Por: Mario
Pera
Traducción:
Karina Colonia
Hablar de Lêdo Ivo, es
hablar de uno de los escritores brasileños más importantes de la literatura
brasilera. Este gran escritor, ha publicado trabajos de notable factura en casi
todos los géneros literarios, tales como: poesía, cuento, cuento infantil,
novela, crónica, ensayo, autobiografía, etc. publicaciones por las que ha
recibido numerosas distinciones como la Orden al Mérito de los Palmares, la
Orden al Mérito Militar, la Medalla Manuel Bandeira, el nombramiento como
Ciudadano Honorario de Penedo, Alagoas, el título de Gran Benemérito del Real
Gabinete Portugués de Lectura de Rio de Janeiro, etc. y algunos premios como el
Premio de la Fundación Gracia Aranha en 1947, el V Premio Walmap, el Premio
Víctor Sandoval (2008), en el año 2009, ganó el Premio Casa de las Américas por
su poemario Réquiem y el Premio
Rosalía de Castro (2010), el que ganó junto al poeta español Antonio
Gamoneda.
Entre todos los ámbitos
de su producción literaria, la más que más ha sido destacada a nivel nacional e
internacional ha sido su poesía, la que se enmarca en un retorno a la
utilización del soneto como forma poética de expresión, desarrollado dentro del
estilo libre con una temática fuertemente delineada por los sucesos vitales del
autor. En la poesía de Ivo evidencia notablemente un gran dominio de la técnica,
y un excelente uso del lenguaje, lo que le ha permitido publicar no pocos
poemarios que alcanzan una reinvención de la palabra escrita.
Su poesía tiene tanta
trascendencia en la lírica latinoamericana, que no la traducción de su obra al
español se ha mantenido constante, así como la edición de varios de sus
poemarios en España, México, Chile, Perú, Venezuela, etc.
Lêdo Ivo publicó su primer poemario (Las imaginaciones) contando con escasos
20 años, constituyéndose pronto como uno de los más importantes referentes de la
que se llamó, en la literatura brasilera, Generación del 45, una generación que
causó una renovación en la literatura del país amazónico, y que marcó el ingreso
de la literatura brasilera a una nueva etapa. En adelante, la poesía de Ivo ha
tenido una repercusión no solo Latinoamérica, sino de manera mundial, siendo
reconocida como una de las voces más complejas e interesantes de la poética
brasilera.
Para mí, en particular, es un placer poner
al alcance del público las opiniones y anécdotas que Lêdo Ivo nos ofrece en esta
entrevista sobre su vida y labor literaria.
1. Lêdo, tu producción literaria abarca desde
poesía, hasta cuento, crónica, ensayo, cuentos infantiles, etc. pero siempre
retornas a la poesía. Habiendo transitado por tantos registros para expresarte,
¿por qué has escogido principalmente la poesía? ¿Qué te ofrece la poesía
respecto de los otros géneros literarios que hacen que regreses constantemente a
esta?
No fui yo quien escogió
la poesía. Fue la poesía la que me escogió. Desde la adolescencia la practico o
intento practicarla, obedeciendo al misterio de una vocación que va más allá de
la reflexión crítica. Los otros géneros que se asocian a mi trabajo —romance y
ensayo— se integran en el ámbito poético.
Me considero
fundamentalmente un poeta, empeñado en el uso supremo del lenguaje, que recoge y
almacena cierta experiencia personal y estética. Pero un poema no es solo un
lugar de ocultamiento y despersonalización. Y ante el lector, renuncia a su
significado inicial o supuesto, y se convierte un objeto
plurisignificativo.
El poeta Arthur Rimbaud y sus
poemarios: Iluminaciones y Una temporada en el infierno en la traducción al portugués de Lêdo Ivo |
2. Has comentado en otras entrevistas que de
niño no tuviste un gran acercamiento a la lectura, tu padre era abogado y no
existía una biblioteca en tu casa que te incentive a leer. Sin embargo, de modo
súbito nació en ti, aún siendo niño, una inquietud por leer y, luego, por
escribir. ¿Cómo fue ese primer acercamiento a la poesía? ¿Fue la lectura de
algún poemario o poeta en particular lo que te «convenció» de escribir
poesía?
En Maceió, la ciudad
portuaria, marítima y lagunar en la que nací, no había biblioteca, y en mi casa
no había libros de literatura. En la biblioteca de una hermandad religiosa y una
librería local, fui encontrando libros que se ajustaron a mi hambre de lectura y
a mi curiosidad. Eran libros de aventuras, de piratas, búsqueda de tesoros en
las islas de los mares del Sur, de naufragios.
Es así que, desde la
infancia, me vi marcado por el sentimiento de la imaginación, del otro lado de
la vida y del mundo. Pero no fue un libro el que me marcó decisivamente. Fue un
poema, en este caso, «Les effarés» de Rimbaud, que leí en un periódico cuando
tenía 14 años. Fue para mí una epifanía, con su musicalidad, materialidad y
emblema de la impureza del mundo. De adulto, fui el primero en traducir al
portugués Une saison en enfer (‘Una
temporada en el infierno’) e Illuminations
(‘Iluminaciones’).
Lêdo Ivo leyendo una de sus poesías |
3. Es frecuente que los escritores tengan
reparos respecto a sus primeras publicaciones, las que casi siempre consideran
defectuosas y, más aún, precipitadas. Tus primeros poemarios, As imaginações y
Ode e elegia, los publicaste con escasos 20 años. ¿Sientes que debiste esperar
algunos años más para condensar mejor las propuestas de esas publicaciones, o
estas vieron la luz en el momento preciso al menos para ti como
artista?
Considero a As imaginações (1944) (‘Las
imaginaciones’), publicada cuando tenía 20 años, una obra juvenil, a pesar de
que aparecen temas y ritmos que estarán presentes en obras posteriores. Creo que
fue en Ode e elegia (1945) (‘Oda y
elegía’), publicada al año siguiente, que pude presentarme por entero,
utilizando un verso respiratorio, extenso pero exacto, y configurando plenamente
mi espacio. Pues para mí la poesía es un canto, un cantico, un encantamiento del
uso del lenguaje, una celebración del mundo, y una reflexión sobre la condición
humana.
Matthew Arnold
considera a la poesía como una crítica de la vida. Y lo es. No hay que olvidar
que nosotros, los poetas, somos críticos. Y esa crítica se inicia en la
elaboración del poema, en ese encuentro de la memoria y la imaginación con la
técnica poética y los mecanismos internos de la creación artística. Aunque, a lo
largo de mi carrera literaria, se ha destacado mi papel en la práctica del
soneto y en la producción de poemas sumisos a las leyes métricas —aunque muchas
veces traté de transgredirlas—, estoy seguro de que mi contribución más
sustancial, fue en el territorio del llamado verso libre —es decir, del verso
largo y respiratorio—. La poesía es el ritmo. Y es en la utilización de este
ritmo primordial, que pretendo realizarme
plenamente.
Quinto poemario de Ivo: Cântico (1949) |
4. Perteneces a la generación literaria de la
posguerra, llamada la Generación del 45. Se ha señalado que es una aquella es
una generación distinta, pues no se vuelca hacia la propia tradición literaria
brasileña, sino que expande sus lecturas, diversifica sus propuestas estéticas,
etc. ¿En qué reside la trascendencia de la generación del 45 para la literatura
brasilera y, en general, latinoamericana?
Nadie nace solo, hijo
de sí mismo. Todos tenemos un origen, un sello genético, biológico, familiar,
geográfico, cultural. En mi caso personal, como poeta, pertenezco (o pertenecí)
a la llamada generación del 45, que en el Brasil, le siguió al modernismo de
1922.
Al contrario de los
modernistas, que eran regionalistas y habían rechazado el pasado y la tradición,
mi generación era internacionalista y dotada de ese sens of past que T. S. Eliot considera
esencial en la práctica literaria y poética. A diferencia de los modernistas,
que imitaban y absorbían a Marinetti y a Blaise Cendras, los poetas de mi
generación se volcaron hacia T. S. Eliot, Saint-John Perse, Valéry, Jorge
Guillén, Rilke, Yeats, Ungaretti, en un proceso de actualización cultural que
dio un nuevo rumbo a la cultura brasileña.
Después, pasada la hora
de la eclosión y la efusión, los caminos se diversificaron, la inclemencia del
olvido borró numerosos nombres, y la creación poética volvió a ser lo que
siempre fue: una aventura inconfundible e individual, el ejemplo de una voz
intransferible, un canto en la oscuridad. Y la referencia generacional se volvió
cronológica.
Lêdo Ivo flanqueado por sus
amigos: Carlos Montemayor (izq.) y Jorge Ruiz Dueñas (der.), en 1979 |
5. Sin duda la poesía encierra en sí la
memoria histórica mundial. En tu opinión, ¿la poesía se conserva en el
inconsciente colectivo heredado desde hace milenios y es debido a ello que cala
en las personas de modo más profundo, quizá, que otras expresiones artísticas o
géneros literarios?
Rindámonos a la
evidencia y a la verdad de que la poesía es un misterio. Es un arte. Como la
música, la literatura, la pintura, la escultura, la danza, ella es una de las
referencias fundamentales de la creatividad humana, de la capacidad que tiene el
hombre de inventar para pode ser y existir. Por lo tanto, es una actividad
profundamente personal, regida por el misterio de la vocación, y profundamente
colectiva, desde que cada poeta pertenece a una tribu inmemorial que procede del
inicio de los tiempos. «Todos somos seres colectivos», advierte Goethe. Esto
significa que no sabemos dónde empezamos, ni dónde terminamos, dónde somos
nosotros y dónde somos los otros, y aún si nosotros somos los
otros.
En mi caso personal, lo
ancestral tiene un gran peso. La cuna, el origen, el lugar de nacimiento, la
sangre inmemorial, la memoria ancestral tiene un alto significado e importancia
para mí y, sin duda, están presentes en mis poemas y
prosas.
Una de las novelas más
destacadas de Lêdo Ivo, Nido de cobras (1973) que recibió el V Premio Walmap |
6. Hablando de ello, en cuanto a la
elaboración de tu obra poética, ¿podrías comentarnos a grandes rasgos tu método
de trabajo? ¿Esperas a que la inspiración llegue o crees más en el trabajo
esmerado y constante para la elaboración de tu poética? ¿Cuánto corriges antes
de saber que un poema está terminado?
No tengo un método. Soy
un ametódico. Con base en mi experiencia personal, entiendo que la inspiración
es el momento en el que el poema surge de las profundidades del inconsciente o
del subconsciente, y se convierte en lenguaje. Es el momento de la iluminación,
en que soy visitado por mí mismo, por ese yo que está dentro de mí y es mi yo
poético y creativo. Y tal vez ese yo no sea una realidad existencial, y si una
invención meramente intelectual. Valéry dice que los dioses dan el primer verso
de gracia. Prefiero que los dioses, de cuya existencia dudo, me den solo el
tercer verso del poema. De los dos primeros yo me encargo.
Y completo tu pregunta
diciendo que, para mí, el relámpago de la inspiración es el resultado de un
trabajo oscuro y silencioso, de un aprendizaje perpetuo. Soy un eterno aprendiz,
un alumno de mí mismo.
La República de la desilusión (1995), ensayo por el poeta Lêdo Ivo |
7. ¿Qué tan cercana es la poesía brasilera a
la poesía de portuguesa y a autores portugueses como Mário de Sá-Carneiro,
Fernando Pessoa, Teixeira de Pascoaes o Luís Vaz de Camões? Por cuestiones
históricas y de lengua podemos suponer que la literatura brasilera debe
vincularse con la portuguesa, pero ¿ese lazo o vínculo existe
realmente?
Desde su independencia
política, en 1822, Brasil comenzó a implantar su independencia cultural y
estética, distanciándose de Portugal, y buscando nuevos modelos y fuentes de
inspiración, especialmente en el romanticismo, el realismo y el parnasianismo
europeos del siglo XIX. Actualmente, son dos literaturas distanciadas una de la
otra.
También hay que
destacar que, con sus 200 millones de habitantes, en contraposición con los 10
millones de Portugal, Brasil es hoy el gran estuario de la lengua portuguesa. Es
la misma lengua, pero el portugués hablado y escrito en Brasil cuenta con un
alto grado de diferenciación en relación al «portugués
portugués».
Sexto poemario de Lêdo Ivo: Lenguaje (1949-1951) (1951) |
8. Me imagino el mundo que usted conoció en
su juventud, tan distinto al actual, un mundo en el que escribir poesía era algo
diferente al hacerlo hoy en día. ¿Cuál es el papel del poeta, de la poesía, en
un mundo como el que ahora vivimos?, en constante cambio por los avances de la
tecnología, la convulsión social y las crisis económicas. ¿Cómo ves a la poesía
en el contexto tecnológico actual? Libros en formato virtual, medios masivos de
comunicación como blogs y web al
alcance de todos, etc.
Con la aparición de
nuevos lenguajes generados por la escala tecnológica, la literatura vive hoy un
momento de cambios vertiginosos. En el caso de la poesía, el libro, con sus
pequeños tirajes, se está convirtiendo en una especie de soporte. La difusión de
la poesía se hace hoy a través de los festivales, blogs, portales web, discos,
redes sociales, etc. La poesía se está volviendo Internética, habitando el
universo electrónico.
Los poetas se volverán,
al mismo tiempo, clandestinos y mediáticos. Son visibles e invisibles, como
figuras virtuales. Innumerables poetas ya tienen libros electrónicos (los e-books).
Poesía completa 1940-2004 (2004), poesía de Lêdo Ivo |
9. Has sido poeta por más de 60 años Lêdo,
has sido parte importante de una Generación literaria que rompió muchos
paradigmas en Brasil, tu obra es fundamental para conocer un poco más de tu
historia y la de tu país, y tu poesía ha alcanzado un reconocimiento
generalizado como la de pocos poetas brasileros, lo que te convierte en una
figura, un ícono literario de Brasil y de Latinoamérica. Cuando comenzó para ti
esta aventura, la poesía, a tus 14 años, ¿pensaste que el destino te depararía
todo esto?
Siempre quise ser poeta
y escritor. Busqué un espacio de afirmación y expresión personal. Quería llegar
a ser yo mismo. Me alegra el reconocimiento al que te refieres, inclusive,
porque me considero un poeta de latinoamericano o iberoamericano. Esa
singularidad fue destacada por Juan Rulfo y Carlos Montemayor, y explica la
acogida que mi trabajo ha tenido en los países hispanoamericanos, —especialmente
en México— y en España.
También hay que
señalar, que este reconocimiento es apoyado por incontables amigos poetas en
varios países. No estoy solo. Y estaré siempre agradecido a aquellos que,
generosamente, me extienden la mano.
El navío adormecido en el
bosque (1971), libro de crónica de Lêdo Ivo |
10. Lêdo, vas a participar en el Primer
Festival Internacional de Poesía de Lima (FIPLima). En el Perú se trata de un
evento artístico sin precedentes, por su magnitud y la gran cantidad de poetas
nacionales y extranjeros que congregará. Nuevamente se intenta llevar la poesía
al gran público. ¿Qué expectativas genera en ti el participar en un festival de
este tipo? Pese a que como siempre has comentado, citando a Juan Ramón Jiménez,
«La poesía es para la inmensa minoría».
La palabra «destino»
tiene una connotación teológica que me perturba. Prefiero ver, en mi vida
personal y de poeta, el ejemplo de un largo trayecto. Y el Festival
Internacional de Poesía de Lima representa, para mí, una oportunidad más para
volver a ver a mis amigos poetas (como Renato Sandoval), y para conocer nuevos
poetas. Eso sin hablar de que es la tercera vez que voy a Lima.
El Festival también
provoca un diálogo con el público y la circulación de libros de poesía. Para el
público, los festivales son islas poéticas. Es como si los asistentes fueran
turistas que, en vez de viajar por las Antillas, hubieran escogido un país
imaginario.
Réquiem (2008), último poemario publicado por el poeta Lêdo Ivo |
11. Finalmente Lêdo, ¿sientes particular
entusiasmo por la obra de algún poeta o poetas peruanos? ¿Se conoce algo de la
tradición poética peruana en Brasil?
El Perú posee una de
las literaturas más vigorosas y creativas de América. Es una de las patrias de
nuestra imaginación. El hecho de ser uno de los cuatro países latinoamericanos
distinguidos con el Premio Nobel de Literatura, en la persona de Mario Vargas
Llosa, da testimonio de su relevancia cultural y artística.
No soy un especialista
en su literatura, pero leí y conozco a numerosos de sus escritores y poetas.
Subrayo, de manera especial, al Inca Garcilaso de la Vega, el incomparable
ensayista y prosista que es Ricardo Palma, el gran poeta César Vallejo. También
recientemente, volví a leer El mundo es ancho y ajeno, de Ciro Alegría, con
renovada admiración.
Menciono también a
Miguel Scorza y a José Maria Arguedas como los testimonios de un Perú en que
están presentes, al mismo tiempo, la realidad y la imaginación. Es, en muchos
casos, una literatura de indignación, como la de otros países, como el Brasil,
divididos entre la extrema riqueza y la extrema pobreza. Yo conozco y admiro la
poesía de Arturo Corcuera, Antonio Cisneros, Carlos Germán Belli, Hildebrando
Pérez Grande, Javier Sologuren, José Watanabe y Rodolfo
Hinostroza.
Biodata.
Lêdo Ivo. Maceió – Brasil, 1924. Publicaciones en
poesía: As imaginações (1944), Ode e elegia (1945), Acontecimento do soneto (1948), Ode ao crepúsculo (1948), Cântico (1949), Linguagem: (1949-1951) (1951), Ode equatorial (1951), Um brasileiro em Paris e O rei da Europa
(1955), Magias (1960), Estação central (1964), Finisterra (1972), O soldado raso (1980), A noite misteriosa (1982), Calabar (1985), Mar Océano (1987), Crepúsculo civil (1990), Curral de peixe (1995), Noturno romano (1997), O rumor da noite (2000), Plenilúnio (2004), Poesia Completa 1940-2004 (2004) y Réquiem (2008); en novela: As alianças (1947), O caminho sem aventura (1948), O sobrinho do general (1981), Ninho de cobras (1973), A morte do Brasil (2007); en cuento: Use a passagem subterránea (1961), O flautim (1966), 10 [dez] contos escolhidos (1986), Os melhores contos de Lêdo Ivo (1995) y
Um domingo perdido (1998); en ensayo:
Lição de Mário de Andrade (1951), O preto no branco. Exegese de um poema de
Manuel Bandeira (1955), Raimundo
Correia: poesia (apresentação, seleção e notas) (1958), Paraísos de papel (1961), Ladrão de flor (1963), Modernismo e modernidade. Nota de Franklin
de Oliveira (1972), Teoria e
celebração (1976), A república da
desilusão (1995), O Ajudante de
mentiroso (2009), en traducción: A
Abadia de Northanger de Jane Austen (1944), Nosso Coração de Guy de Maupassant
(1953), Uma Temporada no Inferno e Iluminações de Arthur Rimbaud (1957) y
O Adolescente de Fiodor Dostoievski
(1960), entre otras varias publicaciones.
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