viernes, 12 de julio de 2019

Cinco poemas de ANEN. Conjuro al viento de Ana Luisa Ríos González



La poeta amazónica Ana Luisa Ríos González presenta su poemario ANEN. Conjuro al viento en la FIL Lima el 30 de julio a las 15h Sala Laura Riesco. Comentarios de Martiza Villavicencio y Cucha del Águila.


Anen1

El viento susurra en las rendijas
y acaricia el vuelo de una mariposa,
los astros meditan a lo lejos,
despiertan con el canto azul del sui sui.
Hormigas en fila anuncian la lluvia fresca,
luego nadan desesperadas en los charcos.
Aparece un arcoíris y se guarece la mujer shiijam
Mientras el sol reverbera con las pestañas al aire.
Aletea un jempe tornasol, enamorado colibrí,
con sus vuelos esplendentes en las flores encarnadas,
lleva mensajes de amor a las heliconias
y a las blancas flores del floripondio toé.
Distante viaja, por los ríos, un hombre solitario
va en busca de alimentos para su casa.
Una bella mujer abraza al ocaso
en la chacra, en el monte, en el fresco río
y en la casa silenciosa de madera.
Canta un conjuro de amor para que él vuelva,
a su regreso danzarán como picaflores,
sin anillos ni turbantes ni falsas proclamas:
solo amor se prometen bajo el cielo estrellado.

1 Canto ancestral del pueblo Awajun, de carácter mágico-religioso.


Vasijas

Concha rayada de tortuga o motelo,
estrella encendida «yaya»,
lianas dispersas como cabellos,
verdes y sinuosas madreselvas,
negras patas con memoria de cangrejo,
son blancas líneas de un bostezo,
telarañas encubiertas en silencio.
Luna de rostro como hueso,
caras pintadas con huito fresco,
tonadas de un sol un poco muerto,
lluvia en el campo fresco, azulinas nubes,
vaho interminable, lecho del viento,
son los trazos envolventes y mágicos
el cosmos que despierta en las vasijas albarosas.


Yuca awajún

Cultivamos la yuca sagrada que nos salva la vida,
en parcelas, en chacras, en el centro del monte
y en la parte más preciosa del corazón.
Somos hombres y mujeres hechos de fibras ancestrales
que caminan por el bosque
y van por los aires, como féculas de almidón,
a toda la humanidad.
Somos el agua de las cochas,
la multitud de peces dorados que saltan sobre el río,
las infinitas aves que inician la jornada
con gorjeos y cantos que anuncian el alba,
todavía en la oscuridad del amanecer.
Somos la selva que siempre comienza,
los otorongos sigilosos, el calor del sol.




Lagarto negro

Interminable como una noche triste
se desliza un relámpago sobre el limo,
chapotea en las orillas cenagosas de los barrizales,
lanza coletazos de furia, rasga el aire
y danza la muerte con la vida.
Regresa a las aguas negras
o a las pendientes abruptas,
solitario se oculta en los troncos flotantes,
con incansable paciencia de cazador mitayero
espera a las incautas presas,
ingenuos animales que salen a beber en las colpas,
bajo la suave caricia de la luna plateada.
Centelleantes dientes de innumerables filas,
ojos de fuego, filudos cuchillos, ascuas.
Los hombres y mujeres le temen,
¿Será salvaje este lagarto negro que se defiende?
¿o el hombre de la ciudad que lo mata?


Playa Tibi

Nací en Playa Tibi y crecí entre las garzas
buscando huevos de taricaya y también de tortuga,
las crecientes del río se llevaron esas tierras.
Mis papeles dicen que nací en Nauta,
pero mis ancestros son de todas partes,
aunque yo creo que nací libre como las garzas.
Tuve una abuela de piel oscura y cabellos de luna
que vino tal vez de Esmeraldas
y murió abandonada donde nunca supe,
tuve un abuelo blanco que vino de las Españas.
Por mis venas corre, aunque mi gente lo calla,
sangre originaria, tal vez Mayoruna o Kukama.
Hablo el castellano amazónico y el de todas partes,
me encantan las fiestas de los animales y la fiesta de las frutas.
A veces vuelvo al lugar donde quedaba Playa Tibi
y me quedo mirando, por horas, las aguas mansas del río


Ana Luisa Ríos González. Nauta (Loreto), 1977. Licenciada en Educación, Lengua y Literatura, por la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana. Estudió las maestrías en Estudios Amazónicos y Escritura Creativa en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y el diplomado en Gestión Cultural con Enfoque en la Literatura en el Instituto Runa de Desarrollo y Estudios de Género. Fue secretaria técnica de la Mesa de Concertación para la Lucha Contra la Pobreza y miembro del Foro Educativo en Loreto. Trabajó en AIDESEP y en el Programa de Formación de Maestros Bilingües de la Amazonía Peruana. Publicó el libro de cuentos infantiles Travesuras amazónicas.

No hay comentarios.:

CINCO POEMAS DE JAVIER DÁVILA DURAND (Iquitos, 1935-2024)

EPÍSTOLA A JUAN OJEDA Te recuerdo una tarde de la patria mía. Volvías del Brasil desengañado. Acababas de quemar tus naves en el Puerto...