lunes, 13 de septiembre de 2010

Alfredo Herrera / Vladimir Herrera ayudan a un desesperado desconocido, por Marco Fonz

Al llegar a una ciudad que no conozco busco con interés cuatro cosas, el panteón, un café, la biblioteca y a los poetas. Ya después vienen inevitablemente los bares o cantinas. Pero no es lo primero que busco. Y después las librerías de libros viejo o de las otras nuevas pero tampoco es lo primero, eso también viene después igual que los mercados o las iglesias. Al llegar a la ciudad de Cuzco y ver la plaza en donde Tupac Amaru fue descuartizado y la casa del Inca Garcilaso de la Vega. Busqué un lugar en donde pasar las primeras noches y en donde dormir cómodo antes de que se me acabarán los 100 soles que llevaba en los ojos.

Al conocer todo lo primero mi tarea fue preguntar en dónde estabán los poetas de Cuzco. Y en una librería llamada Cervantes me dijo el dueño: Los poetas. Pero los poetas no existen. Y se hechó una carcajada y yo también me reí de esa verdad. Entonces pregunté por los escritores de versos. Pero el hombre decía que había y se reunían pero que ya no pasaba eso. Que parece todos ya se habían ido o ya no se reunían. Caminé del mercado a la catedral de la catedral al mercado. Fui a mi café preferido y me senté frente a mi cuaderno y a mi café en donde a veces le nacían auroras boreales. Y caminé nuevamente ya con un día solo de hospedaje, después la calle o Machu-Pichu. Entonces por ese arte mágico de la poesía y los signos que crecen diario como sombras en las calles. Ahí frente a mí un pequeño cartel en donde un poeta llamado Alfredo Herrera invitaba a asistir a su taller de poesía. Un teléfono más abajo, casi al final del cartel y ahí estaba yo marcando al número que ahí venía. Una voz del otro lado, era el poeta y por la voz lo pensé un hombre como de 50 a 60 años. Y así quedamos para vernos la día siguiente. Y ahí estaba yo en la calle e donde las casa de cambio y bancos hicieron su calle. Y ahí estaba yo esperando al poeta y cuando un hombre joven con sombrero color claro y yo con sombrero color oscuro caminamos en busca de una botella de pisco. Alfredo Herrera poeta nacido en 1965 en Lampa. Poeta premiado. Primer Premio de la Bienal de Poesía Premio Copé. Autor de varios poemarios y otros premios. Los premios siempre me han parecido muy raros y más cuando son de poesía. Pero cuando encontré a un poeta como Alfredo, se sabe que el hombre merece los premios. Periodista, luchador social, crítico político de su país y buen funcionario cuando eso requiere de su vida. Ahora tal vez imparte clases. Un poeta con los oficios del hombre. Con botella en mano fuimos entonces a su casa. Sorpresa tras sorpresa su compañera Yenine, mujer maga, mujer trabajadora y sabia. Y con una sensibilidad de mar o sensibilidad de Mares como el nombre de uno de los poemarios de Alfredo Herrera. Ahí en su casa comenzó mi entrevista que después en algún momento podré compartir en alguna revista de México. Entrevista en donde se habló de todo absolutamente. Y Yenine preparó unos Pisco Sour qué bebida más sabrosa. Como la plática con ambos. Así poco a poco se fue desenvolviendo la plática tocando temas como Perú, la guerrilla, la poesía joven y la antigua y así surgió del aire el nombre del poeta Vladimir Herrera, personaje, mito, poeta que vive cerca de Cuzco en un lugar llamado Urcos. Así quedamos al día siguiente de irlo a ver y tal vez poderme quedar en casa de Vladimir. Y después de una cena y una plática con unas amigas de la pareja que llegaban de la selva del amazonas ahí supe que en verdad no estaba con personas comunes y corrientes. Que en verdad estaba con forjadores de visiones, con constructores de mitos, con hacdores de sueños y poesía y música.

Al día siguiente temprano como los buenos sueños llegó Alfredo fuimos por otra botella de pisco y ahí vamos a encontrar a Yenine. Transporte a Urcos, media hora más o menos de Cuzco. Entre montañas sagradas con nombres entrañables pero que he olvidado por mi propia salud mental. Lo sagrado lo respeto mucho y no podría repetir los nombres de las montañas sin que me vean feo las deidades por decirlos mal. Entonce sya iré de vuelta y tomaré notas más creibles. Y ahí junto a una laguna en Urcos, ahí estaba el poeta Vladimir junto a su amigo, un arquitecto. Y subimos a la camioneta y ahí vamos a la montaña secreta en donde el poeta vive. Gran y hermosa familia. En verdad que entraba yo al paraiso, entre bosques, árboles de eucalipto, montañas, niños, niñas, y una compañera ctriz peruana, que en verdad mi mala memoria que ya no funciona tanto ha olvidado sus nombres pero espero preguntar a los dos poetas por cada uno de ellos y ya los escribiré con justicia y cariño. La hermana de Vladi y las compañeras catalanas y sus hijos. Y entre cerveza, maldiciones a los malos poetas, pisco, vino tinto, comida deliciosa, más pisco, una botella de tequila, más pisco y música y canciones se fueron quemando las horas entre el sol de la tarde el río entre las montañas y las montañas que se llevan los malos sueños y ahí estaba yo con canciones que nos hicieron llorar, cantar, reír, la actriz de Perú tiene una hermosa voz, qué forma de cantar tan de Perú, tan bella, una voz que despertaba todos los recuerdos de cada uno de nosotros. Yenine y Alfredo tuvieron que regresar a Cuzco. Y yo me quedé ahí hasta el día siguiente y casi toda una semana. En una cabaña frente a la laguna sagrada de Urcos en donde a las dos de la mañana, frente a la laguna y una montaña dancé en memoria de la poeta Alda Merini. Que falleció por esas fechas.

Recibí de la familia y de los dos poetas recibí el corazón humano. La mano amiga, el abrazo del camino que me hace continuar con dignidad y con amor a mi oficio de poeta.

Y así Alfredo Herrera / Vladimir Herrera ayudaron a este desesperado desconocido a no morir de hambre, de frío y de falta de poesía. Así supe que la familia universal de cada uno de los seres que habitamos y rondamos el mundo está en todas partes esperando nuestro abrazo.

Agradezco infinitamente a Alfredo Herrera/Vladimir Herrera/ la familia de ambos su apoyo para que este desesperado desconocido encontrará señales para continuar.


Marco Fonz


Poema de Alfredo Herrera

III

Habla la hermana mayor,
su voz es esplendorosa como el verano,
sus ojos también hablan, dicen:
“ha pasado el tiempo,
un hombre camina sin ser visto,
da un paso y luego
otro y no avanza,
nada hay delante suyo, nada
hay atrás.
Un silencio mortal acompaña su
pensamiento, su rostro
de trueno, de lluvia, de espanto,
sus manos de sombra, de polvo, de luna,
sus pies de agua, de ave, de ceniza.”

Un hombre es un hombre y
muchos hombres,
nadie camina solo,
todos avanzan, retroceden,
comienzan de nuevo.
Arrastrado por la corriente, sin remedio,
su voz es un aullido
y sobrevive.
Un hombre camina solo,
camina sin ser visto entre la multitud,
al final de su propio combate.




Poema de Vladimir Herrera


3

Volviendo a lo escrito ayer:

en la Casa del Té
c o p u l a n. S & L
Lo mismo que dos seres anónimos en el paraíso
-la noche esponjosa que rueda al valle
mientras pienso
que es otra noche de agosto
repetida por el vino
& los espejos-
Un sitio que enreda y entorpece las máquinas aleatorias
el Azar,
El Unico Azar.

Marco Fonz de Tanya, México, 1965. Vivió en Chiapas 20 años. Tiene estudios de filosofía por la UNAM. Fue becario del Centro chiapaneco de escritores en 1994. Tiene publicados 17 poemarios. Sus poemas han sido antologados en Chiapas, Zamora, México, D.F., Perú, Italia, EUA, Cádiz, Barcelona y Madrid.


Fuente: Paisaje de tres gritos

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