Dictee de Theresa Hak Kyung Cha tiene el gran mérito
de alimentarse de diversos materiales para lograr su producto final. La idea
principal que recorre este procedimiento sería que no hay confianza en la razón
y la causalidad lógica y que el hecho de concebir un libro híbrido, transgenérico,
interdisciplinario demanda del lector una mayor participación. Dictee
por eso puede ser leído como una narración posmoderna que recoge sus elementos
de diferentes espacios. Verso y prosa se confunden en un mismo nivel. La
presencia de fotografías, cartas, ideogramas, manuscritos, diagramas, mapas, etc.
mezclado con el uso del blanco de la página e incluso con la rotura de la
sintaxis y la secuencialidad. Vemos en muchos tramos que las frases se cortan y
no se continúan y se produce una especie de sábana blanca de sentido que es
como caer en un trance, en una performance. Por otra parte, este procedimiento
también puede leerse como que el lector asiste a un film donde se le presentan
elementos verbales, visuales, espaciales y de sentido, de lo que se trata al
igual que en el cine es de potenciar las percepciones de los objetos, los
sujetos y sus acciones. También hay un alejamiento de lo simbólico y una
acercamiento a lo concreto, a lo objetivo. Teoría postcolonial, feminismo,
estructuralismo, poesía, filosofía, historia, film, reconstrucción de la
memoria y la identidad en un mismo libro que trata de abarcar toda la
experiencia de la diáspora. Podríamos citar el concepto de desterritorialización
de Deleuze y Guattari: “es el movimiento por el cual se abandona el territorio.
Es la operación de la línea de fuga”. Entendiendo por esto no solo una
migración física sino también una migración simbólica de memorias, sentimientos
y percepciones del mundo. Además, esta desterritorializacion hace que el
territorio se expanda.
Otro aspecto importante del libro es
su reflexión sobre la identidad y la lengua madre. En un pasaje del libro se
declara el trilingüismo, es decir, una coreana que tiene que hablar japonés en
el territorio de Manchuria y que además la lengua de su representación de ese
trilinguismo es otra, el inglés: "Still, you speak the tongue the mandatory language
like the others. It is not your own. Even
if it is not you know you must. You are Bi-lingual. You are Tri-lingual. The
tongue that is forbidden is your own mother tongue. You speak in the dark. In
the secret. The one that is yours. Your own. You speak very softly, you speak
in a whisper. In the dark, in secret. Mother tongue is your refuge. It is being
home. Being who you are". Cristiana Baik (Jacket 34, octubre
2007), nos dice que en Dictee la identidad es una configuración. Pero esta configuración es residual llena
de huecos o vacíos que tienen que ser llenados por la guerra, la diáspora, la
violencia, la opresión y el territorio. Por ejemplo, el capítulo titulado CLÍO
HISTORIA, donde se muestra la figura de una joven revolucionaria coreana de
nombre Yu Guan Soon nos sirve para mezclar la historia personal[1]
y la historia de la madre como maestra joven en Manchuria con la historia
colectiva: la de Juana de Arco, el enfrentamiento con Japón, un documento
titulado Supression of foreign criticism, una carta dirigida al presidente
Roosevelt de los Estados Unidos por los coreanos de Hawai, una fotografía donde
se ejecuta a nacionalistas coreanos por japoneses, dos ideogramas y un
manuscrito con enmiendas y tachaduras.
Dictee está compuesto por
diez secciones: Clío Historia, Caliope Poesía Épica, Urania Astronomía,
Melpómene Tragedia, Erato Poesía Amorosa, Elitere Poesía Lírica, Talía Comedia,
Terpsícore Danza Coral y Polimnia Poesía Sacra. Si la identidad es referida por
el lenguaje y por el territorio resulta paradójico que este proceso de
desterritorialización convoque a otro proceso de reterritorialización, es decir,
el idioma inglés y los Estados Unidos para Theresa Hak Kyung Cha serán los
campos por los cuales su territorio y su lengua coreana se verán potenciados y
actualizados en un presente histórico. Reconstruidos mediante los documentos
históricos y personales y también por la imaginación. Por eso, podemos decir
que Dictee es la narración continua del transnacionalismo, amén de la
globalización y la migración, y que un libro tan radical en su concepción
merece ser conocido en todas las lenguas y territorios.
[1] Dictee
puede leerse como un discurso autobiográfico, pero con la salvedad que
asistimos a su rotura, a su composición, a la puesta en escena de esos
elementos autobiográficos. De lo que se trata no es de la linealidad del yo,
sino de las diferentes voces y registros que pueblan la narración experimental
para darnos un gran fresco de la memoria y la identidad.
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