NewPort,
reciente conjunto de textos de Roger Santiváñez posee dos características
principales: 1) coloquialismo y 2) flujo de conciencia.
En cuanto al primer
término, podemos ver que en los poemas iniciales de New Port, hay una necesidad de croniquear los espacios, situaciones
y personajes, con los que el sujeto interactúa. En “Intro” tenemos el relato de
una historia puesta en pasado, donde hay un lumpen llamado Vietnam (ratero)
frente a un poeta (letrado), pero que comparten el mismo lugar de la
marginalidad (la droga). Además, esta idea de lo coloquial se refuerza con el
uso de la oralidad: “nadie / Se metía conmigo Habla poeta todo el mundo”. El final de “Intro” (“Yo sólo lo
recuerdo como el / Loco Vietnam de Puerto Nuevo que una / Tarde maldita
conversó & chupó conmigo”) le rinde un homenaje explícito al poema “Al
amigo napolitano entre botellas van y vienen” de Manuel Morales. En esta cita
final, me interesa remarcar dos palabras claves para el desarrollo posterior
del flujo de conciencia. Solo las mencionaré por ahora y las dejaré ahí
flotando: loco y maldita.
El segundo texto se
titula “Balada de Jimmy Marchena”, y sigue la misma estrategia que el anterior poema
dentro del sistema coloquial: la preponderancia del narrativismo y el prosaísmo
(personajes, diálogos, acciones). Hay que anotar que siempre los diálogos están
en estilo directo lo cual crea empatía con el lector (José Morales Saravia en
un artículo llama a esto “solidaridad ritual con el lector”). Pero esta
“Balada…”, recuerda más a una dicción beatnik, donde los referentes de la
cultura de masas (John Lennon, siempre es el rock en New Port) conviven con la jerga (taso, cachitos), las drogas (paco
de marimba) y el zen (“Con su posición de loto & estilo zen / Que me baciló
un culo”). Además, propone un juego intertextual con los versos “oh musa /
Canta la yerba de New Port & la / Entrada en el carro a la volada”, si bien
es cierto que se troca la “cólera de Aquiles” por la presencia de la yerba, lo
que quisiera poner en evidencia es la expresión “a la volada”, esto indica
peligro, proximidad del peligro. En unos versos encabalgados se dice “& elástica
caminada blue-jean impe / Cable zapatos de gamuza oh musa”, como sabemos el
INPE es la entidad encargada del control en las cárceles peruanas, por su
parte, “cable” remite a varias ideas como electricidad (tortura), suicidio, protección
de un lugar, etc. La secuencia “gamuza” / “musa”, en términos de ritmo da paso
para la cita homérica, y el encabalgamiento como vemos se mantiene dentro de lo
limpio (son impecables los zapatos de este hippie peruano en “Balada…”).
El tercer texto es
“Negro Lalo”, en estos tres primeros poemas se repite la palabra “loco”, en
suma, es notorio que se trata de personajes marginales, drogadictos, asaltantes,
más adelante hará su aparición prostitutas y homosexuales. En este texto, el
procedimiento del coloquialismo sufre una primera alucinada: “Computé que
Vietnam sido había el autor [del robo]”, lo interesante es cómo auxiliar y verbo
figuran en orden inverso, en vez de decir “había sido”, se afirma “sido había”,
esto connota un problema en el sujeto de la enunciación, algún estímulo se
empieza a manifestar y cambia la secuencia lógica de la frase. Porque en ningún
sentido se puede decir que funcione un hipérbaton, mas bien esto parece ligado
a un primera escisión del sujeto poético: un lapsus, una laguna.
El cuarto texto se
titula “La Taba Tóxica”, poema o bloque presentado como un Homenaje a Antonin
Artaud & William Burroughs. El poema empieza reconociendo al sujeto como
enfermo e incapacitado siquiera para escribir un poema: “DESPERTE a la
Enfermedad soy un adicto terminal a la pasta básica de cocaína (…) ya no me da
la cabeza ya no puedo escribir un poema”. Aquí, lo importante es que se trata
de instalar un presente, e incluso son promesas (“no volveré [a consumir pastel]”).
En “La Taba Tóxica” el sujeto se ensucia (“mi sucia ropa calcinada”).
En el apartado número 3
de este poema se da plenamente el flujo de conciencia:
“CANTIDAD
de pay en la cama de sole con cadete y los patas echados cual
romanos
en el brain obnubilado la neurosis perseguida pero las sienes ya no sienten
nada
son sólo ricuras del despropósito anhelado deducciones inminentes de una
intervención
que nos llevaría de frente a canadá he allí la hipotenusa de los
excitados
miembros juveniles de la banda más abyecta extrañeza procesada en la
ilusión
consciente del espacio translucido”
En principio, hay una
constante aliteración de la “C” (cantidad, cama, cadete, ricuras, canadá, etc.),
la “C” es una oclusiva palatal sorda, aquí se liga con cantidades, objetos,
personas, condiciones y lugares. La repetición de la “C” da un ritmo de imágenes
superpuestas, con velocidad inusitada y sin aparente orden. Esto, también, funciona
vía la asociación libre del flujo de conciencia que se desarrolla en las 7
estancias de “La Taba Tóxica”.
Por otra parte, “brain”,
“neurosis”, “sienes”, connotan una red de sentido que se refuerza con que “las
sienes ya no sienten nada”, sienes y sienten, en homofonía, normalmente
pertenecen a un mismo campo semántico, pero, aquí, se afirma que ya no sienten
nada, no están dispuestas al dolor ni a la normalidad. A su vez, de nuevo se
instala la idea del robo: “intervención que nos llevaría de frente a canadá”, se
puede entender “canadá” como cárcel, o este verso, también, puede leerse desde
lo literal: “la banda más abyecta” llega a Canadá.
En este apartado número
3 se da un despliegue fructífero de la estética neobarroca:
La
noche de los tiempos finales caracolean los caballos envueltos por el rifle de
los
disparos
del sargento preston milico pastelero compacto ausculta siempre
mordiendo
desde la esquina entreveros de callejas imposibles deshechos técnicos
de
las formas entusiastas resuena el lucero del alba qué tal celaje indescriptible
creo
que por eso nomás yo fui adicto precioso decorado de un amanecer
intrascendente
camote y chicharrón
Primero, me voy a fijar en los
verbos. Tenemos “caracolean”, “ausculta”, “mordiendo”, “resuena”, “fui”, este último
verbo está en pasado y nos habla de la prehistoria del sujeto como adicto. En tanto,
el primer verbo se construye en función de un tiempo (noche de los tiempos
finales) y una comparación (esa noche como caballos envueltos por el rifle de
los disparos). Los verbos segundo y
tercero se unen a la figura del sargento como figura de represión. Y el verbo “resuena”
se inscribe dentro de la alucinación del adicto luego de su “viaje”. Los verbos
son importantes, porque enhebran el sentido mediante un ritmo proliferante. Veamos
un ejemplo de este ritmo: “sargento preston milico pastelero compacto ausculta”,
hay un sujeto “sargento” que es adjetivado por milico, pastelero, compacto; y
verbalizado por ausculta; esto quiere decir que la proliferación se da en el
sentido como en la forma de la expresión. El sentido avanza casi palabra por
palabra, muchas veces se niega a formar frase. Otra veces este ritmo es de superposición:
“entreveros de callejas imposibles deshechos técnicos / de las formas entusiastas
resuena el lucero del alba”, donde tenemos que podemos leer este fragmento como
tres frases independientes, e incluso podemos leer con el encabalgamiento de
dos distintas maneras:
1)
“entreveros de callejas imposibles”.
2) “deshechos técnicos” o “deshechos técnicos / de las formas entusiastas”.
3)
“de las formas entusiastas resuena el lucero del alba” (en este caso podemos
leerlo como un hipérbaton) o “resuena el lucero del alba”. 2) “deshechos técnicos” o “deshechos técnicos / de las formas entusiastas”.
En el apartado 6, el
sujeto enfermo sufre una diferenciación de su propio yo: “PARECIA IRREVERSIBLE
aquella vida despotricada se cambiaban de vereda / cuando me veía venir”, lo
que nos llama la atención es el verbo “veía”: los que se cambiaban de vereda
(ellos) veían, él sujeto que “veía” es el poeta. La lógica es esta: el sujeto
enfermo avanza y es visto por ellos (los otros, los que se cambian de vereda),
pero, instantáneamente, el sujeto sale de sí mismo y él mismo se ve como viene.
Es algo que podría entrar dentro de una experiencia nonsense, catatónica, o del
tipo ralentización de tiempo, espacio y acciones.
En la sección 7, el
sujeto enfermo tiene que salir de esa rutina para poder sobrevivir: “TENIA que
quitarme antes de mancar en amancaes” y la forma en que se “quita” (salir de
una situación) es lo no dicho del amor: “Hubo un aterrizaje simbólico en lo no
dicho del amor pero no penetración”, este verso es bastante oscuro dentro de la
secuencia de New Port parece que lo
no dicho puede ser una comunión espiritual con la pareja. Pero, contrariamente,
luego se propone como salida: aniquilar al yo o cuando menos sacarlo de ese
circuito de adicción, donde el cuerpo enfermo es ingobernable. Creo que cuerpo
y lenguaje, en estos poemas, funcionan como una unidad: “categorías existidas
previamente a la descomposición del yo / carnívoro el encé-falo grama”, esta desmembración
del yo se da cuando el sujeto se ve a sí mismo, la mención a falo (poder) y
grama se da en concordancia con la alusión a escritura. Es por eso, que al
final se conceptúa a la escritura como “la santidad de la canción”. Si lo
marginal está atravesado por lo sucio y opaco, la escritura se caracteriza como
lo puro, lo santo, lo salvífico.
Apuntados estos elementos,
puedo decir que New Port tiene
momentos espectrales o fantasmales, en “La Taba Tóxica”, porque los primeros
tres textos son preparatorios de una dicción (se crea un ambiente de descomposición
o como se dice en un verso de putrefacción y no perfección). El lenguaje,
también, se va a ver a sí mismo desde lejos, y va a cruzar la calle para tener
conciencia y escribir: “Médula que se bulboraquídea planicies serranas
antediluvianas piuranas / desérticas almohadas”. La mención al cuerpo (médula),
el territorio (planicies, desierto) y el sueño (almohada) refuerza la idea que
el poeta transita desde la marginalidad urbana hacia una calma en el espacio de
la naturaleza.
Leer New Port:
http://www.vallejoandcompany.com/poemas-de-new-port-ultimo-libro-de-roger-santivanez/
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