LAS
COSAS QUE AMO DE TI
Quisiera
enumerarte, indolente belleza,
las cosas
que al mirarte me obligan a arrancarme los cabellos,
entregado a un numen lumínico.
entregado a un numen lumínico.
Cuando te
abres paso impaciente entre multitudes,
es la
sustancia de tu aura tan plena
que los
recién nacidos mueren
debido a
tan inusual radiación.
Tus ojos
son dos insensibles diamantes negros
cuya única
mirada vuelve niño al bravo
y al débil
obliga a suicidarse.
Es tu olor
amigo del éter divino,
anticipándose
como paraíso prometido;
y su
influjo es tal que la estepa erosionada
se renueva
en vastos rosales
y límpidas
charcas que presumen al lirio.
Pero es, a
mi insignificante parecer,
tu altivez
absoluta y dominante
lo más
devastadoramente hermoso de ti
pues ya
volvió esclava a la honrosa casta de guerreros
y el
sacerdote te hizo al fin entrega
del alto
santuario de las deidades antiguas.
DIÁLOGO
—Creo
en ti. Creo en tu mano firme y segura, que me lleva con paso medido.
Creo en el
paraguas que se abre como una flor protectora
y en tu
sombrero ostentando su breve centelleo de elegancia.
Creo,
también, en el encaje que me envuelve dócil a tus desgarros,
en nuestro vino y en tu copa donde me vierto y expando.
Creo en los paseos bajo el sol que muere al compás del reloj
en nuestro vino y en tu copa donde me vierto y expando.
Creo en los paseos bajo el sol que muere al compás del reloj
y en la
tarde que llueve en saetas inclinadas.
Creo en el instante en que los hombres huyen de la calle
Creo en el instante en que los hombres huyen de la calle
a
refugiarse en las paradas del tranvía, que es obra del Diablo,
y en el
periódico que usan como techo a sus peinados.
—Creo
en eso yo también. Y en ti.
Y en nosotros.
Y en nosotros.
NOTAS PARA UN POEMA QUE NUNCA TERMINARÉ
Tu cercanía es un barco
repleto de mercancías de contrabando y armas de fuego
en un puerto libre de infecciones venéreas.
Tu majestad es la de un portal recamado de arabescos
en cuyo umbral descansara un niño muerto.
Quiero mirar los días arder desde tu casa, refugiado,
y ver cómo a otros hacen daño,
saetas siempre dispuestas a regresar
a quien creyó haberlas disparado lejos.
Y, por las noches, encender juntos las lámparas y el
vino,
atentos a la música de lechuzas y cigarras,
estrellas terrestres de los patios.
Hace mucha hambre afuera del hostal donde encuentro,
daño el agua que no bebo de tu boca.
No me dejes nunca volver a escribir
si no memorizo cada vello en tus piernas;
ni caer en la tentación
de huir para conocer el privilegio de entrañarte.
Tengo mucho miedo de morir afuera de tus brazos.
LSD
Sobre un
mar estático me deslizo ingrávido
flotando
sobre luminosos corceles de canto
y frente a
mí las nubes ríen
y se contraen y explotan en mil pedazos de sonido.
Es el momento de lo bello,
cuando los sentimientos sublimes se vierten entre sí
y todas las líneas se confunden en espirales infinitas.
y se contraen y explotan en mil pedazos de sonido.
Es el momento de lo bello,
cuando los sentimientos sublimes se vierten entre sí
y todas las líneas se confunden en espirales infinitas.
Y sobre
este mar
los colores rebeldes de un caleidoscopio
los colores rebeldes de un caleidoscopio
–trazos
líquidos de magia–
se agrupan en cúmulos de gozo por aquí y por allá.
Y todas las formas de medición son inútiles.
se agrupan en cúmulos de gozo por aquí y por allá.
Y todas las formas de medición son inútiles.
Melodías
sin freno
como cadencias íntimas.
como cadencias íntimas.
Aromas
gratos
como inciensos propios.
como inciensos propios.
II
En un
éxtasis de gracia
me elevo al centro de las dimensiones
y soy yo quien da nombre a lo sensible.
Y es mi eje sustento de lo eterno.
me elevo al centro de las dimensiones
y soy yo quien da nombre a lo sensible.
Y es mi eje sustento de lo eterno.
III
Pero en
algún lado hay penumbra
y las criaturas en las aguas y en la tierra que se mueven sin fin
también compiten y se devoran.
Oh y es tan concebir la pierna rota de una criatura joven.
y las criaturas en las aguas y en la tierra que se mueven sin fin
también compiten y se devoran.
Oh y es tan concebir la pierna rota de una criatura joven.
Los circos
de horror vienen y se imponen de lejanos dominios
con sus recias criaturas desbordadas:
las que se arrastran
y las que torturan.
con sus recias criaturas desbordadas:
las que se arrastran
y las que torturan.
Y la
hierba nunca resiste la embestida de los fuertes.
Y todas las cosas nombradas antes
son vulnerables y temerosas.
Y todas las cosas nombradas antes
son vulnerables y temerosas.
La luz y
el movimiento conciben el amor.
El
estancamiento engendra la peste.
IV
El momento
romántico
no es el rasguño del albor a través de la vestidura cruel de la sombra
ni la oscuridad dominando antiguos y débiles fuegos:
es la entrega de los polos del universo dual en un abrazo.
no es el rasguño del albor a través de la vestidura cruel de la sombra
ni la oscuridad dominando antiguos y débiles fuegos:
es la entrega de los polos del universo dual en un abrazo.
Sí, las
formas se diluyen.
Pero la
memoria persiste.
PERFECCIÓN
DEL HUEVO
En el
concilio de sus muros
se guarda como un cálido secreto
se guarda como un cálido secreto
el
misterio de la vida, antes de ser sangre,
mucho antes de ser carne.
mucho antes de ser carne.
Está
protegido por membranas viscosas
y una corteza impenetrable para agua y aire destructivos:
es El Huevo, donde se origina y perfecciona el ser
y una corteza impenetrable para agua y aire destructivos:
es El Huevo, donde se origina y perfecciona el ser
antes de
venir a arrastrarse, parir y asesinar
a la naturaleza circundante.
a la naturaleza circundante.
Está supuesto por las leyes naturales,
para romperse y entregarlo al mundo,
unidad del cosmos viviente
que respira, crece, se reproduce y abandona al morir
el cuerpo de tres líneas rígidas que constituyó
la fuente
del mínimo calor de su breve existencia,
el laberinto de sus duelos absurdos,
el laberinto de sus duelos absurdos,
la piedra
inscrita de sus fracasos,
la mina de sus sueños, el templo de su fe.
la mina de sus sueños, el templo de su fe.
El huevo
atesora en su ojo y en su plasma
el sigilo hermético de la creación,
el sigilo hermético de la creación,
de la vida
multiplicándose billones de veces,
del
aliento que anima inertes cadenas moleculares
y las dota de recuerdos, angustia,
necesidades bestiales e impulsos dañinos.
En su interior se condensa el código sobre el cual
el universo es, palpita, se ensancha o constriñe,
gira o se detiene, se ilumina o se hunde en tiniebla.
y las dota de recuerdos, angustia,
necesidades bestiales e impulsos dañinos.
En su interior se condensa el código sobre el cual
el universo es, palpita, se ensancha o constriñe,
gira o se detiene, se ilumina o se hunde en tiniebla.
Añoramos
todos,
en lo más recóndito de nuestra memoria,
esa cápsula que envolvió nuestro embrión
en una cripta de seguridad,
en lo más recóndito de nuestra memoria,
esa cápsula que envolvió nuestro embrión
en una cripta de seguridad,
la marea
contenida que nos abrigó y dio de beber
alargando sus manos sin forma ni color,
alargando sus manos sin forma ni color,
de
proteínas, medicamentos y elixires
en exacta proporción.
Lo añora el hombre que apartó,
midió y pesó los huevos conocidos
pues procede de uno, como el planeta donde habita
de una mole ovalada que giraba.
en exacta proporción.
Lo añora el hombre que apartó,
midió y pesó los huevos conocidos
pues procede de uno, como el planeta donde habita
de una mole ovalada que giraba.
Nada sobra
y nada falta en el huevo.
Su estructura es severa donde debe,
Su estructura es severa donde debe,
y también
lo es blanda, suave y tierna.
Gloria de la arquitectura natural,
Gloria de la arquitectura natural,
es
inquebrantable por la mano prensil
en sus polos que concentran energía protectora.
en sus polos que concentran energía protectora.
Cáscara
diseñada por un dios obstinado y solo,
por un ingeniero astral cuyos planos deseara el hombre
para, si le es posible, mejorarlos.
por un ingeniero astral cuyos planos deseara el hombre
para, si le es posible, mejorarlos.
Almendra
de la sabiduría, recinto de magia
a donde baja el bullicioso éter de las visiones.
a donde baja el bullicioso éter de las visiones.
Si llega a
romperse
con la
criatura de su interior malograda aún,
–para
mantener el equilibrio de un orden mayor –
cada exquisita y fina hebra que la fuerza tejedora celeste unió
regresaría a su regazo, sin culpa,
vergüenza ni dolor.
Huevo = perfección.
cada exquisita y fina hebra que la fuerza tejedora celeste unió
regresaría a su regazo, sin culpa,
vergüenza ni dolor.
Huevo = perfección.
Aleqs Garrigóz (Puerto Vallarta, México; 1986) escribe poesía desde
los 15 años. Publicó su primer libro de poesía en 2003: Abyección. Posteriormente aparecieron La promesa de un poeta (2005; Premio Adalberto Navarro Sánchez), Páginas que caen (2008, 2013; Premio
Municipal de Literatura de Guanajuato) y La
risa de los imbéciles (2013, Ganadora del I Concurso Internacional de
Poesía de Emergente Nauyaca) y El niño
que vendió su alma al Diablo (2016). También han sido premiadas sus obras Galería del sueño (Premio Espiral de
Poesía 2011, de la UG), En la luz constante del deseo (Premio
Espiral de Poesía 2012, de la UG), Despiértame
en otro mundo (Mención Honorífica en el I Concurso de Cuento y Poesía de la
Universidad Marista de Querétaro, 2013),
Penetrado por el amor (Mención
Honorífica en el V concurso editorial “El mundo lleva alas”, 2012), Resplandor del oro amanerado (Tercer premio
en el VI Concurso Nacional de Poesía María Luisa Moreno, 2014), Ha publicado poemas en medios impresos y
electrónicos de México, España, Colombia, Estados Unidos, Colombia, Argentina,
Honduras, Perú, Nicaragua, Chile y Suecia. Poemas suyos han sido traducidos a
cinco idiomas.
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