miércoles, 19 de agosto de 2020

Microrrelatos del argentino Martín Alvarenga


Preludio del cero a la izquierda
El microrrelato o microcuento tiene una complejidad y una tradición que formularé en forma desdoblada en otras entregas, sin perjuicio de seguir ampliando y yendo a lo hondo de su semántica y su morfología. Esta variable del narrar se da en la condensación de un cuento largo o en una sentencia que se convierte en relato e incluso se materializa en oraciones y aforismos de distintas creencias religiosas que fueron teológicas y luego metafísicas dentro de la expresión literaria.
El microcuento es reconocido por su concentración de sentido que surge del tiempo mínimo del relato en un espacio que se sitúa en pocas palabras en un engarce entre el límite que suma y resta a partir del cero, en una escala atómica y subatómica que se supedita a un movimiento pendular que se corresponden en afinidad de la dualidad, una dualidad superada por la experiencia de la unidad escritural y no pocas veces reflexivas.


Legado de Fu Manchú a través de un microcuento
Cuentan que el filósofo renegado Fu Manchú (hermano gemelo del sexto patriarca) dejó sobre la arena este escrito que no pudo ser borrado por las olas ni por el viento, a saber:                                                                                                                           
“Me acerco al que me quiere y reconoce como ser humano; en cambio, me alejo de aquel que me tome como cosa o me traiga mal agüero junto a un entorno cómplice y malicioso”.
Los hechiceros de su tiempo aseguran que con el agua del océano y el viento salobre la escritura escrita en la playa por el dedo del sabio, se borraba una y otra vez; al instante la escritura viviendo por sí misma resucitada en las huellas de la arena y jamás pudo ser vencida.
*Fu Manchú vivió en el desierto muchos años alimentándose de prodigios. Su existencia data según los registros orales, a mil años antes de nuestra era, dejando un tributo a la humanidad no en menor escala que el eximio conversador llamado Sócrates.
** Otro sí digo: yo soy la reencarnación de Fu Manchú y es mi verdadero nombre Fu Manchú II (por ser la continuidad de un monarca), hermano legendario del emperador Chin Cu Lin. Firmo este poema de mi autoría expresando que no soy el que conocen como Martín Alvarenga. Estoy inscripto en el Registro Civil como aquel sabio del cual provengo y mi denominación es de extracción que me identifica como una aristocracia arisca o un noble bárbaro proveniente de zonas lejanas y cuasi profanas, patentado como desconocido migrante.


Ciudadano indeciso
Una persona ingresa al cuarto oscuro y se encuentra con las dos opciones y dice “¿Qué hago? Piensa en todo lo que pasó en los días recientes y sentencia “¡A todo o nada!”. En seguida toma una boleta, la deja, toma otra boleta y la pone sobre el pecho meditando a la velocidad de la liebre y vuelve a preguntarse “¿¡Nunca me pasó esto!?”.
Vuelve a dejar en la mesa ambas boletas y dice: “Ya sé… voy a votar en blanco”. Es en ese instante en que extrae de su bolsillo un papel en blanco doblado en cuatro, ya va a ponerlo en el sobre, cuando otra idea irrumpe en su mente como un susurro secreto: “Pero me dijeron que votar al votar en blanco se suma al que va primero. ¡Ah, qué suerte!” y en seguida “¡Ah, qué mala onda sentirse culpable!”.
Por último, se dice a sí mismo y a media voz “Voy a votar en negro, qué embromar”. Pausa. “¿Voy a votar el negro? ¿No me dijeron que el negro es color que cae bien con todo? Sí, y lo que me preocupa es que el negro podría ser camaleónico como los corchos flotadores”.
Golpean a la puerta del cuarto oscuro por su excesiva demora.
“¡Un momento por favor, ya salgo!”.
“Ahora sí me doy cuenta de que me embarraron la cancha”, piensa, mientras su otro yo le dice “por ahí sos vos el que la embarraste”. Cierra los ojos y se entrega mansamente a los designios de la casualidad.
Hay tres plagas cuyo manto de oscuridad se cierne y atraviesa a la humanidad:
1) La guerra del dinero
2) La guerra mediática
3) La guerra mortífera de las armas
Sólo el animal parlante carga sobre sus espaldas esta tonelada de espanto, en su condición de víctima y victimario
En calidad de participante de esta especia pregunto: — ¿Quién querrá jugarse por nosotros, los Dioses o la Naturaleza?


 Los tiempos que corren
En tiempos tormentosos hay que tomar el té de tilo que proporciona la sedativa prudencia y la paz mínima y móvil.
De lo contrario, somos una carga explosiva que, de manera repentina, podría explotar, sobre todo en secuencias de ansiedad y tensión extremas entre sistema, individuo y sociedad.
Hacerse sistemáticamente el tonto, un camino para encaminarse o desencaminarse, una salida sin salida con la convicción de que esta es la única manera de sobrevivir.
 Texto anti sorpresa
(Por el cantante de boleros -en retiro efectivo- Antony Alvarenga)
Escribo estas líneas ofreciéndolas de ayuda memoria, en mi condición de filántropo sin capital activo y pasivo.
Ante la rotación de cualquier sistema de gobierno, estamos familiarizados ante el hecho inequívoco de que los corchos salen flotando para salvar su ropa y demás acopios.
Son aquéllos que cuando pasa velozmente el caballo del poder de turno ostentan sin advertirlo su peligroso ingenio: prenderse por la cola del equino como si fueran eternas garrapatas.


Heroicidad de la Madre Patria
Soñé que una mujer titán -en un movimiento elegante y vigoroso- bajaba el sol con una mano, clavándolo en nuestro suelo zigzagueante.
— ¿Por qué hace eso? — dije intrigado.
Ella respondió: — Estoy dispersando la simiente para que las personas de este presente y futuro de buena voluntad tengan a prueba de fuego la esperanza impulsada por una nueva y alegre utopía.


Abrazo de las antípodas
No hay en el universo una criatura de emprendimientos más avanzados y regresivos que la especie humana, campeona cósmica de la bipolaridad.
Nosotros, en esta escisión, estamos en la tarea de impulsar la espera ilimitada, cuestión de que nuestra voluntad alcance el extremo de la cumbre más elevada y se tome el atrevimiento de hacerle cosquillas a la planta de los pies de la esperanza.
Posdata: ¡Les juro que la tecnología padece de una osteoporosis múltiple y nos dicen después que la máquina supera a la gente!


Anhelo de una poética de la existencia solidaria
Desde mi punto de vista he interpretado y vivenciado -en cuanto a la historia de la humanidad- que la violencia muchas veces cuando se desata y hay dos partes, ambas no se benefician, por lo que he llegado a dos conclusiones:
1) en la guerra, gane quien gane, todos pierden.
2) que no estoy de acuerdo que el fin necesariamente justifica los medios. A veces me pasa por la cabeza la épica del pueblo polaco que siempre fuera avasallado en todas sus fronteras, vale expresar ellos tuvieron la vivencia profunda de la rebeldía y la soberanía.
Los argentinos estamos sedados y necesitamos ese misterio de la frase “Por quién doblan las campanas”, por lo que quizás algún día se nos suba la adrenalina de un modo suficiente para que nos arreglemos de una vez por todas.
No estoy desesperanzado, al contrario, es monótono y mediocre vivir sin ideales y anhelo que la revolución sea esencial y no circunstancial. Y para que esto se materialice tendría que primar el incentivo de una moral de la persona y la comunidad: el pensar del conocimiento profundo y el pensar de la sensibilidad iluminada y el practicar el juego de “tengo lo suficiente y lo demás será lujoso”.


Romper el molde
Palabra y pensamiento, experiencia e intuición, dan lugar a una inevitable poética de la existencia.
Una poética sagrada y subversiva, contestataria y visionaria, desmadrada a romper el molde de lo ya establecido como intocable.
Si no intentáramos romper el molde, ¿qué sentido tendría venir a este mundo? ¿Qué sentido habría tenido haber vivido dentro de lo ya dado, evitando lo que no aún no ha sido creado?
 Pensamiento liviano plus
I No podemos hacer nosotros totalmente la vida, también la vida nos hace a nosotros. El modelaje es recíproco: nuestra paupérrima libertad condicional y el capricho del azar.
II No pienses sin despensarte, pues de lo contrario te podrías enredar en la erudición, perdiendo el potencial de sabiduría que se halla de la cintura para abajo de tu esmirriada y noble osamenta.
III Asegurate en mantener y hacer más equilibrada la liviandad de tu pensamiento, sin perder la densidad de su fuego salvaje, que te suelta y te contiene en la cautivante y extraña invención.


Extrema plegaria
La religión auténtica no es una evasión sino creer en algo que no se puede demostrar y sí ayuda a vivir. Me apropio o soy poseído por la fe, cuando dibujo un horizonte con esta inscripción “¡Creo y lo vivo! ¡Vivo y lo creo!”. Todo creyente es un teólogo intuitivo. Por más convicción que tenga, se halla expuesto a vivir situaciones límites buscando un sentido en procura de desentrañar su lacerante duda. Cristo en la cruz, asumiéndose en su humanidad, había dicho “Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”. Entonces, si el Hijo del Padre reveló su debilidad de mortal, aceptemos que no nos abandona esa vacilación de fondo, por más que tengamos la fe en el ancla casi inamovible del destino que diera origen a nuestra sagrada elección.


Esto es lo que queda de mí
Lo que me dicta la conciencia y el inconsciente en lo diurno y lo nocturno y en mis intervalos lúcidos como alterados, desde el silencio reparador del cielo y el travieso hueco que me abisma, mientras me aferro al pensamiento y la palabra desde mi borrosa identidad como contracara cómplice de la diversidad, como única vía salvífica de mi hilarante pellejo.
Lo que queda de mí, una porción invisible de sentirme drogado por la luz y copado con los soles de mi tierra, que nunca llegarán al ocaso, por haber dado origen a la patria que consagra la simbiosis entre el sueño y la vigilia.
Lo que queda de mí me resulta suficiente para luchar por la vida en la dinámica de la existencia. Lo que apenas soy, me permite vivir con las cosas modestas como si este pequeño gusto fuera la riqueza de sentirme no aprisionado por las ambiciones y sí seducido por los diminutos e imperceptibles hallazgos en la vida cotidiana, que me asombra constantemente con su depósito de maravillas.

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