SI TIENES UN AMIGO QUE TOCA TAMBOR
Si tienes
un amigo que toca tambor
Cuídalo, es
más que un consejo, cuídalo.
Porque
ahora ya nadie toca tambor,
Más aún, ya
nadie tiene un amigo.
Cuídalo,
entonces,
Que ese
amigo guardará tu casa.
Pero no lo
dejes con tu mujer, recuerda
Que es tu
mujer y no la de tu amigo.
Si sigues
este consejo, vivirás
Mucho
tiempo. Y tendrás tu mujer
Y un amigo
que toca tambor.
AH SEGISMUNDO FREUD
Y el Doctor
Freud violaba a las mujeres.
Los sueños
lo acusaban de su canalla.
Pero mister
Freud pegó a su mujer,
Y siguió
siendo un vienés,
A pesar de
no componer sonatas.
¡Ya lo
conocen! sus complejos
Le impiden
acostarse con una prostituta.
¡Ah
Segismundo Freud!
Apenas si
ha leído a Julio Verne,
Mas sí a
Musset. “Dos noches de placer”
Le
inspiraron su macabra teoría.
AL AMIGO NAPOLITANO ENTRE BOTELLAS VAN Y BOTELLAS
VIENEN
(Poema descriptivo)
Dijo ser
napolitano.
Poseer dos
queridas y un reloj. Y un apodo (por supuesto).
Pero
reconocía al Callao como su más cruel amigo.
Disparó
media docena de cebadas. Y puso dos discos.
Luego habló
de hembras calientes y recitó un soneto.
Una rata
rubia salía de sus labios.
Y sus ojos
eran transparentes como un celofán.
Claro está,
embriagaba su presencia, era
Como
encontrarse de pronto en una playa extranjera.
Y narró su
soledad casi de costa a costa. Y sacó una carta.
Carta horadada
por los años; donde las letras, más que leerlas,
Era
menester adivinarlas. Después lloró como un napolitano.
Recordó a
su padre ametrallado por los Nazis. Quién no recuerda
Al viejo,
sobre todo cuando bebe, y no es más el tiempo de ayer?
De su madre
dijo dos o tres cosas simples. Y calló.
Declaró no
tener hermanos. Pero adujo —con orgullo napolitano—
Que su
padre fue el Campeón Mundial de la cama. Las 83
Mujeres que
tuvo así lo confirman.
Esta vez yo
pedí una docena. Y cigarrillos. Y puse discos
De Celinda
y Reutilio. Y celebramos ese acontecimiento.
Un perro ladró porque alguien le pisó la cola.
Sonrió, y dijo:
“Por el
perro, ¡salud! Siempre es grato brindar por un perro”.
Hizo un
ademán como si recordará y prosiguió: “Se llamaba Cacciatore
Y me salvó
la vida en incendio. Fue por el año 40
Cuando
Italia no era Italia y el país estaba hasta su huaino”.
El mosaico
advirtió que cerraban y trajo la cuenta.
Pagamos
mitad a mitad. Y salimos.
Nos
despedimos. Y se fue hacia Santa Marina.
Yo lo
recuerdo, simplemente, como un napolitano que chupó conmigo.
IDIOSINCRASIA
Estamos
acostumbrados a las mentiras.
Nos tratan
peor que a negros.
Nos
humillan peor que a negros.
Hasta nos
venden como a negros.
Y este país
es el despelote.
Con el
cuento del pueblo estafan.
Nos hacen a
diario el cuento del tío.
Estamos
acostumbrados a las mentiras.
Al tira y
afloja de unos cuantos pendejos.
Pero ya se
les va acabar,
Porque un
día de estos se nos sale el indio.
SHOCK
Hemos
buscado con tanta indignación
El feto que
en alguna noche –sin ojos, sin diferencias–
Nos legaron
nuestros acomplejados predecesores.
Y cuando
nos crecieron pelos en la voz,
Y nuestros
coitos molestaron a los vecinos
Que
escandalizados patearon nuestra puerta, entonces
Nuestras
apestosas diferencias se hicieron más visibles.
Claro está
que cada uno es prisionero de su desatino,
De su
espejo sin coyunturas ante el ojo único de la humanidad.
Huelga
decir que somos malos por naturaleza
Que
retrocedemos ante el peligro de perder el pellejo,
Y sostenemos
en la pica el cráneo pisoteado de los pájaros.
Nuestra sed
de huesos y el cardumen de nervios
Nos han
abatido, y nuestras bestialidades han convalecido,
Dentro de
nuestros propios animales, aullando sin cesar
Ahora
circulamos con demasiada lentitud, hurgamos
En el
estómago de quien alguna vez nos abrió la puerta,
Y en broma
(sucesivamente) tratamos de colocarnos por el ojo
De una
aguja. Y el feto que nos legaron (por repetición)
Lo hemos
buscado –sin ojos, sin diferencias– como quien busca
A su
padrastro entre cadáveres degollados de la Morgue.
Finalmente
hemos retrocedido, los gusanos
Han
construido una vía de circunvalación en nuestro ano.
LA MALA DISTRIBUCIÓN DE MI TIEMPO
Jamás he
negado que tengo malas costumbres.
Sobre todo
cuando el sol hace garabatos en mis ojos,
O cuando
una muchacha me sonríe con su blusa amarilla.
Por eso
siempre que puedo dirijo mi batuta hacia mis viejos,
Y hacia
esos despojos solemnes que frecuentan la casa;
A la
abuela, sobre todo, que aún sueña con Rodolfo Valentino.
Este tiempo
asqueroso que me ha tocado vivir lo tengo mal distribuido,
Hablo
demasiado y no construyo más que castillos en el Aire
Y de noche
me atorranto como un miserable y hago invocaciones al marqués de Sade.
Pero a
veces yo me escapo de esa rutina y frío monos en sartén de palo;
Vivo en
constantemente peligro de encontrarme con la horma de mis zapatos,
De
encontrarme algún con enemigo que me ponga los puntos en la íes,
O de que mi
padre se encarache y me mande al diablo.
Pese a todo
visito las cantinas,
Escupo en
los lugares públicos donde no debo hacerlo,
Y toco los
timbres de los vecinos y corro como un cretino.
Ya los
policías se han dado cuenta y me tienen entre ojos,
Me marcan a
presión y me han acusado de tener malas costumbres;
Y que el
día que me agarren, la voy a pagar una por todas.
Pero yo me
río,
Porque este
tiempo asqueroso que me ha tocado vivir lo tengo mal distribuido.
SALUDO
Saludo a
todos esta noche.
Al
especialista en muertes preventivas
A la mujer
que se desnuda en el espejo.
Saludo a los
padres de la patria
Y a los
militares haraganes los saludo.
(A ti no porque me estás mirando).
Seguro
estoy de no ser un pobre huevastriste.
Saludo a
los night clubs
A sus
generales respectivos
A las
lombrices de tierra sobre tierra
Y a la
golondrina tierna de tus ojos.
Va mi
saludo cordial a la ultraderecha.
(No lo tomen en serio).
A la
reacción otro saludo.
Saludo a
los chacales de bodega
A los
cantinflas turulatos de los templos
A los
bacanes de la Pesca los saludo.
Saludo a mi
novia mongoloide
A su padre
excepcional
A sus
hermanos aprendices de matones.
Saludo a
los pájaros que malogran el arado
A las
doncellas de nalgas somnolientas
A mi vecino
que ronca como un cerdo
Y a su
mujer que lo atrasa con un negro
He saludado
a todos, disculpen, ¡malas noches!
USOS SON DE LA GUERRA
En el amor
y en la cama
Napoleón
fue un fracasado.
No digo lo
mismo
en la
guerra. Su éxito
consistía
en envolver al enemigo.
Y Francia
lo tuvo
como su más
grande hijo predilecto;
y le dio
fama
y sus más
hermosas mujeres.
Grande en
estrategia
y corto en
pene, en la cama
mandaban
sus mujeres. (La victoria
correspondió
a sus generales).
Manuel Morales (Iquitos, 1943-Porto Alegre, 2008). Libros: Peicen bool (Lima: Ediciones Perú Joven, Colección Viento y Hombre Nº 4, 1968) y Poemas de entrecasa (Lima: Ediciones Universidad Nacional de Educación, Serie Flor de la Cantuta, 1969).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario