Adam Zagajewski (Lvov, actualmente Ucrania, 1945), poeta y ensayista en lengua polaca, es una de las más relevantes voces contemporáneas. Sus obras fueron prohibidas por las autoridades del gobierno comunista. En 1982 se exilió a París y posteriormente a Estados Unidos, donde ha sido profesor en varias universidades. De su producción poética destacan Ir a Lvov (1985), Lienzo (1990), Tierra del fuego (1994), Deseo (1997), Anhelo (1999) y Retorno (2003). Entre sus libros de ensayo se encuentran Solidaridad y soledad (1986) y En defensa del fervor (2002). Es autor también de tres novelas y del libro de memorias En la belleza ajena (1998). Ha recibido numerosos premios.
Tierra del fuego (Traducción de Xavier Farré). Barcelona: Acantilado, 2004. 80 páginas.
Adam Zagajewski es un poeta de la claridad. En sus versos asoman inviernos infinitos, sabor de hojas, arboledas y sonidos, casas como un bolsillo en un abrigo, violonchelos, aeropuertos, los vivos y los muertos, un anhelo, la memoria y, a veces, el tiempo circular. Zagajewski es asimismo un poeta visual, de palabras que son celebración del mundo y sus imágenes. Es el canto de un instante que se expande, que involucra, y en el que converge la realidad toda, epifánica y plural, siempre presente. Poeta exiliado, la suya no es, sin embargo, una poesía del exilio. Se le considera una de las figuras más relevantes y con más repercusión internacional de la nueva generación de poetas polacos y, con el libro que hoy presentamos, Acantilado empieza la publicación de su obra poética.
Adam Zagajewski es un poeta de la claridad. En sus versos asoman inviernos infinitos, sabor de hojas, arboledas y sonidos, casas como un bolsillo en un abrigo, violonchelos, aeropuertos, los vivos y los muertos, un anhelo, la memoria y, a veces, el tiempo circular. Zagajewski es asimismo un poeta visual, de palabras que son celebración del mundo y sus imágenes. Es el canto de un instante que se expande, que involucra, y en el que converge la realidad toda, epifánica y plural, siempre presente. Poeta exiliado, la suya no es, sin embargo, una poesía del exilio. Se le considera una de las figuras más relevantes y con más repercusión internacional de la nueva generación de poetas polacos y, con el libro que hoy presentamos, Acantilado empieza la publicación de su obra poética.
Deseo (Traducción de Xavier Farré). Barcelona: Acantilado, 2005. 104 páginas.
La inconfundible voz de Adam Zagajewski aparece de nuevo en estos poemas en los que la cotidianeidad se convierte en una iluminación constante. La celebración del mundo se combina de modo magistral con la nostalgia y con el sentimiento de pérdida en todos sus matices. Pero no es la suya una poesía del desconsuelo, pues siempre deja un resquicio para la salvación, que se puede hallar en los fugaces instantes de belleza. Con Deseo, el segundo libro de poemas completo que publica Acantilado, Adam Zagajewski se confirma como uno de los poetas más relevantes y necesarios de nuestra escena literaria.
Antenas (Traducción de Xavier Farré). Barcelona: Acantilado, 2007. 152 páginas.
La calle de los Carmelitas, un tranvía azul, sol, septiembre, primer día después de las vacaciones, algunos volvieron de largas travesías, divisiones acorazadas entran en Polonia, los niños van a la escuela con ropa bonita, blanca y azul marino como las velas y el mar, como la memoria y la inspiración y las vides. Los árboles se enderezan con respeto ante el poder de la mente joven, que aún no ha conocido el fuego ni el sueño, pero si se lo propone no va a tener dificultades (sin contar las fronteras invisibles).
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