Metrópolis presenta en septiembre un especial de minificción, con la obra de:
Antonio Ortuño
Édgar Velasco Barajas
José Israel Carranza
Fernando de León
David Miklos
Mariño González
Jaime Mesa
Este número 27 tuvo como coeditor invitado a Mariño González. La fotografía es de Jorge Édgar Pox y el diseño de Alejandro Díaz.
Como siempre, es gratuita.
Puede hallarse en el Fondo de Cultura Económica, La Estación de Lulio y el Café Morgana, entre otros centros culturales.
A partir de la semana próxima también estará en el DF, en Conejo Blanco.
Encuéntrala también en: www.revista-metropolis.com
Ambliope
El oftalmólogo me dijo que tengo un ojo ambliope. Explicó: que es haragán, que deja que el otro se esfuerce en conseguir la nitidez indispensable para distinguir los contornos de las cosas; únicamente hasta que este ojo ha hecho su trabajo, enfocando correctamente, el ambliope completa la imagen, desganado e indolente, mientras aquél no deja de afanarse y, en consecuencia, va quedando exhausto, razón por la cual sigue exigiendo más dioptrías cada vez, con tal de seguir desempeñándose razonablemente —aquí el oftalmólogo estaba ya anotando la nueva graduación en la receta, luego de haberme retirado el foróptero de enfrente: «El anterior». «Éste». «El anterior» «Éste» «l, e, f, o, d, p...».
Bajé del sillón, recuperé mis gafas ya inútiles, elegí un armazón para las nuevas, pagué el anticipo, salí a la calle. Ambliope. Tengo un ojo ambliope, parásito del otro. El otro, el bueno, dejará de servir antes de tiempo porque tiene que hacer lo que el ambliope no hace. Y entonces: bastón blanco, perro, etcétera. No hizo falta que el oftalmólogo lo sugiriera: para que el ojo negligente se avive, ha de quedar solo y arreglárselas por su cuenta. Tengo, entonces, que poner a descansar definitivamente al bueno: suprimirlo, quizás conservarlo en un frasquito. Tengo una estupenda navaja. Creo saber bien cuál ojo es.
José Israel Carranza, Guadalajara, México (1972)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario