liturgia para desendemoniar el alma
alguien entra
por la boca de mi
cuerpo hala la lengua la anuda
calafatea el paladar las fosas
nasales cuelga su escudo
en los tímpanos atraviesa
con su lanza los globos
oculares trepana las sienes desagua
la masa encefálica alimenta con ella
alguna bestia con nombre de bestia
alguien
a medianoche cierra
la puerta y pone grilletes
hasta esa sombra detrás de mí
cómo no voy a arrojarme
al mar para desendemoniar el alma
río Yara
en la superficie flota
el polen hay plumas
de algún gorrión tienen restos
de pólvora
el aire trae
las flores
de los mangos y al caer crean ondas
concéntricas
el agua no parece agua
los guajacones flotan uno al lado
del otro con los ojos fuera
de las órbitas y un sapo aguarda
para almorzárselos
en el fondo hay limo
en las piedras y la tierra
bulle como si emergiera un volcán
Arcadia une sus manos
le roba un poco del brebaje
a la corriente y trata de saciar la sed:
el agua le sabe a limonada
sobre el paso de los años
los días nos regresan a lo que fuimos una semilla
en el vientre de la madre nos aferramos
a ciertos espejismos para no ver el ciclo
ese juego
fantasmal de lo que somos
comulgamos
los años una luz que no sabemos
de dónde viene y que nos arropa con la oscuridad
tendencia al trueque
este oficio de habitar
un cuerpo puede
hacer estallar
las sienes
los ojos
los oídos
la nariz
la boca
la nuez
el pecho
el diafragma
el estómago
el ombligo
la uretra
las rodillas
los tobillos
los pies
las uñas
la piel
el esqueleto
el cuerpo
dentro del cuerpo
sombra permutemos
dicen que la oscuridad lo es todo
h-armonía
miré esos rostros de piedra
y nada percibí
como si mi corazón
también fuera de piedra
leños
tomé los lirios de la infancia
tomé el eclipse de mi padre
tomé el discurso kilométrico
tomé los gritos de la turba
tomé los ojos de los sauces
tomé la hamaca sin sus astros
tomé los huecos en el techo
tomé las huellas de mi madre
tomé la danza de las aves
tomé el azogue del espejo
tomé la lengua del vecino
tomé los cardos de la estancia
tomé el gusano de la fruta
tomé la sombra sobre el agua
tomé las velas de los santos
tomé los salmos más oscuros
fuga
después de reverenciar
tantas estatuas escapé
para no ser una de ellas
Julio Antonio Molinete. Manzanillo, Cuba. 1968.
Graduado del M.F.A. en Escritura Creativa de la Universidad de Texas en El Paso (2016). Autor de Mercy is Named Delilah, Ediciones Laponia (2020), Brújula Quebrada, NEO Club Ediciones (2017); “La piedad se llama Dalila”. Ediciones Bayamo (2002) y “En coche por el arcoíris” (infantil). Editorial Sanlope (2000).
Fue incluido en la Antología Nueva Poesía y Narrativa Hispanoamericana siglo XXI/ Lord Byron Ediciones/ Madrid (2017) y la Antología de poetas cubanos “Al sur esta la poesía” / Ediciones Bayamo, (1997). Le publicaron una selección de poemas en la Revista de arte y literatura Verbo(des)nudo, Santiago de Chile (2017).
Cuenta con los premios literarios Dulce María Loynaz, BorderSences, 20 de Octubre y Poesía al Sur; y los de televisión Lone Star EMMY, Caracol UNEAC, Catedral de La Habana, Espiral, TV Cubana, Taguabo, Hormigo, 26 de Julio y Primero de Mayo, entre otros.
Ha sido periodista, realizador de documetales, productor y director de programas televisivos. Actualmente es Asistente de Investigaciones en el Recovery Project de la Universidad de Houston donde cursa un PhD en Escritura Creativa.
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