lunes, 5 de febrero de 2018

7 poemas de Pablo Salazar Calderón


Pablo Salazar Calderón (París 1978). Poeta y docente. Publicó “Terrado de cuervos” (Tranvía editores, 2008) y “Piedralaventanaelcielo” (Paracaídas editores, 2011). Aguarda la aparición de “Buen viaje Ikarus10”, poemario del cual forman parte estos poemas.


DÍA 2 (LOS CHOFERES DEL MAÑANA)


Buses del año que vendrá
del modelo que vendrá
en la avenida que vendrá

se detienen ante el semáforo

Los buses que nunca se pudieron ir
esperan ante el semáforo negro

pasan años
gobiernos de facto

vendedores choferes cobradores pasajeros
suben bajan de las unidades que no se movieron más

-el semáforo no cambia de color -

Los buses que vendrán
aguardan en bolsas de plástico transparente

Solo al llegar la noche
irradian su color verde
por las calles   

La oscuridad les habla de nosotros

hasta que llega la mañana.




Se estrellan en la niebla

un auto y un avión

cada uno
sigue su camino
hacia el cielo de chatarra

Los cinturones de seguridad
rendidos sobre los asientos
atrapan el vacío
como un mensaje presurizado
desaparecen

sus números de serie
son borrados
lentamente
en sentido contrario al que fueran escritos

son casi astronaves
pero un bélico encanto los retiene
y no pueden irse





PAÍS AUTOBOT


Nunca quise la energía de este planeta

tampoco ser un escarabajo abandonado en una playa con la carrocería repleta de stickers del mundial 78,

por eso me retiro a ese descampado cubierto por envoltorios de golosinas y botellas de cervezas

para ser esta chatarra
rabiosa


que olvida




LA REAPARICIÓN DEL PILOTO

Brazos llevan documentación azul

fuimos a realizar una diligencia al punto conocido como crash
donde las esquirlas de los automóviles se transforman en cohetes

el mensaje llega del parlante de un vehículo que acababa de abrazar a otro
como acercándolo a su pasado para decirle: ¡Mira!

Miembros androides aparecen en la camioneta como prueba material de aquel viaje

Anhelan el reencuentro con el piloto parcialmente desaparecido

Vuelto su rostro
pesa en la ventana

Sus ojos contienen tantas luces

qué se emplean como “controladores de vuelo”
de las otras partes de su cuerpo.




EN LA PISTA DEL PINBALL


Tenemos el rostro de Túpac Amaru en nuestras monedas

guardo una en mi jean nevado
otra se va por el mueble negro del pinball

mis ojos son un mirador

una cabina que sigue a los enatrus alcanzando a las combis
una noche con pocos postes de luz

El pinball
es una eterna urbanización recién acabada de construir, en la cual no es permitido el paso de esos minibuses

los silenciosos motores de los Ikarus 10
y sus grandes carrocerías
los expulsan

Las calles solitarias vuelven

El crédito de mi moneda
dispara una bola plateada por la pista 




NOTICIAS DE UNA BRILLANTE DESPEDIDA

Bussings olvidaron la ciudad, el barrio, la vía expresa

tuvieron tal prisa
que partieron desprovistos del mínimo implemento tecnológico

digamos que estaban compuestos únicamente de carbono y grafito,
del mismo compuesto con el cual se forman las pistas de los carros chocones

En las investigaciones de científicos, escribas y detectives sobre su desaparición
se concluyó que se fueron hace casi treinta años
a buscar otras temperaturas y presiones extremas sobre sus asientos y carrocerías

se fueron a buscar otro calor en su centro

a buscar la existencia origami
que en millones de años
los vuelva diamantes.




ARTE POÉTICA 

Parachoques pedales de acelerador tubos de escape
aparecen sobre esta pista
fueron expulsados hasta los confines de la Vía Láctea

Hoy los hallo en esta avenida
como viejos trastos de una banda escolar 

Aquello que muchos llamarían basura del espacio
ahora me sirve para afirmar
que hubo vida en ese lejano lugar del cual provengo

Son los metales de mi banda sonora
las piezas faltantes
de mi DeLorean

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