo después Enrique Verástegui escribió un ensayo sobre Vallejo, que sólo se difundió en los círculos académicos extranjeros y dejó la imagen en el Perú de un Verástegui que renegaba de Vallejo. Cf. infra. “Tesis a partir de/ sobre Vallejo”.

[2] Para esta investigación hemos aprovechado, en la medida de lo posible, dos agendas teórico-críticas esgrimidas por Miguel Ángel Huamán (Cf. “La rebelión del margen: poesía peruana de los setentas”) y Julio Ortega (Cf. “Sobre el estado de la literatura peruana a comienzos de los 80”).
[3] En adelante emplearemos las categorías metodológicas: locutor personaje o no personaje, alocutario figural o no representado que fueron propuestas para el análisis de la poesía por Camilo Fernández Cozman en: La voz del otro. La poética de la intertextualidad en la lírica de Rodolfo Hinostroza. Lima, 2000.
[4] Roland Barthes ha dicho que los libros llamados «eróticos» (…) representan no tanto la es­cena erótica sino su expectación, su preparación, su progresión. BARTHES, Roland. El placer del texto seguido por Lección inaugural. México: Siglo xxi, 1998. p. 94

viernes, 14 de agosto de 2015

Seminario Poesía Peruana, con Marta Ortiz y José Ignacio Padilla

Dr. Fernando Estenssoro, director(s) de IDEA-USACH y Dra. Claudia Darrigrandi, directora de CIDOC-Universidad Finis Terrae, tienen el agrado de invitarle al Seminario de poesía peruana, en el que se presentarán las conferencias “Indigenismo / mesticismo en la vanguardia” de Marta Ortiz y “Lírica y poéticas no-representacionales: dos poetas ‘peruanos’” de José Ignacio Padilla. Posteriormente, los conferencistas dialogarán con Macarena Urzúa, investigadora de CIDOC-Universidad Finis Terrae y Felipe Cussen, investigador de IDEA-USACH.

Marta Ortiz es Dra. en Filología Hispánica de la Universidad Autónoma de Madrid y actualmente enseña en la Universidad Internacional de la Rioja. Entre sus publicaciones destacan la edición del primer poemario de César Vallejo, Los heraldos negros (Castalia, 2009), y la antología Poesía peruana 1921-1931: vanguardia + indigenismo + tradición (Iberoamericana/Vervuert, 2013). Jose-Ignacio Padilla es Dr. en Literatura Latinoamericana de Princeton University. Ha editado volúmenes de homenaje a César Moro y Jorge Eduardo Eielson, y recientemente publicó El terreno en disputa es el lenguaje. Ensayos sobre poesía latinoamericana (Iberoamericana/Vervuert, 2014).

Esta actividad, gratuita y abierta a todo público, se realizará el jueves 20 de agosto a las 6 PM, en el Auditorio del Instituto de Estudios Avanzados, ubicado en Román Díaz nº 89, Providencia, SANTIAGO DE CHILE.

jueves, 13 de agosto de 2015

Interpretaciones en torno al poema "Recinto", de Javier Sologuren

El martes 18 de agosto, a las 7 pm, en el auditorio de la Casa de la Literatura Peruana (Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima) el poeta Eduardo Chirinos dictará la conferencia Poesía, desenterramiento e historia en Recinto de Javier Sologuren. Ingreso libre.
A finales de 1967, la revista Amaru dio a conocer Recinto, el primero de los tres únicos poemas extensos que Javier Sologuren (1921-2004) escribió a lo largo de su vida. Consciente de su importancia el mismo Sologuren lo reeditó al año siguiente en las Ediciones de La Rama Florida. Cuando tres años más tarde el Instituto Nacional de Cultura publicó la segunda edición de Vida continua se hizo más visible el carácter programático de Recinto, su declarada condición de arte poética que vieron los pocos críticos que se animaron a reseñarlo.
Con esta arte poética, Sologuren se dio el lujo de proponer —en aquellos años en que los poetas estaban empeñados en abrir las puertas del poema a la historia— que sólo el poema es capaz de rescatar la historia y darle movilidad cuando ésta se hallaba enmudecida por la muerte y el paso del tiempo.

SOBRE EL CONFERENCISTA
Eduardo Chirinos (Lima, Perú 1960). Poeta de la llamada Generación del 80. Estudió en la Universidad Católica, donde obtuvo el bachillerato y la licenciatura en literatura y lingüística. Vivió en España los años 1986 y 1987 con una beca de investigación otorgada por el Instituto de Cooperación Iberoamericana. En 1993, viajó a los Estados Unidos para hacer estudios de doctorado. En 1997 se doctoró con una tesis sobre el silencio en la poesía hispanoamericana contemporánea. Desde entonces ha ejercido como profesor en universidades de Nueva York y Pennsylvania. Actualmente vive en Missoula, donde es profesor de literatura hispanoamericana y española en la Universidad de Montana. En 2001, su libro Breve historia de la música ganó el I Premio Casa de América de Poesía Americana.

CINCO POEMAS DE JAVIER DÁVILA DURAND (Iquitos, 1935-2024)

EPÍSTOLA A JUAN OJEDA Te recuerdo una tarde de la patria mía. Volvías del Brasil desengañado. Acababas de quemar tus naves en el Puerto...