Poetas Armando Rojas y Xavier Abril
TODAVÍA LA ESPUMA NUNCA LOS CORALES
Ni lirios ni muchachas coronan este impiadoso
páramo. Las gaviotas en el lienzo
de mayo pasan
¡brillando dulcemente y no las viste!
Sólo tu copa, tu pasión negaron
a la princesa que murió en la playa
Con los adioses de la primavera
El viento sopla en el papel acerbo
Tu luna opaca la vista de los muertos
Qué queda por decir
¿La tinta del corazón a las afueras
con tus palabras dancen las irreales hijas?
Día a día me engaño
alucinando el mar en mi poema
Todavía la espuma, nunca los corales
Persiguiendo las huellas satinadas
uno encuentra sólo débiles
muy fugacísimas muchachas.
CUANDO UNA RAMA DE MELOCOTONERO
HALLA OTRA RAMA DE MELOCOTONERO
Como una rama de melocotonero pliega la luz y el
aire salado
Tiendes tu cuerpo sin que nadie lo impida
Ni el abatimiento ni la mala yerba
Y en la mitad de mayo el mundo permanece quieto
Llevándose la mosca lo acerbo de la tierra
Lacio el corazón y los lebreles incógnitos al fondo
Como otra rama de melocotonero anula lo perfecto
Se desenlaza del lenguaje del cielo
del ritmo de millares de estrellas
Peligrosamente se inclina hacia el musgo
Conos y círculos en la pendiente que ha ornamentado
tu piel
Y el sol rehúsa, del éter divino
se aparta
y baja a tenderse en el cuenco de una imagen final
al lado de sus restallantes frutos y sus aves
Como es tú y yo cuando vienen a combarnos los deseos
y escuchas más allá de la pureza de sus láminas
más allá del silbo del escorpión
y en tu seno esperas más que el monólogo de las
piedras
Como es tú y yo cuando ya no hay arcángeles
ni corazones celestes chorreando por el pasto
ni el vertiginoso anhelo de la tierra bajo el lomo
del caballo
Sino esas dos ramas inútiles pero maravillosamente
juntas
en un creciente bamboleo sobre el gras
Esta vida irreal que ha de quebrase en un beso real
Extraño ¿no? Sublime ¿no? Humanamente ajeno
Lo que hasta ayer fuera un árbol insensible
con ramos de hielo y flores de tinieblas
cambia rápidamente en el traspaso de dos leños
en el destino fulgurante de unas hojas
Espera el advenimiento de los brotes y el estampido
bajo
Que es bello y colosal trabarse la cabeza en la luz
Olvidar las manos y los ojos en el pecho de la
aurora
Y todo porque una rama de melocotonero quiso ser yo
en su descenso
Y otra rama no quiso perecer sino aferrarse
Ocurre claro y así es todo
Créelo por dios la sangre quema en tus labios y va
susurrando
una nueva locura.
CON EL NOVATO SOL DE MAYO
Te has quebrado los ojos con el novato sol de mayo
Lograste una campánula en la tierra del saurio
Tamp Tamp era un tambor de fuego tu pasión y lo
posaste en manos del guerrero
Hasta imitar el blanco de las aves te perdiste
El sueño de las tierras bajas olvidando
Oh ajeno oh intruso ¡Tu loco corazón nada estorbaba!
Tu estrella al centro de la mesa ha iluminado esta
catástrofe
Los animales y las flores que entonces te amaron
Ha calcinado las muy falaces mariposas
Como en un profundo sueño se han congregado tus
criaturas
Tan seco y sereno claudicó otro invierno
Un lienzo blanco
dos lienzos blancos
y ese tirón dulcísimo
¡Te honraron majestuoso rey de mayo!
En su dialecto el corazón no dijo
pero tus siervos tumbaron fríos pájaros
Esa muerte burlona y vil entre las almas
Ni siquiera tus hijas lo ocultaron
Tanta tristeza no pudo traer sino alegría
Avasallante y bulliciosa algarabía
Tamp Tamp Tamp ¡Tu loco corazón nada estorbaba!
ARTE DE GRANUJAS
De nuict et jour
fault estre advantureux
Clement Marot
Reino de espadas Reino de tréboles Reino de
corazones
Tornasolea el día como una baraja
dispuesta por el Siervo de la luna
No es un decir
cuánta belleza en el tiempo desvelado se congela
¡Reinen los tréboles! ¡Reine el corazón! ¡Reinen las
espadas!
en el puente canta la turba su cancioncilla
¿Alguien ha de morir?
Por la tierra de siempre, por las soledades
va Nuestra Señora de la Tréboles
Toquen fulleros, enamorados toquen
el sueño duro de las mandolinas
Como un manto de aceite, su silencio
como el húmedo fuego, sus amores
Buena es la música y ha emprendido vuelo
eterno vuelo la máquina de rubíes
¿Alguien ha de morir?
No me solazo en vano
el beso de la Reyna me protege
Poseo el mundo sobre el terciopelo
Fatal y utópica mañana
mi As de Corazones deslumbra lo escondido:
un desmentir de nieve, un sol liviano
y una sombra irreal que nunca llega
Vuelta sin tino, vuelta sin ti ¡no! ¡Vueltas!
Mi ácida hiel se va con tus hijuelas yendo
¿Alguien ha de morir?
Salen las hadas las invisibles hadas ¡Espadas!
Muy débil yace el reino bajo el secreto
de una daga
Mi gorrioncillo, los nardos fustigando
¿Me fallarás rey perdedor?
Apenas tiembla mi estrella en el olvido
Cantando están
Tu dama obscura fuga de su palacio claro
y corceles de angustia pueblan en el mediodía
¿Alguien ha de morir?
Reyna de Tréboles Reyna de Espadas Reyna de
Corazones
Vuestra mano escarlata me guía a mi destino
La belleza, mi desdicha entrelazadas
Vuestra mano y no el mundo ¡ay!
Quien ama así se hurta de la muerte
dase en amor lo que los cielos le negaran
¡Campanazos Ruina Desesperación!
Nadie ha de morir.
Armando Rojas (Huancabamba, Piura, 1945-París, 1986)
Libros: Bosques (Lima: Arte/Reda & Casa de
Cartón, 1973); S & Q (Sombras & Quimeras) (París: L’Oiseau Felin,
1978-1979); Après la breve lumière du jour/ Tras la breve luz del día (Edición
bilingüe español-francés de Jacques Verniere. París: Belacque Press, 1979); Le
soleil dans le miroir/El sol en el espejo (Edición bilingüe español-francés de
Claude Couffon. París: Ceteclam Editeur, 1983); Arte de granujas (Lima:
Antares, 1987); Breve antología poética (Selección de Ricardo Silva Santisteban.
Lima: Banco Central de Reserva del Perú y Asesoría Cultural de la Presidencia
de la República, 1989); Canto al pie de las colinas (Poemas con Ricardo Silva
Santisteban. Lima: Ediciones Pedernal, 1989); Gaviotas en el Lienzo (Lima:
Revista Lienzo Nº 12, 1992) y Armando Rojas (Edición de Carlos Zúñiga Segura.
Testimonios de Javier Sologuren, Elqui Burgos y Ricardo Silva Santisteban.
Lima: Ediciones Capulí, 1992).
Una antologia mayor y datos biograficos sobre Rojas puede bajarse en este enlace:
El credito de la foto es del blog de Armando Arteaga: