la ciudad lucía (siempre con minúsculas) de Paula Ilabaca (Santiago de Chile, 1979) es un libro lleno de imágenes impactantes, de violaciones e imposiciones, donde el tono y algunos temas se entretejen con canciones de rock, y cuyos resultados son todo menos confortantes, “debido al hábil uso del lenguaje y a las desconcertantes ambivalencias que exhiben”, como comenta su primer reseñador (Marks párr. 2). Pero si bien este poemario tiene gran fuerza por sí mismo, también forma parte de proyectos colectivos donde diferentes disciplinas artísticas se dan cita y producen obras completamente nuevas.
Cuando Andrés Mancini, editor, y Manuel Rojas, productor poeta y editor, comenzaron a conformar Oscilación: Poesía+Electrónica en 2003, invitaron a varios autores y autoras chilenos a participar en el proyecto; pero especialmente con Ilabaca esta invitación vendría a iniciar un camino que seguiría unos años después con su proyecto (primero sonoro y después también visual) Her Own and Private Soundtrack (nacido oficialmente en 2005), que no es tanto una musicalización de la ciudad lucía sino una reconstrucción interactiva de algunos pasajes en conjunto con otros discursos estéticos. Desde un principio, Ilabaca ejerció control sobre la declamación de los versos, aunque dio libertad a los músicos Nicolás Morán y Mario Cáceres para la conformación de los espacios sonoros. Después vendría un video, realizado por Mayra Morán, para el último track, con el sugerente título “Estaba esperando este día y no quería que llegara”. Si bien las partes poética, musical y visual se reproducen conjuntamente, es evidente en este video la dispersión o difusión del significado como una totalidad; cada elemento –voz, sonido e imagen– opera sin estar coordinado de forma alguna con los demás, muy al estilo de los events de John Cage y compañía en el Black Mountain College, ya que como apunta Fabien Vandamme “los encuentros multimedia, vistos desde el ángulo paratáctico, no se caracterizan […] tanto por formas de interacción mutua (interacción significante, que tiende puentes entre los susodichos medios) como por un reconocimiento de separaciones irreductibles” (590). A través de esta suerte de video-clip poético, queda patente la idea de que Santiago de Chile, el modelo para la ciudad lucía, posee un discurso intrínseco del cual las representaciones de Ilabaca y Mayra Morán son sólo dos aproximaciones a un sinnúmero de posibles realidades, más allá del arte y la poesía. Las presentaciones del libro+CD, en compañía de Morán y Cáceres (como la del 13 de octubre de 2006 en el restobar Pantagruélico), vendrían a añadirle todavía un nivel más de significación: el de la performatividad, pocas veces explotado con éxito entre los poetas, tan dados a la solemnidad.
En el caso de Oscilación la interacción entre el músico y el material poético de Ilabaca fue mucho más libre, y el resultado es totalmente distinto en espíritu y en intención al de Her Own and Private Soundtrack. Resulta de lo más interesante observar cómo la intencionalidad de un mismo texto cambia radicalmente de acuerdo al estilo musical con el cual dialoga (rock en el primer caso, Electrónica en el otro). Después, Ilabaca participaría en otros proyectos estrechamente relacionados con la música, como en el caso de Pendrive (reescrituras poéticas de canciones), pero nunca como en sus producciones anteriores.
Es importante poner de manifiesto que, actualmente, todos los ejemplares físicos de la ciudad lucía están agotados. Esto provoca que la mayor parte de los nuevos lectores de Ilabaca accedan a su obra principalmente a través de multimedia, y levanta preguntas sobre la recepción del objeto artístico, así como la participación de los nuevos medios en la difusión e interacción cultural, temas que desde luego deben ser discutidos con mayor detenimiento en otra ocasión.
En la siguiente entrevista, realizada por internet en un chat room, Ilabaca nos cuenta sobre los procesos de creación en Her Own and Private Soundtrack y en Oscilación, la reacción de los críticos ante los performances y presentaciones, así como la presencia de la música en su obra, pero también de la historia personal detrás de La ciudad lucía. Al final incluyo dos poemas de la autora, para observar los cambios que sufre el texto al ser trasladado de un libro a un CD.
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AM: Pues bien, me gustaría que nos contaras cómo nació la idea de Her Own and Private Soundtrack. Se trata de un trabajo conjunto con Mario Cáceres y Nicolás Morán, con quienes, según entiendo, compartes bastantes gustos musicales.
PI: Her Own and Private Soundtrack nace a partir de la relación que tuvimos con Nicolás Morán durante dos años y algo de tiempo, pues en ese entonces yo terminaba la ciudad lucía. Tienes razón, junto a Nicolás compartíamos algunos gustos musicales, no todos. Él estudiaba Licenciatura en Sonido junto a Mario Cáceres en la Universidad de Chile. La primera vez que Nicolás me escuchó leer la ciudad lucía fue para el [Encuentro Latinoamericano de Poesía en Chile] Poquita Fe del año 2004, cuando recién llevábamos saliendo una semana, y luego me ofreció que hiciéramos performance juntos: yo leería parte de mi libro, en ese entonces inédito, mientras él y Mario tocarían algo para mí en guitarra eléctrica y bajo. Ese trabajo fue presentado por primera vez en un ciclo de poesía de mujeres que yo organicé en el año 2005 en el Café Sonoro, que tenía por nombre Like a virgin, sí, como el tema de Madonna. Ahí hicimos lo que a mediados del año se conformaría como Her own… que se lanzó luego con performances en algunos encuentros y tuvo muchas critiquillas bien pobres del resto del campo literario.
AM: ¿Por qué?
PI: Muchos de los "poetas" alegaban que lo que yo hacía no era nada nuevo; mientras que con los chicos de la banda nos reíamos, pues obviamente no era nada nuevo, era sólo un trabajo en conjunto que poníamos en escena y que los tres disfrutábamos.
AM: ¿Cómo fue el proceso de creación?
PI: Los chicos compusieron los temas a partir de los textos, fue bien independiente el trabajo, pues me escuchaban (es decir, nos juntábamos yo leía ciertos pasajes de la ciudad lucía) y ellos trabajaron absolutamente solos en la confección de los temas de ese primer momento.
AM: En otros lados (específicamente el blog de Editorial Mantra) he visto anunciado que Her Own and Private Soundtrack es el nombre de la banda con la que Morán y Cáceres te acompañaban en la lectura-presentación de la ciudad lucía; me encantaría que aclararas esto.
PI: El año 2006 me gané la Beca de Creación del Fondo del Libro y la Lectura y al momento de publicar mi libro por Mantra le comentamos a HH [Héctor Hernández Montecinos] que queríamos un libro con un disco. Ahí comenzó el trabajo duro de la banda, pues ellos leyeron por completo el libro, seleccionaron textos que les gustaban y me pidieron que los leyera una y otra vez, mientras hacían anotaciones o estaban súper concentrados escuchando.
AM: ¿La música se hizo mientras tú recitabas los poemas, o los músicos llegaron con ideas luego de leerlos?PI: El trabajo de los temas en sí los hicieron ellos solos, lo último que pusieron fue mi voz que grabamos en el departamento que vivía y fue una grabación súper casera, pero muy fina en el sentido de que ellos tenían un oído muy detallista y me pedían que ciertas partes las leyera de cierta manera y en general dirigían mi lectura, obviamente respetando los momentos en que yo decía, no ese verso no se dice así o no sé, no te entiendo, etc. Lo más gracioso fue que justo al momento de hacer la grabación yo estaba con resfrío y mi voz estaba distinta, es como si la que se escuchara no fuera yo, una voz un poco nasal o gangosa de un cuerpo enfermo, metáfora quizás de lo que se venía, pues estuvo listo el disco y a los meses nos separamos con Nicolás.
AM: ¿Fue éste el mismo procedimiento que seguiste en Oscilación? El resultado de este proyecto no me gustó tanto como Her Own…
PI: El trabajo de Oscilación fue al revés, yo conocí a Danny Jeffs [DJef] en el estudio; los productores del disco nos presentaron ya que habían decidido que yo trabajaría con él, y Danny me pidió que leyera lo que me gustara en un tiempo determinado, no recuerdo si 15 o 20 minutos, luego me invitó a trabajar con él en la confección del tema. La verdad es que a mí me pareció que el texto de la ciudad… (en ese entonces todavía inédito) estaba ya casi listo e independiente de mí como autora, entonces le dije a Danny que por qué no lo hacía él y decidiera lo que más le gustaba y trabajara con eso. Se asombró un poco, pero lo tomó bien. Luego hizo ese tema precioso (a mí me gusta mucho) súper viscoso y de una gran textura, húmedo, oscuro, medio lynchiano por explicarlo de alguna forma, y porque amo a Lynch y yo aluciné la verdad.
AM: ¿Se trata entonces de proyectos independientes entre sí, pese a provenir del mismo texto?PI: Ambos trabajos son súper distintos, es cierto. Yo creo que la cercanía con Nicolás influyó en el devenir de Her Own…, juntos pusimos los títulos de los temas, juntos nos reíamos inventando cosas de nuestra “banda” que yo era como Blondie, pero en la poesía chilena, en fin, cosas más domésticas que te podría contar, pero que están más ligadas a eso que tuvimos en aquel tiempo. Creo que también [fue] el hecho de compartir ese tiempo juntos, la música que escuchábamos o lo que a mí me gustaba; por ejemplo, los epígrafes de la ciudad... son temas de las canciones que tenía en ese entonces como ritmos en la cabeza, están íntimamente relacionados, nunca lo hablé con ellos, pero Nicolás me decía: este tema te gustará porque suena como Interpol, este otro pensábamos en tal cosa, etc. En resumen un gran trabajo, bien aplicados ellos, muy serios, todos unos músicos, esa es la verdad.
AM: En un número de la revista virtual peruana Lapsus aparecen varios archivos de audio de Her own…, así como un video muy interesante para el último track. ¿Cuál fue tu participación en su creación?PI: En el video tampoco participé, pues como te decía yo entrego mis textos, yo trabajo mucho en ellos, y me encanta eso de que otros artistas se apoderen de ellos y los muevan, los retuerzan. Eso pasó con Mayra Morán, que es hermana de Nicolás, quien estaba aún en el colegio, terminándolo ya, y amaba hacer videos; yo se lo propuse e hizo esta especie de video clip, precioso, tan bello, que cuando lo vi, me impactó cómo se pasó el contenido del libro a su video, como, en el fondo, ella como lectora, como auditora de la música además logró mostrar con la cámara lo que yo veía cuando escribía ese libro tan callejero que fue escrito en las micros por Santiago de Chile, que fue escrito en la calle con esos ruidos con esos autos y sus luces, los árboles en el invierno, en fin; un producto que apareció sin hablar nada, sin decirle nada, sin ella preguntar nada.
AM: ¿Podríamos decir que la ciudad lucía es un proyecto colectivo, o siempre tuviste el control del resultado?
PI: Me siento parte y no de toda esa maravilla, un milagro llamo yo a ese libro. Es un proyecto colectivo y no, pues yo escribí muy sola esos textos, y ellos los tomaron y muy fielmente, con mucho respeto los trabajaron.
AM: Por lo que veo, tres grupos musicales son importantísimos en tu producción literaria: Sonic Youth, Portishead y Cocteau Twins. ¿Tomas influencias de ellos para tus poemas?
PI: La influencia que tú dices de esos grupos son, principalmente, porque yo los escuchaba mucho en esa época, yo armaba de ahí las voces, las sacaba, las trasladaba. Yo lo llamaría un intertexto. Diría que no pudo ser de otra forma, pues esos grupos con sus temas me llevaron hacia algo. De puro rabiosa y pesada puse esos epígrafes, un poco iluminada por un poema de Ana Rossetti que leí en ese entonces que tenía un epígrafe de Boy George [de Culture Club] que decía “Do you really want to hurt me?”. Lo encontré genial. Y empecé a buscar cuáles eran los que estarían en Completa [compilación de poemarios de Ilabaca], luego en La ciudad lucía y fue tan fácil, tan sencillo, como si siempre hubieran estado ahí o como si fuera tan obvio utilizarlos.
AM: ¿Piensas darle continuidad al proyecto de Her Own…?
PI: Her own... se acabó cuando terminó mi relación con Nicolás Morán. De hecho, nadie me saca de la cabeza que lo último que Nicolás hizo por mí fue el disco para la ciudad lucía, y con eso terminó la relación y todo lo demás, fue como un último esfuerzo.
AM: Me encantaría que contaras algo sobre las presentaciones de Her own... ¿Hay grabaciones? ¿Cuál era la reacción del público? ¿Qué clase de audiencia asistía?
PI: La única grabación es la del disco; la última presentación fue cuando HH lanzó su libro Coma [2006] y de ahí nada más. La reacción del público era extrañísima. Cero retroalimentación, gente diciendo que performance y poesía no iban juntas, que yo pensaba que con los músicos habíamos descubierto la dinamita, en fin, puras malas ondas. Obviamente, todo lo contrario de parte de HH y los amigos cercanos... Del resto de la fauna poética, puras preguntas venenosas, pura palabrería, cero crítica, cero reflexión. La audiencia eran los mismos poetas. Las presentaciones siempre fueron performances, nunca hubo una igual a la otra, sumado a que yo performeaba, me pintaba y luego me sacaba el maquillaje.
AM: También he visto tus reescrituras de canciones en Pendrive, donde creo que realizas un viaje completamente inverso: del sonido al poema. ¿Estos poemas son parte de un proyecto más grande, o sólo fueron escritos expresamente para esta compilación?
PI: Fueron escritos para Pendrive, absolutamente. No tengo planes para hacer un libro completo.
AM: Por último, ¿crees que el poema deja de ser enteramente literario al interactuar con otras disciplinas artísticas?
PI: El poema adquiere otra fuerza, otra musicalidad. Sobre todo porque está en el texto, es consultable, leíble, retomable. Sin embargo, el poema en escena es único, es parte de una experiencia múltiple, con la audiencia, con mi voz en el micrófono. Hay una grabación, cuando vaya a México la vemos, jaja.
Dos poemas de Paula Ilabaca
Nota: El primer poema corresponde a lo que serían las letras o lyrics de “Estaba esperando este día y no quería que llegara”, la última pieza de Her Own and Private Soundtrack. Contiene poemas y fragmentos provenientes de las secciones primera, tercera y sexta del libro, principalmente. El segundo es un poema de la primera sección de la ciudad lucía, titulada lucía las bullas. El lector encontrará que, si bien el primero incluye partes del segundo, la exposición y la distribución de los fragmentos no corresponden al mismo tema o sujeto. De hecho, en “Estaba esperando…” dichos fragmentos no establecen conexión alguna entre sí; la estructura que lo sostiene es el espacio sonoro como el único pretexto de su existencia. En lugar de musicalización, es mejor observar el trabajo sonoro de Cáreces y Morán como un acompañamiento (o banda sonora, para retomar el título) que sigue de cerca al texto más que reflejarlo o transformarlo.
ser ciudad sí ser cuidad lucía se estira y dice
ser ciudad para que se la corra en estos cimientos sí
ser ciudad para que impacte para que llene de leche y el cemento se chupe solo
y mi cemento se haga barro y me escupa sí mi amor sí mi niña sí mi pedacito carmesí
mamá?
tengo la cabeza llena de bullas y la garganta mamá
me parece que no he sabido comprender
las bullas no me dejan ni escribir mamá
(Frag. de “La posibilidad de ser ciudad…” secc. lucía las bullas)
esta noche hay
esta noche hay unas bullas
esta noche hay unas bullas por construirte amor
esta noche hay unas bullas
hay bullas? esta noche?
puedo decir?
puedo decir
lo?
(con la boca repleta de leche yo hablo?)
(De lucía las bullas, íntegro)
no todos los ángeles se parecen no todos mi niña
hay uno marrón que atasca en su forma de sudar en su ciénaga repleta de oro
mamá
yo podría ser hedor mamá?
mamá mamá qué es el oro mamá?
(Frag. de “lucía era un sueño…”, secc. lucía las bullas)
yo podría haber entrado en su llanto para poder
permanecer lucía dijo
pero el ángel se pudo tosco y no hubo manera mamá no hubo manera
el ángel ocultó el oro en su respiración el ángel cambió los tonos para amarme cambió
las formas de entender
mamá dime yo entiendo?
si hay tantas bullas yo entiendo?
(Frag. de “La posibilidad de ser ciudad…”)
estaba esperando este día y no quería que llegara [x2]
(Primer verso que abre la secc. la niña lucía)
tengo la cabeza llena de bullas y la garganta mamá
me parece que no he sabido comprender
las bullas no me dejan ni escribir mamá
(Repetición del primer fragmento, a manera de estribillo)
[Sólo en el video] si el ángel me jode yo amo el barro mamá?
(Verso final de la sección lucía se corre y del libro)
***
la posibilidad de ser ciudad ella dijo mi único deseo es ser ciudad es que se me corra
es que me corra la leche por las calles por estas construcciones lucía dice
amor amor hay unas bullas cuando pegas amor
hay unas figuras de carey que se demacran y gritan que me tome mi leche
ser ciudad sí ser cuidad lucía se estira y dice
ser ciudad para que se la corra en estos cimientos sí
ser ciudad para que impacte para que llene de leche y el cemento se chupe solo
y mi cemento se haga barro y me escupa sí mi amor sí mi niña sí mi pedacito carmesí
mamá?
tengo la cabeza llena de bullas y la garganta mamá
me parece que no he sabido comprender
las bullas no me dejan ni escribir mamá
como cuando la boca repleta de leche no me deja hablar
sí mamá lo mismo de esas veces de beber
traspaso las maneras del dolor lucía dice
las traspaso como si fueran como si yo lo quisiera
hay noches en las que no puedo ni respirar mamá
hay noches en las que su cuerpo se pega al mío y no hay cómo poder encontrarlo
mamá si hay olor cómo puede ser que él no esté que se haya ido y tarde en querer volver
son las bullas mamá yo lo sé son las bullas
yo podría haber tenido ese oro mamá esa luz o esa negación
yo podría haber entrado en su llanto para poder
permanecer lucía dijo
pero el ángel se pudo tosco y no hubo manera mamá no hubo manera
el ángel ocultó el oro en su respiración el ángel cambió los tonos para amarme cambió
las formas de entender
mamá dime yo entiendo?
si hay tantas bullas yo entiendo?
Obras citadas
Bibliografía:
Ilabaca Núñez, Paula.
Completa. Santiago de Chile: Contrabando del bando en contra, 2003.
---.
la ciudad lucía. Santiago de Chile: Mantra, 2006.
---. “Tres poemas”. Pendrive. Santiago de Chile: Mantra, 2008.
Marks, Camilo. “Dos voces singulares”.
El mercurio 19 de noviembre de 2006. Mantra Editorial Blog, 10 de febrero de 2009. <
http://mantraeditorial.blogspot.com/2006/11/la-ciudad-luca.html>
Vandamme, Fabien. “Parataxis”.
Mestizajes. De Arcimboldo a zombie. Ed. François Laplantine y Alexis Nouss. Trad. Víctor Goldstein. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2007. Pp. 590-592.
Discografía:Ilabaca Núñez, Paula, Mario Cáceres y Nicolás Morán.
Her Own and Private Soundtrack. Mantra, 2006.
---, y Danny Jeffs. “La niña lucía”.
Oscilación: Poesía+Electrónica. Propuestas Alternativas/Al Margen, 2006.
Video:Ilabaca Núñez, et al. “Track 04 [Estaba esperando este día y no quería que llegara]”. Lapsus. Collage editorial 6 (2006). 16 de abril 2009.
<
http://www.lapsusweb.net/pages/p06/lucia.htm>