lunes, 25 de junio de 2012
NUEVO LIBRO DE CAMILO FERNÁNDEZ COZMAN
El crítico literario Camilo Fernández Cozman acaba de editar un nuevo libro "César Moro, ¿un antropófago de la cultura?" que se suma a su ya abundante bibliografía sobre poetas peruanos (son conocidos sus libros dedicados a Westphalen, Eielson, Hinostroza, Watanabe y Varela). Este nuevo título lo dedica a César Moro -dicho libro quedó finalista en el Premio Copé de ensayo-, este tomo ha sido editado por la editorial Revuelta, en coedición con la Academia Peruana de la Lengua y la Facultad de Letras de la UNMSM.
jueves, 21 de junio de 2012
HOMENAJE A CÉSAR VALLEJO EN LA CASA DE LA LITERATURA PERUANA
Cumpliendo con su Plan Literario Anual, la Casa de la Literatura Peruana realizará en el mes de julio dos actividades paralelas: el “Congreso Internacional César Vallejo, Trilce y la vanguardia internacional” y la “Exposición César Vallejo, 120 años de vida”en las salas temporales de la CASLIT. Ambos homenajes se realizan para celebrar los 90 años de la publicación del poemarioTrilce y los 120 años del nacimiento de César Vallejo.
El Congreso Internacional se llevará a cabo durante los días 4, 5 y 6 de julio y se ha convocado a especialistas peruanos y extranjeros, todos ellos expertos en la obra de César Vallejo. Las inscripciones para el congreso ya están abiertas. Los interesados podrán escribirse de lunes a viernes de 10 a.m. a 1 p.m., y de 2:30 p.m. a 5:30 p.m. El costo de la inscripción es de S/.30 para estudiantes y S/.60 para público en general. Informes: 4262573 anexo 104.
La inauguración se realizará el miércoles 4 de julio, a las 7 p.m., y estará a cargo del doctor Marco Martos, Presidente de la Academia Peruana de la Lengua y decano de la Facultad de Letras de San Marcos, quien en el Perú es uno de los mayores conocedores de la obra literaria del autor de Los heraldos negros. El doctor Martos ha escrito diversos artículos sobre Vallejo y un libro fundamental, Las palabras de Trilce (escrito en colaboración con Elsa Villanueva), donde examina cada poema del libro más internacional de César Vallejo.
Entre los especialistas en la obra de Vallejo, que presentarán conferencias y ponencias, destacamos a los doctores: Ricardo González Vigil (PUCP), quien ha preparado, hasta el momento, la mejor edición de la obra poética de Vallejo; Antonio González Montes (UNMSM), autor de artículos y de un libro sobre la prosa de César Vallejo; Manuel Velázquez Rojas (UNMSM); Pedro Granados; Jorge Kishimoto e Irene Vegas García.
Del extranjero vienen dos peruanos residentes en Estados Unidos, Julio Ortega (Universidad de Brown) y José Miguel Oviedo (Universidad de Pennsylvania), quienes tienen una trayectoria importante en el análisis y estudio de la obra de Vallejo. También estarán presentes, de Argentina, Enrique Foffani (Universidad Nacional de la Plata). De Europa estarán participando Roland Forgues (Universidad de Pau), Stephen Hart (Universidad College de Londres), Nadine Ly (Universidad Michel de Montaigne) y Marta Ortiz Canseco (Universidad Alcalá de Henares), quien es una de las más jóvenes investigadoras de la obra de Vallejo, además de haber preparado una edición de Los heraldos negros (Castalia, 2009), en colaboración con Efraín Kristal.
La Casa de la Literatura Peruana, además, contará con el auspicio de dos instituciones que apoyan el evento: el Grupo Editorial Norma y la Embajada de Francia en el Perú.
La exposición “César Vallejo, 120 años de vida” se inaugurará el 4 de julio, en paralelo con el Congreso Internacional y tendrá una duración hasta el mes de noviembre. La muestra podrá visitarse de martes a domingo, de 10:30 a.m. a 7:00 p.m. Las visitas guiadas son gratuitas.
La exposición tiene las siguientes características: la sala 13 convocará a la Vanguardia, la sala 14 al Grupo Norte y las salas 15 y 16 de la CASLIT mostrarán una línea de vida cronológica de Vallejo con la reproducción de fotografías del poeta, su hogar en Santiago de Chuco y sus fotos en París. Además se exhibirán las primeras ediciones de todos los libros de Vallejo: Los heraldos negros (1919), Trilce (1922), Escalas (1923), Fabla Salvaje (1923), Rusia en 1931 (1931), El Tungsteno (1931) y la traducción que hizo del libro Elevación del autor francés Henry Barbusse (editada en 1931). También estarán las ediciones póstumas de libros trascendentales como Poemas humanos (1939) y España, aparta de mí este cáliz (1939); y sus obras de teatro como Colacho hermanos o La piedra cansada. Asimismo se exhibirá reproducciones de manuscritos, cartas, una estatuilla y una pintura en homenaje al poeta.
Como una primicia, en la sala 14 se exhibirá la exposición “El Grupo Norte y César Vallejo”, donde por primera vez se presenta al público libros en primeras ediciones y fotos de este importante grupo intelectual al que perteneció César Vallejo cuando fue estudiante de Letras en la ciudad de Trujillo. Esta agrupación estuvo conformado por los siguientes intelectuales: Antenor Orrego, José Eulogio Garrido, Víctor Raúl Haya de la Torre, Macedonio de la Torre, Alcides Spelucín y Juan Espejo Asturrizaga, entre otros.
La muestra tiene la generosa colaboración de Jorge Kishimoto Yoshimura, quien está prestando las primeras ediciones de Vallejo y del Grupo Norte, así como el material fotográfico, facsimilar y traducciones realizadas en diversos idiomas. Debemos destacar que en opinión de los expertos vallejianos, la biblioteca de Jorge Kishimoto, quien además participará en el Congreso de homenaje, es la más importante colección y una fuente documental imprescindible en la vida y obra de César Vallejo.
Para mayor información comunicarse con la Srta. Alessandra Tenorio, Jefa del Equipo de Promoción Literaria, a los teléfonos: 426-2573 anexo 103.
miércoles, 20 de junio de 2012
Alfredo Bryce Echenique: “Yo no soy un animal” (Entrevista en Revista Cosas)
Por: Mariano Olivera La Rosa. Fotos de Santiago Barco.
Con la agudeza, el desparpajo y el humor que lo caracterizan, el escritor no tiene reparos en divulgar lo que piensa del sexo, de los Humala y de Jaime Bayly, y se anima a pronosticar el escenario político del futuro. El 2 de julio presentará su nueva novela en el Country Club, “Dándole pena a la tristeza”. Dice que es la más mágica que ha escrito.
Su saco, su chaleco de terciopelo y un reloj de bolsillo que se adivina a través de una elegante cadena de plata invitan a una certeza: es viernes y, como buen muchacho, Alfredo tiene planes para la noche. Luego de cuarenta años, saldrá con Maggie, la primera de sus tres exesposas. “Estoy tan nervioso como si tuviera 13 años”, confiesa mientras saca su reloj de bolsillo y lo golpea con violencia contra el suelo. “Se ha malogrado. Me da rabia porque a mí me gusta usar estos relojes. Ahora tendré que irme hasta París a arreglarlo”, explica. Desde afuera, se filtra la bulla de una fiesta infantil celebrada en el parque contiguo, uno de esos parques cerrados de San Isidro. “Es atroz”, comenta el escritor.
Ni bien toma asiento en uno de los sillones de su sala, anuncia que se tomará una copa para disipar los nervios propios de la cita que lo espera más tarde, y me invita otra. Se pone de pie, desaparece tras la puerta de la cocina y vuelve al instante con dos vodka tonic. Los hielos tintinean, se asientan en los vasos y se disipa el silbido del gas. Luego de un primer sorbo, estamos listos.
–Me comentaste que venías de una cita médica. ¿Cómo está la salud? ¿Todo bien?
–Todo bien jodido. He tenido un problema de mala alimentación que me ha generado una especie de anemia, de depresión física. Todos los días camino dos horas y después remo otra media hora en un aparato que tengo en mi dormitorio. Y mira, viejo, últimamente terminaba el ejercicio y me quedaba dormido dos días enteros, no me despertaba ni para hacer pipí. Cada día, la persona que me cocina me estaba sirviendo una dosis más ínfima de comida. La típica del viejo que vive solo. Pero ha sido un descuido compartido, no la puedo culpar, aunque parece el lento asesinato de un anciano de la tercera edad, porque ahora sí voy al banco y digo “¡soy de la tercera edad, déjenme pasar primero, carajo!”.
–Todo bien jodido. He tenido un problema de mala alimentación que me ha generado una especie de anemia, de depresión física. Todos los días camino dos horas y después remo otra media hora en un aparato que tengo en mi dormitorio. Y mira, viejo, últimamente terminaba el ejercicio y me quedaba dormido dos días enteros, no me despertaba ni para hacer pipí. Cada día, la persona que me cocina me estaba sirviendo una dosis más ínfima de comida. La típica del viejo que vive solo. Pero ha sido un descuido compartido, no la puedo culpar, aunque parece el lento asesinato de un anciano de la tercera edad, porque ahora sí voy al banco y digo “¡soy de la tercera edad, déjenme pasar primero, carajo!”.
–Cuéntame sobre tu nueva novela, “Dándole pena a la tristeza”. Trata sobre tu abuelo Francisco Echenique.
–Fíjate que sí, pero no. Se ubica en el tiempo que le correspondió vivir, y el personaje es él, pero le he puesto una máscara para que exprese todo aquello que no se atrevió a expresar y sea todo lo bueno y malo que nunca pudo ser.
–Fíjate que sí, pero no. Se ubica en el tiempo que le correspondió vivir, y el personaje es él, pero le he puesto una máscara para que exprese todo aquello que no se atrevió a expresar y sea todo lo bueno y malo que nunca pudo ser.
–Una redención literaria.
–Sí, no se parece tanto a mi abuelo como creí cuando empezaba la novela, pero uno empieza a escribir creyendo que va a llevarla a determinado puerto, digamos, a Paita, y termina en San Juan de Puerto Rico.
–Sí, no se parece tanto a mi abuelo como creí cuando empezaba la novela, pero uno empieza a escribir creyendo que va a llevarla a determinado puerto, digamos, a Paita, y termina en San Juan de Puerto Rico.
–¿Previamente hubo una etapa de investigación o todo ha derivado de la imaginación y el recuerdo?
–Es la más investigada de todas mis novelas y, al mismo tiempo, es la más mágica. Cuando terminé de escribir “Un mundo para Julius”, me di cuenta de que lo que más deseaba era escribir el anti “Un mundo para Julius”. Cuarenta años después, este sería ese anti.
–Es la más investigada de todas mis novelas y, al mismo tiempo, es la más mágica. Cuando terminé de escribir “Un mundo para Julius”, me di cuenta de que lo que más deseaba era escribir el anti “Un mundo para Julius”. Cuarenta años después, este sería ese anti.
CONVOCATORIA CONELIT 2012
V Congreso Internacional de
Estudiantes de Literatura (CONELIT)
REFLEXIONES UNIVERSITARIAS SOBRE LITERATURA LATINOAMERICANA Y
PENINSULAR
Lima, 8 – 10 de agosto de 2012
Lugar: Casa de la Literatura Peruana, Lima
Fecha límite de envío de sumillas: 24 de junio de 2012
Acerca de CONELIT
CONELIT es un espacio para el diálogo académico en América Latina con el objetivo de
ofrecer nuevas miradas y sobre cómo abordar los estudios literarios latinoamericanos
y peninsulares. Mediante este encuentro e intercambio de ideas, buscamos promover
la generación y consolidación de las nuevas generaciones intelectuales.
En 2012 CONELIT celebra cinco años de diversidad, camarería y generación de
conocimiento desde América Latina.
Convocatoria para envío de sumillas (abstracts)
1. Podrán participar con ponencias todos aquellos estudiantes universitarios peruanos
y extranjeros matriculados en el pregrado y postgrado (diplomado, maestría,
doctorado) en las áreas de Literatura, Humanidades, Ciencias Sociales y afines.
Asimismo, podrán participan egresados del pregrado en los últimos tres años de
estudio. Podrán asistir estudiantes en cualquier área del conocimiento, así como
público en general.
2. Las propuestas deberán ser inéditas. Pueden ser individuales o colectivas. Si
forman parte de un trabajo mayor, ese dato debe incluirse en el documento enviado.
3. Se deberá enviar una sumilla (abstract) en archivo de Microsoft Word de 15 a 25
líneas a conelit@literatura.pe. Se deberá incluir también el título de la ponencia,
bibliografía general (máximo 10 referencias), nombre completo y breve biografía del
autor (máximo 4 líneas), correo electrónico, teléfono, nivel de estudios, filiación
institucional (universidad) entre el 3 de marzo y el 24 de junio de 2012.
4. También se reciben propuestas de mesas (paneles) que deberán incluir el título de
la misma, nombres y resúmenes de las ponencias (máximo cuatro ponencias por mesa)
además de los datos personales de cada ponente.
5. Los participantes, cuyas sumillas sean aceptadas, tendrán plazo hasta el 24 de julio
de 2012 para enviar las ponencias completas. Las ponencias enviadas no deberán
tener menos de 7 páginas ni superar las 12 a espacio doble en letra Arial 12 (aprox. 20
minutos de lectura).
Ejes temáticos
CONELIT tiene un carácter interdisciplinario, por lo cual se han establecido los
siguientes ejes temáticos, con el objetivo de ampliar el debate sobre los estudios
literarios iberoamericanos.
Tópico principal del Congreso:
- Identidades latinoamericanas: Hibridismo, mestizaje cultural, género y
transculturación en los discursos literarios de Iberoamérica.
Otros ejes temáticos:
- Teoría y crítica literaria iberoamericana.
- Literatura de la violencia política (Testimonio y memoria).
- Novela histórica iberoamericana (s. XIX y XX).
- Camino al bicentenario: Expresiones literarias y prensa en torno a las Cortes de
Cádiz.
- Estudios interdisciplinarios (Literatura comparada, Estudios poscoloniales, Estudios
culturales, Estudios de Género, Cine/Teatro/Música y Literatura, Mass media e
Industrias culturales, Estudios subalternos, Traducción literaria, Periodismo literario,
Nuevas tecnologías).
---------
Información adicional:
La organización no asume gastos de alojamiento o alimentación para los ponentes. Sin
embargo, ofrecemos ciertos hoteles en la ciudad que ofrecen descuentos a los
participantes del evento.
Si su propuesta es aceptada, podemos enviarle una carta de invitación vía PDF.
CONELIT 2012
80M84RD3R0 QU33R de Czar Gutiérrez, por Anouk Guiné
Czar
Gutiérrez, invitado a la 21 Feria Internacional del Libro Cuba 2012 como
miembro de jurado del Premio ALBA Narrativa 2012, participó en la mesa-debate Lo
local y lo global en la narrativa latinoamericana y caribeña del siglo XXI organizada
en el marco del Encuentro de Jovenes Autores de América Latina y el Caribe.
En su presentación, el poeta peruano habló del sexismo como de una variante
perniciosa, al igual que lo son, según él, el racismo, la religión, el
nacionalismo y el patriotismo en cuanto, retomando al filósofo F. Savater
(2007)[1], se reclaman más deudoras de la
biología que del pacto social. Refiriéndose a los trabajos del economista y
filósofo liberal clásico F. Hayek (1994)[2],
C. Gutiérrez explicó: Así, el individuo soberano cae pulverizado al
convertirse en la expresión de un colectivo porque la pertenencia a ese
colectivo es ya un valor supremo. Asimismo, Gutiérrez afirmó una vez más su
necesidad de disolver todo tipo de frontera, aunque, según él, eso no
signifique no tomar en cuenta el encanto estético de las diferencias.
Por definición, condenar el sexismo implica cuestionar el género como sistema
de desigualdad basado en la construcción social de las diferencias biológicas
de sexo que funciona principalmente en detrimento de las mujeres y de las
minorías sexuales. Me intereso aquí en la novela 80M84RD3R0 de C. Gutiérrez,
para saber hasta que punto el autor disuelve las fronteras relacionadas con la
construcción social del sexo y en qué medida su escritura es «queerizada»; es
decir, desenvuelta en zonas que se demarcan de lo normativo y de lo dominante y
apuntan a desestabilizar categorias sexuales restrictivas.
¿Falocentrismo?
Una
lectura primaria y reductora de la novela –donde, al inicio, una tardía gota
de semen desciende cansinamente por la ingle de la protagonista,
cuyos muslos son explorados por la mano de un hombre que siente el sudor frío
de su chica después de subir a la tumba de Cesar Vallejo y separar las piernas–
parece desvelar Eros y Thanatos desde un heterocentrismo y una
heteronormatividad (régimen social hegemónico-patriarcal que impone y
naturaliza la heterosexualidad) que reifican los binarismos y que, por lo
tanto, pueden llevar a poner en duda todo futuro intento de deconstruir el
género. De hecho, el autor escribe, parafraseando a Vallejo: ¡la tumba es
todavía un sexo de mujer que atrae al hombre! Ocurre lo mismo con el
símbolo fálico que usa reiteradamente para hablar del acto sexoafectivo: Rachel:
yo te amaba como un avión cargado de pasajeros, cargado de combustible y
diluyéndome en el centro de un rascacielos poblado de espejos; es decir,
exactamente como me sentí aquella tarde en el hermoso cementerio del puteril
barrio parisino de Raspail, metro Bercy-Kléber, il est interdit de faire l’amour
dans les cimetières. Gutiérrez pregunta directamente a su lector-a: ¿Qué
haces si un avión te besa? Sigue la respuesta: El acto sexual dura
aproximadamente 8 minutos pero el orgasmo varía, el promedio de penetración del
pene en la vagina es de 30 veces por minuto, lo cual indica que en el coito hay
240 penetraciones, puesto que el pene tiene un promedio de 16 cm., en una mujer
ingresan 3,840 cm., 38.4 m. de pene por polvo, generalmente las mujeres hacen
el amor 3 veces por semana y como el año tiene 52 semanas, tiran 156 veces al
año. Resumiendo: reciben 5.990,4 m. de falo anualmente o, lo que es lo mismo,
casi 6 Km. por año. O sea: 1/2 Km. mensual: el primer avión de American llevaba
37.850 litros de combustible, cortaba el aire a una velocidad crucero de 530
Km/h con 12,250 Km. de autonomía de vuelo, miseria de la tecnología, los dos
aviones cargaban un mar de 216 mil litros de combustible, un océano de lava, un
orgasmo masculino derrama de 1,5 a 6 mililitros, la media es 100.000.000/ml de
volumen eyaculado, es decir, 2.5 a 5.0 ml, de 80 a 150 millones/ml de
espermatozoides con una motilidad en la primera hora de 75 a 100%, motilidad
claramente visible en los centenares de seres vivos que veo allí arriba, sobre
el humo, bajo el humo, entre el humo: entre la densa fumarola que transmite la
pantalla de la tele y la tímida niebla que emerge de mi lata de cerveza es
posible distinguir a muchas personas moviendo desesperadamente los brazos,
todos ellos están por encima del piso 80 donde se empotró el 767 del UA-175,
desde aquí puedo reconocer a las ciudadanas Claudia Rossi, Tera Bond y Theresa
Young cuyas fotos habrán de verse en el marco de la bonita exposición
estratégicamente ubicada en el 26 de Wooster Street (www.sep11photo.org), la
galería espontánea que se armará en la golpeada y atribulada y desgarrada y
lacerada y malherida y excoriada ciudad al conmemorarse un año de esta tragedia
que enluta a la humanidad…
No
solo se celebra aquí la heterosexualidad y la feminidad heterosexual,
considerando a las mujeres como seres «penetrables» por machos cuya identidad
de género esta basada en el mito de la masculinidad con «poder fálico» evaluado
principalmente en función del tamaño del pene y de su performance sexual, sino
que los y las aficionados-as a la pornografía habran aquí reconocido los
nombres de ciertas pornstars, colocados en estas circunstancias de la manera
más provocadora y «políticamente incorrecta» posible, en una suerte de llevar a
Eros y Thanatos a su paroxismo desde una perspectiva pro-porn. Pero más allá de
una interpretación estática y polarizada de la teoría de los opuestos
-encarnada aquí en estos dos instintos- que sólo conlleva a emitir principios
morales del bien y del mal, mostraré que, por lo contrario, 80M84RD3R0 se
distingue por presentar -desde una perspectiva masculina no tradicional- una
visión no maniquea y más bien dinámica e interactiva de lo que siempre se ha
visto como una dualidad de la naturaleza humana. Un dinamismo que, igualmente,
está impregnado de desequilibrios y fragmentaciones que rompen con el simplismo
de toda oposición binaria gracias a unos mecanismos de escritura que están
hechos de la expulsión del lenguaje español de las lenguas humanas para
crear otra cosa… Porque si tú escribes en español, en el español que hemos
creado, escribes en la lengua más cargada de machismo. Entonces, novelas como
las de César, desalojan al español de la lengua literaria…, como lo dijo el
escritor y académico Julio Ortega en 2010 (V Congreso Transatlántico, Brown
University, USA).
Todas las sangres:
aborto y menstruo
C.
Gutiérrez, quien pro-feministamente pregunta: ¿no hubiera sido mejor que
Eva, en lugar de comerse a la manzana, se hubiese comido a la serpiente?,
no teme tocar, de manera cruda y comprometida, temas de sexualidad reproductiva
como la eyaculación y el aborto, ofreciéndonos líneas feministas que no nos
cansamos de leer: (…) todos los que no apelan a durex y no quieren
reproducirse tienen que tomar en cuenta que el 61% de los animalitos blancos
siguen movilizándose después de 12 horas, felices ellos de navegar y atravesar
el ojo de un incendio blanco opalescente y viajar hasta morder la Gran Manzana,
pero si no te gusta lo cortas de cuajo: en 1995, con 23 años, Rachel viajó a
Irlanda y abordó el Langenort, barco holandés que viaja por el mundo cargado
con 20.000 preservativos, 300 píldoras anticonceptivas, 75 del día después, 100
dispositivos intrauterinos y 45 unidades de Migafine, una de las denominaciones
de la píldora abortiva RU-486 más conocida en los predios de San Pedro y Piazza
Navona como la píldora de Satán, demasiado castigo para una pastillita
infinitamente más higiénica que el diabólico curetaje (detalles más adelante),
hace años que el Langenort recorre los puertos gracias al auspicio de la ONG
Women On Waves y se desliza por el planeta agua y es recibido con huevos,
pintura roja y proyectiles de plomo que parecen balas y, efectivamente, son
balas…, en ese barco Rachel tuvo el primer y único aborto de su vida.
Además,
el autor conoce, no sin humor, el arte de preocuparse por lo que generalmente
sólo preocupa a las mujeres, llevando la poesía del deseo donde menos se
espera, o sea hacia espacios que casi siempre son explorados desde al arte por
mujeres, como por ejemplo el espacio de la menstruación: El ciudadano está
temblando y la reportera se acerca peligrosamente al micrófono, la reportera se
acerca libidinosamente al longilíneo micrófono, no te acerques demasiado,
guapa, la reportera tiene los delgados labios rosados y no usa la nueva Schick,
ella usa la nueva Kotex Ultra-Protect producida por Kimberly Clark &
Nielsen, notable nivel de succión gracias a su alta concentración de fibras
ultra-absorbentes cada una de las cuales anda feliz de la vida de maximizar su
gel interior porque es dulce y azul y tiene alas de libélula dorada y no de
avión empotrado y es muy efectiva, pruébala: succiona suave, dulce, delicada y
ardientemente, absorbe y se agota rápido…
Homo sampler-techno
sapiens : entre porno y prostitutio
A otro nivel, C. Gutiérrez es fundamentalmente un autor que respira un clima
digital porque vivimos enfrentados a las pantallas (como lo reiteró
en su discurso de la Habana), lo cual tiene consecuencias en lo que hace y
deshace desde su escritura[3] con las
relaciones de género, las prácticas sexuales y los objetos sexuales, en
escenarios donde la aceleración cronológica[4]
es provocada por la energía cinética[5] del
dispositivo literario. En 80M84RD3R0, el clima digital permite al autor
escribir desde la perspectiva queer, es decir mostrando que el cuerpo es el
efecto de una produccion disciplinaria y tecnologica multiple[6]. Se trata además de un clima digital que
explora las ruinas del consumerismo sexual de manera rizomática[7], poetizando por ejemplo la prostitución
digitalizada en la cultura japonesa, hasta hacernos entrar en el universo del techno
sapiens a través de la presencia de organismos cibernéticos (cyborgs): Putas
de colores y en grandes peceras, putas prefabricadas y embotelladas, putas
oleadas y debidamente sacramentadas porque para eso vive en nuestros corazones
y nos protege de las tentaciones nuestro Señor Seicho-No-Le, pasan una a una
centenares de mujeres largas y descafeinadas, putas vestidas como colegialas y
colegialas que son putas de verdad, enjo-kōsai, enjo-kōsai, enjo-kōsai,
enjo-kōsai, enjo-kōsai, enjo-kōsai, enjo-kōsai, es el mantra que rebota en el
plasma. Ahora los mensajes de texto han rebasado las pantallas gigantes y se
están reproduciendo en las cámaras digitales, cuatro de tres jovencitas
japonesas en edad escolar tiene un celular con acceso a internet y eso quiere
decir enjo kōsai, esto es: citas por compensación, cada cámara digital
posee un brazo sensor conectado a las prendas interiores de un turista y cada
turista está disparando un flash que no es otra cosa que una faja
transportadora de satén terso y diáfano como el agua de los manantiales que
conducen directamente a un set de grabación de películas 3X y los deposita
automáticamente junto a una tersa y sonriente muñeca inflable. Hay tantas
muñecas inflables como turistas, es decir 400 millones de muñecas infladas y
desinfladas y todas muy educadas y sonrientes con sus cinco agujeros y sus
hermosos labios de plástico y su turista incorporado y debidamente clavado…, lo
cual nos llevará a Berlín, ciudad especialmente sensible a la hora de
exhibir su artillería sadomaso, kit con 5 piezas de anillos y estranguladores
incluye el famoso aro con pestañas de cabra, inmediato acceso al nirvana,
excelente calidad de los aparejos de látex, bien por el látex, extremo y duro,
nirvanas garantizados, preciosas Barbies sadomasos animándonos a establecer
pactos de acero con terminales eléctricos en las Zonas Cero de nuestros cuerpos
antes de contraer nupcias como el Führer y la Braun…, y a Amsterdam, donde
el protagonista está trabajando el humo entre… gays, lesbs… putas salerosas…
y mirando tres equis: doble machete vertebrado, triple estimulador anillado,
finger hot y esferas anales…
Primero, el autor aquí establece una crítica del consumismo sexual capitalista
que fomentan las industrias de la prostitución, de la pornografía y del turismo
sexual, haciéndonos tomar consciencia de que son tres formas indisociables de
violencia sexual. Segundo, cuestiona también el modo en que los varones
conciben el deseo y el placer sexual, es decir instrumentalizando a las
prostitutas quienes participan de este dispositivo al ser objetos voluntarios o
no de una transacción sexual que acaba deshumanizando y despedazándolas, así
ellas tengan a veces el poder de gobernar y dominar con gracia a
sus clientes. Como lo escribe Gutiérrez refiriéndose esta vez a la pornografía:
Rocco Siffredi trabaja con pericia los ángulos de dispersión y se corre sin
recurrir a mujeres completas sino a habitaciones minimalistas llenas de
fragmentos de cuerpos de mujer…Es hondo el trastorno que generan estas imágenes
tan visualmente poderosas y especialmente inyectadas de color y belleza cuando
Rocco queda sumergido por una masa ingente y deshumanizada de mujeres que le
rodean…, el mismo protagonista, después de haber sido retratado al inicio
de la novela como un ser sádico con su novia: Y su cuello, ese cuello al que
vuelvo con frecuencia porque amo fracturar, trozar, amarrar, desgarrar, adoro
el desnuque, procede a una representación erotizada, fantasmal, fetichista,
segmentada y caricaturizada de la feminidad que quiere ver pero no encuentra:
el sonido de dos tacones destrozándose en la vereda, dos tacones sosteniendo
labios rojos, dos tacones sosteniendo el empeine de la curva perfecta y sobre
ella un par de pechos firmes, tallados en bronce y de nuevo firmes para
sostener nalgas de oro puro que pugnan bajo Ermenegildo Zegna o Dolce &
Gabbana y luego ven, voy, voy y vengo y te conviertes en Monica Bellucci… Se
vuelve más adelante un consumidor de prostitutas sin autocensura, pero, de
manera casi paródica, será a menudo recalcada por el autor la miseria sexual y
afectiva de los hombres-clientes: todas las que están encerradas conmigo en
estos momentos van a darme la razón porque… ellas me hablan con sus vocecitas
delgadas que sólo dicen ay, ay, more, more, yes, yes, increased testosterone
levels!, ellas me van a decir cositas mientras esté encerrado en este peep con
cinco pantallas pequeñas y una grande y con comandos para una sola mano, todas
ellas, digo, pienso, toco, inserto, acciono, obtain giant rock-solid more
powerful erections!..., ellas vienen gentiles y presurosas y se abren frente a
mi rostro más fiero y a mi lomo más tenso, serán tal vez las yeguas de bárbaros
Atilas…, viajo a bordo de un cuerpo fraccionado en seis colores… puedo… sentir
el incomensurable y misericordioso amor que todas ellas tienen para darnos a
nosotros los desposeídos, huérfanos y viudos con joystick…
Desde el peep show, frente a las pantallas y con aromas de vinilo, cuero
y látex, entramos a multiples sexualidades (como por ejemplo trans with
trans) y prácticas sexuales alternativas (como el gang bang, un tipo
de orgía en la que una mujer mantiene relaciones sexuales con tres o más
hombres por turnos o simultáneamente), así como intervenciones directas
sobre el cuerpo (injertos, trasplantes, cirugía plástica, mutilaciones, body
pruning, canibalismo) y enfermedades (sida, anorexia, vigorexia). La
subcultura sexual a la cual el autor más recurre es el universo BDSM (Bondage-
encordamientos, ritualizados o no, sobre el cuerpo humano e inmovilizaciones
con cadenas, esposas o pañuelos, entre otros, y Disciplina (spanking),
Dominación/Sumisión, Sadismo/Masoquismo), y con ello el fetichismo.
En su artefacto, C. Gutiérrez, equilibrista sin red, ve a Marilyn
cantando My Heart Belongs to Daddy (y se excita), deplora
las burqas descuartizadas por la guerra, militariza a La Gioconda
al retratarla con una ametralladora, humaniza a las chicas con ranura de
los peep show, selecciona eyaculación facial en los peep show,
le dice metrosexual a Rat Singer (léase Ratzinger), recuerda los
niños seminaristas sodomizados por el Cardenal y Arzobispo de Viena,
ironiza la Santa Sede que aboga por la purísima santificación de la familia
heterosexual, simpatiza con Magdalena la Feladora, compadece a las
vírgenes de Quecheslovaquia, evoca la complejísima cuestión del ombligo
de Adan y la complejísima cuestión del ombligo de Eva, corporeiza a
la gran urbe al verla con brazos sembrados de luxaciones bajo las escamas,
retrata a la Niña sin fecha pero con la piel colgando en tiras como trapos (Nagasaki),
piensa en la niña colombiana… herida por una narco-bala que le atraviesa la
columna vertebral, considera que El Cuerpo del planeta es un conjunto
fracturado, y por lo tanto sabe muy bien, sin duda alguna, abrazar la
humanidad sexuada de par en par, apuntando siempre a deconstruir el lenguaje y,
con ello, el sexo.
Al evidenciar con provocación las lacras biologizantes que -desde las
religiones, el capitalismo neoliberal y otros regímenes fundamentalistas-
construyeron, en base a una dominación patriarcal asfixiante, un pacto
social que prefiere la heteronormatividad, la homofobia y la transfobia a
la diversidad sexual LGBTQI (Lesbiana, Gay, Bisexual, Transgénero, Queer e
Intersexual), y donde las mujeres y las niñas se encuentran deshumanizadas al
no gozar de los mismos privilegios y espacios que los hombres, 80M84RD3R0,
desde nuevos códigos narrativos, nuevas epistemes y formas de sentir con
estructura rizomática, abre caminos hacia una fluidez de género que devuelve al
ser humano más vulnerable su dignidad, su libertad y su capacidad de silenciar
los modelos opresores del biopoder.
[1] Fernando Savater, 2007, Contra las pátrias,
TusQuets editores, Barcelona.
[2] Friedrich Hayek, 1994, The
Road to Serfdom, University of Chicago Press, Chicago.
[3] Vicente Luis Mora, 2012, El Lectoespectador, Seix Barral, Barcelona.
[4] Eloy Fernandez Porta, 2008, Homo Sampler:
Tiempo y Consumo en la Era Afterpop, Ed. Anagrama,
Barcelona.
[5] Anouk Guiné, 2 oct. 2011, 80M84RD3R0: la novela
cinética de Czar Gutiérrez, Mediapart:
http://blogs.mediapart.fr/blog/anouk-guine/021011/80m84rd3r0-la-novela-cinetica-de-czar-gutierrez
[6] Marie-Hélène Bourcier, 2005,
Sexpolitiques. Queer Zones 2, La Fabrique éditions, Paris.
[7] Gilles Deleuze y Félix
Guattari, 1980, Capitalisme et Schizophrénie 2. Mille Plateaux, Minuit,
Paris.
“Cuando las cosas se hacen bien, quedan” (Entrevista con el poeta y editor Sandro Chiri) Por Luis Alfredo Pascual (Universidad Privada del Norte)
“El poeta tiene
sus días contados, como todos los hombres”, Umberto Saba
El poeta Sandro Chiri Jaime (Callao, 1958), hijo de
maestros de escuela, tuvo un temprano acercamiento con la literatura gracias a
la biblioteca familiar. Dirige la revista literaria La Casa de Cartón, que nace como una ilusión en 1980, entre los
pasillos de la Universidad de San Marcos, donde, posteriormente, ejerció la docencia universitaria, desde 1989
hasta el 2004, labor que continuó en las aulas de Temple University en
Filadelfia. Chiri es autor de los poemarios El
libro del mal amor y otros poemas (1989), Y si después de tantas palabras (1992), Viñetas (2004) y Poemas de
Filadelfia (2006), esta última fue una publicación bilingüe y Para español marque 2: Escritores
hispanoparlantes en Filadelfia (2010). La profesora italiana Rita Cardillo hizo una antología y
traducción de su poesía con el título Sandro Chiri, el ángel de la muerte y del
amor (2010).
En abril pasado
defendió exitosamente su tesis doctoral
El imaginario nacional en las Tradiciones Peruanas ambientadas entre
1820 y 1885 en Temple University, EE.UU., obteniendo así el máximo grado
académico (PhD) en Literatura Hispanoamericana. Además, Sandro Chiri es
profesor de Lengua y Literatura 2 en la universidad ESAN. Acá la entrevista con
este “poeta acostumbrado a trabajar con perfil bajo”, como bien apuntó alguna
vez Róger Santiváñez.
–
Háblenos sobre el primer contacto con la literatura.
– El primer
contacto tiene que ver con la lectura en casa, la posibilidad de tener acceso a
los libros en tanto que mis padres eran maestros de escuela, fue pues acercarme
a un mundo que poco a poco iba a ir descubriendo: la ficción literaria. Mis
primeras lecturas las hice en casa, ahí encontré los cuentos del francés
Maupassant, los relatos del norteamericano O’Henry, la antología de poesía
peruana que hicieron Alejandro Romualdo y Sebastián Salazar Bondy para la Librería
Internacional de Lima, algo de literatura argentina (Sarmiento, Hernández, Hugo
Wast, Borges). Recuerdo también a los españoles Pérez Galdós con su Fortunata y Jacinta y el Romancero gitano de García Lorca, además
de su trilogía de teatro trágico campesino Bodas
de sangre, La casa de Bernarda Alba
y Yerma. Reconozco que esas serían
mis primeras lecturas y como tú bien podrás darte cuenta, eran demasiadas lecturas
para un muchacho de doce o trece años. Por cierto que ese mundo me cautivó sin
que esto quiera decir que entendía a cabalidad
todo lo que leía.
–
Su padre fue profesor de historia y de
la literatura. ¿Esto influyó para que se convierta en poeta?
– Sí, yo creo
que sí, creo que se fue moldeando poco a poco esta vocación, pero más que vocación diría pasión. Ahora, mi familia
paterna es lectora por naturaleza. Supongo que alguna cuota genética me habrá tocado,
¿verdad?
–
En la escuela, usted fue formado por los
salesianos, luego por los maristas ¿Ello intervino en su lírica?
– Efectivamente. Yo creo que de los salesianos
rescato la disciplina y el sentido de humildad. De los hermanos maristas reconozco
su visión liberal de la vida. Los que me formaron no fueron los maristas fascistas
que educó a la generación de Ribeyro o Toño Cisneros o Rafo León; a mí me tocó
una generación de hermanos impactados por la Teología de la Liberación de padre
Gustavo Gutiérrez. Estos sí que eran hermanos
jóvenes, liberales y de izquierda, abiertos siempre a todo acto de innovación
por parte de los alumnos. Así que cuando paso de los salesianos a los maristas, fue
como pasar de la caverna a la luz. No obstante, debo reconocer que la
disciplina de la caverna me ha ayudado mucho en la vida. La humildad cristiana
es un asunto que siempre me acompaña. Eso se lo debo a los salesianos. Es un
tema que me ha marcado en algo.
– ¿Qué elementos predominan a la hora de
escribir un poema?
– En el proceso de la creación poética existe una
inevitable etapa de aprendizaje donde prima la emoción más que la técnica. Son
pocos los poetas que a temprana edad han
constituido una obra casi adolescente, pero genial. No solo estoy pensando en Rimbaud,
sino también en el poeta puneño Carlos Oquendo de Amat, que a los diecinueve
años ya era un poeta cuajado, un poeta realmente formado. De mi generación mencionaría
a José Antonio Mazzotti como un caso similar.
Yo sí que
tuve una etapa de formación y de titubeo. Mi primera poesía estuvo influenciada
por las formas poéticas tomadas de la tradición anglosajona, impactada por los
modos de decir de la poesía conversacional, una poesía elaborada con el
lenguaje de la conversación cotidiana. El
coloquialismo marcó la primera etapa de mi poesía. Ahí están dos primeros
libros y en los poemas previos que avalan lo dicho. Mi primer poemario El libro del mal amor y otros poemas de
1989 y el segundo Y si después de tantas
palabras de 1992 llevan la marca del lenguaje conversacional que, creo,
haberla superado en algo en los libros siguientes o, más que superado, reciclado y reelaborado.
– Entonces, toma el habla cotidiana como materia prima para su primera
poesía…
– Claro, los temas siempre eran los mismos. En la poesía,
los temas siempre son los mismos: el amor, el erotismo, la amistad, la duda y la
incertidumbre, la muerte, la esperanza… La primera etapa de mi obra poética fue
deudora del lenguaje setentero, del impacto que generó los versos de los
horazerianos.
–
En su biblioteca, ¿qué libro guarda como el más valioso?
– (Sonríe) Casualmente eso me preguntaba hace unos
días. Te diré que guardo con mucho cariño limeño los libros que me firmó Ribeyro
como Prosas apátridas. Se trata de
una dedicatoria muy bonita. También me firmó el segundo tomo de La palabra del mudo. Son firmas de 1993,
un año previo a su muerte. Ribeyro se estaba despidiendo. También guardo con
gratitud un par de libros que Mario Vargas Llosa me firmó.
Tengo una
carta hológrafa de Alfredo Bryce Echenique. Es una carta escrita a mano donde
Bryce me agradece haberle dedicado un número de mi revista. Además, tengo entre
mis pequeños tesoros una carta firmada en Milán por Jorge Eduardo Eielson y siete de Xavier Abril que me envió desde
Montevideo cuando yo era muy joven.
–
Usted posee sino varias “joyitas”…
– (Ríe) Eielson tuvo la gentileza de dedicarme la edición de su Poesía escrita que le hizo el INC en los años setenta. Y como es
natural en esta dinámica, con otros escritores y colegas siempre intercambio
firmas y banderines.
–
¿Cree que se puedan escribir los mejores
versos luego de observar el dolor ajeno?
– (Piensa) Bueno,
creo que ahí estás planteando un tema que, de manera medular, lo ha tratado
Borges con sus poemas conjeturales. En un poema conjetural, el hablante lírico asume
la voz de un tercero y uno habla por ese tercero. De este modo, Borges hace
hablar en un bellísimo texto al coronel Isidoro Suárez. No olvidemos que la
literatura, en general, es artificio, es postura.
La
realidad juega un papel importante, pero para el poeta también es importante ver
hacia adentro. Como decían los románticos germanos: más que ver hacia afuera, es
vital ver hacia adentro, y el día que no se ve nada hacia adentro hay que dejar
de escribir, de producir. Los románticos alemanes hablan de la necesidad de callar
y reflexionar. Es obvio que es una propuesta que apunta a una tarea clave en un
creador: pensar en los diversos asuntos de la condición humana.
–
Háblenos sobre su revista La Casa de Cartón.
¿Cómo nace y como se publica por primera vez?
– La Casa de
Cartón nace en febrero de 1980. El primer número inaugura una nueva década.
La revista en su primera etapa se convirtió en una suerte de vocero de la
generación del 80. Por aquel tiempo, mis compañeros comenzaron a publicar sus
primeros libros. El 79 Róger Santiváñez publica Antes de la muerte, el 81 Mazzotti difunde su Poemas no recogidos en libro y así sucesivamente van apareciendo
los poemarios de Eduardo Chirinos, Mario Montalbetti, Rocío Silva Santisteban,
Mariela Dreyfus, Domingo de Ramos, Patricia Alba. Yo publico al final de la
década, en 1989, mi primer libro. Abro la década editando La Casa de Cartón y la cierro con El libro del mal amor y otros poemas.
Todos, o
casi todos, los poetas de esa época publicaron en las paginas de La casa de Cartón. Esta primera época
duró de 1980 a 1987, fue la etapa “ochentera” de la revista.
–
La etapa universitaria…
– La etapa universitaria,
claro, la etapa modesta donde vamos de menos a más, donde aprendemos a editar,
porque en el Perú tenemos algunos cursos que te dan algunas luces sobre cómo editar,
pero no la profesión de editor literario, como sí lo tienen los españoles. Digamos
que comencé desde cero y recuerdo que uno aprende cometiendo errores y
escuchando a gente que ha hecho labores iguales o semejantes.
Cuando
entrevisté a Francisco Izquierdo Ríos, me dijo “¿Usted publicará la entrevista
que me va a hacer?”; “Sí”, le respondí. “Pero le voy a dar una recomendación. No
se olvide que cada párrafo comienza con sangría y de preferencia organicen su
texto en párrafos no muy largos, que no excedan las quince líneas”. Estas cosas
elementales y básicas, yo las fui aprendiendo en el oficio mismo. Hay que saber
escuchar. En el Perú, el editor se hace a lo macho. De aquí la importancia de
saber ver y escuchar.
La revista
Humboldt, que editan los alemanes para el mundo hispano, fue un referente
para mí. En este proceso de aprendizaje, mi hermano menor, Erik, que es
diseñador gráfico y artista plástico, jugó un rol importante. Él me apoyó mucho;
hasta ahora trabajamos juntos en el sello “Ediciones La Casa de Cartón”. Digamos
que él me enseñó a ver con otros ojos. Como te digo, todo esto fue un proceso
de aprendizaje.
Luego, La Casa de Cartón tiene una segunda
etapa.
– Cuéntenos un poco de esa segunda etapa.
¿Cómo llega su revista a la empresa petrolera OXY?
– La Casa de Cartón,
en una primera etapa, editó ocho números, de los cuales el último fue
sensacional porque fue dedicado exclusivamente a las poetas mujeres; se acabó
de inmediato y tuve que hacer un sobretiro. Fue fenomenal porque reproduje a
las poetas jóvenes y no tan jóvenes de aquellos años.
Me di
cuenta que había mucho éxito en los números monográficos, que eran los que se
dedican a un solo tema o escritor. Es ahí cuando surge la idea de relanzar la
revista con la concepción del número monográfico, con un solo tema. Preparé un número,
arriesgué, me dieron artículos, entrevisté a Ribeyro, me dio fotos, y no tenía
publicidad asegurada, ¡era un riesgo total!
–
Como afirma en su tesis de Licenciatura: Panorama de la literatura peruana contemporánea a
través de una revista cultural. El caso de La Casa de Cartón,
“Producir una revista
cultural en el Perú no es tarea fácil ni barata”.
– Claro, si uno quiere hacer una edición
responsable, bien hecha, tiene que contar con financiamiento. Me encontraba
solo, había conseguido apenas un aviso del Banco de Crédito, un aviso modesto,
simbólico, pero no era suficiente, entonces cuando busqué publicidad alguien me
dijo: anda a las petroleras; y la primera y única petrolera que toqué fue OXY donde
me encontré con gente realmente receptiva, inteligente. Se trataba de abogados
e ingenieros que apostaron por este proyecto cultural.
De esta
experiencia, han quedado 29 volúmenes de la revista, de una publicación digna
en la presentación y el contenido. El primer número estuvo dedicado a Julio
Ramón Ribeyro y el último, a Rodolfo Hinostroza. Otros ejemplares están dedicados
a Martín Adán, Emilio Adolfo Westphalen, Abraham Valdelomar, Xavier Abril, Blanca
Varela, Francisco Bendezú, Javier Sologuren, Alejandro Romualdo, Antonio Gálvez
Ronceros, Carlos Eduardo Zavaleta, Jorge Eduardo Eielson, Antonio Cisneros, en
fin, son números valiosos; sé que son valiosos
no porque los haya hecho yo, sino porque sirven de referencia. Veo los
artículos citados en tesis universitarias; compruebo que los ejemplares están
universidades como San Marcos, la Católica o la de Lima. En sus hemerotecas, los
ejemplares son consultados permanentemente. Eso da gusto porque de alguna
manera ese es el fruto de un esfuerzo colectivo en donde el poeta Luis Alberto
Castillo juega un rol vertebral en el proceso de la edición en esta segunda
etapa.
Llego a
la conclusión de que no fue un trabajo en vano. Cuando las cosas se hacen bien,
quedan, y quedan para los que vienen atrás, para las generaciones posteriores.
Fue una experiencia sumamente grata y, por supuesto, la revista ganó en
presentación, color, formato y por los óleos de artistas peruanos que contenía.
–
Háblenos sobre “Poema donde el alma de un ciclista se despide de su cuerpo”, de su poemario Viñetas. Poema marcado por la realidad.
– Iba como
pasajero en un microbús por la avenida Arequipa, muy temprano y, en eso, atropella
a un ciclista matándolo ipso facto (en
el acto). Veo el antes, el instante y el después de la escena. Todos los
pasajeros tuvimos que bajar; justo el accidente ocurrió en la puerta de la
embajada alemana.
Soy
testigo del tránsito de la vida a la muerte de un hombre humilde que vendía
periódicos y que es atropellado por el conductor del microbús, en el que yo
viajaba. Pero también por la temeridad de la propia víctima. Una cosa muy
dolorosa ser testigo de un asunto así. Y no se como surgió el poema; hay algo
que tiene que salir, ese dolor lo catalizas y al día siguiente se concreta el
poema; una experiencia muy dolorosa como para dejar de elaborar.
Hay cosas
terribles que he visto en la vida que no me han producido absolutamente nada.
En este caso, quizás el rictus de dolor de un cuerpo al despedirse de este
mundo haya motivado en mí el poema que aludes.
–
¿Considera que el poeta tiene una
misión?
– Sí, una misión con la palabra, básicamente. Si
está bien usada y logra textos dignos, saludables y vitales, que perduran, ha
cumplido su misión; pero esa misión se la dio la palabra y la palabra no le pertenece, es de la tribu. El poeta es
el que moldea la materia prima verbal de su tribu. Su principal tarea es con el
idioma.
Si leemos
a Vallejo y nos conmovemos con sus poemas o, nos enternecemos con los poemas de
Luis Valle Goicochea o Juan Gonzalo Rose, es porque han tratado bien la palabra.
Finalmente
los tópicos y los temas, son siempre los mismos. En la historia de la poesía,
los temas serán el amor, la muerte, la existencia humana y el dolor, como
principales, pero cada generación de artistas lo expresa con el lenguaje de su época.
–
Y
de acuerdo a su propia visión…
– Por supuesto, porque somos, finalmente, sujetos sociales,
no solo individuales; expresamos un punto de vista de clase, por cierto. Pero
el éxito no está en el hecho de que el artista sea así o de esta otra manera, sino
en cómo trata el lenguaje; eso es lo que trasciende.
¿Por qué
seguimos leyendo una novelita como La
casa de cartón, escrita por Rafael de la Fuente Benavides o Martín Adán, si
prefieres? Porque está bien escrita, porque el joven escritor se esmeró por frasear de una manera original, fresca, fecunda,
en este idioma que nos ha tocado que es el castellano.
–
En ese sentido, ¿cuál es la labor principal del poeta?
– El poeta es un trabajador de la palabra. En la
historia del arte y la humanidad uno encuentra artistas realmente formidables, excepcionales,
pero que han tenido una vida marginal o ejemplar. Pienso en el pintor italiano
Caravaggio, era prácticamente un delincuente, todos sus modelos eran amigos de
las tabernas, prostitutas, la gente marginal, pero a él lo contrataban las
congregaciones religiosas por el talento inmenso que tenia para pintar escenas bíblicas.
También
está el caso del poeta norteamericano E.E. Cummings que era ginecólogo, médico
de profesión, y mientras esperaba a sus
pacientes, escribía sus poemas. Además, el pintor Rousseau, el aduanero, se
dedicaba a pintar cuando terminaba su labor en la aduana. Entonces creo que nada,
absolutamente nada, es obstáculo para la creación humana, te dediques a lo que
te dediques. Nada es incompatible con el arte.
Volviendo
a tu pregunta, el poeta, el artista en general,
tiene una labor mayúscula en el conjunto de su sociedad: tratar lo mejor
posible la materia prima con que trabaja, ya sea el literato con las palabras,
el músico con las melodías, el pintor con el mundo cromático, el arquitecto con
el diseño y los volúmenes al igual que los escultores. Más allá de ello, creo
que esa es la labor principal del artista.
–
¿Qué significa poesía, más allá de la teoría existente?
La mujer
más celosa que hay en la Tierra es la poesía, es un asunto que hay que tener
presente. “Cuando uno abandona la poesía, la poesía te abandona” me decía el
poeta Francisco Bendezú. La poesía es celosa, para ella todo es secundario,
requiere que el poeta le dedique todo su tiempo.
Aunque poesía
no necesariamente es crear, escribir o producir, la poesía implica leer
permanentemente, como parte del ritual alimenticio, poetas de tu lengua y de
otras también; Pessoa, el portugués, por ejemplo o los poetas brasileros que
son una delicia.
En EE.UU.
he vuelto a releer poetas como Walt
Whitman, E.E. Cummings, Robert Frost y Edgar Lee Masters. En el Perú también se
pueden revisar traducciones, pero en las bibliotecas universitarias que he
visitado en los Estados Unidos he visto las bellezas de ediciones que les hacen
a sus propios poetas, ¡Qué ediciones tan bellas, por Dios!¡Qué respeto a su
tradición literaria! Ediciones con tapa dura, con fotografías y a precios no
muy altos.
–
¿El hecho de residir en EE.UU., un país con diferente cultura, idioma y clima, ha
marcado su obra poética?
– Tengo un libro, Poemas de Filadelfia del año 2006, que es el registro de mi primera
experiencia, de mi primer contacto con una ciudad ajena. También tengo un segundo
libro donde, más que autor, opero como editor, se llama: Para español marque 2: Escritores hispanoparlantes en Filadelfia del
año 2010, donde reúno un conjunto de textos escritos por autores hispanoamericanos
que radican en Filadelfia o han vivido allá; recojo las voces de otros escritores
que han escrito en español estando en esa ciudad y todos los temas, sin
excepción, giran alrededor de esta ciudad que nos cobijó. Fueron escritores
amigos o conocidos con los que participamos en diversas lecturas, siempre en
español, y en esta ciudad de los Estados Unidos. Entonces son dos libros: uno
como autor (Poemas de Filadelfia), y
el otro como editor-compilador (Para español marque 2: Escritores hispanoparlantes
en Filadelfia).
–
¿Qué elementos ha adoptado?
– Bueno, quizás eso se note con claridad en Poemas de Filadelfia que es una edición bilingüe.
En esos poemas hay una visión muy particular de una ciudad que te cobija y que
aparentemente te trata bien, pero hay un no sé qué que incomoda y perturba en
la voz y el alma del hablante lírico. Ese no sé qué es la desadaptación de un
latinoamericano en los Estados Unidos: un clima distinto, otras costumbres,
otras experiencias. Todo ese primer contacto agridulce está expuesto palmariamente
en los poemas.
Sabía que
ser migrante presupone una etapa de sacrificio y esa etapa pasa entre otras
cosas por convivir con una cultura que no siempre te acoge plenamente. Se trata
de una vida incompleta, llena de insatisfacciones anímicas, donde el tiempo
transcurre y tú a veces sientes y piensas que ese tiempo mejor lo hubieras
aprovechado en tu país de origen. Pero era el precio que, en mi caso, tenía que
pagar para alcanzar la meta que me había propuesto: obtener mi doctorado. En
suma, ningún migrante es feliz por completo.
–
¿Poemas de Filadelfia es su última publicación?
– Como creador, sí. Pero el Instituto Italiano de Cultura de Lima publicó el libro bilingüe Sandro Chiri: el ángel del amor y de la
muerte del 2010, con las traducciones que hizo Rita Cardillo.
–
¿Se encuentra elaborando un nuevo proyecto?
– Hay un
libro que esta en imprenta que posiblemente salga este año en Nueva York, un
libro de ensayos que ha hecho el profesor Camilo Fernández sobre mi poesía.
Otro
asunto es con la escritura de un breve ensayo sobre los hermanos Abril en
España, y que deberá publicar una revista de Sevilla; además de otras labores.
–
¿Qué consejo le daría a los jóvenes que quieran seguir el camino de la poesía?
– Más que un
consejo, pensaría en voz alta. Las personas vinculadas al mundo de las letras
tienen que ejercitar el acto de la lectura de manera permanente, la lectura es
el motor, sin ella no hay nada; vivimos en un mundo fragmentado. El mundo te
obliga a vivir rápido, siempre vivimos rápido, no hay reflexión, no hay
meditación y la poesía pasa por esos ejercicios mentales, que son los que
quedan y lo otro son actos mecánicos que sirven para esperar a la muerte, no
son actos trascendentales. Como decía el poeta Luis Hernández “Solitarios son
los actos del poeta, como el amor y la muerte”. Y esa soledad que reclama el
poeta es para meditar, reflexionar porque acaso esa es su misión en su tribu.
La
lectura es una labor imprescindible para el mundo académico y el creativo. Una
persona que no lee, que no se actualiza, cualquier cosa que estudie, está
perdido, está en desventaja. Pienso, por ejemplo, que un creador tiene que viajar,
oler, observar, conversar, visitar a los artistas mayores, eso es importante. Son cosas que he aprendido
en la vida.
Por
ejemplo, yo hablaba mucho con el poeta Alejandro Romualdo, que fue un tipo tan
reservado, y fue él quien me contó infinidad de cosas al igual que con Francisco
Bendezú o Wáshington Delgado. Entonces conversar con artistas mayores, son
labores básicas, aprender otros idiomas también, es fundamental. La lengua de
comercio es el inglés, hay que aprenderla, mientras más lenguas conozcas, mas
puertas se te abren, es algo que he comprobado.
–
¿Cuál es el razonamiento en su poemario Y si después de tantas palabras?
– Es un libro experimental. Un libro que recoge con
un lenguaje coloquial, diversas experiencias, pero donde reflexiono sobre la
poesía misma.
Y si después
de tantas palabras es un verso de Vallejo y yo lo uso para preguntarme por la
poesía, qué queda cuando decimos algo, cuál es el mensaje, el aporte de la
poesía en la historia de la humanidad. Es un libro imperfecto, de formación,
pero que alguna gracia tiene. Yo le guardo gratitud.
– En
una entrevista dice “Uno puede engañar a cualquiera, menos a su propio corazón”.
– Quizás por despistado terminé estudiando negocios,
pero llegó un momento en que decía ¿qué hago acá? Puro sentido común. Negocios
es toda una especialización, más aún en el mundo contemporáneo y virtual en el
que vivimos. Abandoné todo y me puse a estudiar literatura y la mayoría de los
que estudiaban conmigo en San Marcos trabajan en otros menesteres, menos como literatos.
Creo que
yo era uno de los pocos que me ganaba la vida como profesor mientras estudiaba.
Otros trabajaban en bancos, en empresas donde ganaban bien; el único que no
tenía dinero era yo que trabajaba como profesor (Ríe). Eso es… pero creo que la
frase sigue vigente, uno puede engañar a cualquiera, menos a su corazón, sino
estudias lo que realmente quieres vivirás con cierto grado de frustración
interna por no haber logrado lo que realmente querías. Eso implica tomar
decisiones, obviamente. Conozco gente que ha estudiado filosofía que gana buen
dinero siendo asesores de parlamentarios.
–
¿Cómo ha sido su experiencia como
docente en la universidad de Temple, en Filadelfia? ¿Alguna anécdota quizás?
– Interesante. El alumno norteamericano es informal,
en escencia, porque es una cultura despreocupada, liberal. Por ejemplo, difícilmente ves en muestras universidades que las
muchachas tomen el sol sobre la grama, quitándose el polo, y se queden en short
y sostén, pero allá es normal. Las muchachas ponen su toalla, como si estuviesen
en la playa, se quitan el polo, toman sol y nadie las mira, todo es natural.
Acá sería poco menos que una loquita.
En cuanto
al aula, no creo haber tenido algún incidente. Si se matriculan es porque están
interesados en el curso. En general, diría que ellos tienen interés muy marcado
por la cultura latinoamericana, en tanto esa cultura está viva en su país; acuérdate
que son más de cincuenta millones de hispanohablantes en los EEUU. Es un país lingüístico
dentro de un país más grande. La población latinoamericana convive con la
cultura anglo y con las múltiples minorías lingüísticas que viven al interior
de ese territorio. En muchos negocios o
estudios de abogados o consultorio médicos tú puedes leer un cartel que reza “se
habla español”, como señal de que hay un mercado a los cuales se les ofrece un
servicio.
Eso sí, una cosa curiosa, acabado el
semestre los alumnos ya no te conocen (Ríe), lo que no sucede en nuestro país donde
tu profesor es para toda la vida, donde si tú lo ves te acercas y lo saludas si
es que hay un grado mínimo de aprecio. En los Estados Unidos, el profesor pasa
a condición de invisible una vez acabado el semestre. Eso es algo que no he
terminado de entender, a pesar que son buenos muchachos y todo, pero mientras ya
no le eres de utilidad, te conocen, luego ni te miran. Curioso, ¿verdad?
MARIO MONTALBETTI Y LA NUEVA POESIA PERUANA por Roger Santiváñez
Cuando en el número uno de la revista limeña Hueso Húmero
correspondiente a los meses de abril-junio de 1979, el joven poeta Mario
Montalbetti publicó su poema Quasar / El misterio del sueño concavo los
lectores de poesía peruana quedaron notificados que algo nuevo empezaba a
suceder en el ámbito del lenguaje -hasta ese momento instituído- como canon
establecido para la expresión poética.
En efecto, desde los días de Canto ceremonial contra un osos
hormiguero de Antonio Cisneros, premio Casa de las Américas 1968 (por entonces
el galardón de poesía más importante de la lengua espanola) el tono coloquial
se impuso como la manera más rotunda y actual de configurar un poema en
Hispanoamérica. Cito del texto Karl Marx died 1883 aged 65: “Ah el viejo Karl moliendo y derritiendo en
la marmita / los diversos metals/mientras sus hijos saltaban de las torres de
Spiegel a las /islas de Times/ y su mujer hervía las cebollas y la cosa no iba
y después / sí y entonces / vino lo de la Plaza Vendóme y eso de Lenin y el
montón/ de revueltas y entonces / las damas temieron algo más que una mano en
las nalgas / y los caballeros pudieron sospechar / que la locomotora a vapor ya
no era más el rostro de la / felicidad universal/ …/‘Así fue, y estoy en deuda
contigo, viejo aguafiestas’ “ . Claro que esta tendencia había empezado a tomar
cuerpo con la obra del nicaraguense Ernesto Cardenal – entre fines de los 1950s
y los early 60s, así como en La pieza oscura libro de Enrique Lihn de 1963. Sin
olvidar –por supuesto- trabajos pioneros como el de Salomón de la Selva, en los
años de 1920, tal como señaló en su momento José Emilio Pacheco, en su célèbre
Nota sobre la otra vanguardia, quien –por su parte- fue también una de las
estrellas de aquel firmamento conversacional –quizá en su instante de máximo
esplendor- con su libro No me preguntes cómo pasa el tiempo que es de 1969. O
el Roque Dalton de Taberna y otros lugares, igualmente de 1969. Por supuesto
que el verdadero padre de la onda es Nicanor Parra con sus Poemas y Antipoemas
de 1954.
Para el caso del Perú es imprescindible tomar en cuenta a la
llamada generación del 70. Exáctamente en 1969 aparece también un libro –en
aquella coyuntura, sui-generis- Poemas de entrecasa de Manuel Morales, quien
–en cierta medida- dará el tono que caracterizaría el lenguaje –digamos-
ultraconversacional con que aparecerán los poetas del Movimiento Hora Zero en
su estallido de 1970.
Justo es decir que ya desde 1967 Manuel Morales venía
trabajando en aquel manojo de textos, dueños de una frescura coloquial notable
en su acompasado ritmo: “Dijo ser Napolitano./ Poseer dos queridas y un reloj.
Y un apodo (por supuesto)./ Pero reconocía al Callao como su más cruel amigo./
Disparó media docena de cebadas. Y puso dos discos. / Luego habló de hembras
calientes y recitó un soneto./ Una rata rubia salía de sus labios.” Este último
verso resume todo el poder revolucionario de la tendencia: El oxímoron
conceptual implícito entre el repulsivo animal y la condición –diríamos- aria
que se juntan en el personaje del poema, desemboca en la metáfora visual de la nueva
arte poética, imagen viva del tono conversacional radical que se anunciaba.
Pero un poco antes –hacia 1965- un joven poeta del
clasemediero distrito de Jesús María en Lima, llamado Luis Hernández ya había
realizado un experimento coloquial de inobjetable resultado, al fusionar en una
breve estrofa la musicalísima cadencia rítmica de nuestra lengua con el habla
cotidiana en su extrema expresión callejera incluyendo la juvenilia más procaz:
“Ezra: / Sé que llegaras a mi barrio / Los muchachos dirían en la esquina: /
Qué tal viejo, ché su madre”. Y no es casual que el interlocutor del poema sea Ezra Pound, cuyo
apotegema Poetry is Speech sería el pensamiento guía no sólo de la generación
del 60 sino de hasta por lo menos dos promociones posteriores en el Perú.
Ambos versos –el de Manuel Morales y el de Luis Hernández-
podrían ser comparados –en el ámbito hispanoamericano con éste otro de Enrique
Lihn: “En el prado crece la hierba como los pendejos en el pubis de
Isabel”, inscrito en su libro A partir
de Manhattan (1979). Es decir, se trata de cómo un lenguaje lisuriento, sucio o
degradado [aquí habría que remontarse hasta Baudelaire, como explica Hugo
Friederich en su todavía imprescindible
Estructura de la lírica moderna] consigue lograr alta poesía no sólo por el
contraste del oxímoron sino por su exacta ubicación en el devenir del correlato
poético y la belleza de su plasmación expresionista. En líneas generales puede
decirse que éste fue el cometido más importante de esa pléyade de poetas
peruanos que –circa 1970s- restituyeron el arte poético a la vida cotidiana,
desacralizando cualquier tipo de retórica, engolamiento o solemnidad, mediante
el imperio del tono conversacional que –como queda claro- primaba en las letras
hispanoamericanas. Jorge Pimentel, Juan Ramírez Ruíz, Enrique Verástegui,
Carmen Ollé –todos vinculados a Hora Zero- más José Rosas Ribeyro y José
Watanabe u Oscar Málaga –este último en una onda rock- serían representativos
de dicha actitud.
Pero he aquí que –como pronosticó el gran maestro Antonio
Cornejo Polar- “hacia 1975 se observa la
aparición de poetas muy jóvenes que imponen una nueva inflexión, todavía
imprecisable, en el intenso movimiento poético de los últimos años” . Y Jorge
Pimentel –sin querer queriendo- lo anunció en un verso de su radical e
interesantísima opera prima Kenacort y Valium 10 cuando afirma: “1975 será el
nuevo renacimiento” . Pues bien, veamos
qué pasaba en la poesía peruana en dicho momento crucial.
Bueno es empezar anotando que en aquel 1975 hizo crisis el proyecto
reformista del general Juan Velasco Alvarado, proceso que se había iniciado con
el golpe militar del 3 de octubre de 1968, poniendo en marcha un paquete de
reformas estructurales que cambió la faz socio-histórica del Perú, provocando
el súbito ingreso del país a una modernidad de expresión mestiza –o chola- como
la que se vive actualmente. En éste sentido, algunos observadores han planteado
que el Movimiento Hora Zero (1970) sería la representación en poesía de dichas
coordenadas socio-históricas. Aquí podríamos agregar que la teoría estética de
Hora Zero –sustentada principalmente por Juan Ramírez Ruíz y denominada Poesía
Integral - sería la variante peruana del conversacionalismo hispanoamericano, a
principios de los años 70.
Esta poética horazeriana muy bien ilustrada en sendos libros
titulados Kenacort y Valium 10 y Un par de vueltas por la Realidad de Jorge
Pimentel y Juan Ramírez Ruíz –respectívamente- y caracterizada por lo que
podríamos llamar una épica-urbana superconversacional (llena de mierdas y
carajos, por así decirlo) pasó casi desapercibida para la crítica y el gusto
del momento, sencillamente porque –como afirmaban sus manifiestos
introductorios, se trataba de libros
escritos “no para agradar, sino para desagradar, romper tabúes, abrir
conciencias” . De modo que quien se llevó la palma de la crítica y la
aprobación unánime fue un poeta más joven que los fundadores de Hora Zero, el
también horazeriano Enrique Verástegui. Desde el punto de vista del gusto
literario establecido su libro En los extramuros del mundo (1972) concitó el
reconocimiento general, debido a su envidiable ritmo y a la órfica plasmación
textual de sus temas. La soledad del joven marginal y/o provinciano en la
desbocada Lima- monstruo de la gran oleada industrial modernizadora de fines de
los 60s. La expresión verasteguiana -que podríamos calificar de refrescante lírica-urbana en su conseguida
coloquialidad- tendría una vasta
influencia en el estilo de aquella hora, propagándose como un reguero de
pólvora entre los muchos jóvenes e insurgentes poetas de Hora Zero y otros
grupos como La Sagrada Familia y poetas sin grupo o señeras individualidades.
Lo concreto es que hacia 1975 dicho tono proveniente de
Verástegui (aunque también de José Cerna Bazán, justo es decirlo) propalado
básicamente vía la antología Estos 13 (1973) de JM Oviedo, era el que primaba
en la manera de escribir poesía para los jóvenes de dicho momento
histórico. Sin embargo, ya para aquel
entonces había empezado una nueva movida en los predios de las dos
Universidades clásicas de Lima: San Marcos y la Católica, a través del agitado
movimiento de las pequeñas revistas de poesía.
Estas eran: Nubetonta , Tallo de Habas y Textos, sanmarquina ésta ultima y
catolicenses las dos primeras, a las que habría que agregar Auki –de estirpe
más bien callejera, en el sentido de ajena a los cláustros académicos, y
posteriormente Ave Destino, Pez Soluble
, Escritura, Unión Libre y después la revista del grupo La Sagrada Familia y el
sello editorial Ruray.
De todas ellas la que nos compete aquí es Nubetonta ya que
en ella debuta en la poesía Mario Montalbetti. Desde su primer número en vez de
un Manifiesto propiamente dicho, podemos leer una cita de Maurice Nadeau que
conlleva toda la radicalidad de su propuesta. “La poesía no necesita de
caballeros que busquen cortejarla, sino de muchachos dispuestos a violarla”.
Esta declaración aparentemente maldita, en realidad lo que quiere significar es
el deseo de los jóvenes poetas circa 1975 por cambiar –violar, en este sentido-
las pautas establecidas en la maniera poética de esos años. Eso es exáctamente
lo que principió a hacer Mario Montalbetti, el principal cabecilla de esa
pequeña empresa e íntima pero decisiva revuelta.
Vamos a centrarnos entonces en su poema Quasar / El misterio
del sueño cóncavo aparecido –como dijimos al comienzo de esta nota- en Hueso
Húmero de Lima hacia 1979. Conviene señalar que Montalbetti ya había dado a
conocer su primer libro denominado Perro Negro, 31 poemas el año anterior, en
el cual ya puede vislumbrarse algo de lo cualitativamente nuevo que traería el
Quasar. Empezaré por un testimonio
personal. Cuando me tocó leer por primera vez el poema, inmediatamente después
de su publicación, me quedé suspendido, en una especie de nubetonta –como se
llamaba la revista original de Montalbetti- es decir, envuelto en el fraseo del
texto, paladeba sus imágenes y su lenguaje degustando la plástica sucesión de
su órfico ritmo, pero sin comprender absolutamente nada de su semántica. O casi nada: “Abismo es la distancia entre el
arco más alejado de tu asedio / y el mueble punto sobre el que te ciernes. /
Sentado sobre el catre blanco trato de replantear el Este. / Tus ojos espejo
continuaron la senda helicoidal / y se bebieron toda la luz” . El interlocutor con el que interacciona el
sujeto poético es un “pequeño tigre” según se nos informa literalmente, pero
pronto nos damos cuenta que este “Tu” puede ser simplemente “el otro” y ya
sabemos -con Borges- (o con Rimbaud)- que “el otro es el mismo” o quiza es “la
otra” pero transexualizada porque es un ser fálico. O finalmente podría ser la
prefiguración del poema. El ser poema. O –cerca de Heidegger – el ser es el
poema. Por este camino –pienso- nos aproximamos mejor al trabajo de
Montalbetti, porque para él –cito sus declaraciones -2005- a Giancarlo Stagnaro
en la revista digital el hablador: “Hay ciertas construcciones que me parecen
sorprendentes y las sigo” E inmediatamente: “Me asustó una frase y escribo un
poema sobre esa frase y luego en el momento de producir el poema empieza a
llenarse de contenidos vitales”. Es decir, se trata de lenguaje. Primero que
nada: única y exclusivamente lenguaje. No hay un tema previo, sino que el tema
se va construyendo a través de unos sonidos –frases- súbitamente encontrados en
el grado cero de la escritura o creación. Por eso decía que el camino de
Heidegger “el ser es el lenguaje” es una buena vía para acercarse a esta
poesía. Algo central en todo ésto es la condición de linguísta de
Montalbetti. Sobre el punto él declara:
“Uso la metalinguística que es el lenguaje para escribir poesía. Cuando hago
linguística trato de demostrar que el lenguaje no existe. Cuando escribo poemas
trato de probar que estoy equivocado”.
Como puede colegirse se trata de una gran contradicción, en
la que el resultado es el texto y dicho texto lo que –digamos- se textualiza es
aquella contradicción que no es sino lenguaje reflexionando sobre el lenguaje.
Este es el meollo fundamental de la obra montalbettiana: ser una meta-poética,
poesía sobre la poesía, lenguaje sobre el lenguaje. Así leemos en el Quasar:
“Eres bajo una forma de ser / que toda mi experiencia anterior me dice que no
es./ Eres igual a mí pero vacío, / Y sin embargo eres costumbre cuerda nudo
asombro alisio” .
Nótese la
construcción del último verso en la que sólo discurrimos en la ondulante cadena
fónica y su impacto estético y luego comprendemos que todo éso “costumbre
cuerda nudo asombro alisio” sería una transformación verbal, otros nombres para
lo mismo: el poema, el “pequeño tigre” o la poesia. Pero lo importante aquí no
son los otros nombres de la poesía, sino que la poesía es éso: la secuencia
sónica, la propia materia concreta del sonido emitido durante el tiempo del
verso.
Sobre el punto el poeta nos lo dice claramente unas líneas
más adelante: “Ninguna realidad está debajo de ese lenguaje; / sus palabras no
mencionan objeto alguno”. Aquí está implícita la negación nihilista del
lenguajue tal como lo entendemos usual y cotidianamente, que es lo que
Montabetti desea proponer como linguísta.
Pero el ser concreto del poema demuestra –de hecho-que está equivocado,
por eso afirma en otro verso: “Mis sonidos se sustentan en el error” . O sea:
en esta equivocación, porque ahora tenemos la existencia real del poema. Sin
embargo el poeta apostrofa: “La palabra ‘real’ tomada en sí misma es difícil de
comprender”. Y tambien: “Me miro en el espejo, hace demasiado calor, ‘¿Es esto
real?’ .
Pero igual volvemos a ese abismo del primer verso citado
líneas arriba y su relación con el lenguaje. Dice ahora Montalbetti: “Con ese
lenguaje construyo el abismo que nos acerca, pequeño tigre” . De manera que el abismo está hecho de y con
lenguaje. Pero ¿qué abismo? Sin duda ese vacío que nos separa de nosotros
mismos y de los demás, que podríamos representar con la muerte. O la
desaparición muda. Sigamos este verso: “Nada se ve, nada se escucha, oh imbécil
amo del silencio”. Es decir: “Poesía no dice nada / poesía se está callada /
escuchando su propia voz” como señaló Martín Adán.
Por todo lo expresado hasta aquí podemos coincidir en que la
maniera montalbettiana ya no tiene nada que ver con el conversacionalismo
realista que lo precedió en el uso de la palabra. Montalbetti abrió una senda a
fines de los 70s, proponiendo un nuevo tono para la poesía peruana que
discurrirá – aproximadamente- desde 1980 hasta la actualidad. Dicho ésto sin menoscabo de Carlos Lopez
Degregori y José Morales Saravia, poetas peruanos –generacionalmente más cerca
de Mario Montalbetti, quienes emprendieron –dentro de su propio estilo-una
renovación similar ajena a los postulados del coloquialisnmo. Lo mismo puede
decirse del tono profético autoiluminado de Raúl Zurita en el ámbito
latinaomericano circa 1980, en su afán desprendido del tono conversacional
–digamos- clásico. Ese es un terriotorio nuevo, desde 1980 para acá, aún
vírgen, poco transitado por la crítica, aunque con excepciones claro, por
ejemplo Pulir Huesos, 23 poetas latinoamericanos (1950-1965) la muestra que
Eduardo Milán preparó para Galaxia Gutemberg en Barcelona (2007).
Indudablemente la antologia Medusario de Kozer, Sefami y Echavarren ya en 1996
lanzó desde el Neobarroco, el primer grito de guerra contra la retórica del
conversacionalismo,ofreciendo esta nueva poesía del lenguje que allí
presentan poetas como Eduardo Espina,
Reynaldo Jiménez , Coral Bracho, por ejemplo. O el visionario Néstor Perlongher. A ésta pléyade pertenece Mario
Montalbetti.
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