cuerpo de amar
ella había una
vez y se iba,
había y cerraba
la puerta,
había las
canciones,
había una fiesta
con sus ropas,
se había ella
misma
y me había
contra ella
tatuado en el
muro.
ella había una
vez,
me había al oído
una historia
que se había de mí
y luego se había
con sus ropas,
se había
sonriendo y se iba.
ella había una
vez,
había todos los
días una vez.
sombra
lo que no se hizo vive a tu costado
arañando débil el polvo en el aire.
la canción que no escribiste se escucha sola
muda y lozana al filo de la baranda
de ese viejo puente por donde aún cruzas
sin canción en los bolsillos
sin silbido
porque esa canción se llevó tu mejor tonada,
lo que no hiciste, esa caricia,
rozó la faz de la angustia hasta hacerla sonreír
y se fue adquiriendo soledad de obelisco,
lo que no hiciste se queda en pensamiento cenizo
amarrado a los aleros.
esa puerta que no abriste se abrió sola
cuando ya te habías ido
descontando los peldaños rápidamente
y entró otro, otro, ese que no fuiste,
ese otro que amó el cuerpo que te ansiaba,
y ese otro le cantó al oído la canción que no escribiste.
lo que no hiciste vivió por su cuenta.
y no es asunto de destino trágico
o suerte de marinero intermitente
se trata más bien de dibujar sin trazo firme.
lo que no haces siempre vive a tu lado
pero no te darás cuenta de esa existencia
sino en el último segundo
cuando en ese umbral te veas
al fin completo pero ya sin tiempo,
tú abrazado a todo lo que nunca has sido.
lo que no haces no expira no fallece
adquiere una vida sin altivez
como de línea lila en el sueño
o rocío durmiente de parque en agosto.
lo que no amaste se entregó sin contemplar ocasos
la tarde le fue amplia y tuvo frutos
lo que no hiciste fue el mejor bosquejo del edén:
un hijo con voz,
un daguerrotipo del desnudo misterio
al borde de la sonrisa
eso fue sin lugar a dudas
porque lo que no hiciste también tuvo
camino y sombra.
la niña del puente
todavía no se ha
lanzado el día de hoy
está
recogiéndose el cabello hacia atrás
como despejando
una duda repentina /
no sé qué piensa
o sueña o sólo va
porque esta
mañana
es la misma
bendita mañana de toda la vida:
una diaria
función del amor y el dolor abrazándose
ella sube los
peldaños sujetando su cartera
como si la luz
se la fuera a arrebatar antes del acto central
todavía no se ha
lanzado el día de hoy
está igualita
que ayer el mismo traje talle
brumosa
y lleva consigo
los tres únicos poemas
que escribió en
el tiempo único que le brindó la vida /
ella anda
avanza por el
puente sin dejar más huella que frío
con su mueca de
fantasma que intenta sonreír
con esa
inocencia del que todavía no extraña
a mitad del
puente la ciudad es otra
la vida sigue
siendo la misma /
ella toma
esperanza prestada de los zaguanes y baúles
ella recuerda
algunos versos
todo viaje es
movimiento viaje es volar
cada vez que
amas eres lo que amé
pero creer en lo
que se escribe ya no es suficiente
todo lo que se
anhela será deleznable
y sólo se
empieza a creer en lo perenne
cuando ya no hay salida
todavía no se ha
lanzado el día de hoy
desde la baranda
ella observa
la ciudad es de
quien la mira dicen
y de algo hay
que empinarse
para mirar qué
tan solo se puede vivir
la vida es de
tan pocos
todavía no se ha
lanzado el día de hoy
porque se puede
dudar dos veces
porque se puede
morir en el infinito mismo.
piel
la piel es lo único cierto:
océano viento fulgor, artimañas.
la piel se repite se expande
mejor que lo fatuo y lo falso
mejor que el concreto y el agua,
no se agota en la brega
sin embargo dura un periodo reducido
una cortedad que envidian las heridas.
la piel es la única verdad porque muere
pero en su intensidad edifico la historia
el camino que trazan mis dedos
y ya no se está solo.
tu piel derriba nostalgia endechas
arrastra consigo trochas matorrales
le hace un lugar de verdad a los ojos
aman los brazos las costillas el costado,
ya no habita soledad.
tu piel existe lo que dura el amor
y cuando la piel
le sobrepasa en esencia al amor,
calladita, sin molestar a nadie, se duerme
hasta
su próxima vida.
carta urgente
son piedras
ninguna lectura acepta la metafísica de esta nostalgia
que tan sólo se
aferra al viaje extenso de las algas,
al milagro que
pienso y que por ende se vuelven estas piedras,
la historia
enredada como un remolino,
una vastedad de
ausencia, una ausencia por todos los frentes.
hoy viernes amé
un cuerpo rápido,
una esa piel
anónima, una mujer ciega y muda.
te extraño lo
insólito por eso te escribo desmoronándome.
te confieso
tengo miedo, el miedo va adherido a mí
igual que un
tatuaje o beso tuyo posible en lo imposible.
hoy traje un
cuerpo a mi casa, lo amé,
me saqué toda la
piel seca de encima
pero nada brilló
más allá del oscuro del distante:
el amor se
volvió piedra porque no eras.
hasta cuándo iré
buscando cuerpos para matarme en silencio
hasta que me
oigas.
todos los días
en silencio para que me oigas
traigo cuerpos
blancos a mi casa
y aunque sé que
no son tú derramo en ellos
todo el vino de
esta angustia.
te llamaré hasta
matarme
te amaré hasta
olvidar la muerte
me mataré hasta
olvidar que no me amas,
olvidaré, pero el mar trae piedras
un brazo
larguísimo es la esperanza
y yo espero de
este lado del abismo.
soy antonio, el
suicida / el que te escribe la carta
urgente
entre los
silencios más inhóspitos
como el dolor y la espera.
poema
el amor es lo peor que le puede pasar a la poesía
y por mi calle aún pasan o pasan todas las tardes
la rosa el sol el río calladito,
descalzos,
por eso escribo desde el zócalo, nulo,
una minúscula grieta,
una
boca.
eso pasa y pasa todo el día
no existen atajos ni transatlánticos,
el amor es lo peor que le puede pasar a la soledad,
del céfiro guarezco los brazos,
frente al espejo soy otro más áureo menos agrio.
yo mismo soy esta boca
y no sé cuándo miento
o si cuando miento es de verdad
y ando pregonando la vida
como quien toca un cuerpo
castizo primigenio nunca rodado.
esta mano es lo peor que le puede pasar a mi voz.
no hay salvedad,
una vez más te tocaré con palabras solamente,
la voz se llevará la poesía,
la verdad se llevará el amor.
cárcel
“en tu gesto mas frágil hay cosas que me encierran / o
que no puedo tocar porque están demasiado cerca”
E. E. Cummings
anocheció
su mano olvidó los
dibujos
los dibujos
destejieron su labio
y yo me perdí en
trazos infantes
en el instante en que
ella
rompió su lápiz
me dejo tu niñez escondiéndome la luz cuando me duermo
me dejo tu niñez
escondiéndome la luz cuando me duermo
atada igual un
ala en las manos.
me dejo esa tu
niñez escondiéndome los lápices
haciendo que
dios descuide el tiempo
y pase mis brazos
hasta el ahora en que nos retrato.
hay una niñez en
que recuestas mi corazón de viejo
hay una
oscuridad que ignoras y avientas semillas pasando
mañana será
pradera el miedo
mañana mi
corazón jugará tus besos rodando
por la noche.
un día este amor
nacerá de la muerte
vendrá de la
vejez hasta el azul
saldrá de la oscuridad
por verte
e inventará la luz de nuevo
sino la encuentra.
Norman Mendoza Roca. (Lima, 1977) Egresado de Literatura por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Premiado en la Bienal de Poesía Estación Compartida, 2002. Premiado en Juegos Florales y Deportivos Facultad Educación,1998. Tercer lugar en Premio Poesía Erótica Peuana Carlos Oquendo de Amat 2003. Finalista en Concurso de Poesía Dedo Crítico 2004. Así como finalista en Premio Copé de Poesía años 2003 y 2005. Mención Honrosa Premio Copé de Poesía 2007, entre otras. Tiene publicados poemas en Dedo Crítico, Taller de Poesía, Lhymen, Bocanada, entre otras revistas del medio. Ha sido publicado en las Antologías de ganadores y finalistas del Premio Copé años 2003, 2005, 2007. Junto con el grupo poético Artesanos publicó en el 2003 el libro En la Orilla del Ocio. Actualmente se encuentra abocado a labores alejadas deL ámbito literario y educativo.
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