Oeste oriental (Lima, 2008) segundo libro de Pedro Favarón, contiene 69 poemas dentro de una matriz que proviene de Vallejo, Churata, Adán y Belli, se inserta en una línea que reformula el lenguaje y muchas veces prescinde de conectores y pronombres, el verso por lo general se encuentra construido por un sustantivo, un verbo más complemento, siendo intenso en el hipérbaton. Ricardo Miranda Tarrillo dice a este respecto que “desafía en prosa y en verso las formas convencionales del estilo, utilizando la temática quechua y aymara en versos que ofrecen la inequívoca apariencia de traducciones directas de las lenguas andinas. Tanto es así que prescinde de artículos y conjunciones para hilvanar sus versos”. El mismo autor ha declarado sobre este libro que es “un poemario que tiene que ver con la migración que hice del Perú a la Argentina. Son textos escritos en el camino recorrido entre Lima, Buenos Aires y otras ciudades. Estas andanzas las realicé a lo largo de cinco años. El libro lo considero como una colección de poemas sueltos donde hay diversos temas como la vida urbana y rural, la muerte, la política, la rebeldía y al final cierro con los aspectos místicos y el encuentro con el antiguo Perú. Además se produce un cruce entre el castellano y el quechua, incluyo también mi experiencia personal de migrante combinado con los viajes por las montañas andinas y los desiertos costeños”. Los alcances de esta propuesta es dar otra versión del mundo andino e incluso amazónico. Favarón hace una síntesis de la historia espiritual del mundo andino. Tiene ciertos elementos chamánicos y rituales que nos hacen pensar en que su poesía tiene una base neobarroca, pero que se inserta con elementos de crítica política y reivindicación para erigir una nueva cosmovisión del mundo. Un mundo que es híbrido, sincrético, de "todas las sangres" en feliz expresión de Arguedas. Además, muchos de los poemas mezclan el español con el quechua y en muchos pasajes podemos pensar que existe la preponderancia de un español andino y esto es determinante en su concepción del mundo, en la ideología que subyace al texto poético. Víctor Coral ha afirmado sobre este libro que “vayan como logros –y no pequeños– la capacidad esporádica de resumir en unos versos la condición histórica del hombre, donde sus proyectos y utopías (“piedras futuras”) no pueden modificar, o salvarnos de ser, lo que somos (“sernos el mismo”), frente a lo cual se pregunta la voz si la salida es “volverse crudo al grito”; pero también la vigorosa asimilación del neobarroco latinoamericano (Perlongher, Kozer, Reynaldo Jiménez, tal vez Deniz) y los puentes subterráneos con Martín Adán y cierta poesía quechua (además del dominio de alguna poesía oriental, especialmente la sufí)”. Favarón con Oeste oriental ha cimentado la idea que el neobarroco peruano (Lauer, Morales Saravia, Chocano, Jiménez, otros) tiene en él una de sus puntas de lanza e incluso se permite retomar el personaje vallejiano de Rita: “Sé que dulce Rita anda con otro", en un estilo lúdico y que a la vez le da la vuelta al poema de Vallejo. Con respecto al título del libro el mismo autor ha afirmado que “durante mi permanencia en Buenos Aires, Argentina, descubrí que el Perú es un país “no occidental” con una sensibilidad andina más cercana al oriente que a occidente”. En ese orientalismo de su mirada reside gran parte de la grandeza de este libro. Propone una racionalidad andina, un “otro” mundo, “otra” ideología y “otra” poesía. Nueva corónica y buen gobierno de Guamán Poma de Ayala, muchos poemas de César Vallejo, El pez de oro de Gamaliel Churata, Las tres mitades de Ino Moxo y otros brujos de la Amazonía de César Calvo serían algunos de los caminos que se hermanan con este Oeste oriental.
Bibliografía
CORAL, Víctor. “Oeste oriental, de Pedro Favaron: Rústica lujuria de la lengua”. LetrasS5 (http://letras.s5.com/vc181009.html).
MÉNDEZ, Alberto Antonio. “Pedro Favaron: escritor peruano en Montreal. Poesía andina toca fibra amazónica”. La Voz de Montreal, número 1. Montreal, 25/02/09.
MIRANDA TARRILLO, Ricardo. “Oeste oriental de Pedro Favaron”. La Voz de Montreal, número 4. Montreal, 11/03/09.
de
Oeste Oriental
(2008)
3.
Carencias sobrepuestas
machacando piedra
temblando tragantada
estallido del umbral.
Madre Virgen dientes de lagarto
Santa Rosa orgasmo crucifijo;
María, hija de Ana envejecida
seducida por ángeles ebrios.
¿Trazar trilogía
amaneciendo ausente
sobre tanto pariente muerto?
Veo a mi padre firmamento
entre tenazas de Cáncer
maldiciéndome su condena.
Odiaré progenitor toda vida
tatuado de adolescencia roja.
Dura horror insondable
la caída.
4.
a R.L.R.P.
Sé que dulce Rita anda con otro
sus trenzas ahorcando mi olor
negándome ojos en vuelta a gloria
mientras vegeto exilio, fiebre aria
alcoholizado de rimel y Bizancio
es corriente calcinando arterias.
Naufrago ciudad dolescente
certeza masculla desasida…
dijeron: ¡en un mes su boda!
¿Recuerda risa entre maizales
llamado toma, penetra, fecunda?
Bebo cañazo con gesto asceta
corazón en boca saluda fortuna
sabiendo nadie tocará casa vacía
he de sentarme solo a la mesa
entre edificios altos e indiferentes
sin ala tutelar nutriendo ojo.
Contemplar en desenvaino abandono
resonando eco dios inexistente
no lluvia no casa y primor niégase
sofocando ser en deriva sin elude
mientras Rita, a pesar, me busca
en mirar vacuo, sin confesárselo.
28.
¿Ónde can Cerbero celda ciega
puna doblada ante tres cabezas?
Y tantos nada puede hacérsele
contra 360 grados y doce meses.
Nunca ser sino espacio triturado
labios ajenos fragmentos del vicio
y el Tú y el Yo, sobrevivir apenas
vivir permaneciendo contradicho.
¿Quién nos marca calendarios duros
hierro contra laburante sin olvido?
Ir dormido y aguantarse negado
trabajar con desayuno indigestando…
¡Ya no más hundir pico ardor
ni cayos en frente desahuciada!;
¿o en país ignoto proseguirá
maquinaria encendida y patrón?
Vida háyase tras salto de abismada.
Morir es latido. Latido es aliento.
Aliento es cambio y nada permanece…
Santa revuelta. Santa muerte libera
amnesia de pronombres y quehaceres.
Resplandor en noche
poros nombre madrugal.
35.
Ayar Mayu… callando adentro desierto
sido valle, maná, puquio, ruwan atisqanta:
blanco-yawar-tajo, mundo enmudecido
recordándose, sin embargo, Amaruq churin
amaneciendo porvenir, simi de montañas
aunque historia diga hemos fallado, ebrios
y sólo cañazo caliente punas interiores.
Mayun takishan, anhelando cordillera
sabiéndose océano. Yana Inti, ¿maypitaq kanki
ñok´anchis rayku wañusqanchismanta?
dejando frío, locura, ayllu aullando nada:
sombras aran tristezas y maldiciones
qochakuna inabarcables, eco AKM
pólvora sobre retama… Y queda zumbido
mina vacía desta madre traga-hermanos.
Ork´oqsupay yawark´ochas purichkan
rimaymayu asichkan santa muerte vengadora.
Qasilla qawaykamuy días ahogados, gritando
mascanayku pacha. Pues perdido nada vuelve:
retornando ¡kashanchisraqmi!, seguir caídos.
Espera alba, tayta wamani, wiphala primero
suyashan en mí, sapan runa adolorido
rabia negra arrullada por viento gestante
mundo naciendo mundo nuevo desde fuego.
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