JOSÉ LAVARELLO
Nació en Lima. Estudiante de la facultad de Humanidades en la especialidad de Literatura en la Universidad Nacional Federico Villarreal. Miembro de la editorial Cactácea Cartonera. Fue fundador del grupo y revista literaria QKatarsis. Trabajó como librero. Su ópera prima llamada Horizontes acaba de publicarse en junio del presente año, bajo la editorial La Chimba. Presentamos cinco poemas del libro para el público de Sol Negro.
HAY ÁRBOLES DE RAMAS NEGRAS Tus besos
haciendo vibrar las hojas Trazas un bosquejo
en la constitución de la tarde
Yo retorno
a casa acompañado de tu
espíritu noble El inicio se prolonga
en un bello poema Tu silencio encalla en la hierba
Nos conducen a un abismo
sin pensar
en la fascinación de los monstruos
en la literatura
Crepitación de los libros
vislumbrando el universo
Goce la carne
Goce el descanso Goce las páginas en blanco
Goce andar descalzo
Goce del cine ruso
Goce con su mujer Goce amargamente las
estelas los cementerios las formas los ataúdes
el fútbol...
Solo tú señalando el horizonte
de una avenida
metáforas por todos los rincones.
SI EL DELIRIO ES PERMANENTE en la memoria dentro de otros sueños que
no son nada – vomite entonces todo su infierno – por los grandes acantilados del Pacífico – resistiendo otros calores y lea a los viejos poetas – hasta que el deseo de abrazarnos se convierta en frutos en piedras en palos incrustados en el hocico – y líbrese de la brisa tibia de las luces contra la ventana o los recuerdos de libros espumosos y haga el amor
cada día – corte los versos obtusos y trágueselo – y siéntase afortunado de encontrar dos o tres cartas de Werther – Werther era un muchacho con mucha imaginación para abatirse
cualquiera que diga que sabe cómo te sientes es un iluso
BERLÍN, LUCIA
iii
Me acurrucaré pensando que las cosas interesantes surgen en una esquina en una cabina.
Soy el hombre inclinado que persigues
y no soporta esos mundos internos
que dices encontrar en cada rayo de luz;
cuando irrumpes demasiado
y pierdo el control
y deseo cubrir mis manos y amar este país
y llenarlo de caos para ella que vuelve a agitar
al ser destartalado que hay en mí
tiempo maldito tiempo maldito tiempo maldito...
EN LA ESQUINA DEL MERCADO SEÑOR DE LOS MILAGROS
(Ventanillas – Callao)
a Janni
(a)
Con las manos enfundadas en los bolsillos y
la respiración entrecortada escucho melodías de una época que desconozco
gritos y fragmentos grises encadenándose en los muros,
por los paneles empotrados a lo largo de las cristalizadas galerías.
Avanzo como los perros que han aprendido a sumergirse
en las tuberías en los parques en la nada;
Verasteguianizado
buscando una constelación de palabras en google
una línea de cemento hasta arrancarme las suelas
los sueños.
(b)
Y yo llegaré como un orgasmo tierno
entre jaladores y bolsitas de choclo caliente
silbando las canciones de tu playlist
y ocuparé la primera banqueta primitiva,
este horizonte vacío
dando vueltas en tu imaginación
desde la otra avenida
hurgando siempre siempre
mis bolsillos pelados
cubriéndonos de humo chicha y
sombras en la plaza.
Manito, lo mejor que pudimos hacer fue escribir
toda nuestra ignorancia.
1
AUNQUE TUS MANOS SE LLEVEN EL ÚLTIMO
aliento del lugar
siempre habrá un lomo de
gato que acariciar.
2
Todo lo que deseo se encuentra
perdido en los laberintos oscuros
de la noche
donde miro cobarde y cansado
tu torso desnudo.
1 comentario:
Excelente!
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