martes, 5 de julio de 2011

YOLANDA WESTPHALEN POR SONIA LUZ CARRILLO Y MAY RIVAS


Conciencia CREADORA

Formada en San Marcos, Yolanda Westphalen fue, a decir del crítico francés Roland Forgues, la primera poeta peruana de formación rigurosamente universitaria.

Por: Sonia Luz Carrillo*

“Estudié Literatura y Filosofía en San Marcos. Fue la época de oro de San Marcos… Hice mi tesis de bachillerato sobre ‘Los ríos profundos’, de José María Arguedas. Y me dediqué a ese trabajo con verdadera pasión porque Arguedas es para mí todo un símbolo del Perú”, sostuvo Yolanda Westphalen en una entrevista que le hizo Roland Forgues. Ella es la primera poeta peruana de formación rigurosamente universitaria en el campo de las letras, a decir del mismo Forgues y Marco Martos (“La escritura es un acto de amor”, 1989).

Voz reconocida

Yolanda Westphalen (Cajamarca, 1925 – Lima, 2011), poeta, narradora y estudiosa de la literatura, es una de las voces reconocidas en la creación literaria peruana. Se doctoró en Literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en 1976, con la tesis “Interpretación y análisis de la novela Pedro Páramo” de Juan Rulfo. Su poesía, que denota las huellas de su conocimiento literario unido a la fina observación de la experiencia humana, dio como resultado los poemarios “Palabra fugitiva” (1964), “Objetos enajenados” (1971), “Universo en exilio” (1984), “Antología poética” y “Ojos en ceguera clausurados” (1989), “Díptico” (1987), “Fuegos fatuos” (1996), “Graffiti” (1999), “Silencio de piedra” (2005) y finalmente “Viviendo el tiempo” (2008). Westphalen, junto con Magda Portal, Blanca Varela, Cecilia Bustamante y Lola Thorne, constituye el caso de escritura de mujeres abordada con alta conciencia creadora del poema, en tanto construcción estética, con la mirada atenta a los acontecimientos tanto exteriores como de la íntima realidad. En sus textos se encuentra con frecuencia la huella del existencialismo, como ella dice en la entrevista mencionada: “Yo empecé a estudiar después de la Segunda Guerra Mundial…Leí a Sartre, a Camus; y eso conformó mi circunstancia, lo que me envolvía. Yo expresaba aquello que sentía; por eso mis libros llevan toda esa angustia en la cual yo me he forjado como mujer”.

La palabra huidiza

Desde el título de sus poemarios es posible un acercamiento a sus motivos poéticos, la palabra huidiza; la recreación en observar y registrar los objetos nimios para hacerlos contar asuntos hondos; la reflexión sobre el tiempo y la utilidad o inutilidad de los sucesos cotidianos. Como ella misma declara: “Mi poesía es como una lucha vital, feroz, terca contra el tiempo, para aprehenderlo y extraerle toda su substancia. Encontrar en ella, además, la más auténtica palabra, que defina mi propio ser”. Con ocasión de su primer libro, el filósofo peruano Mariano Iberico, coautor con Westphalen del estudio “El mundo de Trilce” (1963), escribió: “La poesía de Yolanda Westphalen es una poesía inspirada en el hondo sentimiento estético de lo lejano. En ella se perciben, desdibujados en el distante espejismo de lo inasible, los horizontes que confinan con el sueño y que nos invitan a emprender el viaje lírico hacia las regiones de la maravillosa e indescriptible irrealidad”.

(*) Poeta. Profesora de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la UNMSM.

Fuente:
El Comercio
Hasta SIEMPRE


La presencia de Yolanda Westphalen ayudó a fortalecer los espacios de la poesía escrita por mujeres y acompañó a nuevas generaciones de poetas.

Por: May Rivas de la Vega*

Hay noticias que sacuden y acongojan; la que llegó hace muy pocos días es una de esas. Yolanda Westphalen se nos adelantó en el camino que todos tendremos que seguir. Esa hija predilecta de las letras peruanas abandonó físicamente este mundo, privándonos de su amable voz y el brillo celeste de su mirada. Ella, dueña de una fructífera y estética labor de orfebre de la poesía, de una lírica sincera y delicada, nos deja el dulce recuerdo de la amistad, momentos compartidos y una considerable cantidad de poemarios publicados.

Después de digerir la noticia, asaltaron mi memoria algunos recuerdos, la cadencia de su voz leyendo sus poemas, la presentación de su poemario “Silencio de piedra” en la Feria Internacional del Libro de Bogotá (2004), donde el Perú fue el país invitado de honor. Todas ellas evocaciones muy gratas.

La importancia de su producción literaria, que abarca poesía, narrativa y ensayo, la hizo merecedora de reconocimientos no solo en nuestro país, sino también en el extranjero, como el importante Premio Internacional de Literatura Latinoamericana y del Caribe Gabriela Mistral, en 1999.

La poética de Yolanda Westphalen es de una admirable diversidad de matices y musicalidad que busca avenir al ser humano con el entorno que lo rodea. Todo bellamente construido. Para constatar lo afirmado citaré uno de los últimos poemas de “Universo en exilio” (1984):

“La vida vuela y desciende anochecida / la voz se abre en canto y se ahonda en / llanto / al saberte hombre vencido por la muerte / algo así como se abate toda flor / en senil amanecida / Toda una”.

Solo que en este caso, querida Yolanda, la muerte no te ha vencido, ahora eres parte del brillo de la eternidad y nos dejas el hermoso recuerdo de tu amistad y tu generosa creación.

(*) Gestora cultural, poeta y editora

Fuente: El Comercio

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