Taras Shevchenko
Grygórovych Shevchenko (en ucraniano, Тарас Григорович Шевченко; Morinchi, hoy en el distrito de Zvenigorod del Óblast de Cherkasy, (9 de marzo de 1814-San Petersburgo, 26 de febrero de 1861), fue un poeta, humanista, y pintor ucraniano, uno de fundadores de la literatura moderna ucraniana.
TESTAMENTO
Cuando muera, enterradme
en una tumba alta,
en medio de la estepa
de mi adorada Ucrania.
¡Así yo podré ver los campos
anchurosos,
el Dnipró, sus represas agitadas,
y podré oír también
cómo braman sus aguas!
Y cuando el río arrastre
atravesando Ucrania
hasta la mar azul
tanta sangre adversaria,
entonces dejaré los campos y los
montes
y volaré hacia Dios
a alzarle mi plegaria,
pero hasta que ello llegue
de Dios no sabré nada …
¡A mí, enterradme, mas de pie
vosotros,
las cadenas que os atan
quebrantad,
y con la impura sangre derramada
la Libertad sagrada salpicad!
¡Y ya en familia inmensa,
familia libre y nueva,
no olvidéis recordarme
con una palabra buena!
Traducción De Ángel J.
Battistessa
Iván Yákovich Frankó
Iván Yákovich
Frankó) nació en Nahuiévychi, Reino de Galitzia y Lodomeria, Imperio
austrohúngaro - ahora distrito de Drogóbich, región de Leópolis, Ucrania (27 de agosto de 1856 y falleció en Leópolis,
el 28 de mayo de 1916). Era, poeta y dramaturgo; crítico literario, editor y
periodista; lingüista, folklorista, etnógrafo, historiador y filósofo,
publicista en algunos ámbitos de economía, derecho, psicología, estudios
bíblicos y otras ramas del conocimiento. También fue un gran traductor y gran
hispanista. Tradujo Cervantes al ucraniano y estaba muy familiarizado con los
poetas del siglo de oro de la poesía española.
Un destello de fuego
Un poderoso
águila posado en un pico nevado,
Mira alrededor
con ojos rápidos y certeros,
Y desde
peñascos grandes, levanto vuelo -
Con potencia más
arriba, dominando el cielo azul.
Su ala abierta
rozó un terrón de nieve;
Cayó y comenzó
a caer peñascos abajo;
Convoco
poderío, una fuerza inimaginable,
Una avalancha
que nadie podría parar.
Así que
Kotlyorevsky, recordó tiempos más felices,
Comenzó a
cantar su canción del alma,
Canto que fue burlado, zaherido, denigrado.
De su canto irradiaba hermosa y maravillosa,
Una chispa de
fuego que ante nada sucumbiría,
El canto
ascendió e ilumino nuestra desolada jornada.
Ivan Franko,
1873 [Original poem called
“Kotlyorevsky”]
Iryna Vikyrchak
Iryna Vikyrchak.
Nació en Ucrania en 1988. Poeta y directora ejecutiva de Meridian Czernowitz,
festival internacional de poesía que se lleva a cabo en la ciudad de
Chernivtsi, en el oeste de Ucrania.
EL CIELO
Dondequiera
que vayas,
el cielo
estará contigo.
Dondequiera
que te ocultes,
será tu último
escondite.
Pase lo que
pase,
el cielo
estará contigo.
Puedes dejar
la orilla y
tomar el
camino del mar.
Puedes dejar
el mar y
volar por las
grandes alturas,
el cielo
estará contigo.
Así que entre
todos los mapas
estudia el
mapa del cielo,
sus tamborileos
que respiran,
los
movimientos de su diafragma–
ardiente y
redondo.
Toma al cielo
de la mano.
Estás en su
correa
hecha de
invisibles impulsos.
Es tu último
techo con
bombillas de
luz eterna en él.
Toma al cielo
de la mano
y nunca te
abandonará.
Él dicta el
tiempo y
lo divide en
día y noche.
Dicen, hay un
paraíso arriba en el cielo,
pero ese no es
el punto.
*
Estuve allí
Contigo
Cuando mis
manos temblaban
Estaba allí
A tu lado
Besaba tus
labios
Permanecía
hombro a hombro contigo
Sobre el Puente
Mirabeau
Reíamos con
humor negro
Sobre las
calles de Chernivtsi
Leche negra
bebía contigo
Al desayuno y
a la cena
Y grité
Toda la noche
¡Paul! ¡Paul!
Ahora hago eco
desde el fondo
De tu alma
Permanecía
contigo sobre el Puente Mirabeau
Gritaba y
perdía mi voz
Perdía mis
manos
Mi cabello
Mi mente…
Con tu corazón
Estuve allí
Permanecía
hombro a hombro sobre el Puente Mirabeau
Podía sentir
el sudor en las palmas y el
Latido del
corazón
Vi el último
latido…
Pero
permanezco.
Mi nombre es
Poesía.
HUSOS HORARIOS
Mañana al
atardecer
Será tu mañana
Para viajar a
través de los Husos Horarios
Para
encontrarnos
En medio de mi
crepúsculo y tu amanecer
Para atrapar
el tacto
En la punta de
los dedos
Vía
telefónica.
*
Mi cerebro
Se burla de
mí-
Haciéndome
girar
Sobre mi
carrusel
Aburrida
Cansada
Calcinada bajo
el sol
Macerada en
canela
Remojada en
cidra
Sazonada en
azafrán
Diluida hasta
el polvo
Agujereada por
una lanza
En un andamio
de Marte
Aún así toda
tuya.
*
Él vino,
haciendo
dispersar a todos.
Una chica con
perfume de lilas,
se puso una
linda gorra rosada.
Él transcurrió
para retornar
al útero de su madre,
a las
profundidades de la tierra.
Él fue la
lluvia de verano.
*
¿Quién se
ocupa de la grandeza
Cuándo todo
alrededor está empapado en el patetismo?
Tal es la
naturaleza de nuestra mentalidad,
Originándose
desde el mosaico del caos.
No es mi
responsabilidad
Que las cosas
sean tan evanescentes,
Y que tus ojos
tengan una habilidad penetrante,
siempre tan
iridiscentes.
No vale la
pena reemplazar la seudorealidad
Con
crisantemos, ocres o caobas.
Las hazañas de
los genios son para la posteridad,
En una
solitaria mañana de Octubre.
Los días
pasan, atrapados en laberintos.
¿Tiempo
suspendiéndose? En vano.
Sobre letras
de periódicos en blanco y negro
Las sombras
tocan jazz en escala menor.
*
Blanca nieve
cae sobre negras trenzas de cabello,
Creando un
duro contraste entre los dos añejos colores.
Los copos de
nieve son lágrimas congeladas,
Traídas por
las nubes desde lejanas tierras.
Cada pequeña
gota contiene su propia historia trágica,
Una guerra,
una calamidad…
Aterrizando en
una cálida palma, los copos de nieve pintan
Un cuadro
modernista… Cuán silencioso es…
El viento trae
el aullido de alguien desde la nada.
Mantenlos en
tu oración, ¡no seas duro de corazón!
¡Todos somos
humanos!
El agua
continúa goteando desde el cielo…
LA CIUDAD
Gimiendo, los
pájaros se dirigen al sur,
No saben para
que están aquí.
Sumida en
ruido y mugre,
La ciudad está
atiborrada, harta y cansada…
La vida, como
en una columna de periódico,
Sólo viene en
tres colores: negro, blanco, y gris…
Todo lo que
ves es senderos, caminos y autopistas de asfalto,
Pero lo único
que necesitas es sólo un pequeño sueño, un ensueño.
Asfixiándose
en polvo, la ciudad trata de atrapar una bocanada de aire fresco
Y agujerea el
cielo con sus tejados puntiagudos.
Un amargo,
astringente aroma de ajenjo se extiende por doquier.
Me agota. Me
aburre. Me hace querer respirar.
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