Mañana 8 de mayo cumple 78 años el poeta norteamericano Gary Snyder, recientemente ha ganado el premio de poesía Ruth Lilly 2008, dicho premio es uno de los más prestigiosos de Estados Unidos y tiene un monto de $100,000 dólares. Como un homenaje, porque a los poetas hay que leerlos siempre y a toda hora, reproducimos una nota introductoria más dos poemas publicados en el número 12 de la revista argentina El Jabalí:
En 1969, un libro-manifiesto titulado Tierra-Hogar, revelaba el pensamiento visionario de un eco-poeta estadounidense llamado Gary Snyder. Seis años más tarde, su colección de poemas La Isla de la Tortuga recibía el codiciado Premio Pulitzer: el volumen incluyó otra reflexión profética que denominó: Cuatro Cambios. Hoy, Snyder es una de las conciencias que más influencia tiene en el circuito de la gente permeable a las profundas transformaciones planetarias.
Figura mítica del “underground” de su país, muy joven fue influenciado por el Budismo Zen y la elección de ser guardaparques. Esa pasión fue retratada por uno de sus amigos, el legendario novelista Jack Kerouac, que lo tomó como protagonista de su libro Los Vagabundos del Dharma, donde el ecopoeta aparecía re-bautizado Japhy Ryder. Visitante y morador asiduo de monasterios japoneses, ermitaño en las montañas y descifrador del mensaje telúrico del indio americano, vive hace años en las colinas de California bien lejos del torbellino metropolitano de su país.
Decía a fines de los vertiginosos Sesenta: “La Revolución ha cesado de ser una cuestión ideológica. En cambio, la gente la está protagonizando ya mismo: un comunalismo en pequeños enclaves, nuevas organizaciones familiares. Un millón de personas en los Estados Unidos y otro millón en Inglaterra y Europa. Un vasto movimiento subterráneo en Rusia, que irá dándose a conocer en los años venideros, está consolidándose. ¿Cómo se reconocen entre sí? No siempre por sus barbas, el cabello largo, los pies descalzos o los collares de cuentas. El signo es un aire luminoso y tierno, calma y gentileza, frescura y maneras fluidas. Hombres, mujeres y niños: todos ellos tratando de recorrer la intemporal senda del amor y la sabiduría, en la afectuosa compañía del cielo, los vientos, las nubes, los árboles, las aguas, los animales y las hierbas: esa es la Tribu”.
Como poeta, Snyder sostiene los valores más arcaicos de la Tierra, que se remontan a los finales del Paleolítico: la fertilidad del suelo, la magia de los animales, el poder-visión que surge de la soledad, iniciaciones y renacimientos tremendos, el amor y el éxtasis de la danza, la obra tribal compartida. En un medio moderno de estructuras sociales fragmentadas, ha recuperado una tradición comunitaria que intenta contribuir al crecimiento de “la iluminación que emana de una libertad disciplinada”.
Ha remarcado que todo lo que diversas culturas han podido reconstruir a partir de visiones del inconsciente brotadas de ejercicios meditativos, será un vórtice revolucionario tarde o temprano. “Completará el círculo y nos unirá de muchas maneras con los mayores aspectos creativos de nuestro arcaico pasado”.
En agosto de 1990, hizo una de sus raras salidas desde las sierras, y viajó a Boulder (Colorado, EEUU) convocado por otro poeta visionario, Allen Ginsberg, quien en el Instituto Naropa co-dirigía con Anne Waldman la Escuela Jack Kerouac de Poesía Descarnada. En la oportunidad, como una especie de retribalización continental, fuimos invitados otros ecopoetas de las Américas, incluido el gran vate ítaloamericano Lorenzo Monsanto Ferlinghetti. Snyder contribuyó ampliamente a la redacción de un manifiesto: Declaración de Interdependencia.
La Isla de la Tortuga es el antiguo nombre que recibía (por su forma geográfica) el continente norteamericano: nadie puede explicar desde qué altura y cómo lograron tener los aborígenes dicha perspectiva. Snyder se esmera en redescubrir los lazos con la Tierra, y cómo una persona se convierte en “nativo” de un lugar determinado, dejando de pensar en términos de colonos o de invasores. Su tentativa consiste —lúcidamente— en amalgamar fertilmente el pensamiento ecológico y las ideas budistas de interpenetración, que es lo que él practica en su vida cotidiana familiar y vecinal en las sierras.
“La especie humana, en lo que inmediatamente nos concierne, posee un eje vertical de unos 40.000 años y hacia el año 1900 de nuestra era alcanzó una expansión horizontal de alrededor de 3.000 idiomas diferentes y 1.000 culturas distintas. Cada cultura y cada lenguaje viviente es el resultado de incontables fertilizaciones cruzadas: de ningún modo un auge y decadencia de civilizaciones. Es como un florecimiento periódico que absorbe, germina, y estalla diseminando incontables semillas. Hoy como nunca somos conscientes de la pluralidad de los estilos humanos de vida y de sus posibilidades, mientras al mismo tiempo, como en una antigua película muda, estamos maniatados a una locomotora desbocada que corre con frenesí hacia una catástrofe muy singular. Parte de nuestro ser modernos es el mismísimo hecho de nuestra consciencia de ser uno con nuestros orígenes —contemporáneos de todos los períodos— y miembros de todas las culturas. Las semillas de cada estructura o cada costumbre están en la mente humana.”
En su profética obra, Matrimonio del Cielo y el Infierno, William Blake decía: “La Poesía es Deleite Eterno”, y Snyder toma eso como punto de partida para recordar que en nuestra civilización tecnocrática el petróleo y el carbón son antigua energía del Sol acumulada en las células de árboles pretéritos. Del mismo modo se enfoca en una energía planetaria, eterno deleite, que subyace en el hecho de estar vivos, también cercanos al Sol, pero de otra manera. Conociendo la impermanencia y la muerte, recuperando la sabiduría del éxtasis inmaterial.
EN CUANTO A LOS POETAS
En cuanto a los poetas
Los Poetas Tierra
Que escriben pequeños poemas
No precisan ayuda de nadie
&
Los Poetas Aire
Menean los vendavales más raudos
Y a veces penden de los remolinos
Poema tras poema
Ondulándose en la misma embestida
&
A diez grados bajo cero
El fuel-oil no fluye
Y el propano permanece en el tanque
Los Poetas Fuego
Arden en el cero absoluto
Bombean amor fosilizado
&
El primer
Poeta Agua
Permaneció sumergido seis años.
Lo cubrían las algas marinas.
La vida en su poema
Dejó millones de diminutas
Huellas diferentes
Entrelazadas en el barro.
&
Con el Sol y la Luna
En su barriga,
El Poeta Espacio
Duerme.
El cielo sin fin—
Pero sus poemas
Como gansos salvajes
Vuelan sobre el abismo.
&
Un Poeta Mente
Permanece en casa.
La casa está vacía
Y carece de paredes.
El poema
Se ve desde todos lados,
En todas partes,
De una sola vez.
Llamada de la tierra salvaje
&
El pesado anciano en su cama de noche
Oye que canta el Coyote
en el prado trasero
Todos los años trabajó en el rancho, la mina y el bosque.
Católico.
Californiano nativo.
y los Coyotes aúllan en su
año octogésimo.
Llamará al Trampero
del Gobierno
Que le pone trampas de hierro a los Coyotes,
Mañana.
Mis hijos perderán
La música que justo empezaron
A amar.
&
Los ex psicodélicos de las ciudades
Convertidos en Gurú o Swami
Hacen penitencia con brillantes
Ojos dopados, y paran de comer carne.
En los bosques de Norteamérica,
Tierra del Coyote y del Águila,
Sueñan con la India, en
los éxtasis asexuados siempre benditos.
Y duermen en cúpulas
Geodésicas con calefacción al aceite,
Que pegaron como verrugas
A los bosques.
Y el canto del Coyote
es silenciado
porque temen
la llamada
de la tierra salvaje.
Y vendieron sus cedros vírgenes,
los árboles más altos en millas a la redonda,
A una maderera
Que les dijo,
“Los árboles están llenos de bichos”.
&
El Gobierno finalmente decidió
Declarar la guerra total. La Derrota
es Anti-Estadounidense.
Y llevaron por los aires,
A sus mujeres con ellos
peinadas exóticamente
pintando con esmalte de uñas
los disparadores de los cañones.
Y nunca volvieron a aterrizar
pues descubrieron
que el suelo
es pro-comunista. Y sucio.
Y los insectos están aliados con el Viet Cong.
Entonces bombardean y bombardean
Día tras día, a través del planeta
cegando a los gorriones
quebrándole los tímpanos a los buhos
triturando troncos de cerezos
retorciendo y curvando
intestinos de ciervos
en las rocas fragmentadas, polvorientas.
Todos estos Norteamericanos en ciudades especiales en el cielo
Descargando venenos y explosivos
Primero a través del Asia,
Y después en Norteamérica,
Una guerra contra la tierra,
Y cuando terminen, no quedará
un lugar
Para que se esconda el Coyote.
mensaje
Me gustaría decir
que el Coyote está dentro de ti
para siempre.
Pero no es verdad.
El baño
Lavo a Kai en el sauna
El farol de querosene sobre una caja
afuera en la ventana al ras del suelo,
Ilumina el borde de la caldera de hierro y
la bañera hasta la losa
El vapor y las gotas de agua que chasquean
se deslizan por la pila de rocas de arriba
Está de pie en el agua caliente
Enjabono su suave muslo y su barriga
“¡Gary no me enjabones el pelo!”
—miedo a que le ardan los ojos—
la mano enjabonada que siente
en contorno de las bolas y las curvas de su cuerpo
en la ingle,
Y le lavo cosquilleando el escroto, el pequeño ano,
su pene que se curva y endurece
cuando empujo la piel y trato de lavarlo
Riéndose y saltando, revoleando los brazos,
Me agacho desnudo también,
¿es éste nuestro cuerpo?
Sudar y jadear en la piedra caliente al vapor de la caldera
el balde de madera rocía agua en las tablas de cedro
el farol de querosene titila afuera en el viento del pinar
la noche cabalga en el bosque de la sierra
Masa entra, y hace que el aire fresco
se filtre desde la puerta
con un hondo y dulce aliento
Y lo agarra entero de modo prolijo, con una rodilla abajo
su pelo cae y esconde un lado entero del
hombro, el busto, y la barriga,
Lava hábilmente el cabello de Kai
que se enoja y grita—
El cuerpo de mi mujer, valle combado en la columna,
el espacio entre los muslos que alcanzo,
abarco el arco de la vulva y lo sostengo desde atrás,
cosquilleo enjabonado la mano como un cáliz
Los portales de lo Imponente
Que se abren hacia un mundo de espejos dobles de
úteros en úteros, en anillos,
que comienzan con música,
¿es éste nuestro cuerpo?
El lugar oculto de la semilla
La red de venas que fluye a través de las costillas, que junta
leche y culmina en un pezón que calza
en nuestra boca—
La leche mamada desde este cuerpo nuestro envía
sacudones de luz; el hijo, el padre,
comparten el deleite de la madre
Lo cual brinda suavidad a la flor de lo reverente
abre un rizado portal del loto que abarco y beso
Mientras Kai ríe en el pecho de su madre del que es
destetado, nosotros
nos lavamos uno al otro
éste es nuestro cuerpo
El pequeño escroto de Kai junto a su ingle,
la semilla oculta todavía, pasada a él desde nosotros
En flujos que se alzaron con las mismas fuerzas del gozo
así como su Masa lo amamanta ahora
jugando con sus pechos,
O yo en ella,
O él emergiendo
éste es nuestro cuerpo
Lavados, y enjuagados, y sudando más, nos estiramos
sobre los bancos de pino con los corazones latiendo
Quietos en el hervor lento de la caldera,
los aromas de cedro
Y luego nos damos vuelta,
murmurando chismes de los pastos,
conversaciones de la leña,
Preguntándonos si Gen dormita, cómo traerlo
pronto para bañarlo también—
Estos chicos que aman a su madre
que ama a los hombres, que pasa
sus hijos a otras mujeres;
La nube atraviesa el cielo. Los pinos al viento.
el murmullo que chorrea en el prado pantanoso
éste es nuestro cuerpo.
Fuego interno y agua que hierve en la caldera
Suspiramos y nos deslizamos desde los bancos
Envolvemos a los bebés, salimos,
una noche oscura & todas las estrellas,
Echamos agua fría en la espalda y los muslos
Entramos en la casa – soltamos vapor de pie ante la estufa
Kai retoza sobre la piel de cordero
Gen de pie se balancea y grita
“¡Bao! ¡bao! ¡bao! ¡bao! ¡bao!”
Este es nuestro cuerpo. Sentados ante las llamas con las piernas cruzadas
bebiendo agua helada
abrazando a los bebés, besando las barrigas,
Riendo sobre la Inmensa Tierra
A la salida del baño.
USOS DE LA LUZ
Entibia mis huesos
dicen las piedras
La incorporo a mí y crezco
Dicen los árboles
Hojas por arriba
Raíces por debajo
Una vasta blancura difusa
Me extrae de la noche
Dice la polilla en su vuelo—
Huelo algunas cosas
Oigo algunas cosas
Y veo cosas que se mueven
Dice el ciervo—
Una torre alta
en una vasta planicie
Si subes
Un piso
Verás mil millas más.
El hongo salvaje
Bueno, los rayos del crepúsculo están brillando
Yo y Kai tenemos nuestras herramientas
Un balde y una pala
Y un libro con todas las reglas
Jamás comas Boletus
Si su tronco es colorado
Apártate de las Amanitas
Sino te mueres hermano
A veces ya están podridos
O sus tallos están partidos
Donde los ciervos los pisaron
Cuando tironean la hojarasca
Salimos hacia el bosque
A buscar el hongo salvaje
De formas diversas y coloridas
Brillantes entre el ramaje oscuro
Si miras bajo los robles
O alrededor del muñón de un viejo pino
Verás que aparece un hongo
Por el modo en que las hojas se encorvan
Despliegan múltiples fibras
Entre las raíces y las hierbas
Dicen que algunos te enferman mucho
O que te aproximan a Dios
Pues aquí está la familia de los hongos
Un clan amigo de gran extensión
Como alimento, como diversión, como veneno
Le brindan ayuda al hombre
No importa, no te calientes
El Padre es el Vacío
La Esposa Olas
Su hijo es la Materia.
La Materia lo hace con su madre
Y su criatura es la Vida,
una hija.
La Hija es la Gran Madre
Que, con su padre/hermano Materia
como amante,
Da nacimiento a la Mente.
Por los niños
Colinas que se elevan, laderas,
de estadísticas
están frente a nosotros,
la subida empinada
de todo, en ascenso,
arriba, mientras todos nosotros
descendemos.
En el siglo próximo
o el que le siga,
dicen,
habrá valles, pastizales
donde podremos reunirnos en paz
si conseguimos llegar.
Para escalar estas cumbres venideras
una palabra para ti, para
ti y tus hijos:
permanezcan juntos
aprendan de las flores
anden livianos
Fuente: El Jabalí
En 1969, un libro-manifiesto titulado Tierra-Hogar, revelaba el pensamiento visionario de un eco-poeta estadounidense llamado Gary Snyder. Seis años más tarde, su colección de poemas La Isla de la Tortuga recibía el codiciado Premio Pulitzer: el volumen incluyó otra reflexión profética que denominó: Cuatro Cambios. Hoy, Snyder es una de las conciencias que más influencia tiene en el circuito de la gente permeable a las profundas transformaciones planetarias.
Figura mítica del “underground” de su país, muy joven fue influenciado por el Budismo Zen y la elección de ser guardaparques. Esa pasión fue retratada por uno de sus amigos, el legendario novelista Jack Kerouac, que lo tomó como protagonista de su libro Los Vagabundos del Dharma, donde el ecopoeta aparecía re-bautizado Japhy Ryder. Visitante y morador asiduo de monasterios japoneses, ermitaño en las montañas y descifrador del mensaje telúrico del indio americano, vive hace años en las colinas de California bien lejos del torbellino metropolitano de su país.
Decía a fines de los vertiginosos Sesenta: “La Revolución ha cesado de ser una cuestión ideológica. En cambio, la gente la está protagonizando ya mismo: un comunalismo en pequeños enclaves, nuevas organizaciones familiares. Un millón de personas en los Estados Unidos y otro millón en Inglaterra y Europa. Un vasto movimiento subterráneo en Rusia, que irá dándose a conocer en los años venideros, está consolidándose. ¿Cómo se reconocen entre sí? No siempre por sus barbas, el cabello largo, los pies descalzos o los collares de cuentas. El signo es un aire luminoso y tierno, calma y gentileza, frescura y maneras fluidas. Hombres, mujeres y niños: todos ellos tratando de recorrer la intemporal senda del amor y la sabiduría, en la afectuosa compañía del cielo, los vientos, las nubes, los árboles, las aguas, los animales y las hierbas: esa es la Tribu”.
Como poeta, Snyder sostiene los valores más arcaicos de la Tierra, que se remontan a los finales del Paleolítico: la fertilidad del suelo, la magia de los animales, el poder-visión que surge de la soledad, iniciaciones y renacimientos tremendos, el amor y el éxtasis de la danza, la obra tribal compartida. En un medio moderno de estructuras sociales fragmentadas, ha recuperado una tradición comunitaria que intenta contribuir al crecimiento de “la iluminación que emana de una libertad disciplinada”.
Ha remarcado que todo lo que diversas culturas han podido reconstruir a partir de visiones del inconsciente brotadas de ejercicios meditativos, será un vórtice revolucionario tarde o temprano. “Completará el círculo y nos unirá de muchas maneras con los mayores aspectos creativos de nuestro arcaico pasado”.
En agosto de 1990, hizo una de sus raras salidas desde las sierras, y viajó a Boulder (Colorado, EEUU) convocado por otro poeta visionario, Allen Ginsberg, quien en el Instituto Naropa co-dirigía con Anne Waldman la Escuela Jack Kerouac de Poesía Descarnada. En la oportunidad, como una especie de retribalización continental, fuimos invitados otros ecopoetas de las Américas, incluido el gran vate ítaloamericano Lorenzo Monsanto Ferlinghetti. Snyder contribuyó ampliamente a la redacción de un manifiesto: Declaración de Interdependencia.
La Isla de la Tortuga es el antiguo nombre que recibía (por su forma geográfica) el continente norteamericano: nadie puede explicar desde qué altura y cómo lograron tener los aborígenes dicha perspectiva. Snyder se esmera en redescubrir los lazos con la Tierra, y cómo una persona se convierte en “nativo” de un lugar determinado, dejando de pensar en términos de colonos o de invasores. Su tentativa consiste —lúcidamente— en amalgamar fertilmente el pensamiento ecológico y las ideas budistas de interpenetración, que es lo que él practica en su vida cotidiana familiar y vecinal en las sierras.
“La especie humana, en lo que inmediatamente nos concierne, posee un eje vertical de unos 40.000 años y hacia el año 1900 de nuestra era alcanzó una expansión horizontal de alrededor de 3.000 idiomas diferentes y 1.000 culturas distintas. Cada cultura y cada lenguaje viviente es el resultado de incontables fertilizaciones cruzadas: de ningún modo un auge y decadencia de civilizaciones. Es como un florecimiento periódico que absorbe, germina, y estalla diseminando incontables semillas. Hoy como nunca somos conscientes de la pluralidad de los estilos humanos de vida y de sus posibilidades, mientras al mismo tiempo, como en una antigua película muda, estamos maniatados a una locomotora desbocada que corre con frenesí hacia una catástrofe muy singular. Parte de nuestro ser modernos es el mismísimo hecho de nuestra consciencia de ser uno con nuestros orígenes —contemporáneos de todos los períodos— y miembros de todas las culturas. Las semillas de cada estructura o cada costumbre están en la mente humana.”
En su profética obra, Matrimonio del Cielo y el Infierno, William Blake decía: “La Poesía es Deleite Eterno”, y Snyder toma eso como punto de partida para recordar que en nuestra civilización tecnocrática el petróleo y el carbón son antigua energía del Sol acumulada en las células de árboles pretéritos. Del mismo modo se enfoca en una energía planetaria, eterno deleite, que subyace en el hecho de estar vivos, también cercanos al Sol, pero de otra manera. Conociendo la impermanencia y la muerte, recuperando la sabiduría del éxtasis inmaterial.
EN CUANTO A LOS POETAS
En cuanto a los poetas
Los Poetas Tierra
Que escriben pequeños poemas
No precisan ayuda de nadie
&
Los Poetas Aire
Menean los vendavales más raudos
Y a veces penden de los remolinos
Poema tras poema
Ondulándose en la misma embestida
&
A diez grados bajo cero
El fuel-oil no fluye
Y el propano permanece en el tanque
Los Poetas Fuego
Arden en el cero absoluto
Bombean amor fosilizado
&
El primer
Poeta Agua
Permaneció sumergido seis años.
Lo cubrían las algas marinas.
La vida en su poema
Dejó millones de diminutas
Huellas diferentes
Entrelazadas en el barro.
&
Con el Sol y la Luna
En su barriga,
El Poeta Espacio
Duerme.
El cielo sin fin—
Pero sus poemas
Como gansos salvajes
Vuelan sobre el abismo.
&
Un Poeta Mente
Permanece en casa.
La casa está vacía
Y carece de paredes.
El poema
Se ve desde todos lados,
En todas partes,
De una sola vez.
Llamada de la tierra salvaje
&
El pesado anciano en su cama de noche
Oye que canta el Coyote
en el prado trasero
Todos los años trabajó en el rancho, la mina y el bosque.
Católico.
Californiano nativo.
y los Coyotes aúllan en su
año octogésimo.
Llamará al Trampero
del Gobierno
Que le pone trampas de hierro a los Coyotes,
Mañana.
Mis hijos perderán
La música que justo empezaron
A amar.
&
Los ex psicodélicos de las ciudades
Convertidos en Gurú o Swami
Hacen penitencia con brillantes
Ojos dopados, y paran de comer carne.
En los bosques de Norteamérica,
Tierra del Coyote y del Águila,
Sueñan con la India, en
los éxtasis asexuados siempre benditos.
Y duermen en cúpulas
Geodésicas con calefacción al aceite,
Que pegaron como verrugas
A los bosques.
Y el canto del Coyote
es silenciado
porque temen
la llamada
de la tierra salvaje.
Y vendieron sus cedros vírgenes,
los árboles más altos en millas a la redonda,
A una maderera
Que les dijo,
“Los árboles están llenos de bichos”.
&
El Gobierno finalmente decidió
Declarar la guerra total. La Derrota
es Anti-Estadounidense.
Y llevaron por los aires,
A sus mujeres con ellos
peinadas exóticamente
pintando con esmalte de uñas
los disparadores de los cañones.
Y nunca volvieron a aterrizar
pues descubrieron
que el suelo
es pro-comunista. Y sucio.
Y los insectos están aliados con el Viet Cong.
Entonces bombardean y bombardean
Día tras día, a través del planeta
cegando a los gorriones
quebrándole los tímpanos a los buhos
triturando troncos de cerezos
retorciendo y curvando
intestinos de ciervos
en las rocas fragmentadas, polvorientas.
Todos estos Norteamericanos en ciudades especiales en el cielo
Descargando venenos y explosivos
Primero a través del Asia,
Y después en Norteamérica,
Una guerra contra la tierra,
Y cuando terminen, no quedará
un lugar
Para que se esconda el Coyote.
mensaje
Me gustaría decir
que el Coyote está dentro de ti
para siempre.
Pero no es verdad.
El baño
Lavo a Kai en el sauna
El farol de querosene sobre una caja
afuera en la ventana al ras del suelo,
Ilumina el borde de la caldera de hierro y
la bañera hasta la losa
El vapor y las gotas de agua que chasquean
se deslizan por la pila de rocas de arriba
Está de pie en el agua caliente
Enjabono su suave muslo y su barriga
“¡Gary no me enjabones el pelo!”
—miedo a que le ardan los ojos—
la mano enjabonada que siente
en contorno de las bolas y las curvas de su cuerpo
en la ingle,
Y le lavo cosquilleando el escroto, el pequeño ano,
su pene que se curva y endurece
cuando empujo la piel y trato de lavarlo
Riéndose y saltando, revoleando los brazos,
Me agacho desnudo también,
¿es éste nuestro cuerpo?
Sudar y jadear en la piedra caliente al vapor de la caldera
el balde de madera rocía agua en las tablas de cedro
el farol de querosene titila afuera en el viento del pinar
la noche cabalga en el bosque de la sierra
Masa entra, y hace que el aire fresco
se filtre desde la puerta
con un hondo y dulce aliento
Y lo agarra entero de modo prolijo, con una rodilla abajo
su pelo cae y esconde un lado entero del
hombro, el busto, y la barriga,
Lava hábilmente el cabello de Kai
que se enoja y grita—
El cuerpo de mi mujer, valle combado en la columna,
el espacio entre los muslos que alcanzo,
abarco el arco de la vulva y lo sostengo desde atrás,
cosquilleo enjabonado la mano como un cáliz
Los portales de lo Imponente
Que se abren hacia un mundo de espejos dobles de
úteros en úteros, en anillos,
que comienzan con música,
¿es éste nuestro cuerpo?
El lugar oculto de la semilla
La red de venas que fluye a través de las costillas, que junta
leche y culmina en un pezón que calza
en nuestra boca—
La leche mamada desde este cuerpo nuestro envía
sacudones de luz; el hijo, el padre,
comparten el deleite de la madre
Lo cual brinda suavidad a la flor de lo reverente
abre un rizado portal del loto que abarco y beso
Mientras Kai ríe en el pecho de su madre del que es
destetado, nosotros
nos lavamos uno al otro
éste es nuestro cuerpo
El pequeño escroto de Kai junto a su ingle,
la semilla oculta todavía, pasada a él desde nosotros
En flujos que se alzaron con las mismas fuerzas del gozo
así como su Masa lo amamanta ahora
jugando con sus pechos,
O yo en ella,
O él emergiendo
éste es nuestro cuerpo
Lavados, y enjuagados, y sudando más, nos estiramos
sobre los bancos de pino con los corazones latiendo
Quietos en el hervor lento de la caldera,
los aromas de cedro
Y luego nos damos vuelta,
murmurando chismes de los pastos,
conversaciones de la leña,
Preguntándonos si Gen dormita, cómo traerlo
pronto para bañarlo también—
Estos chicos que aman a su madre
que ama a los hombres, que pasa
sus hijos a otras mujeres;
La nube atraviesa el cielo. Los pinos al viento.
el murmullo que chorrea en el prado pantanoso
éste es nuestro cuerpo.
Fuego interno y agua que hierve en la caldera
Suspiramos y nos deslizamos desde los bancos
Envolvemos a los bebés, salimos,
una noche oscura & todas las estrellas,
Echamos agua fría en la espalda y los muslos
Entramos en la casa – soltamos vapor de pie ante la estufa
Kai retoza sobre la piel de cordero
Gen de pie se balancea y grita
“¡Bao! ¡bao! ¡bao! ¡bao! ¡bao!”
Este es nuestro cuerpo. Sentados ante las llamas con las piernas cruzadas
bebiendo agua helada
abrazando a los bebés, besando las barrigas,
Riendo sobre la Inmensa Tierra
A la salida del baño.
USOS DE LA LUZ
Entibia mis huesos
dicen las piedras
La incorporo a mí y crezco
Dicen los árboles
Hojas por arriba
Raíces por debajo
Una vasta blancura difusa
Me extrae de la noche
Dice la polilla en su vuelo—
Huelo algunas cosas
Oigo algunas cosas
Y veo cosas que se mueven
Dice el ciervo—
Una torre alta
en una vasta planicie
Si subes
Un piso
Verás mil millas más.
El hongo salvaje
Bueno, los rayos del crepúsculo están brillando
Yo y Kai tenemos nuestras herramientas
Un balde y una pala
Y un libro con todas las reglas
Jamás comas Boletus
Si su tronco es colorado
Apártate de las Amanitas
Sino te mueres hermano
A veces ya están podridos
O sus tallos están partidos
Donde los ciervos los pisaron
Cuando tironean la hojarasca
Salimos hacia el bosque
A buscar el hongo salvaje
De formas diversas y coloridas
Brillantes entre el ramaje oscuro
Si miras bajo los robles
O alrededor del muñón de un viejo pino
Verás que aparece un hongo
Por el modo en que las hojas se encorvan
Despliegan múltiples fibras
Entre las raíces y las hierbas
Dicen que algunos te enferman mucho
O que te aproximan a Dios
Pues aquí está la familia de los hongos
Un clan amigo de gran extensión
Como alimento, como diversión, como veneno
Le brindan ayuda al hombre
No importa, no te calientes
El Padre es el Vacío
La Esposa Olas
Su hijo es la Materia.
La Materia lo hace con su madre
Y su criatura es la Vida,
una hija.
La Hija es la Gran Madre
Que, con su padre/hermano Materia
como amante,
Da nacimiento a la Mente.
Por los niños
Colinas que se elevan, laderas,
de estadísticas
están frente a nosotros,
la subida empinada
de todo, en ascenso,
arriba, mientras todos nosotros
descendemos.
En el siglo próximo
o el que le siga,
dicen,
habrá valles, pastizales
donde podremos reunirnos en paz
si conseguimos llegar.
Para escalar estas cumbres venideras
una palabra para ti, para
ti y tus hijos:
permanezcan juntos
aprendan de las flores
anden livianos
Fuente: El Jabalí
4 comentarios:
Gracias por el recordatorio. Está genial tu página.
Viva Gary Snyder!
Gracias por tan grata reseña.
Un saludo desde las alturas de la literatura.
gracias. no se que mas poner asi q prefiero el vacio. saludos! y :)
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