martes, 27 de diciembre de 2022

6 poemas de la mexicana Esther M. García

 



Poemas del libro inédito El dios delirantede Esther M. García





Obertura



Sueño que soy muchos hombres. En el ojo circular del espejo puedo ver todas mis caras. Soy la infinita concatenación de los hechos: el nombre que es todos los nombres en las variables geométricas del tiempo. Mi cerebro de estructura antropogénica me habla en la lengua de todos los hombres pero, secretamente, escucho el silbido de Dios en mi oído queriendo convertirme en mujer para copular conmigo y hacer una serie infinita de seres. Estructura antropométrica de la inconsciencia, saliva del diablo. En la repetición del hombre está su desdicha. Mira todos los cadáveres que me precedieron, su melodiosa voz, sus poemas impolutos. La blanca esmegma cayendo de sus lenguas. Soy el que sueña y al despertar escribí Kubla Khan. Vuelvo al sueño, sus naves de eterna vigía me deslumbran la memoria. Despierto en un Jardín de senderos que se bifurcan. Las noches son todas una misma. El hombre que sueña, el que lo mira soñar y el que despierta. Aquí está el tercer ojo de la noche. Aquí está vigilando la curvatura de mi pensamiento: me desdoblo. Soy el caballo de Turín, soy Nietzsche abrazándome, soy el silencio de ambos y el delirio del lenguaje ante el azote del tiempo. Fui el agua del Ganges, la misma agua que soñó Cuesta y al despertar escribí un Canto a un Dios mineral. Soy la misma agua en donde me miro Narciso y me abrazo en un sueño húmedo que nunca termina. Largas son las horas y las variaciones de las mismas. Largo es el delirio que donde termina, comienza. Esto es lo que fui, lo que soy lo que seré. Hora tras hora, mi mano empuña la misma espada, la misma pluma, la misma piedra. Perennemente muere César. Infatigable es el grito que escapa de la boca de Abel. Mientras duermo aquí, en la ensoñación del poema, estoy despierto en otro lado, leyéndolo. Vuelve el silbido. Vuelven a mi mente los labios fruncidos, dejando un pequeño hueco por donde el aire cruza ondeante, vibrando en el espacio entre la lengua y el paladar. Me volveré mujer, o maricón. Un pinche putito. Seré Cobra y Sarduy: moriré de Sida. Moriré descamado y con el veneno de mi lengua quemando mi corazón. Seré el neobarroco escribiendo entre la orina y el lodo: las cosas no son como son y el lenguaje no dice lo que es. Me convertiré en mujer por contacto del lenguaje nervioso de nuestro señor Jesucristo, Krisna, Buda, Odín sin un ojo, cubierto de grandeza, Zeus y la enorme verga de su rayo porque cada hombre es muchos hombres pero nunca una mujer y he aquí que tengo el secreto, me lo dije a mí mismo cuando era Daniel Paul Schreber. Dios me convierte en mujer para mostrar su grandeza y manda su canon de pequeños hombres, de grandes vergas, para instruirme. Castrati. Seré el único objeto sexual de Dios, el mismo que soy y al desdoblarme me llaman Sor Juana Inés de la Cruz. Vuelven los pesados párpados de la noche. El abismo. Despierta el mundo iluminado y yo escribo Primero sueño y por fin despierto: soy un error, un fantasma. Hábito en tus ojos, me estoy leyendo en estos poemas.





Viernes 26, 2020




El sol como un gran animal amarillo


me mira con sus ojos de sangre.




El vértigo de la tarde me trae 


a la aurífera marea de la memoria.




Madre


Freud me habla en alemán


sobre cómo cortar en pedazos


a mi padre.




Me he engrisado.


Nos hemos atardecido ya.




El irdiscente negro cercenado


de la sangre coagulada


resbala por los dedos de mi mano.






Miércoles 11, 2020




Memoria sea la noche.


Pulo el hueso del lenguaje


hasta dejar sólo la médula.




La analista ha dicho que el delirio


se curará nombrando el vértigo.




Pequeños pájaros porosos


se abren en la carne abierta 


de mi cerebro embalsamado.




Mira el agujero,


me duele ahí dentro, 


papá.





Dime,


¿por qué a la casa le brotaron escamas?


¿Por qué nos has abandonado?







Escena I




Yo quería crear un poema muy macho, papá. Un poema épico del que estuvieras orgulloso. Un poema que cantaran todos los hombres, niños, jóvenes, ancianos, por todas las generaciones del mundo. Pero no, papá. No pude. Mira mis manos, su delicadeza. El dedo largo y su femenina forma. Bien dijiste papá: ¿qué podrías hacer tú, pedazo de maricón? Y he aquí el resultado: tiemblo por las noches de no tener la verga lo suficientemente grande para enorgullecerte, papá; para sobrepasar tu grandeza; para meterla, bien dura, a través del oro de la noche.






Escena VII




Parte 1




Yo fui un muchacho bello, padre. Señores de la real escuela de Fráncfort, yo fui un efebo western que cantaba Smell like teen spirit, enfundado en mi camiseta negra con leyenda de Nirvana.  Querida analista: afilo los caballos de mi cerebro. Lacan, Freud: escuchen: Deseoso es aquél que huye de su madre. En el oro pútrido de mi incandescente sangre, crecen embravecidos larvarios de mis enceguecidas vísceras. Cuarto negro, luz roja. Ganesha me mira desde sus ojos fríos de Dios. Cuarto negro, luz roja. Mamá viene de nuevo a cuidarme porque un eclipse eclosionó en mi cerebro. Macho delirante. Trastorno viril de la inconsciencia. Androdelirante. 






*




Antes de emascularme decidí escribir un poema


vítreo, de bordes filosos y transparentes como


el corazón de Dios.


Un poema que aullara por las noches.


Un poema animal herido que no llora,


muerde.


Un poema esfalerita de brillo submetálico,


que pudiera mover a contraluz 


el lector


y encontrar lo brillante del delirio.







Esther M. García (Ciudad Juárez, Chihuahua, 1987)


Actualmente radica en la ciudad de Saltillo, en Coahuila. Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte (SNCA). Licenciada en Letras Españolas. Narradora, poeta, tallerista y gestora cultural mexicana.


Autora de los libros de poesía La Doncella Negra (La Regia Cartonera, 2010), Sicarii (El Quirófano Ediciones, Ecuador, 2013), (Instituto Municipal de Cultura de Saltillo, 2014); La Demoiselle Noire (Babel Cartonera, Francia-Bolivia, 2013), (Kodama Cartonera, Canadá, 2015), Bitácora de mujeres extrañas (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2014), (Nueva York Poetry Press, Estados Unidos, 2020), Mamá es un animal negro que va de largo por las alcobas blancas (UAEMEX, 2017), La destrucción del padre (El periódico de las señoras, 2019), Arco de histeria, el libro negro (CONARTE 2020), Dead Woman’s City (FlowerSong Press, Estados Unidos, 2021); el libro de cuentos Las tijeras de Átropos (UA de C, Colección Siglo XXI de Escritores Coahuilenses, 2011) y la novela juvenil Confesiones de una booktuber (Norma, 2018, 1a edición México, 2a edición, 2020; 1a edición en Colombia, 2021). 


Premio Nacional de Cuento “Criaturas de la noche” (2008), Premio Estatal de Cuento “Zócalo” (2012); Premio Municipal de la Juventud (2012); Premio Nacional de Poesía Joven “Francisco Cervantes Vidal” (2014); Premio Internacional de Poesía “Gilberto Owen Estrada” (2017); Premio Estatal de Cuento Chihuahua (2018); Premio Nacional de Literatura para Jóvenes FENAL-NORMA (2018) Premio Nacional de Poesía Carmen Alardín (2020).  


Finalista del V Premio Internacional de Literatura Aura Estrada, 2017. 


Fue becaria del PECDA Coahuila en dos ocasiones y del FONCA Jóvenes Creadores.


Antologada en diversos países como México, Perú, Estados Unidos, España, Ecuador.


Traducida al inglés, francés, portugués e italiano.


Es fundadora y directora del Mapa de Escritoras Mexicanas Contemporáneas, proyecto tecnológico y cultural en pro de la equidad de género, hecho a través de Google Maps. 

martes, 29 de noviembre de 2022

Actividades de Katherine Medina Rondón en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara





Katherine Medina Rondón, autora de Papiros mágicos (Sol negro) estará en dos actividades en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara: martes 29 de noviembre a las 20h se presenta en el Salón de la poesía, planta alta, expo. Guadalajara. Nuestra autora será presentada por el mexicano Luis Eduardo García y el miércoles 30 de noviembre a las 18h Katherine Medina se presenta en "La complicidad del arte y la palabra en la poesía transmedia" junto a los mexicanos Rocío Cerón y Carlos Ramírez Kobra en Salón 7, área nacional, expo. Guadalajara.

lunes, 28 de noviembre de 2022

LIBER FILIA FIESTA LITERARIA 2022 MUESTRA DE POESÍA RELÁMPAGO RED DE POESÍA TOTAL (COORD. YARA PATIÑO ESTÉVEZ)

 


Mañana martes 29 de noviembre 8pm (hora de Ciudad de México/Guadalajara) se llevará a cabo el encuentro Liber Filia fiesta literaria 2022. Muestra de poesía relámpago. Red Latina de Poesía Total. Coordinado por la poeta mexicana Yara Patiño Estévez. Se trata de un evento presencial (Patán. Morelos 1281 - Col. Americana, Guadalajara), pero también el encuentro será transmitido por Facebook Live y YouTube y contará con la participación de Iris Kiya (Bolivia), poeta que publicó en este 2022 el libro Espero que le gusten los caballos con Sol negro. Además leerán destacadxs poetas de Ecuador, Colombia y Perú, entre los que se encuentran Andrea Rojas, Daniel B. Montenegro, Santos Morales Aroní, Antonio Chumbile, entre otrxs. 

domingo, 27 de noviembre de 2022

Muestra Jorge Eduardo Eielson y el antiguo Perú en la Università di Firenze

 


Queridos amigos y amigas,

Tenemos el agrado de invitarlos a la clausura de la exposición JORGE EDUARDO EIELSON Y EL PERÚ ANTIGUO que se realizará el jueves 1 de diciembre a las 17:30 en la Biblioteca Humanística de la Universidad de Florencia en Piazza Brunelleschi 4, Florencia.

La exposición muestra hallazgos arqueológicos de las culturas preincaicas del Perú pertenecientes a la colección personal de Jorge Eielson, libros sobre el tema del Fondo Eielson y de la Biblioteca, así como algunas obras del propio artista peruano relacionadas con los artefactos.

La velada incluye una visita guiada por Antonella Ciabatti y una lectura de poemas de Eielson por Martha Canfield y Pio Villanacci.

Las reservas son bienvenidas por correo electrónico: info@centroeielson.com

¡Esperamos que muchos de ustedes vengan!

viernes, 25 de noviembre de 2022

El tumulto del sueño (PEISA, 2022) de Abelardo Sánchez León, por Paul Guillén (*)


Quiero empezar haciendo una confesión. Era el año 2002 y yo empezaba a escribir una tesis de licenciatura sobre Enrique Verástegui en la universidad de San Marcos, entonces, yo iba caminando por el patio de letras con el borrador de mi primer capítulo bajo el brazo y me encontré con un amigo a quien le mostré esas primeras intuiciones y él al revisar mi trabajo me lo devolvió y me dijo un tanto sonriente: Paul, ahora ya eres todo un setentólogo, aunque esa especialidad no existe, hoy tengo que reafirmarme como un setentólogo, es decir, un consumidor y un analista o más a las claras un fan de toda la poesía peruana de los 70s. 

En 1973 en la famosa antología Estos 13 un joven Abelardo Sánchez León afirmaba que “Personalmente me es muy difícil escribir poesía dejando de lado lo que me ocurre […]  En todo caso el vivir intensamente es relativo […] Lo que sí hay es un nerviosismo insoportable. Algo debe funcionar mal en mi organismo, y quizá eso influya en mi poesía” (150). Quiero quedarme con esta idea la vida nutre al poeta, pero esta no necesariamente es una experiencia celebratoria. 

Si la memoria no me engaña El tumulto del sueño es el décimo primer poemario de Abelardo Sánchez León, debo resaltar que entre mis poemarios favoritos suyos se encuentra El mundo en una gota de rocío, Antiguos papeles, sobre todo por su poema “La casa de los Atridas”, que inicia con los versos “La casa de los Atridas/ la de Yves Tanguy traducida por Belli,/ la casa de Chacaltana y la de Dos de Mayo,/ apilan sus muertos sin temer al orín de los gatos” (15). O ese otro poemario de título tremendo Oh túnel de la Herradura o sus primeros textos, donde destaca ese famoso poema titulado “En el Chino-Chino”, publicado en su primer libro Poemas y ventanas cerradas. Pero vayamos a este El tumulto del sueño, que en principio cuando preparaba estos apuntes lo había rebautizado como “El tumulto del mar” y no creo que sea un descuido de mi parte, sino que el mar es fundamental en este poemario. Así que primero diré algunas ideas sobre algunos poemas y cerraré con un comentario global del conjunto.

El poemario inicia con “Un mar sucio y distante”, donde se incide en la función del mirar frente a la precariedad de la memoria y el pasado que es apenas “un cabo amarrado entre los peces” (11). Este proceso viene permeado con que “No me turban pensamientos errantes/ ni aquellos capaces de estropear la memoria” (11). En el siguiente texto titulado “La plaza” se trata de “Me atraía el hecho de recuperar un momento” (12), no se trata, entonces, de recuperar una memoria, sino tan solo un recuerdo, un instante. Nos vamos dando cuenta que el mar y la ciudad son dos elementos cercanos, puesto que en el poema “Alcantarillas” se dice: “Un mar surge de las alcantarillas y se desliza/ entre aquellas calles ligeramente inclinadas” (13) o en “El mar continúa allí” se esgrime que es “Un mar que cuando ingresa a mi habitación/ irrumpe sin destrozar como lo hacen los tifones,/ los huracanes y las tormentas de los mares del norte./ Se trata de un océano, precisémoslo,/ y tiene la extensión de un cetáceo insomne” (33). 

Uno de los momentos más espectrales del libro se produce en el poema “Mujeres de abrigo / hombres con bota”, digo espectral entendiendo por esto algo ominoso que reemerge desde el pasado para dar cuenta de su propia contemporaneidad. Me explico mejor lo espectral se define en torno a la re-emergencia “de víctimas, oprimidos, olvidados del pasado para dar cuenta del nefasto, apenas visible y no verbalizado legado cultural que dejan el trauma histórico de conflictos civiles y regímenes autoritarios” (Ribas-Casasayas, 11). Este efecto se da en dos direcciones, en tanto el espectro se relaciona con “lo reprimido psicológicamente [y] con lo reprimido políticamente” (Ribas-Casasayas 12). En el poema de Sánchez León al que aludimos se trata de una “erótica fascista” como él mismo la denomina, pero vayamos por partes dijo Jack el destripador. El lenguaje en este poema es algo que “coge” entre comillas. Por un lado, están los militares con “botas altas, gorros, tirantes” (20) y como su contraparte tenemos “unos cuerpos de mujeres lánguidas,/ blancas, de rostros transparentes” (20). Pero estos fascistas lo que hacen es que andan “alardeando de un poder que las coge” (20). ¿Cuál es ese poder? Sánchez León da la respuesta al articular el poder y el coger con el dinero y el miedo. Parece decirnos que los hombres y mujeres se mantienen “juntos, como si fuesen huesos: dinero y miedo” (20). El aspecto erótico, entonces, se vislumbra en que hay “una mujer desnuda atrapada tan sola dentro de su abrigo”, pero nótese que dice atrapada no dice gozosa o plena de libertad. Sánchez León se torna áspero y afirma “Montan la noche,/ le dan por el culo, le arriman el piano” (21). Cabe de nuevo hacernos la pregunta a quién o a quiénes. Parece que la violencia y el sexo van de la mano: “Reluce la cachiporra y la guardia de asalto./ El vínculo hondo es el sexo:/ una introducción hasta la entraña” (21). Queda claro, entonces, que esta violencia fascista es ejercida contra la mujer, pero ¿estas mujeres son dichosas o problematizan esa dinámica? Siguen unos versos que refuerzan esta idea de una erótica fascista cuando dice “Esa sensación inaudita de poseer las armas/ para refregarse sobre un cuerpo entregado/ produce un orgasmo en el intelecto, un placer religioso/ un espasmo solo comparable al beso de la madre muerta” (21). El poder de lo fálico expresado en las armas y la sumisión del otro cuerpo que como hemos citado está entregado, en tanto, un orgasmo en el intelecto es igual a la expansión o duplicación de lo erótico, el placer religioso místico y carnal a la vez, pero todo esto solo se compara al beso de la madre muerta, que en anteriores poemas del conjunto también había salido como imagen ominosa. El beso de la madre muerta es de carácter espectral, puesto que es algo del pasado que pervive en el presente, pero que además nos provoca una reacción discordante con la “normalidad”. Acaba el poema con una imagen cruda: “Cuando la bota ingrese, lo hará un falo recubierto” (21). Uno lee este poema y no puede dejar de sentir horror, pero también gozo. ¿Cómo se explica algo así? Pues no se explica y creo que un poema tan fuerte como este nos compele como seres humanos, porque si vemos es notoria una reemergencia del fascismo a todo nivel y también agrego una reemergencia de la moral castrante y la censura más violentas. Pero esa violencia nos hace sentir la tragedia, pero también el placer. Yo he estado tentado de pensar estas dinámicas y este poema como algo perverso, pero aún no estoy convencido del todo. Y como este es solo un apunte dejo en el aire esta idea o mejor parafraseo a Paul Celan y digo: ¿Madre podré escribir en la lengua de tus asesinos?

Otro de los temas muy presentes en el libro de Sánchez León es el paso del tiempo que se ejemplifica en la casa, la familia y la figura del poeta, quien es caracterizado socarronamente y también de manera dura como un “viejo de los de ahora, que se resisten/ a ser atados a la silla de palo:/ no saben qué hacer con él,/ lo abandonan en su club,/ que joda a otros, que ladre” (51), en otro texto el poeta es un pequeño chihuahua o una verdadera mula tucumana. 

Quiero cerrar mi breve intervención diciendo que el poema “Sombras nada más” es uno de los más duros poemas que he leído últimamente. Y ustedes me preguntarán porqué, explícate hipócrita lector, y esta vez mi respuesta será qué no lo sé, que he leído el poema unas 5 o 6 veces y no lo entiendo del todo, es decir, tengo indicios de algo que ocurre, pero no se lee un poema para entenderlo, se lee un poema para vivirlo o sufrirlo y también para seguir vivo y como a veces yo también puedo ser tan duro y festivo conmigo mismo o como se dice en unos versos del poema: “anhelante como la lengua caliente / de los perros completamente fuera./ He armado un mundo en contra de mí./ Lo he levantado con la paciencia” (64), por eso, solo quiero leerles el final, pero el final y el poema completo se los dejo para ustedes mismos cuando lean el libro.

(*) Palabras de presentación leídas el 17 de noviembre en la librería El Virrey de Miraflores.


miércoles, 26 de octubre de 2022

La poeta italiana Clery Celeste escribe acerca de la antología Flores al borde de los abismos (Sol negro, 2022) de Vittoria Aganoor




Vittoria Aganoor. Flores al borde de los abismos. Traducción de Katherine Medina Rondón y Miguel Urbizagástegui. Lima: Sol Negro. 70 páginas. ISBN 978-612-48725-2-5

Se piensa a menudo en la poesía como un resultado de melancolía, como un tormento del corazón que necesita purgarse en la palabra, limpiarse en la hoja blanca. Sin embargo, esto es una pequeñísima parte, lo que la palabra poética puede hacer es inmenso, insondable. Vittoria Aganoor tiene la capacidad, en estos poemas, de sondear tanto los delicados matices de la alegría como los de la melancolía. Su escritura es un examen cuidadoso de las emociones, busca el sabor y el color, trata de dar un nombre a lo que siente. 
    
Suave, como el soplo del viento o el sonido de un pétalo que cae, es la escritura de Vittoria Aganoor; un ejemplo de levedad de mariposa son algunos versos como: «Huye y va de piedra en piedra el lagarto/y en el ambiente un graznido se expande/de un cuervo, en lo alto de la mole en ruina». También cuando la autora entra en la naturaleza no se queda en los márgenes como callada espectadora, sino que se vuelve aprendiz y pide respuestas, lo que surge es una constante sensación de inquietud, un hambre de aire. Vittoria quiere respuestas sobre el destino y el amor, pregunta a las nubes y pregunta al agua del mar, no se detiene en la sola contemplación.

El ritmo de cada verso está medido y calculado a la perfección, parece ejecutado a golpe de metrónomo; es así que en estos textos la palabra se vuelve música, marca la respiración. Donde el dolor es sordo y depresivo tendremos un ritmo lento, sonidos sordos que al lector dará la impresión de estar bajo el agua. La poesía no es un capricho de señorita para Vittoria Aganoor, es trabajo duro y una petición de lo absoluto, la búsqueda de la palabra poética contempla el vértigo y el riesgo de la vida; esto lo leemos en un poema: «En razón no entras/que en los abismos y no en los caminos/fáciles del valle la flor encuentras». Es el abismo el último límite donde el poeta debe buscar la flor o la palabra, ser un dios o un héroe y tentar la creación de lo maravilloso desde la nada. En efecto, la belleza y la verdad están en el sacrificio y en el camino inhóspito, y en esto Vittoria Aganoor no es la excepción.  

La poesía de Aganoor también es capaz de ser irónica y muy lúcida, perfectamente estable en esa zona de sombra que forma la comisura de los labios que pasa rauda de la sonrisa a la tristeza: «Sueños como este en mi agachada/cabeza, una bandada anidó/no sé de dónde emigraron/ pero cantan y trinan en fiesta». Vittoria Aganoor es una enciclopedia de emociones y visiones escrita en verso, una escritura aún vigente y que merece ser rescatada, ser recordada. 


Clery Celeste, poeta italiana
Ferlì, Italia

Clery Celeste
(FORLÌ-ITALIA, 1991). LICENCIADA CON HONORES EN TÉCNICAS DE RADIOLOGÍA MÉDICA. ACTUALMENTE, ESTUDIA LETRAS MODERNAS EN LA UNIVERSIDAD DE BOLOGNA. HA GANADO LOS PREMIOS TROPEA ONDE MEDITERRANEE (2009 Y 2010), AGOSTINO VENANZIO REALI (2009, 2010 Y 2012), E. CANTONE (2011 Y 2012),  PRO LOCO FIUME VENETO (2011), BIENNALE INTERNAZIONALE DEI GIOVANI ARTISTI DELL’EUROPA E DEL MEDITERRANEO (2012) Y HA SIDO FINALISTA DEL PREMIO RIMINI (2014). SE DESEMPEÑA COMO REDACTORA DE LA REVISTA ATELIER Y DE LADOLFI EDITORE. HA PUBLICADO EN POESÍA LA TRACCIA DELLE VENE (‘EL RASTRO DE LAS VENAS’, 2014) CON LA QUE GANÓ LOS PREMIOS ELENA VIOLANI LANDI UNIVERSITÀ DI BOLOGNA (2015) Y MACONI (2015), ENTRE OTROS.

miércoles, 19 de octubre de 2022

Inédita visita del poeta Efraín Bartolomé a Cuernavaca invitado por la editorial Ediciones Eternos Malabares

 



Este viernes 21 de octubre a las 4:00 pm, como parte de los festejos del XXVIII Aniversario de la editorial Ediciones Eternos Malabares, se presentará en el Jardín Borda, por primera vez en Cuernavaca, el poeta chiapaneco Efraín Bartolomé, uno de los autores mexicanos más importantes de la generación de los 50. 

Para presentar el volumen Testamentum (2022), el nuevo libro del poeta chiapaneco, se darán cita Silvia Tomasa Rivera, Ricardo Venegas, Julián Cruzalta, Guadalupe Belmontes  y el autor.

En la organización de este magno evento se cuenta con la participación de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, la plataforma informativa Pulso Político, la Comunidad Ecuménica Magdala, Le Pastis Bistro y el Mexican Cultural Centre de Reino Unido. 

La editorial Ediciones Eternos Malabares, fiel a su tradición por la poesía, ha invitado, en distintos momentos, a leer en Cuernavaca a autores de la talla de Hugo Gutiérrez Vega, Alí Chumacero y Sergio Mondragón, entre otros.

Cabe mencionar que el acceso al evento es entrada libre y para todo público que guste del arte de la poesía.

EFRAÍN BARTOLOMÉ nació en Ocosingo, Chiapas, el 15 de diciembre de 1950. Su obra, que supera ya los veinticinco títulos, ha sido reunida en los volúmenes antológicos AGUA LUSTRAL Poesía 1982-1987, Col. Lecturas Mexicanas, Conaculta, 1994; OFICIO: ARDER Obra poética 1982-1997, UNAM México (1999); EL SER QUE SOMOS. Editorial Renacimiento, Sevilla, 2006; y CABALGAR EN LAS ALAS DE LA TORMENTA, Editorial Balduque, Cartagena, España, 2015.

En 1999 recibió la Ledig Rowohlt Fellowship en Suiza. En 2001 se le otorgó el International Latino Arts Award en Estados Unidos. En 2002 fue elegido Stipendiaten por la Landeshauptstadt München Kulturreferat, en Alemania. En 2005, representó a México en la Primera Cumbre Poética Iberoamericana, en Salamanca, España. En 2019 le otorgaron el Premio Mundial de Poesía “Veracruz Puerta de México”.

Su obra aparece en cerca de doscientas antologías, nacionales y extranjeras. Hay traducción de poemas suyos al inglés, francés, portugués, alemán, italiano, gallego, árabe, japonés, macedonio, maya peninsular, náhuatl y esperanto. Pertenece al Sistema Nacional de Creadores de Arte.

El crítico Juan Domingo Argüelles ha escrito que “la obra poética de Efraín Bartolomé constituye un suceso, una feliz irrupción en el curso, a veces monótono, de la poesía mexicana en la parte final del siglo XX, y es hoy una presencia y un referente fundamental en el panorama poético de este recién nacido siglo XXI que, en cuestiones de poesía, suele tan fácilmente dar gato por liebre. La seguridad con la que surgió y la firmeza con la que ha continuado le deparan a Efraín Bartolomé un sólido destino entre los lectores. Porque Bartolomé ha recibido prácticamente todos los premios y distinciones más importantes a los que, por concurso, puede aspirar un poeta en México: el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes (1984), el Premio Nacional de Poesía Carlos Pellicer (1992), el Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen (1993) y el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines (1996). El Gobierno de la República le otorgó en 1994 el Premio Nacional al Mérito Forestal y de Vida Silvestre en la rama de Cultura y su estado natal le concedió en 1998 el Premio Chiapas de Arte, máxima distinción que otorga dicho estado a la excelencia artística. Pero, sin duda, el más alto premio que recibe de modo constante es el de los lectores que encuentran en sus libros una experiencia imborrable donde la emoción y la inteligencia se unen en la mejor expresión de la poesía.”

lunes, 3 de octubre de 2022

CINCO POEMAS DE JOSÉ LAVARELLO


JOSÉ LAVARELLO

Nació en Lima. Estudiante de la facultad de Humanidades en la especialidad de Literatura en la Universidad Nacional Federico Villarreal. Miembro de la editorial Cactácea Cartonera. Fue fundador del grupo y revista literaria QKatarsis. Trabajó como librero. Su ópera prima llamada Horizontes acaba de publicarse en junio del presente año, bajo la editorial La Chimba. Presentamos cinco poemas del libro para el público de Sol Negro. 



HAY ÁRBOLES DE RAMAS NEGRAS         Tus besos

haciendo vibrar las hojas               Trazas un bosquejo

en la constitución de la tarde

Yo retorno

a casa acompañado de tu

espíritu noble                             El inicio se prolonga

en un bello poema         Tu silencio encalla en la hierba

Nos conducen a un abismo

sin pensar

en la fascinación de los monstruos

en la literatura


Crepitación de los libros

vislumbrando el universo

  


Goce la carne

Goce el descanso        Goce las páginas en blanco

Goce andar descalzo

Goce del cine ruso

Goce con su mujer       Goce amargamente las  

estelas los cementerios las formas los ataúdes

el fútbol...

Solo tú señalando el horizonte

de una avenida

metáforas por todos los rincones.




SI EL DELIRIO ES PERMANENTE en la memoria dentro de otros sueños que

no son nada – vomite entonces todo su infierno – por los grandes acantilados del Pacífico – resistiendo otros calores y lea a los viejos poetas – hasta que el deseo de abrazarnos se convierta en frutos en piedras en palos incrustados en el hocico – y líbrese de la brisa tibia de las luces contra la ventana o los recuerdos de libros espumosos y haga el amor 

cada día – corte los versos obtusos y trágueselo – y siéntase afortunado de encontrar dos o tres cartas de Werther – Werther era un muchacho con mucha imaginación para abatirse


cualquiera que diga que sabe cómo te sientes es un iluso

                                                                  BERLÍN, LUCIA




iii


Me acurrucaré pensando que las cosas interesantes surgen en una esquina en una cabina.


Soy el hombre inclinado que persigues

y no soporta esos mundos internos 

que dices encontrar en cada rayo de luz;

cuando irrumpes demasiado

y pierdo el control

y deseo cubrir mis manos y amar este país

y llenarlo de caos para ella que vuelve a agitar 

al ser destartalado que hay en mí

tiempo maldito tiempo maldito tiempo maldito...




EN LA ESQUINA DEL MERCADO SEÑOR DE LOS MILAGROS 


(Ventanillas – Callao)


a Janni


(a)


Con las manos enfundadas en los bolsillos y

la respiración entrecortada escucho melodías de una época que desconozco

gritos y fragmentos grises encadenándose en los muros,

por los paneles empotrados a lo largo de las cristalizadas galerías.


Avanzo como los perros que han aprendido a sumergirse

en las tuberías en los parques en la nada;

Verasteguianizado

buscando una constelación de palabras en google

una línea de cemento hasta arrancarme las suelas

los sueños.


(b)


Y yo llegaré como un orgasmo tierno

entre jaladores y bolsitas de choclo caliente

silbando las canciones de tu playlist

y ocuparé la primera banqueta primitiva,

este horizonte vacío

dando vueltas en tu imaginación

desde la otra avenida

hurgando siempre siempre

mis bolsillos pelados

cubriéndonos de humo chicha y

sombras en la plaza.


Manito, lo mejor que pudimos hacer fue escribir

toda nuestra ignorancia.




1


AUNQUE TUS MANOS SE LLEVEN EL ÚLTIMO

aliento del lugar

siempre habrá un lomo de

gato que acariciar.



2


Todo lo que deseo se encuentra

perdido en los laberintos oscuros

de la noche

donde miro cobarde y cansado

tu torso desnudo.




lunes, 5 de septiembre de 2022

DELIRIOS DE CUARENTENA, DE DAVID COLLAZOS


Hay bebés en el vino de mi copa

y en tanto incendio de mi jardín

aves devoran la mañana.

Dos muslos se abren frente al candelabro matutino 

y en la resaca lúgubre del día

gimen un placer expulsado por pacientes 

                                    campanarios 

                                                garúas. 


Mascarillas sofocan un sentimiento abatido 

y con la ineptitud de oponerse a ese dolor

se impregnan con la sangre de una rosa incandescente.

Y con variadas astillas ardiendo en los pulmones

huyen para no curar sus fuertes llagas.

Quizá por sembrar las mismas monedas

se agrieta una corteza flexible atravesada de arenales húmedos

dentro muy dentro del tórax

cerca del Estigia

al oriente amargo en lejanía.


Náufragos corales como cascos de corcel

esparcen al viento diminutas voces

voces ineluctables de un soñar

soñar con un paisaje y sus melodías.

Libre… libre en los árboles

            en un cuerpo

                    en un instinto.

Donde no se adviertan los crujidos del mal

donde las agujas / la arena / la clepsidra y el nomon

no le teman al tiempo

donde apareció la sombra errante de mí 

                                                        decadente de mí

(indagaba sobre un consuelo que llegará no se sabe cuándo)

para guiarme al talón sumergido en la gracia

y a su firmamento de bosques / ríos / lagos

en el perfil obrero de la naturaleza.

Ser vestigio de toda lengua

mezclarse con crustáceos 

y sus refugios sucumbiendo en olas

deshacen a las huellas en la orilla del mar

así sucede en un círculo 

                                  de meses / años / siglos. 

Mirar la Tierra conforme la mira el Sol

transformarse en brasas de moribundos colores

para asirse de un verídico oscuro.

Oscuro sufrir en orfandad se conjura en aullido

de frágil rayo de Luna trepando ramajes

bajo un baile de confinamiento acabado en cenizas.


Y así la vejez se varía en un padecer común

así en cierto momento y atados de osamenta

los cabellos se abultan

            la barba se abulta

y no prevalece un lugar para ver-oír-respirar-beber.

Pero aún los dedos logran desenterrar con caricias

develan el monte donde el plenilunio brilla su disfrute ígneo

y el murciélago hambriento lame la buganvilia

y el lenguaje es un alboroto de gotas dispersas.


En seguida estoy entristecido para con la tristeza

evidencia de no ser el destino sino el viajero. 

Y en un mundo donde el gentío se rinde en el aislamiento

insistiré a través de una pureza humana

liberando pelos / uñas / dientes 

creando un recuerdo que nunca aprenderé a recorrer.


Y formado a cada corte de reloj

un limbo emite su grito de socorro

y al desafiarlo

penetro en la entreabierta sabiduría

para no oficiar promesas desterradas

allá lejos

en la felicidad castigada en un rincón

en el amor que deambula solitario sin amar a alguien

en la fila de fusilamiento sacando al exterior vergüenza

en las balas rascando un adagio entre cejas de alfiles buscando limosna.

Sintiendo fallecer a la vida en nuestros brazos

con la dificultad de sostener embriones / partos / infantes.

Solo es un laberinto de minuciosos hilos revelando ecos

solo se percibe un sonido de bisturí contra la carne

solo son los estrépitos del niño

solo se derrama la inocencia a golpes.

 

Entran pues ráfagas de una melancolía a falta de oxígeno 

entran con médico condenado a la nada

entran con longevidad de una alborada tras objetar crepúsculos

entran con risas omitiendo un pozo de baja autoestima

y entreverados en la conjetura de aquella lombriz

suprimida al cabo de la jornada

por el azar del contagio.


Exhalo una honda ausencia y estoy velándola en mi cráneo

y de cara al madero ninguno entierra

las múltiples formas de matar a Jesucristo 

(en ocasiones se me ha caído ese recordatorio al suelo 

                               y lo he pisoteado sin darme cuenta).

Y con poca óptica se garabatea una pared

y el orden de tumultos rompe calles apenas reconocibles

masticando saliva para tres hambres

incluso se prueba una jeringa para cualquier enfermedad

y sin embargo detrás de las cortinas

somos ventanas.


Y el océano pide unas alas para Ícaro

a los escalofríos repitentes de fechas:

―Gélidos témpanos emergiendo como cadáveres.


Notan cómo la tráquea se disemina 

del pescuezo por quelas de cangrejos:

―Festín de cánticos concibiendo dilemas.


O hachas corroídas en la espalda punzante

del quebrar de huesos rumiados por lobeznos:

―En un martirio de protestas de noche definitiva.


Llueve un banco de peces

llueve en bocas pusilánimes y que en parte besan

a los enfermos ocultos en la fronda de un haya maternal.

Tardío el aire se torna fuego

después ―en el anuncio de una aurora―

restriega un grillo aflicciones en arrullos:

―¿Cuál es el afán de embriagarse hasta morir y nadie te diga un te quiero?

Y en la puerta de la vigilia

su pensamiento corre en la cabeza para envejecer

aunque broten lágrimas de alegría

cubiertas por un hábito de horror.



David Collazos nació en Lima el 12 de enero de 1979. Publicó el poemario En Blanco en el 2002. Aparece en una selección de poesía llamada 2+ no antología no contemporánea de los poetas amigos (2008). Ha publicado Diario Haiku (2011).

martes, 26 de julio de 2022

15 poemas de Rolando Revagliatti de su libro, inédito en soporte papel, "Ojalá que te pise un tranvía llamado Deseo"

Rolando Revagliatti en junio 2022 en Salta
(c) Mirta Dans


El público asistiendo

a la representación de los actores


en friso


asistiendo a la representación

del público.



***

 

Permítame usted contradecir sus deseos...


(imponer los míos).



***


Mientras no te enteres

de cuánto me admiras

no cesarás de combatirme

ignorándome.



***


Mi biblioteca no es un cementerio:


los libros que no corren

que no me corren

que no descorren


vuelan.



***

 

Mortecina

esto es:

mortuoria


le cae a mi hastío


tu luz.



***

 

¿Cómo no llamar estupidez

a la estupidez cuando la encarno


o incluso cuando

solamente

la ejecuto?



***

 

He quedado reducido a esto


A quedar


Reducido


A esto.



***


El ave de la calle Agüero

planea sobre el Mal.



***

 

Práctica tribal

propia de las tribus atribuladas:


tributar lágrimas.


***

 

¡Salvemos al Planeta Tierra!:

extingamos la vida humana.


***


Esto es estar vivo:


alucinar

en un


ataúd.


***

 

A las ya obtenidas

él se preguntaba


¿qué incapacidades

incorporaré?


***

 

A veces

ofende

el asco


Y degrada.


***

 

La continuidad

de la especie


de escoria.


***

 

La ampara:


modo

          de

               iluminarla.




Rolando Revagliatti nació el 14 de abril de 1945 en Buenos Aires, ciudad en la que reside, la Argentina. Publicó en soporte papel un volumen que reúne su dramaturgia, dos con cuentos, relatos y microficciones y quince poemarios, además de otros cuatro poemarios sólo en soporte digital. En esta condición se hallan los seis tomos de su libro “Documentales. Entrevistas a escritores argentinos”, conformados por 159 entrevistas por él realizadas. Todos sus libros cuentan con ediciones electrónicas disponibles en http://www.revagliatti.com  


Cinco poemas de Esther M. Allison

Retrato de Esther Margarita Allison Bermúdez, profesora de la Facultad de Educación de la PUCP. Fuente:  Esther M. Allison [fotografía]   ...