Oswaldo Higuchi es el pintor de la humanidad doliente y de la otredad. Su pintura contiene varias lecturas, otras formas de entender el mundo debido a su mágico contenido.
Todavía no hay críticos ni teóricos de la pintura peruana que hayan teorizado adecuadamente, para explicar su histórico significado, como ha hecho Octavio Paz con la pintura mexicana. Aunque se puede discrepar de su particular desprecio a la pintura mural; sin embargo, no se puede negar que haya impulsado a José Luis Cueva, Elena Carrington y Frida Kahlo.
¿Hace falta un Octavio Paz para la pintura? Sí, es verdad. Pero llegará, de eso cabe duda. Se trata de alguien que se proponga crear una nueva crítica para una pintura con una historia de siglos. Tenga un distinto lenguaje y renueve al desgastado palabreo que se usa. Posea una gran cultura visual y esté despojado de prejuicios culturales, sobre todo tome distancia de los conceptos hasta ahora esgrimidos.
Sólo entonces, Oswaldo Higuchi tendrá el lugar que en la historia de la pintura de América le corresponde. Debido a la significación de su pintura y sensibilidad personal, que mucho tiene que hacer, se trata sin duda del pintor de la humanidad en constante migración. Higuchi como descendiente de japoneses pinta desde la memoria atávica, su pintura así, la entienden las personas de cualquier parte del mundo, porque además todos somos migrantes.
Las figuras humanas proceden y habitan la otredad, son los otros, el otro-yo; también, ellos-soy-yo. Quien iba a saber que en el Perú, como casi en ningún pintor como Oswaldo Higuchi, se expresaría a plenitud la teoría de Jean Paul Sartre. Por eso y por la ley de y vuelta de las grandes culturas, Higuchi hace que volvamos a leer El ser y la nada, sobre todo la gran entrevista que le hiciera Simone de Beauvoir.
Jurgën Golte, luego de muchos años de investigación ha propuesto una distinta lectura de los huacos peruanos, una lectura en movimiento, no de los signos, sino de parte de quien lee por ejemplo los huacos Nazca. Higuchi, ha optado por la misma grafía pictórica y como dice Golte, se haría mal en leer en un solo plano, cuando la lectura, en algunos casos, es circular. En fin, estamos en deuda con Oswaldo Higuchi porque hasta ahora su pintura no ha sido debidamente valorada. Mientras tanto el pintor seguirá recorriendo con sus personajes, los lejanos caminos de la otredad.
DATO
Oswaldo Higuchi (Lima, 194). Expone en la Galería Ryoichi Jinnai. Centro Cultural Peruano Japonés hasta el 17 de mayo. Avenida Gregorio Escobedo 803, Jesús María.
Fuente: La Primera
Todavía no hay críticos ni teóricos de la pintura peruana que hayan teorizado adecuadamente, para explicar su histórico significado, como ha hecho Octavio Paz con la pintura mexicana. Aunque se puede discrepar de su particular desprecio a la pintura mural; sin embargo, no se puede negar que haya impulsado a José Luis Cueva, Elena Carrington y Frida Kahlo.
¿Hace falta un Octavio Paz para la pintura? Sí, es verdad. Pero llegará, de eso cabe duda. Se trata de alguien que se proponga crear una nueva crítica para una pintura con una historia de siglos. Tenga un distinto lenguaje y renueve al desgastado palabreo que se usa. Posea una gran cultura visual y esté despojado de prejuicios culturales, sobre todo tome distancia de los conceptos hasta ahora esgrimidos.
Sólo entonces, Oswaldo Higuchi tendrá el lugar que en la historia de la pintura de América le corresponde. Debido a la significación de su pintura y sensibilidad personal, que mucho tiene que hacer, se trata sin duda del pintor de la humanidad en constante migración. Higuchi como descendiente de japoneses pinta desde la memoria atávica, su pintura así, la entienden las personas de cualquier parte del mundo, porque además todos somos migrantes.
Las figuras humanas proceden y habitan la otredad, son los otros, el otro-yo; también, ellos-soy-yo. Quien iba a saber que en el Perú, como casi en ningún pintor como Oswaldo Higuchi, se expresaría a plenitud la teoría de Jean Paul Sartre. Por eso y por la ley de y vuelta de las grandes culturas, Higuchi hace que volvamos a leer El ser y la nada, sobre todo la gran entrevista que le hiciera Simone de Beauvoir.
Jurgën Golte, luego de muchos años de investigación ha propuesto una distinta lectura de los huacos peruanos, una lectura en movimiento, no de los signos, sino de parte de quien lee por ejemplo los huacos Nazca. Higuchi, ha optado por la misma grafía pictórica y como dice Golte, se haría mal en leer en un solo plano, cuando la lectura, en algunos casos, es circular. En fin, estamos en deuda con Oswaldo Higuchi porque hasta ahora su pintura no ha sido debidamente valorada. Mientras tanto el pintor seguirá recorriendo con sus personajes, los lejanos caminos de la otredad.
DATO
Oswaldo Higuchi (Lima, 194). Expone en la Galería Ryoichi Jinnai. Centro Cultural Peruano Japonés hasta el 17 de mayo. Avenida Gregorio Escobedo 803, Jesús María.
Fuente: La Primera
2 comentarios:
Me gustaría saber más datos del artista y de su fase de dibujante, también de su dominio de la tinta china. Si tiene un link que me pueda facilitar que contenga varias imágenes, se lo agradeceré, muchas gracias!!!! amichellero@hotmail.com
hola aqui tienes los datos de oswaldo tal vez podrías visitarlo en su taller: http://www.artmajeur.com/higuchi
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