RECUERDOS DE UNA TARDE CUALQUIERA
Esta es una tarde cualquiera
y, como una tarde cualquiera, trenzará pájaros en los tejados
y, como una tarde cualquiera, lloverá otra vez y habrá fiesta
y, como es una tarde y no un desfile de malos augurios,
la calle se abrirá como una flor que atrae a las abejas,
porque en todas las tardes la señora Aurora tejía,
a la puerta de su casa, trajes para diablicos en el pueblo.
Y como es una tarde, como cualquier otra tarde,
los muchachos saldrán a buscarse la vida
con la dureza que tiene la av. Abancay delante de los espejos.
Allá, lejos, donde el sol cae con mayor distancia,
la tarde, siendo más larga, es también una tarde cualquiera
y allá la vida fluye despacio como las aguas
que discurren apacibles por el canal Rideau.
Incluso la menos cualquiera de todas las tardes
al pie de un árbol del que cuelgan mariposas amarillas
y, a pesar de la vitalidad del río Magdalena,
se hunde y se marcha como un gitano cualquiera.
He amado las tardes como una persona cualquiera
y como en un barrio cualquiera, o al pie de una montaña,
como lo es cualquier otra montaña con su hondo horizonte,
también he construido mis más puros anhelos;
aunque en el gran concierto del mundo,
sean a los ojos de todos los ojos anhelo cualquiera.
Pero esta ya no es una tarde cualquiera,
es la tarde infinita en la que empiezo a tejer el recuerdo
de lo que será a lo largo del tiempo otra tarde cualquiera.
AHORA viajo solitario hacia la noche.
Soy el que navega y observa
remontando una quebrada alta,
una roca como una barcaza a la deriva,
una roca en ti brotándote como un grito
que es un eco que viaja lento en el tiempo;
es el viaje hacia el origen de la noche,
el viaje íntimo que me reserva,
el viaje contenido que me exalta;
porque en ti la oscuridad se torna viva
y la vida es la sombra mayúscula donde habito
exiliado en los confines de mi cuerpo,
porque en mí habita la noche
y la contemplo y me contemplo huido de mi cuerva;
ojo que vigila desde el siglo otoñal que nos asalta,
desde la hora final que trae la sentencia punitiva
para la vida nuestra y esta condición del delito,
del delito inocente como un niño que lanza su trompo
y juega y juega a reinventar la noche…
¡Qué necesario es volver a mirarla en hora incierta!
recordar que en el silencio nos hace falta
distinguir la noble voz y la diatriba
y señalar, desde la antigüedad de la roca el rito,
el canto madre, el instinto de lo que no se sabe cierto.
Las verdades no se ocultan en la noche,
se abren entre las sombras y son luz para el que la pretenda,
como el amor que agazapado espera el ícor que le ata,
porque todo momento es aquí y ganancia es todo lo que se viva.
Oh, Dioses de la noche larga, bajo qué alero habita el mito,
la fe de nuestro tiempo, flor que se clava en el desierto,
flor que amanece entre los arcanos de la noche
noche que florece entre el ramaje del papelillo y su ofrenda;
ante ti se postra mi extasiada cabellera que delata
el gozo por tu reino que seduce el ansia y esta sensitiva
sangre que recorre el nervio desde el barro al infinito
para darle vida y hálito de viento a todo cuanto yace muerto.
BOSQUE,
camino de hojas
que reproducen un canto de pisadas
como un lento crepitar de latidos verdes,
bajo la mirada de un ánen1 milenario
como un código que el viento atesora
hacia tus días en que estás más próximo
una roca como una barcaza a la deriva,
una roca en ti brotándote como un grito
que es un eco que viaja lento en el tiempo;
es el viaje hacia el origen de la noche,
el viaje íntimo que me reserva,
el viaje contenido que me exalta;
porque en ti la oscuridad se torna viva
y la vida es la sombra mayúscula donde habito
exiliado en los confines de mi cuerpo,
porque en mí habita la noche
y la contemplo y me contemplo huido de mi cuerva;
ojo que vigila desde el siglo otoñal que nos asalta,
desde la hora final que trae la sentencia punitiva
para la vida nuestra y esta condición del delito,
del delito inocente como un niño que lanza su trompo
y juega y juega a reinventar la noche…
¡Qué necesario es volver a mirarla en hora incierta!
recordar que en el silencio nos hace falta
distinguir la noble voz y la diatriba
y señalar, desde la antigüedad de la roca el rito,
el canto madre, el instinto de lo que no se sabe cierto.
Las verdades no se ocultan en la noche,
se abren entre las sombras y son luz para el que la pretenda,
como el amor que agazapado espera el ícor que le ata,
porque todo momento es aquí y ganancia es todo lo que se viva.
Oh, Dioses de la noche larga, bajo qué alero habita el mito,
la fe de nuestro tiempo, flor que se clava en el desierto,
flor que amanece entre los arcanos de la noche
noche que florece entre el ramaje del papelillo y su ofrenda;
ante ti se postra mi extasiada cabellera que delata
el gozo por tu reino que seduce el ansia y esta sensitiva
sangre que recorre el nervio desde el barro al infinito
para darle vida y hálito de viento a todo cuanto yace muerto.
BOSQUE,
camino de hojas
que reproducen un canto de pisadas
como un lento crepitar de latidos verdes,
bajo la mirada de un ánen1 milenario
como un código que el viento atesora
hacia tus días en que estás más próximo
al descubrimiento de la voz que llama...
1: Palabra awajún que significa canción o poesía de amor. Fuente: Diccionario Awajún – Castellano, Castellano - Awajún, 2020. Nota del blog.
CANCIÓN DE LAS SONORAS INTUICIONES
III
Febril, mi corazón te alcanza
y tú puedes, con él, regocijarte;
te ofrezco goces y frescas enredaderas
como un ritual de frutas y de danzas.
A tu cuerpo subo como a una torre,
allá donde se saben altas las luciérnagas
y no son más que letreros incendiando el aire,
pero tu cuerpo es otra luz, más alta, y si vieras
cómo se iluminan mis manos al tocarte
y cuántas veces me he preguntado
si en el mundo se saben los amantes altos como una torre.
TU BOCA se abre y yo devoro el infinito
y agarrado a tus brazos/ o a tus pechos/ o a tus nalgas
descubro que el amor no es suficiente para salvarnos,
pero nos salva de nosotros mismos
y es un acto suficiente que a los dos alcanza.
A tu corazón subo también como a una torre
y desde allí arrojo una piedra
que cae sobre la conciencia de los seres;
aunque levanten la mirada
no podrían alcanzar tu corazón,
que hacia mí se abre
y yo lo acaricio y lo muerdo como una manzana.
Tú solo cierras los ojos y me ves amamantado,
dulce y extasiado de tus jugos gloriosos.
HUAIKUS
27
La muerte busca.
En presuroso salto
huyen venados.
1: Palabra awajún que significa canción o poesía de amor. Fuente: Diccionario Awajún – Castellano, Castellano - Awajún, 2020. Nota del blog.
Martín Córdova Bran en un bosque de Santa María de Nieva, Amazonas |
CANCIÓN DE LAS SONORAS INTUICIONES
III
Febril, mi corazón te alcanza
y tú puedes, con él, regocijarte;
te ofrezco goces y frescas enredaderas
como un ritual de frutas y de danzas.
A tu cuerpo subo como a una torre,
allá donde se saben altas las luciérnagas
y no son más que letreros incendiando el aire,
pero tu cuerpo es otra luz, más alta, y si vieras
cómo se iluminan mis manos al tocarte
y cuántas veces me he preguntado
si en el mundo se saben los amantes altos como una torre.
TU BOCA se abre y yo devoro el infinito
y agarrado a tus brazos/ o a tus pechos/ o a tus nalgas
descubro que el amor no es suficiente para salvarnos,
pero nos salva de nosotros mismos
y es un acto suficiente que a los dos alcanza.
A tu corazón subo también como a una torre
y desde allí arrojo una piedra
que cae sobre la conciencia de los seres;
aunque levanten la mirada
no podrían alcanzar tu corazón,
que hacia mí se abre
y yo lo acaricio y lo muerdo como una manzana.
Tú solo cierras los ojos y me ves amamantado,
dulce y extasiado de tus jugos gloriosos.
HUAIKUS
27
La muerte busca.
En presuroso salto
huyen venados.
28
Corren las nubes,
en sus entrañas llevan
las furias de Dios.
53
Baja el río con sus peces y sus lodos.
Con sus rezos y sus lloros
bajan campesinos de los cerros.
57
En el campo, el canto, el llanto;
no son gorriones los cantores,
Son las madres sin sus vientres.
60
La muerte que viene de lejos,
los brujos que espantan la muerte.
La muerte y los brujos se entienden.
70
¿Es injusto el lobo
que mata en la mañana
o es injusto el hombre que mata la montaña?
* Selección de poemas: Miguel Urbizagástegui
Corren las nubes,
en sus entrañas llevan
las furias de Dios.
53
Baja el río con sus peces y sus lodos.
Con sus rezos y sus lloros
bajan campesinos de los cerros.
57
En el campo, el canto, el llanto;
no son gorriones los cantores,
Son las madres sin sus vientres.
60
La muerte que viene de lejos,
los brujos que espantan la muerte.
La muerte y los brujos se entienden.
70
¿Es injusto el lobo
que mata en la mañana
o es injusto el hombre que mata la montaña?
* Selección de poemas: Miguel Urbizagástegui
Martín Córdova Bran (Piura, 1985)
Estudió Periodismo en la Universidad Nacional de Piura. Como escritor, perteneció al grupo literario “Plazuela Merino” y a la Asociación Cultural Sicanni. Poemas suyos han sido publicados en las revistas literarias Plazuela Merino, Sietevientos, Pensamiento Profano, Granizo Lunar, Piel de Kamaleón. Ha publicado el libro de poesía Arquitectura y Destrucción del Arcoiris (2015) y Ese pájaro ardiente (2022). Formó parte de la comitiva peruana que participó en el XIII Parlamento de Escritores de Colombia realizado en Cartagena de Indias, asimismo en recitales organizados por la Universidad Simón Bolívar de Barranquilla. Ha realizado diferentes conferencias sobre Periodismo y Literatura tales como: “El ángulo de la noticia y el periodismo de hoy” (2016) “Medios de comunicación, periodismo y democracia” (2016) “Nuevos Horizontes Del Periodismo Desde Una Perspectiva Crítica Decolonial” (2018), en Piura; “El Mito en José Carlos Mariátegui” (2017) y “Apuntes sobre la literatura de Piura en la primera década del siglo XX” (2018) en Chiclayo.
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