martes, 26 de enero de 2016

Mantra de Jonás de Luis Carlos Mussó

Fotografía: Amaury Martínez


mantra de jonás 1 - 2



11  mis dedos se cubren de húmeda piel tuya/ mi piel se cubre de esa húmeda piel tuya / 2 mis dedos buscan la parte sombreada de tu piel / la que no pierde su sombra ni con mis soplidos / y no tarda en volverse húmeda piel tuya / 3  mis dedos rozan tus pliegues / reciben descargas de estática ahora que soy yo dentro de ti como dentro de una ballena, con su vientre tapizado de húmeda piel tuya / que coagula como el dolor  como islas de guano – archipiélago de esporas – islas de polvo de tiza / en esta pocilga geodésica donde espera, impaciente, una húmeda piel tuya / húmeda piel tuya que pronuncio sin voz y con tizones en el bajo vientre / pues sé que no me he perdido uno solo de tus menstruos desde que le dije a tu seno: sénos propicio en las cercanías de la noche, cuando me halle cubierto nuevamente de aquella húmeda piel tuya /
12  desde el lugar de la ebriedad me clausuran armellas de palabras truncas (cuando hayas acabado de peinarme, dejaré de odiarte) / y es un instrumento de tortura esa húmeda piel tuya / que recrudece un río de flamas y fusiona nombres durante nuestro sueño/ el que deja húmeda esa piel tuya / 2 hierve por su géiser de aceite un brillo que derrama manchas de pátina de un verde jamás antes visto sobre el rito de nuestras pieles extendidas como un blasón del todo gules y leídas como enjambre púrpura. / 3 y aquel rito se inicia/ el que se inicia con mis dedos cubiertos de húmeda piel tuya/ y con el recuerdo de aquella noche en que acerqué a tus labios, como un encendedor que inicia –y termina– la vida útil de un cigarro, una palabra / la palabra que acosan tus fuertes y ciudadelas como ariete de roble y punta de hierro que no desisten hasta terminar con mis dedos cubiertos de húmeda piel tuya /


Luis Carlos Mussó (Guayaquil, 1970)
Estudió letras en grado (Universidad Católica de Santiago de Guayaquil) y posgrado (Universidad Andina Simón Bolívar, subsede Ecuador). Doctor (c) por la Universidad de Alicante. Ha publicado los poemarios El libro del sosiego (1997), Y el sol no es nombrado (2000), Propagación de la noche (2000), Tiniebla de esplendor (2006), Las formas del círculo (2007, reúne los anteriores), Minimal hysteria (2008), Evohé (2008), Geometría moral (2011), Alzheimer (2013), Cuadernos de Indiana (2014), Mea vulgatæ (2014). Además, ha publicado Oscurana (novela, 2011), Épica de lo cotidiano (ensayo, 2013) y Rostros de la mitad del mundo (semblanzas, 2015). Premio Nacional José Peralta de Periodismo (2015) y siete veces premio nacional de literatura: Premio Bienal de Cuenca (1999), Premio César Dávila Andrade (2000), Premio Jorge Carrera Andrade (2006, 2014), Premio Ángel Felicísimo Rojas (2010), Premio Joaquín Gallegos Lara (2012). Con Luis Fernando Chueca publicó Esquirla doble (2005). Preparó, con Juan José Rodríguez, la muestra de poesía ecuatoriana Tempestad secreta (2010) y editó y prologó la antología La astillada sombra de Sodoma (2013). Se desempeña en la cátedra universitaria y en el periodismo. Sus colaboraciones han sido traducidas y editadas en seis idiomas (portugués, inglés, francés, catalán, rumano y hebreo).

lunes, 25 de enero de 2016

JUAN CRISTÓBAL PRESENTA MEMORIAS DE UN DESAPARECIDO. ANTOLOGÍA PERSONAL (1971-2014)

Fecha: 27 de enero del 2016
Hora: 7:00 p. m. 
Lugar: Asociación Guadalupana (Av. Alfonso Ugarte 1398)
Presentan: Julio Nelson, Julio Carmona, Bernardo Álvarez y James Quiroz
Moderador: Jorge Luis Roncal

Juan Cristóbal (seudónimo literario de José Pardo del Arco) es un poeta de la generación del sesenta que cuenta con una larga trayectoria literaria. Ha publicado más de veinte poemarios, libros de cuentos, prosa testimonial y textos políticos.  Asimismo, fue ganador del Premio Nacional de Poesía (1971). Alfonso la Torre, en frase consagratoria hacia su obra, dijo: “Por primera vez desde Whitmann y Saint John Perse descubrimos en un poeta peruano la soltura de huesos y de palabra que no mide sus sílabas ni sus metáforas”.

Para recopilar sus 33 años de labor poética, el autor ha preparado la antología personal (1971-2014) Memorias de un desaparecido. En esta publicación se destacan las características que Alberto Escobar encontrara en su poesía: “[Esta] se alimenta de vivencias refraseadas por el soplo imaginario, por el recuerdo o la fábula, ligados a la experiencia directa o de fuente literaria, en franca voluntad testimonial”.  Por otro lado, su escritura también ha sido alabada por Antonio Cornejo Polar, quien señaló que: “Su poesía se desenvuelve lentamente, como una densa e íntima meditación en la que los sueños y las visiones son tan importantes como las imágenes de la realidad”.

El libro se presenta el miércoles 27 de enero, a las 7 p. m., en la Asociación Guadalupana. Los comentarios estarán a cargo de Julio Nelson, Julio Carmona, Bernardo Álvarez y James Quiroz. Modera la mesa Jorge Luis Roncal. El ingreso es libre.


Para contactar con el autor puede comunicarse al correo: juancristobal2001@yahoo.es

jueves, 7 de enero de 2016

La 'obra poética' de Raúl Gustavo Aguirre es una indagación sobre la escritura

LA EDICIÓN DE LA 'OBRA POÉTICA' DE RAÚL GUSTAVO AGUIRRE, UN AUTOR DEDICADO CASI EXCLUSIVAMENTE A DESENTRAÑAR LAS "SEÑALES DE VIDA" DE LA ESCRITURA, HACIENDO DE LA METAPOESÍA UN CAMINO PARA REFLEXIONAR SOBRE LOS TEXTOS A TRAVÉS DE PRESUNCIONES Y CERTEZAS, HACE JUSTICIA A QUIEN ADEMÁS ABRIÓ PUERTAS A NUMEROSOS ESCRITORES EN SU REVISTA POESÍA BUENOS AIRES, ENTRE 1950 Y 1960.

Publicada por Ediciones del Dock, esta voluminosa obra resume casi la totalidad de la poesía de Aguirre (1927-1983), traductor, crítico, antologador y un animador cultural que dinamizó el ámbito local difundiendo autores en su momento poco conocidos como René Char, Georges Henein, Alfonso Cortés o René Menard, entre muchos.

Esta compilación incluye desde su inicial "El Tiempo de la rosa" (1945), hasta títulos posteriores con tonos vanguardistas, entre ellos "Cuerpo del horizonte", "Redes y violencias", "Señales de vida", muchos de ellos dedicados al aforismo y póstumos como "Asteroides".

Un texto del poeta Rafael Oteriño relata su amistad con Aguirre y cierra la Obra Poética agregando conceptos sobre ese "maestro", que enseñaba a "fundir la vida en la poesía". Por su parte la poeta María Malusardi, a cargo del prólogo accedió a mantener este diálogo con Télam.

- Télam: ¿Cuáles son los ejes principales en la poesía de Aguirre?

- Malusardi: La poesía y el poema. Se me ocurre que la obra entera de Aguirre es un arte poética. Comienzo el prólogo con una cita suya, tomada del libro "Las poéticas del siglo XX": "En cada poema hay una poética y en cada poética una visión del mundo". Todo poeta verdadero no hace más que construir un arte poética a lo largo de su obra. La poesía como una totalidad, un modo de estar en el mundo, entenderlo, habitarlo, ser en los otros, recibir, dar, amar, soñar.
Es un modo de mirar invasivo y a la vez selectivo. La percepción poética es transgresora y subversiva. Sin embargo hay una filigrana ineludible: la del lenguaje. Creo que en este punto Aguirre deriva del más puro romanticismo, donde idea, poesía y vida se abrazan.

- T: Por momentos parece asumir concepciones aparentemente contrarias, las transformadoras de la vanguardia y lo sagrado.

- M: No veo a las propuestas de vanguardia contrarias con la idea de lo sagrado. Aguirre arrastra, evidentemente, la idea de lo sagrado que tenían los griegos y que hoy nos remite al mito. Pienso en Hölderlin y en Rilke; y aquí en Olga Orozco y Jacobo Fijman. Sagrado en el mismo sentido en que estos poetas trabajan lo sagrado en sus obras. Lo que vibra detrás -debajo- del lenguaje -y de la existencia- y no alcanzamos ni a comprender ni a descifrar, sin embargo el poema.

- T: La obra aforística abarca más de la mitad de su producción, ¿cómo ves la amplia dedicación de Aguirre a esta forma concisa?

- M: En el aforismo se cifra, en su caso la posibilidad de unir lenguajes supuestamente opuestos: filosofía y poesía. De aquí mi interés por el Romanticismo alemán, donde poesía y filosofía vuelven a abrazarse, a vibrar en sintonía. Aguirre aspiraba al pensamiento desde un lugar opuesto al que propone la filosofía. Y rescata la obra de Heráclito como la confluencia de ambos lenguajes.

- T: No hay dudas del lugar primordial que ocupó Poesía Buenos Aires...

- M: Es así, porque ofrece un material de lectura formativo, espeso, vigorizante, redentor. Más que una revista es un gran libro.

- T: Hablá de su opción por el enigma antes que la certidumbre; además en sus ensayos rechazaba las dicotomías simplificadoras

- M: La revista Poesía Buenos Aires brindaba una diversidad de estéticas que revelaba una gran apertura. Aunque sí se vislumbra cierta ortodoxia cuando desde el movimiento se exigía que los poetas integrantes no debían participar ni publicar en medios masivos ni presentarse a concursos, nada que pudiera manchar la pureza y la integridad que sólo se alcanzan manteniéndose en los márgenes, justamente por estar alejados de las zonas hegemónicas, corruptibles, turbias.

- T: La obra de Aguirre parece a veces atravesada por un gesto de extranjería, desencanto, el poeta ubicado siempre en un no lugar.

- M: No siento a Aguirre como espectador, sino como alguien que está atravesado por la vida de tal forma que necesita distancia para reflexionar con sobriedad y lucidez. La sobriedad poética de Aguirre es parte de su estética, es una cualidad que podrá gustar o no, pero es una decisión estética. Al menos esta es mi lectura de su obra.

- T: Es un autor que trabaja muy bien la lucha de opuestos; por ejemplo cuando señala: "vive para inventar la razón de su ausencia" o "soy todavía un sinfín de imposibles enredado en un sinfín de posibilidades".

- M: Sí, claro. No hay poesía sin paradoja. Ya lo dijo Pessoa: "El poeta es un fingidor / finge tan completamente / que hasta finge que es dolor /, el dolor que en verdad siente." Justamente porque la poesía nos corre de lo esperado: debe ser esa mancha en la tela, como decía Bandeira, que desespere al lector satisfecho de sí. Y la paradoja nos deja en ese estado de incomodidad e incertidumbre.

- T: Aguirre nunca deja de reflexionar en sus notas y libros sobre distintos aspectos de la poesía, ¿qué opinás del Aguirre ensayista?

- M: Veo la obra de Aguirre como totalidad. Creo que su ser ensayista está en sus traducciones, en su mirada de editor y en sus ensayos concretos. Y a veces hasta en sus poemas. Ahora mismo trabajo en la edición de sus ensayos, material muy abundante y promisorio.

Fuente: http://www.telam.com.ar/notas/201508/116540-la-obra-poetica-de-raul-gustavoaaguirre-es-una-indagacion-sobre-la-escritura.html

Homenaje al Conde de la Niebla: "César Moro"


Conmemorando los 60 años de la desaparición física del amado César Moro, sus descendientes, lectores y amantes se reunen a su nombre y te invitan:

ROMERÍA(*)
15:30: Cementerio Presbitero Maestro. Jr. Ancash 1611 - Barrios Altos. 

RECITAL:
17:30 Cholo Art & Fun. Av. Bolognesi 198. Barranco

Proyección de "VIAJE HACIA LA NOCHE" documental sobre la vida y obra de César Moro. Dirigido por Mauricio Delfin.

Poesía:
Carlos Estela
Vanessa Martínez
Julia Wong
Paulo César Peña

- Perfomance sonora a cargo de Frido Martín.

- "Batalla al borde de una catarata", perfomance a cargo de Desly Angulo.

- Intervención gráfica a cargo de Carlos "Weeds" Gavelán.

(*) Para los que quieran acompañarnos al Presbitero, el punto de concentración será en la estación del tren eléctrico del mismo nombre (Estación Presbítero Maestro), desde las 15:00 hs. En el Presbitero podemos pasar si decimos que vamos a ver a un familiar (recuerden que es un museo).

Agradecemos a la gente de Cholo Art & Fun, quienes abrirán especialmente esa tardenoche. ENTRADA LIBERADA.

Inauguración de Punto de venta de Proyecto Literal en México DF


Los surrealistas. Malcolm de Chazal, Clément Magloire Saint Aude & Jean Pierre Duprey


La cuestión política fue un asunto crítico en la vida del Surrealismo. Para la estadounidense Robin Greeley, historiadora del arte y teórica marxista, los principios ideológicos del movimiento surrealista hay que buscarlos en la articulación entre marxismo, psicoanálisis y modos de representación. "El surrealismo -dice en "Surrealism and the Spanish Civil War"  (El Surrealismo y la Guerra Civil Española)- se define como precursor en aliar el pensamiento freudiano con la ideología marxista al argumentar la existencia de una dimensión política en el subconsciente capaz de afectar al individuo en sociedad, a la vez que una dimensión psíquica en los conflictos de clase, siendo ambos visualmente representables". Desde otra óptica, Raymond Queneau (1903-1976), poeta y novelista francés -surrealista en sus comienzos-, en un artículo aparecido en 1938 en la revista "Volontés" declaraba que la idea de la equivalencia entre inspiración, exploración del subconsciente y liberación; entre azar, automatismo y libertad era "absolutamente falsa" porque esa "inspiración que consiste en obedecer ciegamente todo impulso, es en realidad una esclavitud. El clásico que escribe su tragedia observando cierto número de reglas que él conoce es más libre que el poeta que escribe lo que le pasa por la cabeza y es esclavo de otras reglas que ignora". 
 


Está claro que, a lo largo de su existencia, el movimiento cohabitó con principios discordantes, y la toma de conciencia política y su puesta en acción -de la que participaron la gran mayoría de los surrealistas- generó múltiples desequilibrios, numerosas crisis, expulsiones y rectificaciones. De aquel grupo inaugural conformado por Louis Aragon, Jacques Baron, André Boiffard, André Breton, Jean Carrive, René Crevel, Joseph Delteil, Robert Desnos, Paul Eluard, Francis Gerard, Georges Limbour, Georges Malkine, Max Morise, Pierre Naville, Marcel Noll, Benjamin Péret, Pierre Picon, Philippe Soupault y Roger Vitrac, más otros artistas que adhirieron al movimiento con posterioridad, muchos fueron quedando en el camino por cuestiones doctrinarias. Esta decantación, producto de las peleas internas, llevó al alejamiento de figuras muy importantes que desarrollaron sus actividades desligadas del movimiento. Sin embargo, la gran mayoría de ellas conservó para sí aquella capacidad para el humor, para captar lo absurdo de la vida, y para comprender que cualquier batalla cultural es una batalla política, conceptos todos estos, básicos del Surrealismo, aquel movimiento que surgió en una Europa convulsionada desde 1917 por la teoría y la práctica del marxismo que signó a toda una generación de intelectuales franceses.



Walter Benjamin, a pesar de tener una mirada sumamente crítica, reconoció en 1929 que el concepto radical de libertad que tenía el Surrealismo "no lo ha habido en Europa desde Bakunin. Los surrealistas son los primeros en liquidar el esclerótico ideal moralista, humanista y liberal de libertad, ya que les consta que la libertad en esta tierra sólo se compra con miles de durísimos sacrificios y que por tanto ha de disfrutarse, mientras dure, ilimitadamente, en su plenitud y sin ningún cálculo pragmático". El desengaño que implicó el proceso de osificación ideológica que sufrió la Unión Soviética durante la afirmación del régimen dictatorial estalinista, llevó a los surrealistas a percibir que la conciencia revolucionaria era, también, corruptible. Por entonces se extendió una sensación de fracaso y aislamiento que llevó a Breton a reconocer en 1936 "la desgracia espantosa que golpea al socialismo del mundo entero sin distinción de espíritu y tendencia", y a intentar llevar adelante su proyecto político de manera solitaria, redactando artículos y declaraciones colectivas, editando revistas y organizando exposiciones internacionales.



Tras la dispersión inevitable durante la Segunda Guerra Mundial, el Surrealismo renovó su programa teórico, filosófico y político. Entre 1949 y 1951 colaboró en "Le Libértaire", el periódico semanal de la Federación Anarquista Francesa. En él, Breton escribió el 12 de septiembre de 1951: "Estimamos que una amplia revisión de las doctrinas se impone con urgencia. Ella sólo es posible si los revolucionarios examinan en conjunto todos los problemas del socialismo con el objetivo, no de encontrar en esa revisión una confirmación de las propias ideas, sino de hacer una teoría capaz de dar un impulso nuevo y vigoroso para la Revolución social". Pero, la política y el arte siempre fueron de la mano. Por eso la historiadora británica Alyce Mahon admite en "Surrealism and the politics of Eros" (Surrealismo, Eros y política) que "hubo un renacimiento artístico durante los años de la guerra y la posguerra, cuando los surrealistas redefinieron y ampliaron su interés en la crisis social y el compromiso político", a los que añade el arte trasgresor y lo erótico como herramientas para "hacer añicos la represión intrínseca de la sociedad burguesa, suscitando y fomentando el deseo individual como camino hacia la conciencia y la acción políticas". Sostiene además que "las últimas décadas del Surrealismo fueron un periodo dinámico e intensamente creativo que debería ser esencial en nuestra forma de entender y apreciar sus motivaciones y aspiraciones artísticas, filosóficas y políticas de entonces, así como su legado actual". Si bien para algunos historiadores el Surrealismo desapareció al término de la Segunda Guerra Mundial, el  movimiento como tal se disolvió, simbólicamente, unos meses después de los sucesos de Mayo del '68, cuando Breton llevaba fallecido un par de años.



Malcolm de Chazal (1902-1981). Ingeniero de teléfonos en la Isla Mauricio, su tierra natal, autor de varios libros de economía, Malcolm de Chazal definió su concepción personal del mundo a través de una serie de pensamientos impregnados de panteísmo y que traducen una tendencia hacia la iluminación. En 1948, cuando se publicó en Francia "Sens plastique" (Sentido plástico) -una colección de alrededor de dos mil aforismos, sentencias y fragmentos- los surrealistas celebraron con entusiasmo esta obra de gran potencia lírica que hacía de la voluptuosidad el medio supremo de conocimiento, como mediador entre el nacimiento y la muerte. Sin embargo, Chazal negó cualquier influencia literaria o filosófica del Surrealismo, aunque le reconocía ciertos méritos en su accionar en pos de la liberación del espíritu humano. Poco tiempo después, el propio Breton se negaría a seguir a Chazal por una vía que le parecía demasiado peligrosa: su filosofía panteísta y animista representaba una contradicción difícil de aceptar. Solitario y marginal, viviendo en un rincón del Africa insular, desde 1954 también pintó valiéndose sólo de colores puros. Algunas de sus obras son "La vie filtrée" (La vida filtrada), "Histoire de la pensée universelle" (Historia del pensamiento universal), "Le sens de l'absolu" (El sentido de lo absoluto), "L'ame de la musique" (El alma de la música), "Le livre de conscience" (El libro de la conciencia), "Sens magique" (Sentido mágico) y "La bouche ne s'endort jamais" (La boca jamás se duerme). De "Sentido plástico" son los siguientes textos:

Todos los dedos de los pies de los animales son en diversos grados una mezcla del pulgar y el meñique humanos. Si ustedes dividen por dos los "extremos" de la mano del hombre tendrán así casi todos los equivalentes animales. Análogamente, para "reencontrar" ciertos gestos del hombre en el animal hay que "diferenciar" el gesto animal en sus extremos e integrar el promedio por interpolación. En el hombre está la gama de todo lo viviente. En el animal, sólo se vuelven a encontrar los polos aplanados del hombre sin ningún lugar entre ellos para lo espiritual. El animal sólo es un reflejo espiritual y el hombre un sol en miniatura del otro mundo en miniatura... El ojo humano ve lleno y la boca ve vacío. En la mujer la boca ve lleno y el ojo ve vacío. "Poseemos" a la mujer con la mirada, la mujer nos posee con la boca, toma de posesión de los rostros, comparables al acoplamiento bífido de los caracoles... Siempre se lleva algo de la propia mentalidad a todo lo que se siente. Siempre ponemos algo del olor de nuestra alma en lo que nos rodea. Recreamos los perfumes. El olfato es la mejor fábrica de olores y un perfumista de primer orden... La voluptuosidad es el lado más occipital del tacto... Dientes separados: la boca ve entre los dientes. Dientes gigantescos en una boca minúscula: la boca ve en los dientes... La pupila es la más profunda cavidad de sombra, ¿y el más poderoso foco luminoso, así como el carbunclo es un agujero negro que lanza llamas?; así como los destellos del diamante negro son flechas nocturnas que arden... Bermellón distante: niebla azul que flota sobre "el paisaje" del rojo con anteojos ahumados azules... Como dos retinas que se vieran entre sí tan cerca y se eludieran una a otra, en la voluptuosidad pronto se llega a un estado en el cual ya no sabemos si somos nosotros o el cuerpo del otro que penetramos, como los nervios cruzados pierden el rastro de su origen. En el ascenso de la voluptuosidad morimos progresivamente en nosotros para resucitar en otra. Y en el descenso de las altas cumbres del placer morimos en otra para resucitar en nosotros. La voluptuosidad es un ciclo de transposición de vida.



Clément Magloire Saint Aude (1912-1971). Poeta surrealista de ascendencia negra, participó en la fundación de la revista "Les Griots", que tuvo un papel importante en el desarrollo cultural haitiano. Consagrado al periodismo, en 1941 publicó sus primeros poemas: "Dialogue des mes lampes" (Diálogo de mis lámparas y "Tabou" (Tabú). El elogio de Breton, a quien conoció en 1945, atrajo la atención sobre su poesía, ultra elíptica, secreta y solitaria como su autor. Sin embargo, prefirió mantener su hermetismo y opacidad. Son sus obras: "Veillée" (Velatorio), "Déchu" (Decaída), "Ombres et reflets" (Sombras y reflejos), "Sur la lévre des poissons" (Sobre el labio de los pescados) y "Talismans" (Talismanes). "Decaída" es el nombre del poema que sigue, perteneciente al libro homónimo de 1956:

Para mis lámparas difuntas... Buen camino, peregrino./A las hazañas del poeta hastiado/ mi vitral dislocado/ en los rieles de la melodía./ Para mi nuera naufragada/ como la armónica del granuja./ Hacia la araña rayada/ estrofas cosechadas./ Sobre el secante ciego/ de mis talentos extinguidos./ Angélica y dientes helados la Milady/ My lady amiga mía.../ ¿Qué barro de náuseas,/ fuera del tintero coronado,/ la Tanagra danza/ en los jirones de las medias noches inclinadas?/ Ella, la Dolores de mis cejas inquietas,/ la emoción agua del poema./ Declamaciones y dulces como Elza./ El diálogo 41/más indolente que Elisa Bretón./ Mayúsculas de alto tronco/ en los polos de mis lámparas./ Viudo y con un cuidado vano/ en el halo de mi lamento./ Poema del prisionero/ tañido fúnebre de soles rememorados./ Chicharras enterradas/ en el corazón del peregrino./Aquí está mi sudario derrocado,/ la jactancia del baile/ en el galope de Antinea/ enguantada con mi ideal./ La estrella del mendigo/ escucha el sonido de mi muerte./ Ultimo lied, pálidos amores solemnes.../ Ultimos fuegos./ Ultimos juegos./ Para mi guiñol/ a mi desorbitada muerte/ en los muelles del silencio.



Jean Pierre Duprey (1930-1959). Poeta francés cuya obra escrita en París abarca los años 1948 y 1949. En 1950 se publicó "Derriére son double" (Detrás de su doble), libro elogiado por Breton, quien ese mismo año lo incluyó en la segunda edición de su "Anthologie de l'humour noir" (Antología del humor negro). En 1951 abandonó la escritura para dedicarse a la escultura en hierro y a la pintura, repleta de seres fantásticos y amenazantes. Escribió una obra dramática, "La forêt sacrilege" (El bosque sacrílego) y volvió a la escritura con un ciclo de poemas en los que manifestó una magnética atracción por el vacío y la muerte. El 2 de octubre de 1959 envió por correo a Breton el manuscrito de su último libro de poemas, "La fin et la maniere" (El final y sus maneras), y ese mismo día se suicidó. En todo lo que escribió Duprey no hay nada que no lleve el signo de las fuerzas más oscuras que a veces invaden la mente humana, nada que no esté marcado por la aprehensión de la noche y de la muerte. Precisamente de su último libro, que se publicaría recién en 1965, es el texto que sigue a continuación, al que tituló "L'éternité dans les draps noirs" (La eternidad en sábanas negras): 
  
La eternidad en sábanas negras. Mis funerales vestido de ceniza. ¡Aquí el gran trepanador de imbéciles!... Nos transformaron. Lo que somos nos produce un hermoso reflejo y yo siempre llevo conmigo la foto del supremo detergente. ¡Todos nuestros puertos naufragarán en alguna parte! Tengo un navío, una pala de recuerdos que flota, que flota. No se necesita el pez, vea usted, yo elimino. Lanzo un gran día al descubierto; ya tengo comisión por el día de los muertos. En otro lugar, cerré puertas y ventanas, bajé las cortinas, busqué los venenos posibles. Tengo la vela como el interior de la vista y nada me impedirá arrojarme al fuego de los proyectiles de recuerdos. Herrero, golpeé en la cabeza de piedra los fuegos de pólvora de un acero que no quería oírse decir. Instalado por mi cuenta, separé lo propio de lo que no era; instalado especialmente, me reemplazo por un sueño lleno de galpones que me alojan un seso convertido en esponja en una cama de arañas crudas. Y a mí me gustaban bien cocidas, patas peladas, espárragos de rabia. Por último, con mucho agrado, cabalgando siempre, escuché aullar a la rompiente de los jinetes marinos, observando el ladrillo, el mar siempre tranquilo, siempre solo, eterno pulpo sin el cual mis brazos ya no sirven para tomar. ¿Quién dará la paz, qué sol a eclipsar, pasando el vaso al interior del corazón? ¿Y qué visita hará niños? Yo tendría orificios ganados en la memoria, seguidos por el resto. Si el mar sólo era campo arbolado, siento hambre de perder la fuga... Niños en cada raíz. ¿Será lo peor comer animales? En la conejera la comida es demasiado viva. Y no es que los muertos me molesten; enseguida me acostumbro... La paz de esta clase de matrimonio depende de un nudo en la garganta o de la paralización de la tierra. Por último, en el calabozo, tengo juegos muy complicados. ¡Es un secreto placenteramente difundido pero no tiene lugar! Durante la ida, hice desbordar el norte, la gota perdida del océano. Sin comunicado, ¡hola! Todas las líneas ocupadas. Más azar en los rostros. Mi conciencia engendra niños y una semilla hipnótica siempre urgente. ¡Al fin estoy en mí! Lo que soy ya no está en mí. Vea usted el cambio. ¡Responsabilidad ilimitada!


Fuente: http://eljineteinsomne2.blogspot.pe/2010/08/los-surrealistas-10-malcolm-de-chazal.html

Presentación de Punto de ebullición. Antología de la poesía contemporánea en gallego de Miriam Reyes (editora)


PRÓLOGO
Miriam Reyes

1976, sube la temperatura

Lo primero que llama la atención al dirigir la mirada al último tercio del siglo xx en las letras gallegas es la rapidez con la que la temperatura poética subió tras el final de la dictadura franquista y el reconocimiento de la oficialidad de la lengua. Desde entonces, la poesía gallega es territorio de intensa y estimulante actividad creativa. Su estable fertilidad puede interpretarse como fruto de un esfuerzo coral y continuado en el que poetas, críticos y académicos han contribuido a sentar las bases de normalidad lingüística necesarias para la creación, difusión y recepción poéticas. Un esfuerzo que en realidad empieza antes, en el siglo xix, cuando tuvo lugar el Rexurdimento de la literatura gallega, un movimiento literario especialmente protagonizado por la poesía, con Rosalía de Castro, Manuel Curros Enríquez y Eduardo Pondal como máximos exponentes. Ese flujo, que continuó a principios del siglo xx con Manuel Antonio, se vio interrumpido por la guerra civil. El fuego no se apaga pero se mantiene al mínimo, sobre todo durante los primeros y más duros años de la dictadura, para después ir aumentando poco a poco a partir de los 50, gracias, en buena parte, a la labor de la recién fundada editorial Galaxia.

El fin de la dictadura se notó muy pronto en el panorama poético gallego. Al cambiar el signo de la urgencia, que desde los años 60 había llevado a visibilizar principalmente una poesía comprometida con la denuncia social y la recuperación de libertades, se apunta entonces hacia la normalización, expansión y actualización de la lengua y la literatura gallegas. Hay una necesidad de modernidad y renovación y un deseo de apertura que generan el ambiente propicio para explorar otros caminos en la poesía. La crítica especializada suele señalar como gran hito en la renovación de la poesía gallega, la publicación, en 1976, de dos libros que abren nuevos horizontes formales y temáticos: Con pólvora e magnolias, de Xosé Luis Méndez Ferrín, y Mesteres, de Arcadio López Casanova, a los que con frecuencia se añaden Seraogna, de Alfonso Pexegueiro, y Herba aquí e acolá (1980), de Álvaro Cunqueiro. Quizás el más significativo de los cuatro, en cuanto a cambio de actitud respecta, por ser obra de un autor conocido por su activismo político, fuera el de Méndez Ferrín, quien proponía un espacio en el que el compromiso social no implicase renunciar a la experimentación poética y hubiese lugar también para lo íntimo. Más que un cambio de rumbo, lo que sucede es una gran reactivación creativa, que dibuja un cuadro más vivo, múltiple y complejo, en consonancia con la transformación histórica y social que se está viviendo. Desde los márgenes se van abriendo espacios alternativos, revistas, grupos poéticos, editoriales y festivales que constituyen en sí mismos proyectos exploratorios y territorios a explorar. La intensa actividad literaria que marca el último cuarto del siglo xx ocurre en un contexto de articulación de la autonomía, normalización del uso de la lengua y apoyo a la literatura escrita en gallego. En 1980 se forma la Asociación de Escritores en Lengua Gallega (AELG), en 1981 se aprueba el Estatuto de Autonomía, en el que se establece que “el gallego es la lengua propia de Galicia” y se promulga la cooficialidad de las lenguas gallega y española en Galicia, y en 1983 se aprueba la ley de normalización lingüística y se regula el uso del gallego en los ámbitos públicos y educativos. Así comienza el camino de (re)conocimiento oficial de una joven lengua antigua.


Focos de calor I. Grupos y publicaciones colectivas

Los colectivos o grupos poéticos suponen la unión de esfuerzos de un conjunto de poetas —generalmente jóvenes— que durante un tiempo se apoyan unos en otros para llevar a cabo un proyecto, entendido este en sentido amplio y laxo: desde la superación de un modelo, o la reivindicación de una postura o actitud, hasta la mera difusión de la obra de sus miembros. El producto de su agrupación se ve generalmente traducido en recitales y publicaciones.

En la mayoría de los casos, funcionan como motores que aceleran el avance o como focos de calor que aumentan la temperatura de golpe y propician un cambio de estado en la materia poética. En la cultura gallega los grupos han jugado un importante papel. Ya a principios del siglo xx el Grupo Nós, formado por Losada Diéguez, Vicente Risco, Ramón Otero Pedrayo, Florentino López Cuevillas y Castelao, reactivó el panorama cultural gallego y su literatura —especialmente la prosa y el ensayo— alrededor de la revista del mismo nombre, que durante dieciséis años (1920-1936) contribuyó a la creación y la difusión de la literatura gallega. También fue importante, a finales de los 50, la contribución de Brais Pinto, un grupo de jóvenes intelectuales y escritores gallegos afincados en Madrid, entre los que se encontraban los poetas Xosé Luís Méndez Ferrín, Bernardino Graña, Uxío Novoneyra, Alexandre Cribeiro y Manuel María, quienes supusieron un impulso renovador de la poesía gallega de la posguerra.

En 1975, un grupo de jóvenes gallegos residentes en Madrid —la mayoría estudiantes—, formado por Manuel Rivas, Lois Pereiro, Xosé Manuel Pereiro, Antón Patiño y Menchu Lamas, funda Loia, una revista underground que, aunque solo llegó a editar cuatro números entre 1975 y 1978, contribuyó a la ampliación temática y léxica de la poesía gallega con lo underground urbano, el cine, el rock y el punk. En 1976 se crea en Vigo el Grupo de Comunicación Poética Rompente (1976-1983), un colectivo con ánimo experimental, irreverente y de vanguardia, formado principalmente por Antón Reixa, Manuel Romón y Alberto Avendaño.

En sus publicaciones colectivas, Silabario da turbina (1977) y A dama que fala (1983), romperán con la noción de autoría al firmar los poemas como Rompente, y con el formato clásico de poemario al incorporar collage, fotografía y otros elementos gráficos. Como sello editorial, además de publicar los poemarios individuales de los miembros del grupo, serán responsables de la publicación de los emblemáticos Con pólvora e magnolias y Seraogna. En 1977, se forman en Santiago de Compostela dos colectivos de jóvenes poetas, Cravo fondo (Ramiro Fonte, Xulio y Xesús Valcárcel, Xavier R. Barrio, Helena Villar, Fiz Vergara y Xesús Rábade Paredes) y Alén (Miguel Mato, Francisco Salinas y Xosé Ramón Pena), que publicarían sendas antologías de sus respectivos miembros; en el caso de Cravo Fondo, con un ambicioso manifiesto en el que explicitan su deseo de renovar la poesía gallega tanto lingüística como temáticamente.

Ya en los años 80, diez poetas de A Coruña (algunos procedentes de Loia, Cravo Fondo y Alén) se unen por “vecindad y camaradería” y forman el colectivo De amor e desamor para publicar sus poemas. Ellos son Lino Braxe, Xosé Devesa, Miguel Anxo Fernán-Vello, Miguel Anxo Mato Fondo, Pilar Pallarés, Lois Pereiro, Manuel Rivas, Francisco Salinas Portugal, Xavier Seoane y Xulio Valcárcel. Su proyecto se materializa en dos antologías: De amor e desamor (1984) y De amor e desamor II (1985). Dentro de una misma temática reunían acercamientos diferentes que representaban parte de la variedad poética existente en la época. También en 1985, un grupo de estudiantes compuesto por Xabier Cordal, Xoán C. Rodríguez, Manuel Cortés, Miguel A. Montes y Serxio Iglesias funda en A Coruña el Colectivo Ronseltz (1985-1995), un proyecto en la onda expansiva de los vigueses Rompente. La manera que tuvo este grupo de posicionarse en su tiempo fue lanzar una mirada desacralizadora sobre la herencia poética gallega, desmitificando y parodiando el canon. La construcción experimental y colectiva se materializará en el volumen Unicornio de cenorias que cabalgas os sábados (1994), que sale a la luz cuando ya se había disuelto el grupo.

Son frecuentes las pequeñas iniciativas que desde puntos periféricos del territorio aúnan inquietudes y esfuerzos por la creación y difusión poéticas, organizando recitales y editando pequeñas publicaciones literarias, como el grupo Blas Espín (1992) en Ponte do Porto o la Asociación Cultural Arre Sentelha! (1995) del pequeño pueblo de Vimianzo. Siguiendo ese espíritu, pero en una escala mayor, en 1996 se forma el grupo Batallón Literario Costa da Morte, un colectivo de 30 poetas que, durante dos años, activó la escena poética gallega fuera de los focos urbanos principales, realizó numerosos recitales, creó la publicación trimestral Feros Corvos y publicó el libro colectivo Nós. Entre sus miembros destacan Marilar Aleixandre, Miro Villar, Rafa Villar, Modesto Fraga, Estevo Creus y María Lado.

En 1997, los poetas Rafa Villar y Eduardo Estévez conciben una aventura sui generis: agrupar a un conjunto de poetas muy diversos alrededor de un proyecto editorial y de difusión, de carácter independiente y autogestionado, que diera visibilidad a las nuevas poéticas. En la efervescencia de la  época consiguen contagiar a 15 autores más: Antonio Fernández Seoane, Carlos Quiroga, Chus Pato, Emilio Ínsua, Emma Couceiro, Estevo Creus, Ígor Lugrís, María Xesús Nogueira, Marilar Aleixandre, Marta Dacosta, Modesto Fraga, Paco Souto, Séchu Sende, Xavier Rodrigues Fidalgo y Yolanda Castaño, para formar Letras de Cal (1997-2002). Un proyecto “abierto, participativo y sin ánimo de lucro” que, con la única aportación económica de los miembros de la iniciativa y las ventas de los libros, fue capaz de publicar catorce volúmenes de poesía y mantener una frecuencia mensual de recitales en Santiago. Mientras que a finales del siglo xx la motivación principal de los colectivos será la ampliación temática, la dinamización y la apertura de la escena poética gallega, parece que los colectivos a principios del siglo xxi tienen un carácter más cívico1. La escena poética gallega ya está abierta a la variedad, no hay corrientes hegemónicas e Internet ha facilitado el acceso y la difusión de la poesía. En 2001 se forma en Santiago un multitudinario colectivo socio-cultural asambleario llamado Redes Escarlata en el que encontraremos un nutrido número de poetas de diferentes generaciones, desde Méndez Ferrín (1938) y Ramón Lorenzo (1935), pasando por Darío Xohán Cabana (1952) o Xabier Cordal (1965), hasta Oriana Méndez (1984). Su objetivo principal es intervenir críticamente en la sociedad y en el curso de la nación gallega. En su manifiesto afirman: “Nada nos es ajeno, todo nos compete. Insistimos en intervenir en temas políticos, sociales y culturales de nuestra Tierra y nuestro Tiempo”. En 2003 reunirán a 24 de estos poetas en la antología Xuro que nunca volverei pasar fame. Poesía escarlata.

En noviembre de 2002 surgirá un activismo solidario y ecológico a raíz del desastre medioambiental y económico provocado por el hundimiento del Prestige y la consecuente marea negra. Numerosos intelectuales, escritores y artistas se agruparán en la Plataforma contra a Burla Negra, enmarcada dentro de la aglutinadora plataforma Nunca Máis. Son tiempos de gran actividad y movilización para los escritores, intelectuales y artistas gallegos, con manifestaciones, conciertos y recitales colectivos en los que diferentes generaciones y disciplinas se dan cita. En este contexto se unirán las editoriales Espiral Maior y Edicións Xerais con la Federación de Libreiros de Galicia para editar un libro colectivo en el que participarán 120 poetas.



Focos de calor II. Penélope también navega

A principios de los 80 son pocas las voces de mujer que consiguen difusión: además de las veteranas Luz Pozo Garza (1922), Pura Vázquez (1918) y Xohana Torres (1931), apenas Pilar Pallarés (1957) y, en menor medida, Xela Arias (1962) y Luisa Castro (1966). De esa realidad nace en 1983 la revista feminista, dirigida por María Xosé Queizán, Festa da palabra silenciada, que dará cabida a la creación literaria, la crítica y la reflexión intelectual de las mujeres gallegas. Los frutos de su trabajo se verán en los años 90, cuando empiezan a cobrar verdadera visibilidad las poetas y se vuelven audibles sus voces.

Las poetas traen nuevos temas, nuevas perspectivas y nuevas maneras de abordar el hecho poético. Practicarán la reescritura de los relatos heredados, la construcción de genealogías, la deconstrucción de estereotipos y las ficciones del yo. Pero, sobre todo, vivirán la escritura como espacio de libertad y esta actitud las llevará a arriesgarse y a experimentar. Serán muy fértiles las búsquedas y definiciones identitarias, modificando el punto de vista hegemónico y por lo tanto el punto de partida y de llegada de la palabra: su origen, su foco de interés y su radio de alcance.

Chus Pato, Ana Romaní, Lupe Gómez, Anxos Romeo, Isolda Santiago, Helena de Carlos, Estíbaliz Espinosa, Olga Novo, Yolanda Castaño, María do Cebreiro, Emma Couceiro, Emma Pedreira o María Lado, por nombrar solo algunas de las mujeres que irrumpieron en el mercado editorial alrededor de los noventa, representan una amplia variedad de poéticas e indagaciones. Como también sucede con Xiana Arias, Oriana Méndez, Olalla Cociña, Branca Novoneyra, Berta Dávila, Antía Otero u otras poetas que comienzan a publicar en la década de 2000; o con Lorena Souto o Rosalía Fernández Rial ya en la presente década.

Es importante destacar que si en Galicia las poetas alcanzaron la visibilidad de la que carecen en otras literaturas, esto se debe también a la labor de críticas como Helena González, Carmen Blanco, Iris Cochón o Teresa Seara, quienes, desde sus diferentes perspectivas teóricas, han trabajado para construir un aparato crítico atento a la poesía escrita por mujeres y normalizar la presencia de la mujer en el panorama literario.


Focos de calor III. No solo en el papel vive el texto

Desde mediados de los 80 hasta nuestros días la poesía gallega, además de ampliar temáticas, registros y fronteras entre géneros, también desdibuja los límites de las artes y multiplica los espacios de presentación y difusión con nuevos formatos, nuevas escenas y nuevas tecnologías.

La poesía gallega cuenta con uno de los pioneros de la videopoesía, Antón Reixa, quien experimentará con el formato audiovisual desde los 80, creando obras sorprendentes como Salvamento e socorrismo (1985), Galicia sitio distinto (1989) y Ringo Rango (1990). A su trabajo con el vídeo se sumará su trabajo musical con los grupos Os Resentidos (1984-1994) y Nación Reixa (1993-1997), que forman parte de la memoria colectiva de varias generaciones. Ya en la década de 2000, el camino de la videopoesía será transitado desde acercamientos diferentes por Yolanda Castaño o María Lado.

La performance despunta desde finales de los 90, impulsada por poetas multidisciplinares como Ana Romaní y Antón Lopo, quienes fundan el Laboratorio de Indagacións Poéticas, con el que producen los espectáculos conjuntos O outro extremo do paraíso (1997) y Lob*s (1999), y que después continuarán en solitario o colaborando con otros poetas, músicos o artistas plásticos en diferentes formas de representación y reescritura del texto poético. Destaca el camino recorrido por Lopo desde Prestidixitador (2001) a Lampíricos (2012) experimentando con diversos soportes la fisicidad de la poesía. Otras propuestas, más cercanas a la figura del trovador o del juglar, pueden ser las de Aldaolado, el desenfadado proyecto común de las poetas Lucía Aldao y María Lado que aboga por una comunicación más directa con el espectador y por el humor en Moita poesía pouca diversión o Con dez poemas por barba; o la del poeta y músico punk O Leo, con su espectáculo Multimerda. Entre la performance musical y la poesía acción se encuentra el grupo de poesía experimental Ad Hoc, formado por Lois Gil Magariños, Pedro Lamas, Ramón Cruces, Roque Mosquera y Antonio Rivas, con espectáculos como A poesía é acción (2011) o Big Brothers. Filloaldea TV, intimamente pública (2014).

En el siglo xxi se materializa la revolución de Internet: un nuevo espacio de aforo libre e ilimitado que proporciona inmediatez, proximidad y autonomía. Pronto se convierte en una utilísima herramienta de difusión y visibilización de la poesía gallega, además de ser una herramienta de creación en sí misma y un lugar de experimentación. Surgen plataformas de edición digital (como A Regueifa Plataforma, 2007) y proyectos de escritura en formato blog (como ...mmmm... de Estíbaliz Espinosa, En construcción de Eduardo Estévez o Hai cu de O Leo).
La red funciona también como una eficiente biblioteca. El Grupo Alea de Análise Poética (GAAP), formado en la Facultad de Filología de la Universidad de Santiago de Compostela en 2009 —por donde han pasado algunas de las más brillantes personalidades de la crítica poética gallega— ha elaborado un vasto archivo de poéticas contemporáneas en poesiagalega.org, imprescindible para todo aquel que quiera conocer o estudiar la poesía gallega contemporánea.


Antologías de la ebullición

La eclosión de poetas jóvenes de finales de los 70 despertó el entusiasmo de una crítica también joven, que pronto los antologó. Ya en 1984, Xosé Luis García publica Escolma da poesía galega 1976-1984, donde reúne a cuarenta y cuatro poetas nacidos entre 1944 y 1962, incluyendo poetas inéditos en libro. Aunque el excesivo número de antologados hace que se anulen las apuestas del antólogo, tiene el mérito de recoger todo o prácticamente todo lo que se estaba escribiendo en esos años y presentar a unas todavía inéditas Chus Pato y Xela Arias. En 1986, Luciano Rodríguez —otro joven crítico— firma Desde a palabra, doce voces. Nova poesía galega2, donde toma como punto de referencia temporal el año 1977, aunque reconoce que la mayor actividad de estos poetas comienza en los 80. El ánimo fundacional de la muestra se transparenta en su aparato crítico y en las preguntas del cuestionario pasado a los poetas3.

Más tarde, en 1995, Rodríguez reducirá esta nómina a la mitad en la antología bilingüe Los caminos de la voz. Seis poetas gallegos de hoy4. Pero la primera antología bilingüe gallego-español de aquella joven poesía gallega fue la preparada por el veterano profesor Basilio Losada para la editorial Visor, Poesía gallega de hoy (1990), donde el antólogo celebrará con emoción la calidad de la poesía gallega joven y recogerá trece poetas5.

También unos jóvenes Francisco López Barxas y César Antonio Molina, propusieron su nómina6 en Fin de un milenio. Antología de la poesía gallega última (1991).
Siguiendo el espíritu asambleario que los caracterizó, Letras de Cal propondrá la antología dEfecto2000 (1999), consensuada entre todo el grupo, para representarla variedad de la poesía que comenzó a publicarse durante la década de los 90. Como ellos mismos explican en su prólogo, fue elaborada a partir de un listado exhaustivo de todos los poetas con primeros libros publicados en la década de los 90 —una lista que, según cuentan, alcanzaba la centena—  y de la cual antologan 21 voces7, sin datos biográficos, ni presentaciones, ni poéticas, dejando que sean los poemas de cada autor los que hablen de ellos.

Dos años más tarde, Helena González prepara, para la colección Ablativo Absoluto, una muestra de los 90 con carácter panorámico y sin afán fundacional en A tribo das baleas. Poetas de arestora (2001), donde presenta a 13 poetas8 y da algunas claves sobre las características del nuevo panorama poético de aquella década. Es la primera antología trilingüe (gallego, español, inglés) de la poesía gallega, lo cual representa una apertura de fronteras en el plano de la difusión y la recepción de las nuevas voces.

En 2002 ve la luz el ambicioso proyecto antológico de Arturo Casas, Antoloxía consultada da poesía galega. 1976-2000. Casas consultará a doscientos agentes de la cultura gallega entre poetas, académicos y críticos, de los cuales noventa y siete responderán a su propuesta y contribuirán a elaborar la lista de antologados. Cabe destacar el rigor metodológico con el que Casas gestiona la consulta y los datos obtenidos de la misma, así como la detallada explicación del proceso y del marco conceptual de la antología. En la nómina de 27 autores9 toma en cuenta los libros publicados entre los años 1976 y 2000, sin importar que sean o no primeros libros, pues se presenta como antología general de la poesía producida en ese periodo. Además de los poemas, a cada autor se le pide una reflexión sobre su trayectoria y su opinión sobre la realidad poética actual.

La joven poesía del siglo xxi también tiene su antología. Se trata de Novas de poesía_17 poetas10, una antología bilingüe (gallego-español) publicada en 2013 por la Fundación Uxío Novoneyra. Con criterios de antología consultada (aunque menos ambiciosos que los de Casas), recoge una muestra significativa de las voces que comenzaron a publicar en este siglo, traducidas y prologadas por la también poeta Ana Gorría.

El periodo temporal que abarca la selección viene marcado por la publicación de los primeros libros de los poetas (desde 2001 hasta 2011). La selección de estas 17 voces es el resultado de la consulta y votación de siete agentes de la cultura gallega (Arturo Casas, Helena González, Xosé María Álvarez Cáccamo, Luis Cochón, Camilo Valdehorras, Armando Requeixo y María Xesús Nogueira), a quienes Gorría pregunta también sobre cuestiones que le permitirán trazar las líneas fundamentales del panorama poético actual.

Otras antologías que cubren parte del periodo que abarcan los autores de Punto de ebullición son: Para saír do século. Nova proposta poética, de Luciano Rodríguez y Teresa Seara (1997); 25 anos de poesía galega (1975-2000), de Luciano Rodríguez (vols. i, ii y iii, 2002), y Das sonorosas cordas. 15 poetas desde Galicia, de Olivia Rodríguez González (2005).


Punto de ebullición

Punto de ebullición es la temperatura actual de la poesía gallega contemporánea. Un hecho que puede comprobarse fácilmente usando el termómetro de la lectura. Para ello se reúnen en esta antología 15 poetas nacidos a partir de 1950 (y con más de dos libros publicados) que han contribuido a la sólida y rápida confección de un corpus de poesía contemporánea equiparable al de lenguas completamente normalizadas.

El tamaño de la muestra permite plasmar la variedad de propuestas sin ahogar al lector en un océano de autores y dándole más espacio a la obra de cada uno de ellos. Fijar el límite temporal en la mitad del siglo xx hace coincidir a los poetas más veteranos incluidos aquí con la eclosión de poesía joven de principios de los 80. Como todo límite limita, se nos quedan fuera poetas por pocos años, como Alfonso Pexegueiro, nacido en 1948. Por otro lado, la cantidad fijada de libros publicados pretende asegurar un mínimo trayecto recorrido, pero deja fuera interesantes voces jóvenes como la de Gonzalo Hermo, o casos peculiares, como el de Luisa Castro, autora de consolidada trayectoria en español pero con un solo poemario en gallego (Baleas e baleas, 1988).

Desde la multitud de perspectivas de sus discursos y búsquedas estéticas, los aquí antologados han contribuido activamente a la ampliación del espectro de la poesía contemporánea. Nos referimos a: Xosé María Álvarez Cáccamo, Chus Pato, Pilar Pallarés, Manuel Rivas, Lois Pereiro, Antón Lopo, Xela Arias, Ana Romaní, Manuel Outeiriño, Xabier Cordal, Olga Novo, María do Cebreiro, Yolanda Castaño, Olalla Cociña y Daniel Salgado.

Dos son las vertientes principales de la poesía de Xosé María Álvarez Cáccamo. Por un lado, está la intimista, que indaga en el mundo personal, en los orígenes, y se construye en lo familiar y lo privado: el mundo y el tiempo de la infancia (Calendario perpetuo), la familia, el amor (O lume branco). Por otro, está su poesía cívica, que levanta la voz y acusa: desde “el apasionado terror que usa la Ciudad contra sus habitantes” (Os documentos da sombra), pasando por la injusticia y el crimen (Cadernos da ira), hasta el “invento de Dios” en su más reciente libro (A Boca da galerna), un largo poema de aliento visionario y cosmogónico. En todo el vasto territorio que explora su poesía, la memoria es un elemento fundamental: ya sea personal, colectiva, literaria o histórica. El poeta asume la tarea de rescatar, recuperar y cuidar la memoria. Sin nostalgias. La memoria como tiempo y suceso vivido pero también como identidad.

La transgresión en la poesía de Chus Pato supera cualquier tipo de convención formal. Su poética, marcada por un posicionamiento crítico en su tiempo, ha expandido el horizonte de la poesía gallega y la ha colocado a la vanguardia del pensamiento contemporáneo. El suyo es un discurso de lo múltiple y en la multiplicidad de voces y formas se articula. Cuestiona el lenguaje, la percepción, las ficciones históricas y todo aquello que constituye exégesis, mientras trabaja entre lo inexistente y lo venidero, la extrañeza y el reconocimiento. Pato ha construido un ambicioso proyecto poético —cuya máxima expresión es la pentalogía Decrúa, formada por los libros M-tala, Charenton, Hordas de escritura, Secesión y Carne de Leviatán— en la que se manifiesta un profundo pensamiento y reflexión sobre las identidades (individual, de género, nacional, histórica) y la escritura.

La poesía de Pilar Pallarés explora oscuros territorios de la psique. La potencia simbólica de su lenguaje y la complejidad psicológica de sus poemas la han colocado entre las singularidades de la poesía gallega contemporánea. Se decanta por profundizar en lo íntimo a partir de su segundo poemario, Sétima Soidade, pero es el Livro das devoracións, su tercer  poemario, el título que condensa lo mejor de su poética. Un sujeto lírico implacable consigo mismo, despiadado en ocasiones, que expone y exhibe su propia oscuridad. Con un estilo que refleja la tensión interna del sujeto que enuncia, en un pulso entre someter y ser sometido. Hay en sus versos un intenso trabajo de indagación y conocimiento a través de las confrontaciones del ser, la posesión y la pérdida amorosa y la desolación vital.

La dignidad de lo humilde, de lo pequeño y de lo cotidiano es un eje fundamental en la poesía de Manuel Rivas: la dignidad de la madre que trabaja fregando suelos, de las mujeres que cargan el peso en la cabeza, de los abuelos de la nación de las manzanas y también, por supuesto, del amor. Su poesía está poblada por personajes anónimos que protagonizan la intrahistoria y desde la aldea gallega llegan a la vasta aldea global. Otro elemento presente a lo largo de su obra es la tierra: materia y lugar de escritura, sustento, origen, memoria y comunidad. Aboga por la comunicación directa, humilde también en las formas, cercano y solidario como actitud vital. Los matices de su voz van de la ternura a la ironía y su canto oscila de lo cotidiano a lo trascendental, de lo local a lo universal.

Ávido lector, cinéfilo y melómano, Lois Pereiro se paseó con naturalidad entre culturas y contraculturas. El azar lo llevó a lidiar con la enfermedad y sus estragos desde muy joven, y esta realidad física se materializó en sus versos. El continuo pulso con el tiempo y la decadencia se volverá más desgarrador y sereno —en extraño equilibrio— en su Poesía última de amor e enfermidade, escrito, en su mayor parte, cuando ya estaba gravemente enfermo. Conociendo la cercanía del final, se entrega a la vida y a la escritura, con fruición y consciencia de la urgencia. Su poesía se desnuda de todo artificio para dejar constancia de amor y de batalla. Su mirada singular bordea el último de los tantos márgenes que había recorrido. Hoy más que nunca su figura sigue siendo luz evadida de la oscuridad.

Sensorial y narrativa, la escritura de Antón Lopo recorre escenas y escenarios poco transitados por la poesía contemporánea. Visibiliza y normaliza realidades ocultadas o estigmatizadas, como las relaciones sadomasoquistas, el travestismo o la transexualidad (Pronomes, Fálame). En su obra se cuestiona la definición identitaria basada en la orientación sexual, mientras que el amor aparece como certeza universal, derecho y expresión de libertad. Desde su primer libro, Suxos e desexados, teje el relato de las otras sexualidades, con una mezcla de sensualidad y provocación, a la que en libros posteriores se añadiría también un misticismo sui generis (Om) y la liberación a través del amor (Libro dos amados).

En el título de su último libro, Intempériome, Xela Arias condensó su forma de estar: una exposición voluntaria a las inclemencias de la vida y la escritura. Su poesía es transgresora y precisa, lleva la lengua a sus límites, llegando incluso a violentarla para después desampararla y desampararse en ella. El lenguaje la desnuda y conoce su naturaleza última. La escritura es herramienta necesaria para el conocimiento y espacio de libertad. Su actitud poética, contra la ley y la norma, fue siempre arrojada también en su estilo: hizo de su sintaxis vedada una declaración de principios. Fallecida en 2003 —nunca desaparecida— esta asesina de equilibrios sigue tensando la lengua gallega con su voz poderosa.

En la escritura de Ana Romaní es relevante y significativo dónde se posiciona y cómo: en la soledad de Penélope (Das últimas mareas), que reescribe su historia para recuperar los caminos, / ponerle nombre al laberinto, / navegarlo; en el nosotras, con las que dejan huellas de sangre / en las ajenas tierras de la palabra; en la normalidad de la identidad sexual (Arden) Una postura política / como ser ojo de volcán y sabotaje; en la mujer maltratada (Love me tender), desde el corrompido discurso amoroso de la violencia de género; en el territorio simbólico de Uadi Al-Hitan (Estremas), el valle de las ballenas, ese desierto, cementerio de mamíferas marinas donde desata el cuerpo y es voz para la carne. Porque en la poesía de Ana Romaní es la carne quien habla de identidad y poder, de resistencia y rebelión, de amor y daño.

En la poesía de Manuel Outeiriño se abre una brecha en la realidad que deja al descubierto absurdos y falsificaciones. Ofrece al lector una percepción de la realidad aguda y paródica. Pone en evidencia los juegos del lenguaje y relaciona ideas convencional y aparentemente inconexas. Su actitud se aleja de la solemnidad y se acerca a una concepción cómica de la existencia. Juega con los significados y con los significantes de manera que a los múltiples sentidos de sus versos se suma un sentido musical —construido principalmente con aliteraciones— no menos importante. Su poesía navega por cauces que son a la vez familiares y extraños, sobre una balsa hecha de   pensamiento lúcido, intertextualidad, ritmo y humor.

Xabier Cordal comienza su camino poético como miembro del colectivo experimental Ronseltz. Esto sitúa sus inicios en la relectura iconoclasta y paródica de la tradición literaria gallega. En su creación individual hay una reformulación y actualización de los relatos históricos e identitarios desde una aproximación ideológica y sarcástica. Las referencias Intertextuales y simbólicas le dan a sus poemas varios niveles y sentidos de lectura e incluso cierta apariencia enigmática, de algo por desentrañar. La propia capacidad de comunicar se pone en entredicho en esta escritura que asume el compromiso desde la lengua a la idea. La conciencia emancipada se revela: el ser histórico es toma de tierra. En su último libro transmuta la vida, los discursos, los hechos, las violencias, se abre a todo lo posible y utiliza todas las formas y registros que lo posible pueda necesitar.

La poesía vitalista de Olga Novo tiene una fuerza natural arrolladora, un trasfondo reivindicativo y libertario y una base de referencias culturales universalistas. Su voz torrencial se deja llevar por el ritmo de la lengua. Celebra todo lo vivo, exaltando lo instintivo, lo animal, el mundo rural de su infancia y sus antepasados. Reivindica su estirpe de mujeres fuertes de la Galicia rural, mujeres sin alfabeto que eran pura voluntad, duras como las piedras de sus casas. En su genealogía se inscriben también la diosa campesina y la meiga. Sin embargo, lo rural no es territorio idílico ni idealizado de belleza, sino telúrico. El sujeto de sus poemas aprendió a tirar de un poema como de un becerro y ahora está aprendiendo a ladrar como Virginia Woolf o como Walt Whitman.

“Hay que desafiar el pensamiento”, dice María do Cebreiro, y esa consigna se traduce en su poética. Ya desde su primer libro, O estadio do espello, revisa estereotipos y se posiciona ante los relatos heredados anteponiendo siempre su libertad intelectual a cualquier otro compromiso. El lenguaje es uno de sus campos de investigación y creación más fecundo. En su poesía se puede ver qué pasa cuando pensamos el lenguaje, cualquier lenguaje, qué nos descubre. Su mirada perpleja se interroga antes de resolver lo visible. Es toda oídos. Desconfía de las convenciones y cuestiona lo evidente. Desde su óptica todo se nos ofrece nuevo, por escrutar: En la cerradura la llave se pregunta / quién la puede cerrar. A ella que solo abre.

Con actitud irónica, Yolanda Castaño se canta, se acusa, se mitifica y se objetualiza en un ejercicio de libre albedrío: porque se pertenece a sí misma. Puede observarse un meridiano claro entre un primer ciclo erótico que culmina su tercer libro, Vivimos no ciclo das Erofanías, y sus tres libros posteriores, en los que la poeta cambia su foco de indagación hacia la construcción y los conflictos de la propia identidad. Así, en este segundo ciclo, desarrolla una investigación personal que podría esquematizarse en tres fases: identidad vs. alteridad (O libro da egoísta), identidad vs. Apariencia (Profundidade de campo) y, por último, identidad vs. lengua (A  segunda lingua). Dentro de su discurso está presente la voluntad de ejeRcer el derecho a definirse a sí misma, que entra en conflicto con la definición que de ella hacen los otros.

En el título de su primer libro, As cervicais da memoria, Olalla Cociña ya adelantaba una metáfora de su poética: la fisicidad de la memoria y su condición de organismo vivo, con lo que ello supone de complejidad, sofisticación y fragilidad. Sus poemas son las cervicales de la memoria, esos huesecillos que unen el cráneo con el resto del cuerpo. Una escritura que es vértebra, más que carne o músculo, aunque conoce y certifica la herida. En sus diferentes libros, y siempre por medio de una gran contención expresiva, Cociña ha indagado en la melancolía y en la sentimentalidad como parte de la identidad, en los conflictos de alteridad (aquí) y en la identificación a partir de la propia genealogía (O libro de Alicia).

La poesía de Daniel Salgado se articula, en parte, desde su existencia como sujeto pensante y político, con un trasfondo filosófico y estético, donde laten, entre otros, J.G. Ballard, Deleuze y Marx: la existencia determina la conciencia, / aseguraba el clásico. / Pero aún así / percibes un abismo en el tiempo / que no parece coyuntural. Cronista de estos tiempos sombríos, apunta a la conciencia crítica, sin ingenuidades ni simplificaciones. Anota con serenidad pero sin esconder las luchas ni sus estragos. El poema tiene algo de prueba de vida de este mundo, de catálogo de indicios. Renuncia al yo por un nosotros, plural mayestático (...) de ser de un tiempo y de un país; aunque constata que el poema no da escapado del sujeto, sea este colectivo o individual.
Me gustaría que el lector hispanohablante recibiese esta antología, no como una carta de presentación de la poesía gallega escrita durante los últimos treinta y cinco años, sino como una oportunidad de placer y aprendizaje.


NOTAS

1 Aunque siguen existiendo colectivos centrados en la creación poética y en la difusión de la obra de sus miembros, como el vigués A Porta Verde do Sétimo Andar (2005), entre cuyos miembros se encuentran Alberte Momán, Elvira Riveiro Tobío y Ana Cibeira.

2 X.M. Álvarez Cáccamo, Xulio L. Valcárcel, Xavier Seoane, Claudio Rodríguez Fer, Ramiro Fonte, Manuel Rivas, Pilar Pallarés, Manuel Forcadela, Miguel Anxo Fernán-Vello, Román Raña, Eusebio Lorenzo Baleirón y Paulino Vázquez Vázquez.

3 Entre otras preguntas, responden a: “¿Existe una nueva generación poética? ¿Qué rasgos crees que os caracterizan frente a la generación anterior?”.

4 Valcárcel, Baixeras, Pallarés, Fonte, Álvarez Cáccamo y Fernán-Vello.

5 X.R. Baixeras, M. Forcadela, X. M. Álvarez Cáccamo, X. L. Valcárcel, M. A. Fernán Vello, M. Rivas, X. Seoane, Luis González Tosar, Vicente Araguas, Fermín Bouza Álvarez, Luisa Castro y Xela Arias.

6 Xosé María Álvarez Cáccamo, Vicente Araguas, Xela Arias, Xavier Rodríguez Baixeras, Luisa Castro, Ramiro Fonte, Miguel-Anxo Fernán-Vello, Manuel Forcadela, Luis González Tosar, Manuel Guede, Xulio L. Valcárcel, Miguel-Anxo Murado, Pilar Pallarés, Lois Pereiro, Anxo Quintela, Luis Rey Núñez, Claudio Rodríguez Fer, Xavier Seoane.

7 Marilar Aleixandre, Fran Alonso, Yolanda Castaño, María do Cebreiro, Xabier Cordal, Emma Couceiro, Estevo Creus, Marta Dacosta, Eduardo Estévez, Celso Fernández Sanmartín, Lupe Gómez, María Lado, Igor Lugrís, Olga Novo, Manuel Outeiriño, Chus Pato, Isolda Santiago, Sechu Sende, Francisco Souto, Miro Villar y Rafa Villar.

8 Ana Romaní, Antón Lopo, Chus Pato, Miro Villar, Fran Alonso, Xabier Cordal, Rafa Villar, Helena de Carlos, Estevo Creus, Olga Novo, Anxos Romeo, Emma Couceiro y María do Cebreiro.

9 Álvaro Cunqueiro, Manuel María, Luz Pozo Garza, Uxío Novoneyra, Antón Avilés de Taramancos, Xohana Torres, X.L. Méndez Ferrín, Bernardino Graña, Arcadio López-Casanova, Salvador García-Bodaño, Alfonso Pexegueiro, Xavier Seoane, Xulio L. Valcárcel, Pilar Pallarés, Manuel Rivas, Xavier Rodríguez Baixeras, Manuel Álvarez Torneiro, Manuel Forcadela, Xosé María Álvarez Cáccamo, Ramiro Fonte, Miguel Anxo FernánVello, Eusebio Lorenzo Baleirón, Ana Romaní, Chus Pato, Lois Pereiro y Olga Novo.

10 Forman la nómina: Lucía Novas, Baldo Ramos, Antía Otero, Xabier Lama, Daniel Salgado, Elvira Ribeiro, Olalla Cociña, Mariña Pérez Rei, Mario Regueira, Xiana Arias, Oriana Méndez, Rosa Enríquez, Diana Varela, Carlos Fontes, Blanca Novoneyra, Dores Tembrás y Gonzalo Hermo.


CINCO POEMAS DE JAVIER DÁVILA DURAND (Iquitos, 1935-2024)

EPÍSTOLA A JUAN OJEDA Te recuerdo una tarde de la patria mía. Volvías del Brasil desengañado. Acababas de quemar tus naves en el Puerto...