El poeta Antonio Cisneros |
Antonio Cisneros es uno
de los poetas más representativos de la lengua española. Perteneciente a la
Generación del 60, su obra fue reconocida desde que, muy joven, recibiera el
Premio Nacional de Poesía (con 22 años) por el poemario Comentarios reales de Antonio Cisneros,
y cuatro años más tarde, en 1968, su siguiente poemario, Canto ceremonial contra un oso
hormiguero, fuera reconocido con el Premio Casa de las
Américas.
A lo largo de cinco
décadas, Cisneros ha publicado más de 20 poemarios, y su obra poética ha sido
traducida, como la de muy pocos, al neerlandés, griego, danés, chino, italiano,
portugués, rumano, sueco, inglés, alemán, húngaro, finlandés, ruso, francés,
turco, japonés y serbio, entre otros idiomas. Ha trabajado como periodista,
guionista de cine, traductor y catedrático universitario en el Perú y en
universidades del extranjero. Es un incansable viajero que residió por largas
temporadas en Europa (Francia, Gran Bretaña, Hungría) y en Estados Unidos de
América.
Hace dos años gano el
Premio de Poesía Pablo Neruda, y el año pasado se hizo merecedor del Premio
Southern Perú a la creatividad en mérito a su amplia trayectoria
artístico-literaria. Actualmente, desempeña funciones para el Ministerio de
R.R.E.E. del Perú en el cargo de Director del Centro Cultural Inca
Garcilaso.
Sin duda, la obra de
Antonio Cisneros es una de las más representativas de la tradición poética
peruana de la segunda mitad del siglo XX, manteniéndose vigente y reinventándose
conforme el paso del tiempo, para llegar a consagrarlo como uno de los poetas
nacionales más reconocidos, leídos y publicados de los últimos tiempos. Próximo
a participar del Primer Festival Internacional de Poesía de Lima, el poeta
Cisneros nos permite en esta entrevista conocer algunas de sus opiniones y
críticas no exentas del humor e ironía que lo
caracterizan.
1.
Antonio, comenzaste a publicar poemarios
desde muy joven, a los 19 años. ¿Qué fue lo que te sedujo de la poesía, qué te
atrajo de ella tanto como para dejar de lado la narrativa u otros géneros
literarios que también pudieron ser de tu interés?
Cuando era niño según
yo escribía novelas, obras de teatro, poesía, escribía todo y era dibujante y
pintor, con el tiempo me fui quedando solo de poeta, aunque me gusta dibujar de
vez en cuando y manejo prosa y crónicas, buena prosa dicho sea de paso, pero la
poesía me fue ganando creo por intensidad.
A mí me parece que la
poesía es uno de los pocos géneros en donde el objeto y el sujeto son el propio
autor; entonces, la poesía no te deja muchas opciones en realidad, la poesía te
atrapa, en la narrativa tú puedes esconderte detrás de cualquier personaje y no
importa, o sea, la intensidad de la poesía es tal que, digamos, por ejemplo, en
Pantaleón y las visitadoras de Mario
Vargas Llosa tú no crees que Mario Vargas Llosa es Pantaleón, ni que es una
visitadora, pero si tú lees Poemas
humanos de Vallejo no vas a decir: «es un señor que escribe sobre un señor
que sufre», objeto y sujeto son lo mismo en la poesía, y es esa intensidad la
que me hizo descartar los otros géneros a los que yo, desde niño, pretendía
ingresar, y me quedé con la poesía.
Pantaleón y las
visitadoras, novela de Mario Vargas Llosa y Poemas humanos, poemario de César Vallejo |
2.
Durante tu vida has viajado mucho, ¿cuán importante han sido las
experiencias que has vivido en tus viajes y tus largas estadías fuera del Perú
para tu poesía?
El viaje para mí, en
todo caso, ha sido fundamental siempre, empezando porque si te fijas bien buena
parte de mis libros son cuadernos de bitácora de los viajes, tienes Canto ceremonial contra un oso
hormiguero que es Inglaterra, Como
higuera en un campo de golf es Francia, El Libro de Dios y de los húngaros es
Hungría, el Monólogo de la casta
Susana es Alemania, entonces el viaje es, finalmente, la ruptura con lo
establecido, el volver a comenzar, a vivir, volver a tener vecinos, volver a
tener una bodega donde fiar, volver a averiguar donde paran los buses, volver a
vivir otra vez, entonces es una forma de renovarte muy interesante que, al mismo
tiempo, es un pretexto para el viaje interior porque en realidad el viaje no es
tanto, claro que hay puntos de referencia externos, en el poema de repente hay
un puente, una calle, un bus, una persona, esa es la cáscara pero adentro lo que
está es el viaje interior que tienes que emprender cada vez.
Entonces, para mí ha sido fundamental el
viaje, yo creo, por ejemplo, que el comienzo de mi nueva relación con la poesía
después de Comentarios reales y antes
de Canto ceremonial contra un oso
hormiguero no lo hubiera tenido, probablemente, si no me hubiese ido del
Perú, al Londres de ese tiempo, de Los Beatles y los Rolling
Stones.
Canto ceremonial contra un
oso hormiguero (1968), poemario por el que recibió el Premio Casa de las Américas de 1968. |
3. Respecto a tu relación con la religión, leí
en alguna entrevista que retornaste a tu fe a partir de una misa que oíste en
húngaro en Sofía, viaje del que, además, surgió El libro de Dios y de los húngaros. ¿Tu
retorno a la religión marcó en algo tus siguientes libros? ¿La religión y tu fe,
en general, tanto como la ironía y el humor, ocupan un lugar importante en tu
obra?
Supongo que sí, porque
empezamos por El Libro de Dios y de los
húngaros y continuamos con la Crónica
del Niño Jesús de Chilca, pero, en general, si tú te fijas bien, el tema
religioso siempre fue importante para mí, antes, en David, mi libro publicado en 1962, en Comentarios reales, publicado en el
1964, los temas son bíblicos, los temas son blasfemos en muchos casos, pero la
preocupación religiosa está.
Lo que pasa, es que a
partir de una especie de reconversión, no un descubrimiento sino un retomar la
religión en Hungría, vuelvo a una cierta armonía conmigo mismo, una armonía que
ya se había deshecho realmente porque estamos hablando de que antes de Hungría
ya había pasado mi divorcio, la lejanía de mi hijo, la pérdida de la fe
política, la pérdida de la fe moral, es decir, la reconversión es una forma de
armonía que, en algunos casos, se ve directamente en la poesía por ciertos
temas, ciertas actitudes, y en algunos no, pero, supongo que la poesía al fin y
al cabo, no es más que un testimonio de ti mismo y de lo que te rodea. Aparece,
tiene que aparecer.
Comentarios reales
de Antonio Cisneros (1964), poemario por el que recibió el Premio Nacional de Poesía de 1965 |
4.
Cada poemario per sé es un
pequeño mundo, contando con más de 20 poemarios publicados, ¿piensas en tu obra
ya impresa al ofrecer una nueva publicación, o, como dicen, lo pasado
pisado?
No, normalmente no
tengo una idea de una especie de obra integral, no es cierto, como en la poesía
de Jorge Guillén, que plantea la construcción de un solo mundo, no, además cada
vez soy una persona distinta, para mí es muy importante la diferencia más que la
unidad. Yo soy muchas personas que lo único que tienen en común es el DNI, en
realidad, no puedo comparar al muchacho de dieciocho años, con el treintón, con
el que se casa, con el que se divorcia, con el que tiene un hijo, el que tiene
un nieto, son muchas vidas vividas y la poesía corresponde a esos momentos de tu
vida, es decir, hay que respetar las cosas como están, y en esa medida yo no me
planteo una idea de totalidad, cada vez estoy por mi cuenta.
5.
¿A qué crees que se deba la gran cantidad de producción poética nacional,
la gran cantidad de personas que toman el rumbo de la poesía y la alta calidad
que muchos muestran en su obra? En un país con tantas carencias, ¿ello motiva a
los poetas o es un contrasentido?
Primero, yo no creo que
sea exclusivo del Perú, yo creo que es en general en el mundo, siempre ha
habido, siempre hay, una gran producción, bueno no sé si grande tampoco, nos
parece grande porque estamos planteándolo desde el punto de vista del círculo de
la gente que está cercana a la poesía; en realidad, no es grande, ni es
importante, ni es masiva, entendámoslo así.
Entonces, la pregunta
sería por qué hay poesía, más que si es grande, pero yo creo que es normal, es
decir, el mundo estará lleno de decadencia, pero igual no va a dejar de producir
cumbias andinas, cumbias selváticas, la vida sigue. En realidad, ese problema de
cómo escribir poesía en medio de la pobreza es un problema de los sociólogos de
los años sesenta, no tiene ni pies ni cabeza; además, la conciencia, como por
ejemplo, si siguiéramos pensado en términos de las ciencias sociales de los años
sesenta, no habría habido el boom de
la gastronomía, porque cómo puedes hablar de comida en un mundo donde hay gente
desnutrida.
El poeta Antonio Cisneros
recibiendo el Premio Southern Perú 2011 a la creatividad humana |
6.
Has ganado varios premios importantes por tu obra poética. El Premio
Nacional de Poesía del Perú, el Casa de las Américas, el José Donoso, el Premio
Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda y acabas de recibir el año pasado el
Premio Southern Perú en reconocimiento obra poética y tu labor cultural. A todo
escritor le gusta recibir premios pero, ¿qué significan los premios para Antonio
Cisneros más allá del dinero y del reconocimiento?
Bueno, más allá de eso
ya no hay nada ¿no?… lo importante es la gloria respaldada por plata, las dos
cosas juntas ayudan a sobrevivir, te dan confianza, te devuelven cierta armonía
con el mundo en el cual existes, te reconcilia con el mundo, son importantes
para mí como para cualquier humano, como para cualquier persona, o sea, siempre
diría que es, por ejemplo tú lo estas personificando, qué es para Antonio
Cisneros, ¿qué es para cualquiera? Quién va a decir no, no me interesan los
premios, no me gustan los premios, no me gustan los reconocimientos, ¡ay,
detesto la plata! Yo creo que hace muy bien el llamado de la gloria acompañado
de sus chivilines, está bien.
7.
Actualmente existe el debate de la reinstauración del Premio Nacional de
Poesía que, tal como otros grandes poetas nacionales, tú también ganaste.
¿Consideras que es importante la reinstauración de este premio? ¿Qué podría
aportar a la tradición poética peruana el que este premio entre nuevamente en
vigencia?
Mira, primero, los
premios que ganamos Eielson, Washington, Romualdo, yo, en fin, sí eran premios
nacionales, pero eran reconocimientos parciales en realidad porque todos, que yo
sepa, los ganamos muy jóvenes, sobre todo yo que tenía 22 años, imagínate,
mientras que creo que lo que se está planteando es un premio nacional más
sólido, más verdadero, que es el reconocimiento a una obra de vida, y eso es
importante. Es una vergüenza que el Perú no tenga premios nacionales que
reconozcan, es decir, hay países como México que tienen varios premios
nacionales donde no solamente el monto pecuniario es grande, sino que muchos de
los premios nacionales dan una pensión vitalicia, hay muchos países que tienen
ese gran reconocimiento para sus humanistas, artistas, creadores, y entonces,
¿qué significan?, pues que son importantes.
Yo no sé si aquí
aportaría para la poesía, pero sí aportaría para los poetas, es básico ese
reconocimiento; ni Honduras, cualquier paisito tiene premio nacional. Es
mezquino y frívolo. Entonces está muy bien que den ese premio.
8.
Además de tu labor literaria como poeta y ensayista, has realizado
traducciones del inglés, del portugués y del francés. ¿Traducir poesía es tan o
más difícil que escribirla?
Bueno, son dos cosas
muy distintas, no tienen nada que ver. Es una cosa muy distinta. Escribir poesía
es una creación completa, y traducir poesía es un elemento creativo, pero mucho
menor, porque ya está dado el tema, está dado por lo menos si no el lenguaje
exacto, la fronda del lenguaje está dada, no se pueden comparar. Escribir es
todo un acto, y traducir es un acto interesante, pero no se puede comparar.
Ahora, es cierto que
para traducir poesía, el traductor de poesía (y no me refiero al de prosa o al
de documentos formales) tiene que ser un poeta reconocido o no, secreto,
misterioso, inédito, pero poeta, porque no hay otra forma de convertir en poesía
lo que ha sido poesía en su idioma original, y ahí viene el famoso traduttore, traditore, el «traductor es
un traidor», tienes que saber traicionar para poder saber dar la versión, y sí,
tiene que ser poeta.
Como higuera en un campo de golf (1972), sexto poemario de Cisneros |
9.
Antonio, está próximo a realizarse el Primer Festival Internacional de
Poesía de Lima (FIPLima), en el que vas a participar. Es un evento sin duda
inédito en el Perú, al menos por su envergadura. ¿Qué expectativas tienes en
relación al festival?
Bien, yo,
personalmente, no sabría decirte qué expectativas tengo porque, en general, no
suelo hacerme expectativas, pero lo que me parece fundamental, igual como
hablamos del premio nacional de poesía, ya era hora, ojalá que salga bien, hacer
un festival internacional de nivel, porque otra de las cosas que tiene el Perú
en su profunda mezquindad y frivolidad, es que tampoco tiene en cuenta los
festivales, no tiene premios nacionales y no tiene, realmente, festivales de
peso. Todos los países de América Latina, por hablar de la región tienen uno;
sin hablar de los que tienen montones de encuentros como Brasil, México,
Colombia, es decir, por supuesto que el modesto Ecuador y Paraguay también
tienen. Todos tienen encuentros menos el Perú.
Un comentario paralelo
y aparte, es el hecho de que te inviten a encuentros a cada a rato, de que te
inviten a encuentros mundiales, es una doble razón de orgullo para uno; primero,
es porque te invitan y qué bueno que te hayan invitado, pero, segundo, es que te
invitan por ti mismo, porque nosotros no tenemos moneda de cambio, o sea, si tú
eres colombiano bueno me invitan al festival de Veracruz, México, porque yo lo
puedo invitar al festival de Manizales, Colombia. Nosotros no tenemos moneda de
cambio, o sea, los peruanos que van a distintos lados, o que los traducen, o que
están en la palestra, francamente, bravo por ellos, porque es por ellos mismos,
porque nosotros no tenemos acá ni un premio internacional que se otorgue a
nadie, ni un encuentro internacional. Entonces, es fundamental este
encuentro.
Antonio Cisneros en el Centro Cultural Inca Garcilaso del Ministerio de R.R.E.E. |
10.
Has trabajado como periodista, catedrático, traductor, ahora eres
Director del Centro Cultural Inca Garcilaso, trabajos que pese a su rigor no han
menguado tu producción literaria. El oficio de escritor es muy absorbente, pero
de algo hay que vivir. ¿Cómo has hecho para amalgamar la vida de Antonio
Cisneros el trabajador con la de Antonio Cisneros el poeta?
Mira, yo siempre he
sido esquizofrénico, eso desde muchachito. O sea, por un lado yo era un muchacho
de barrio, fútbol en la calle, trompeaderas en la calle, miraflorino antiguo,
clásico, y por otro lado, escribía poesía, era secreto, mariconazo escribiendo
poesía un muchacho de barrio. Entonces, ya en ese momento yo era esquizofrénico.
Siempre he podido hacer las dos cosas, siempre he podido ganarme la vida,
detesto a la gente que llora y que no trabaja, el que no trabaja no come por si
acaso, así de simple es la vida, yo toda la vida he trabajado y no es para
llorar, ni es una tragedia, me parece que es humano, es un orgullo saber cuánto
cuesta el pan, dónde para el autobús, tener hijos, tener nietos, ver por tu
gente ¡caramba!, eso me parece una cosa maravillosa, detesto a los llorones,
vagos.
11. Finalmente Antonio, quisiera saber si
estás trabajando algún proyecto literario, tal vez algún nuevo poemario del que
nos puedas comentar como primicia.
Estoy escribiendo, pero
todavía no puedo llamarlo proyecto ni tengo la idea y la ilación, solamente
tengo vagamente la sensación de que a esta edad, a estas alturas que soy un
caballero de la tercera edad, se me ha dado por escribir poemas sobre mi mamá,
que está viva por lo demás, o sea, el problema de mi mamá como le digo, no es
que es vieja, sino que encima tiene un hijo viejo, entonces, eso es una tragedia
como te darás cuenta.
Biodata
Antonio Cisneros. Lima - Perú, 1942-2012. Publicaciones en poesía:
Destierro (1961), David (1962), Comentarios reales de Antonio Cisneros
(1964), Canto ceremonial contra un
oso hormiguero (1968), Agua que no
has de beber (1971), Como higuera en
un campo de golf (1972), El libro de
Dios y de los húngaros (1978), Crónicas del Niño Jesús de Chilca
(1981), Agua que no has de beber y otros
cantos (1984), Monólogo de la casta
Susana y otros poemas (1986), Por la
noche los gatos (1988), Poesía, una
historia de locos (1989), Material de
lectura (1989), Drácula de Bram
Stoker y otros poemas (1991), Las
inmensas preguntas celestes (1992), Poesía reunida (1996), Postales Para Lima (1999), Poesía (2001), Como un carbón prendido entre la niebla
(2007), Un Crucero a las Islas
Galápagos (2005), Propios como
ajenos (2007), A cada quien su
animal (2008) y El caballo sin
libertador (2009), entre otros.
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