En la tercera edición (octubre 2008) de la revista virtual multidisciplinaria chilena El árbol se incluye una "Breve Antología de la Poesía Peruana Joven" compilada por la poeta venezolana y directora de la revista Los poetas del 5, Gladys Mendia, en dicha muestra se pueden leer poemas de Andrea Cabel, John López, José Emilo Caro, Paul Guillén, Raúl Heraud, Reinhard Huamán, Salomón Valderrama y Vanessa Martínez, de esta última se publica un poema inédito de su segundo poemario Coraza que próximamente saldrá con una novísima editorial trujillana, aquí pueden leer la antología completa: http://www.elarbol.cl/texto/tres/antologia.pdf y a continuación el poema de Vanessa Martínez:
.
REPTAR
Llegará la hora en que tendré que desembocar
en los océanos, que mezclar mis aguas
turbias, que tendré que silenciar mi canto
luminoso
Javier Heraud
Ya quisiera irme con los espectros a los que se les cayó la nación encima,
pero me he rodeado del fuego
y no puedo
simplemente
ser más que una lanzallamas.
Mi larga cola ha de entreabrir un
solo camino hacia la frontera,
a esta ruta criminal donde
desembocan mis pacíficos.
No confío en el tramo de los fantasmales arenques que me tragué,
están enfermos, fríos,
llenos de la sangre guinda que se comieron mis muertos.
No confío,
por eso he de seguir a la brea en Vulcano
cerca al sol del puerto.
Mutaré mi cutis y beberé de la mar.
Estiraré mi lomo.
Jugaré con los barquitos e incendiaré sus velas.
Entonces tus liliputienses excitados narcotizarán mi alma.
Seré el show de la semana,
el circo beat de tu cielo me agotará
y huiré imitando mi extinción a casa,
donde escondí mis meteoritas embriagadoras.
Aquí soy la última de mi maldita casta,
la que vaticina sus pérdidas,
La que vaticina
sus
pérdidas blancas.
Llegará la hora en que tendré que desembocar
en los océanos, que mezclar mis aguas
turbias, que tendré que silenciar mi canto
luminoso
Javier Heraud
Ya quisiera irme con los espectros a los que se les cayó la nación encima,
pero me he rodeado del fuego
y no puedo
simplemente
ser más que una lanzallamas.
Mi larga cola ha de entreabrir un
solo camino hacia la frontera,
a esta ruta criminal donde
desembocan mis pacíficos.
No confío en el tramo de los fantasmales arenques que me tragué,
están enfermos, fríos,
llenos de la sangre guinda que se comieron mis muertos.
No confío,
por eso he de seguir a la brea en Vulcano
cerca al sol del puerto.
Mutaré mi cutis y beberé de la mar.
Estiraré mi lomo.
Jugaré con los barquitos e incendiaré sus velas.
Entonces tus liliputienses excitados narcotizarán mi alma.
Seré el show de la semana,
el circo beat de tu cielo me agotará
y huiré imitando mi extinción a casa,
donde escondí mis meteoritas embriagadoras.
Aquí soy la última de mi maldita casta,
la que vaticina sus pérdidas,
La que vaticina
sus
pérdidas blancas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario