El artista plástico peruano Oswaldo Higuchi inaugura esta noche, una exposición de escultura, cerámica y dibujos titulada "Inmigrantes" en la Galería de Arte Ryochi Jinnai del Centro Cultural Peruano Japonés, ubicada en la Av. Gregorio Escobedo 803, Jesús María, Lima. La cita es a la 7 PM y la exposición estará abierta hasta el 17 de mayo. A continuación publico el texto que el filósofo Sebastián Pimentel ha escrito para el catálogo de la muestra.
Agitación y procesión del dibujo por Sebastián Pimentel
¿Qué dibujo es el de Oswaldo Higuchi? Desde el punto de vista del formato, se trata de uno de los más antiguos de la expresión plástica. Sus instrumentos son el pincel y la tinta negra. Su soporte es la cartulina blanca granulada. Son pocos elementos y una técnica con mucha tradición. Sin embargo, con la libertad que le otorga el dominio de sus recursos, el autor saca provecho de la potencia que está en el fondo de esta modalidad del dibujo: una manifestación vigorosa, un trazo directo y sensual, una línea gestual, unas formas que parecen salirse del espacio de luz, en fin, una imagen que está llena de movimiento y que a la vez hace recordar la voluptuosidad de la pintura.
Agitación y procesión del dibujo por Sebastián Pimentel
¿Qué dibujo es el de Oswaldo Higuchi? Desde el punto de vista del formato, se trata de uno de los más antiguos de la expresión plástica. Sus instrumentos son el pincel y la tinta negra. Su soporte es la cartulina blanca granulada. Son pocos elementos y una técnica con mucha tradición. Sin embargo, con la libertad que le otorga el dominio de sus recursos, el autor saca provecho de la potencia que está en el fondo de esta modalidad del dibujo: una manifestación vigorosa, un trazo directo y sensual, una línea gestual, unas formas que parecen salirse del espacio de luz, en fin, una imagen que está llena de movimiento y que a la vez hace recordar la voluptuosidad de la pintura.
Podría decirse que con el uso de medios austeros Higuchi “desnuda” su pintura. ¿Y qué queda luego de ese despojamiento? En primer plano, imágenes piadosas de ángeles que abrazan a hombres y mujeres que han caído del paraíso, desnudos y desfallecientes. No se trata de imágenes divinas, porque los ángeles parecen haber perdido su capacidad para no verse afectados por el contacto con los hombres y también caen con ellos. Los seres alados bajan conmovidos y a la vez apresados por los mismos cables que unen a la víctima protagonista con el contingente de abatidos que se hunde hacia el fondo, en una línea diagonal. Por último, esta muchedumbre sigue el sendero alambrado que lleva hacia una esfera –definitivamente un planeta, un mundo-.
Se trata de una visión muy triste pero intensa, llena de fuerza. Los cuerpos agotados, cansados y a punto de morir son figuras vibrantes y captadas en el acto, inmediatas: un dramatismo vivo. En cambio, el gentío es visto a la distancia y parece caminar en un tiempo detenido, en una lentitud tan infinita como el vacío que atraviesa o como la distancia que divide al hombre de la Tierra. Higuchi compone así un dibujo complejo que pone en relación velocidad y lentitud, movimiento y estatismo, lo gestual y lo icónico.
Y en efecto, la masa peregrina es casi un signo, símbolo o índice de algo ¿Una procesión urbana, una pasión? Se trata de una marcha que también es parte del paisaje cósmico. Algo íntimamente relacionado con la figura frontal que está atrapada por su propio camino de postes y cables, una figura que también ha sido expulsada de esa tierra o totalidad que vemos a lo lejos. Pero, ¿qué poética pictórica es esta donde la humanidad atraviesa el vacío para aspirar al Mundo? Podría decirse que una muy actual, cuando entendemos que nuestro tiempo es aquel donde, como decía Gilles Deleuze, parece que estamos perdiendo el vínculo con el mundo, o con aquello que nos ligaba al mundo: el amor, la vida.
La de Higuchi también es una plástica del cuerpo. Desfalleciente y desnudo, dramático y erótico, crístico y sensual, se trata de conservar, en el dibujo, la vida del cuerpo, su belleza y su carnalidad, su agitación, a través de líneas rápidas, ondulantes y nerviosas, exactas también. Y el pintor expresa esa libertad del cuerpo hasta en su desmoronamiento, para contrastarla con unas líneas furiosas que lo envuelven y lo atan, que lo llevan a la postura del abatimiento. Por otro lado, esa corporalidad violenta, casi expresionista es, a la vez, continuada en una visión sugerida, casi impresionista: una espiritualidad constituida por la procesión universal de almas que aspiran a la misma Tierra o Mundo -esfera luminosa que logra un equilibrio magnífico no solo al nivel de la composición espacial, sino por el juego entre cercanía y distancia que estructura el sentido de los dibujos-.
Sería interesante continuar con la exploración de esta obra a tinta y pincel, y hacerla dialogar con los lienzos del autor. En la pintura de Higuchi teníamos un fascinante amasijo de espacios y luces, la suya era como una especie de ópera en la pintura, la construcción de una atmósfera convulsa y crepuscular. En cambio, el despojamiento del dibujo hace convivir los elementos esenciales de su arte en lo que parece ser una captura de un movimiento: el acto de desfallecer en el vacío y a la vez aspirar a una totalidad o sentido perdido, la agitación y la sensualidad vivas que refulgen en medio del aprisionamiento. Y, en el fondo de la imagen, ese enjambre de ojos –miradas- y otras formas insidiosas que surgen de la misteriosa mezcla que une nuestro cuerpo con nuestra aspiración, con nuestro planeta.
Fuente: Pospost
2 comentarios:
Estare por ahi en estos dias.
Aparte de esto queria hacerte una consulta, ¿porqué no ha habido homenajes a Vallejo o no han sido tan marketeados.
O si supieras alguno aparte de la semana entera que le estan dedicando en Trujillo, te agradeceria mucho.
Lamentablemente solo el dia de ayer (miercoles) hubo una conferencia de Omar Aramayo sobre Vallejo en la casa mariategui, luego no conozco de otras actividades
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