He aquí unos 3 poemas pertenecientes al poemario La Guerrilla Elegante
(2019) del poeta olvidado en vida José Natsuhara. Trabajo de ingeniería
mecánica que, para poner en contexto, resume el poeta boliviano-peruano Nelson
Gutiérrez con las siguientes palabras:
El
jovencísimo me confiesa, alejados de la ciudad y de sus neuróticos
peleles, que la vida lo ha sorprendido
con una tarea que cae a sus manos como un racimo de piernas o un martillo de
guerra. Que este no es un juego
inocente. Es el Wimbledon y él es el
tenista de las palabras. Yo doy fe de ello, atestiguo, aviso al público y a los
amargados que existen cuarenta y algo poemarios que conforman de momento un
Corpus Christi, los proyectiles ordenados cual arañas en un baúl titulado
Bastardía con crayolas, víctimas y duelos de pistolas al amanecer. Lo que te
hace pensar que es un demente, un monje o las dos cosas y que su drive es
imparable como el sueño de la realidad y la realidad del sueño.
Ser
invencible bajo el cielo. Este es el objetivo del autor y de su obra. La
Guerrilla Elegante es la primera entrega de un proyecto total que tomará más de
50 años. Un camino estético zen. Un puntapié a la sociedad líquida de zombies y
zancudos que huyen del oficio, del honor, de la verdad y de los insecticidas. O
también el manual espiritual y práctico para limpiar el corazón y el condado de
serpientes, de corruptos del marketing, de poetas franeleros y endogámicos. El
terreno que con elegancia se ha ido arando para su lectura el día de la
cosecha. El canto a la vida más allá del espectáculo. El impredecible match
point.
Saluden al poeta
Si ESTE
poema no me redime, entonces elijo
el
racumín, tanta huevada,
que presenten mis fracasos con su
sheriff,
envarado mongol de turno,
que
desenfunde sus puños se
baje de su cuarto de milla
−P e r u v i
a n P o e t i c F a r
W e s t−
y
me saque la entreputa.
El
Peer-to-peer. O la lección de economía de Satoshi Nakamoto
aplicada a
la producción de nuevos hombres. ¡Ésta, la poética de la testosterona!,
Un mano → mano
2 vasos de
bilis y una Smith & Wesson
girando
angelicalmente entre mis dedos
ambiciosos
de pianista.
El mundo
no necesita versos a ½ caña
ni
albatros enarbolando la pobreza de los conos o el malditismo
huachafo
de quien construye su leyenda en base a una cirrosis,
a estudios
exégetas de uno que otro muertito =
The
Walking Dead
= la crítica literaria es una enfermedad
de
trasmisión sexual, VIH positivo,
y donde
todo bachiller de letras es un raquítico productor de la estupidez peruana.
Aquí,
donde se invoca el duelo sincero de los mundos,
la vida es un vacilón,
y las
amancaes florecen en las pistas de San Juan de Lurigancho,
y la
escritura es una cuestión que no solo es escritura; es un pasaje ida
y vuelta
−todo pagado− al Play Land Park, la pollería donde celebraba
con la
familia mis victorias.
Necesitamos
sí o sí estos dedos
de mañoso, alentado por el aroma
a
menstruación de las olas en San Bartolo y las botellas de Pilsen
creciendo
verdes y frondosas sobre el desierto y sus tonazos.
Ellos
dirán que has perdido la chaveta y que te has contagiado, chibolo huevón,
de
resentimiento.
Pero sabes
bien que tú no dudas y que el poeta que duda es un cobarde
y que tu
maquinaria de belleza funciona con la exactitud de las nuevas
páginas de
la historia más jugosa
y más
caleta, la fruta dulce,
la buena
merca rotando de mano en mano entre los elegidos del recreo.
(teclas metafísicas que abren piernas insospechadas,
a ti también te vi desnuda
28 de
enero: probador con cerrojo zapatillas deportivas y
una empinada abusiva como si no tuvieses miedo a las
alturas,
arañita
de
mi
corazón,
y tu short rosa inaugurado por los siglos de los
siglos AMÉN, la mecanografía
imprescindible de los que le vamos agarrando el
truco a este negocio)
Un poeta
que no sepa empotrar a su yegua x 40 Soles TV + Cable
y agua
caliente / trinchar las carnes contra el suelo / el asado argento en plena
terraza
de febrero
/ no es ninguna amenaza contra el Imperio,
Error 404,
y usted no puede cursar “Movimientos Avanzados de Tango sobre el Poema”
sin
haberse matriculado antes en la vida misma,
que es troncal con “Seminario para dejar de ser poeta
y comenzar
a ser más bien una persona”, y mientras tanto
fuera de
las aulas… en una galaxia muy muy lejana,
I’m dancing and todos los días son Sábado
Gigante y hay juegos de azar
detrás de
la barra libre, dirás que es una anécdota la Nintendo delante
de este
sofá con olor a tabaco,
pero nada es coincidencia, hermanita,
y EXISTE una
probabilidad de chuntarle de 1/37 y
ganar 36
veces lo apostado = el pleno cache, el pleno beso, εὐδαιμονία (eudaimonía),
ἀνερρίφθω
κύβος (anerriphthō kubos),
o el
recostarse en el pecho ambicioso, / quiero
sentirme protegida
no solo acompañada, /
te quiero como amante y no como amiga /
eh!
nebulizadora de ternuras bravas,
la poesía
es una apuesta,
igual que
el meterte hasta adentro esta dialéctica,
una
cuestión de afilados dardos apuntando al culo del azul del cielo
en el azul
del cielo en el azul del cielo en lo profundo de un tequila,
los
carajos chesusmadres en la sonrisa pendenciera de los niños del 90
jugándose
la partida de su vida,
el mejor
de 3
luego de
haber cobrado unos cuántos soles bien brillosos propinones
para
corromper esta neblina tan limeña donde toda anécdota amorosa
es un
manifiesto estético, por ejemplo:
Habría que probar la T de cobre la vasectomía el uso
extendido del condón,
dijiste, para recubrirnos el sexo y los
libros que más queremos. Y llegaste toda chancona con tu edición del
“Manual Avanzado de Ingeniería Mecánica” forrado con un condón XL de frambuesa.
Loca mía interpretabas a la pesadilla de Occidente (mujer culta y
despampanante, con una fertilidad de maíz morado) y agregaste que si te quería
gilear tu canción necesitaba más picante, huaracas besando los cachetes de los
fanáticos del Válium, y dedos millones de dedos de electricista de universos
contenidos en Warhammer.
O en la
teoría de cuerdas −Que no especifica de forma única ni el espaciotiempo inducido, ni el
conjunto de campos cuánticos que contiene, ¡José! ¿me manyas?
Te manyo, yo sigo todo lo novedoso y bello O esta otra teoría de
los cables
eléctricos
que he ido tirando sobre los techos de las escuelas estatales,
O de los
supermercados donde el agua y el pan están más alejados de los usuarios.
La bóveda
celestial de esta generación que me necesita pero que no me merece. Animales.
Voy a
hablarles fuerte y claro, compatriotas:
Este
país no existe. Los veo a todos en el amanecer ácido de la singularidad
tecnológica augurada por Ray Kurzweil (un pedazo de emolientera cholaneitor
agredida por el policía choloneitor cachueleando de guachi en pleno 2049). Y me
pregunto me recontrapregunto qué pasará con los sicarios de toda esa pampa de
mierda que no es Lima, con el sistema aracnoide de las drogas clandestinas.
¿Habrá anticucho, pancita, ceviche enlatado?, ¿comida siquiera?
He
visto a las mejores mentes de mi barrio, a los prodigios románticos disidentes
uniformados expertos en la filosofía postcolonial rectal latinoamericana en las
escuelas de Lyon y de Azángaro; y nada que valga un choripán en finas hierbas.
Todo conductor que no conduzca primero su propia vida es un sonso palta triste
huevón cero kilómetros. He visto a las mejores mentes, digo y es un decir
nomás, en los cuentos de hadas en Chespirito o en los animes de invierno en
alguna nueva temporada que valga la pena (Ginga Eiyuu Densetsu, Uchu Kaizoku
Kyaputain Harurokku)
El
Imperio Inca ha sido un clickbait. Atahualpa vendió un cuarto repleto de pé a
pá con todos nuestros culos. Y Cubillas no era quien dijo ser en las chapitas y
los álbumes de Navarrete. Que si llegamos al mundial fue porque quizá Guerrero
pateó un tiro libre bajo los efectos del chamo, que todo héroe nacional es un
farsante, que lo entiendan los que se llenan los cachetes con el chamullo del
futuro, de los cachaquitos amaestrados, del valor de la lectura del insípido
tuberculoso de Vallejo. Prefiero mil veces Condorito y si no les diera vergüenza
confesarlo seríamos mejores seres humanos y este poema sería una Iglesia. Todo
poema sería un poema del corazón.
El joven
de estos versos morenos (bronceado de inteligencia)
desciende,
chamarra de cuero y agallas de púas, –eh! ángel del trash
metal / morirás
sólo, compadre,
una mitad
de este pogo te ama y
la otra te prefiere bien muerto,
pendejito
entrañable,
(si tu
presencia no deja indiferente a nadie) entonces (que tu reino reemplace este
chiquero)
−He visto chanchos más saludables y audaces
que Kloaka
y Hora Zero−
1. Jean
Paul el Troglodita muerto con el corazón roto
2. El
Poeta de la Calle muerto de cáncer, que es la misma vaina
y 3. Tripa
y el mejor stand up comedy de este jardín despeinado y trinchudo,
Y se
fueron, como quienes vinieron por una tangente (eso no te enseñan en San
Marcos),
o quizá al
revés (las flores en el cielo y el cielo con nosotros) y la poesía
no es una
maldición de cómicos ambulantes y cantantes tomando baños de luna en la playa
pelada,
porque, así sabrás que no te mentí y que te quiero a
ti.
Tú que
montas una station wagon destartalada, traes veneno para
contrarrestar
este exceso de ausencias, Veneno pa’ tu
piel, Veneno pa’ tu piel.
Yo vivo la madrugada, Soy los besos, Soy la cama, Y
tu vives escondido, y solo hablas con tu almohada,
y derrapas
en las curvas de la muerte como si se tratase de una groupie
−de
lentes, de braquets y de actitud selectiva– ya saben, la perra estándar casi,
la
representante de la chupada de pingas como deporte olímpico,
la cata de
vino, la verdad de la milanesa también tengo unas palabras para ustedes:
este don
no se hereda lamiendo semen, aunque existan
algunas
artesanas de ese arte,
eh! la
belleza de la juguería / el hambre interrumpe el verso o lo alimenta.
Y te
cuadras / morirás estacionado en esa misma calle compadre /
o eso
creen los cagones de la otra Manzana, muestras el balón de básquet nuevecito
y ocupas –
como resacón de Viernes Santo −un espacio en esta loza del barrio
que te vio
crecer derecho a su pesar (todo barrio es una trampa, evangelistas epilépticos
enseñando
las buenas costumbres de la histeria y toda violación queda en familia),
La
portería es más o menos así de grande: y enseñas tu costalón de poemas de tela
y delirio,
doble asa,
y te
mueves a la velocidad de la luz
aunque no la pagues,
fintas de
la NBA, cachita incluida,
y eso es
suficiente para comprender que nadie más jugará contigo
en tu
perra vida / morirás jugando solo compadre / Pa’ tu piel, Veneno pa’ tu piel.
Soy la magia, Soy el hada, Que se clava en tu
mirada,
Soy la tentación prohibida, Que te va quemando el
alma.
MUNDO
POÉTICO: TALENTO + IDEALES = MUERTE
MUNDO
REAL: TALENTO + IDEALES = VIDA a la N potencia.
Bienaventurados
los que padecen persecución por causa de la justicia,
porque de
ellos será el reino de los cielos,
En el
confesionario un tal Gil Berto
se golpea
el pecho, y
no te la
pierdas, padrecito, me dice, que si no escribo me muero
(bueno
sería, si la escritura no es vida yo no sé qué haces escribiendo,
¿eres
emo?),
en otros tiempos
lo hubiera cagado a trompadas,
¡Largo
enfermo y la conchatumare!
¡Que
vengan los monstruos de la dimensión desconocida!
Cavernícolas
simpatiquísimos, refrigeradores repletos de animales
muertos y
fermentados,
el regreso
al Paleolítico,
los
sharingans ensangrentados creciendo en los ojos,
atravesando
las praderas, Colmillo Blanco de Konoha,
Caerá la
lluvia ácida, el ninjutsu definitivo, sobre los hocicos de sus hijos,
gárgaras
de vidrio y rotoplax,
y las
ratas saldrán de sus guaridas
y ningún
prólogo los rescatará
de este
jardín minado de adjetivos y aires apocalípticos, la visión
descontrolada
de la santidad, del milagro de la masacre,
no vine a
traer la paz sino la espada.
Joven, arrástralos
a todos,
¡Que
venga, Tayta hermoso, el fenómeno del niño!
Limpia el
mundo de la sarna, de los seres débiles
y
torcidos, de los falsificadores de emociones / Si la corrupción de la escritura
tiene el
tamaño de un ring de Vale Todo / Mi corazón tiene el tamaño de un puño /
Si nadie
ha encontrado la redención en el poema,
que todo
acto de valentía se anteponga a una tragedia
/ Y si mi
pene es una brújula señalando sus corazones, a mí ya no me
importa
que me sentencien al olvido siempre y cuando sea sincero,
porque el
arte que no es sincero es homicidio,
y porque
incluso yo, que reemplazaría toda
la poesía
juvenil peruana por unas salchipapas,
les digo,
a ustedes sarta de asesinos,
poetas
atorrantes,
que la
vida
ha
encontrado un guardaespaldas.
Valse cervecero
La espuma
en tu mar o en la cerveza, Salud, sírveme a tus pies hoy de tu mismo vasito
rompiendo
contra las rocas o el hielo
se
construye una orquesta,
yunza y millones de cholos y cholas
disputando la caída del árbol colmado de globos, billetes,
lavadores
de plástico para que cuando pises un charco de lluvia
yo
te regenere, deje como nuevos todos tus vestidos.
Y no se me
pasa así tu cariño ni se me pasa el silencio,
me doy de
golpes suaves en la ventana del microbús, pienso en la cantidad de postes que
debo contar hasta alcanzar la carretera pelada de Nazca el sencillo para marcar
botones mágicos
en
locutorios / llamadas de loco a loca / qué miedo me da,
me da la
taquicardia al ritmo de un valse cervecero y si apareciera de pronto en el
cinema
la gente se reiría buena onda, se reiría conmigo
y no de
mí,
se
regalaría la canchita y la Pepsi,
los niños
dejarían de patearte el asiento y se sonrojaría
ese señor
de la 6b que perdió a su mujer
y
volvería en enero a comer tunas y observar el florecer de las azucenas.
En
el microbús ayayáu,
encuentro
ese dolor inmune a los paracetamoles molidos con jugo de papaya
cuando me siento al lado de una vieja con cara de pocas
telenovelas,
usurpadora,
en ese asiento de plástico y versos callejeros / central telefónica incluida /
que por el
decreto nacional de mis santos huevos
siempre te
va a pertenecer a ti y a ese culo estupendo.
Mi alcoholismo pasea por la alameda y qué
miedo ya no me da, ya no me da
tambalearme
entre las bancas entre los gatos del parque Kennedy,
entre mi
bolsa de tela donde guardo paquetes de embutidos
y las revistas de la National Geographic
donde subrayo los holocaustos, las
guerras en medio oriente y comienzo a llorar
como un
velociraptor observando a lo lejos
el
apocalipsis,
y no hay a
dónde correr esta especie le canta a la bomba atómica, a los cochebombas a los
ministerios de cultura,
y
yo, hip, aprovecho el tiempo y canto este poema a viva voz
hasta
quedarme ronco (me caigo y me levanto como Jesucristo)
y
la gente dice que estoy ebrio
y luego me quieren botar entonces les explico que es un poemón,
mi hermano
(unas
muchachas universitarias coquetean
me defienden de la tombería
y dicen que soy un chico tranqui
que fui su profesor de literatura y que enseñaba graciosaso),
Y yo me
reí mucho Trilce, en el tiempo en que te tengo
toda
la orquesta me lleva como mi maestra a los 5 años a las orillas de Punta Negra
y yo
dibujo los cangrejos, las malaguas picándolas con palos,
las
ollas de comida criolla
y los heladeros,
caigo a
los bares como las hojas de otoño sobre la nostalgia obligatoria
de todo
poeta en la solapa, payasadas,
cojudeces,
yo solo me siento bebo y me embrutezco
y si me
dicen machirulo les digo que, en efecto, yo soy Pedro Picapiedra
y eructo y
continúo sonriendo me enchicho me sazono
yo por
dentro que tengo una cocinita donde mezclo imágenes de tus cachetes
y tu
tatuaje de Reptar
ahora que
eres transparente
y
me devuelves, esta alegría envolviéndome como el platino de un sublime
me voy
convirtiendo en un dulcero comelón,
correteando
en Chabuca Granda
las
carretillas de arroz con leche y selva negra,
escuchando
a los maestros cajoneros
y a los cómicos ambulantes paliando
las tragedias de un país
que bien
en el fooooooooooondo no es tan trágico,
hay
sus cositas lindas,
#1, la yapa del emoliente para
refrescar el hígado y el pan con torreja
#2, sentarme en el borde del río Rímac
desbordado de tesoros
ver a los
mocosos
jugando al
vóley achorado
que
la pelota ruede hasta mí
y me
sienta más cerca de mí mismo
y #3, la luna llena sobre las ruinas de Pachacamac una tarde en la
que el viento sopla del altar hacia la esquizofrenia de una escritura bendita.
La
Bibliografía de la Poesía Peruana
El siguiente texto es
un Poema-Bibliografía incluido como parte final del prefacio del
poemario La Guerrilla Elegante En él se resume una parte fundamental de
la poesía nacional peruana. Una guía de lectura para los hijos del trompo y del
emoliente.
-Vallejo,
César. (1892: La Libertad).
Poeta que saliste de la nada a bendecir
el mundo: Despertaste & tienes conciencia. Caminaste 100 kilómetros de los
barrios con la nariz rota & en línea recta por cada medio verso que
destilaste de los labios - a la máquina - de esta máquina - a mis labios -
& de sus labios - al universo entero. Despertaste & nos despiertas. Tienes
conciencia & pesadillas &
gritamos nonsense por las noches, & sobre tus camisas abiertas &
sensuales estalla el ritmo de una ciudad similar a Las Vegas & a Viviana
sola cantando salsa en la escalera. Ave César, sonero que da la clave de los
desayunos en familia, nuestra patria era una orquesta pero tú eras aún más
grande & te moriste, en París & en aguacero & rodeado del silencio
te rajaste derecho a cuestionar al creador.
He
ahí un poema humano también bellamente incomprensible. Hay un ritmo que
acompaña el ritmo de la balsa tostada La Estrellita donde los pescadores huelen
luminarias entre las novedades de la lírica del trompo & los peces saltan
directo al limón & al navajazo. Esa escena marinera & marinada donde la
forma no es superior a la materia & donde a
-Hernández,
Luis. (1941: Lima).
no lo pescaron (pejerrey experto en
aspavientos) con el carrete de Yellow Submarine en el interior celeste de su
saco, en aquella plena función que nos proyectan & nos resistimos cholos
teeeeeercos a ver de punches cruzados, como si el arte sucediera sin los chicos
bravos que devoran frioricos & sin los amigos que cayendo van en fila
porque los devora el friofeo. Yo amo el sol lila & lo recuerdo soleando la
soledad de mis cabellos & caballos.
También
tú te moriste, Billy The Kid, & tus cuadernos de medicina garabateados de
epígrafes del rock and roll de los 60’s, sin los antidepresivos mezclados con
papaya & con la caligrafía, la silueta del alma, el pan nuestro de cada día
con el que untabas las frazadas. & no nos dijiste nada, nos mostraste. Wovon man nicht sprechen kann,
darüber muß man schweigen. Que los
locos & las anónimas combas tenemos el derecho a no prostituirlo
todo con la publicación mediática del texto. Que regalar en verso & en
exclusiva a los compadres & comadres era mejor para la aeronáutica &
para las sagradas cuestiones del nuevo milenio.
Recién
escapado palomilla del psiquiátrico, eh! tú, ahora que te conozco & contigo
ese mundo inexplicable. Tú te lanzaste, te zambulliste (salto del fraile) a un
tren que iba cargado de curas & patitos para saludar a Betty & tocata
& fuga(r) en Re menor con Betty, the mother of cuack’s. & ahora que
sabemos lidiar con la mugre que nos nublaba el parabrisas le dejamos constancia
a la salud mental & a la rechoncha burocracia que: De amor sí se puede
morir. Aunque de amor se viva. Pero yo vivo la vida más bacán. & me sublevo
como
-Chambi,
Estela. (1954: Puno).
que corretea las vicuñas con una alegría
de mística niñita & las campanas de la Iglesia tañen a lo lejos los
quinuales & se confunde la cojuda el evangelio de San Marcos con un grito
aymara más antiguo & más sagrado: La resurrección de las festividades &
el consumo indiscriminado de la carne de uno mismo, la ingeniería inversa, el
psicoanálisis. & me viene el flashback del bus a la frontera junto al amigo
conspirando sobre el lago Titicaca & el Tratado del Magneto. Estos
artefactos naturales que son nudos tapizados de estática & visiones
lisérgicas & que unen un pueblo con un pueblo, la Guerrilla Elegante con
otros títulos hermanos (el Drunken Fist, Sansei, Mecánico Migrante) & mis deseos de
casarme de civil con la replicante, aunque ya dis que me odie & represente
también un pasado histórico que haga temblar la identidad altiplana & sus
206 huesitos.
Aquí
no hay dónde colaborar con el progreso, preferimos la tecnología prohibida de
la extravivencia & Estela guarda los animalitos de la mina & la ruptura
de cabezas, de los tajos abiertos en el cuerpo enriquecido de los infantes, que
como buscando cobre los inversionistas, los grandes cocodrilos vienen a
chapotear & no admitimos mentir al respecto a la prensa por un táper &
unas tabas. A veces se padece lo impadecible & el verso se tasajea bien
adentro & se asemeja a un cuadro de mi Arguedas donde la sangre de su
sangre sonríe & toda desgracia es pasajera, porque a pesar de tanto aquí
conviven los matices & nos oponemos rotundamente contra aquellos poetas
populistas abusando de las descripciones de la pobreza, exageraciones,
efectismos comparables a los programas de talk show & a los panfletos. Aquí
las recalcitrantes diablezas, los lobos amapolas tenemos el derecho a
revolcarnos en las huertas & colocar un yonke al lado de la tumba del
abuelo & pelar el camote con cariño para el hermano aún cachorro & tan
solo manteniendo esta verdad se podrá construir un país robusto &
transparente & elegante como él solo, como los conciertos de violín de Bach
&
-Valdelomar,
Abraham. (1888: Ayacucho). jironeando
por las calles del centro de la bestia con el salto & seña de los dandys
& la mirada tensa a los árboles frutales dominando las bocas de los
hombres, o como él decía al pie de los cañones: “El Perú es Lima, Lima es el
Jirón de la Unión, el Jirón de la Unión es el Palais Concert & el Palais Concert, soy
yo”. & el Palais Concert es hoy un mercado de perfumes & relojes
& cambistas & lo único decente será una que otra baldosa rezagada, este
síntoma líquido de la agonía de la estética que se aprende fuera de las discos
frente al mar con esos lentes ridículos de Claudia. O la pirotecnia de un
amanecer, vestido de Dionisio,
filosofando acerca de la labor del genio en una época cruel, casi una
blasfemia, una cachetada con el revés de la sandalia.
A
ti te odiaron así, tal cual, hasta la médula de inventarse que te habías muerto
ahogado ebrio de cara en un silo respirando caca & tú que te habías caído
& quebrado el cuello en una escalera no eres el único, este es un huayco
que pretende arrastrar la casa de los ángeles & que no sofoca ningún himno.
Preguntabas en una carta por estos enemigos de las letras: “¿aún me odian esos
mierdas?” & aquí estamos los pura cepa, los ekekos orgullosos de hacer el
contrapeso, nuestros lúgubres mezquinos llevan también libros como panes bajo
el brazo (bromatosos, muy mal redactados). & tú llevas una bella danza de
tijeras & ellos chillan ante tus acrobacias, tu bata de Balboa & esta
gallística espartana que acerca los prodigios a los juegos de luces de los puentes
& a la locura de quien salta con garrocha más allá de los camales.
-Chirinos,
Guillermo. (1946: Lima). con esa
misma azul ezquizofrenia llenaba sacos de patatas con poemas & los remataba
a sol cincuenta a quien tuviese ojos para ver, bolsillos para meditar. Voy
buscando un hombre, voy buscando un hombre, gritaba hecho Diógenes con un plato
de escabeche haciendo equilibrio en la cabeza. Idiota del Apocalipsis, te
ganaste mis respetos & te internaron para que tu prosa sea un atentado a la
yugular de los imberbes. & un buen día cruzaste el portal de una elegida
Iglesia & gritando & llorando fuiste desperdigando tu manojo de poemas
arrepentido de haber escrito tantas barbaridades que lo queman todo & nos
conducen como un taxi embalado a las postrimerías del infierno. Sube, sube, al
fondo hay sitio.
Eres
lo que pronosticó el SENAMI, una tormenta que espantó a toda la escena musical,
una bandada de pájaros surcando el smog como aviones de propulsión a chorro. Te
comprometiste con la problemática nacional del autoestima & no de programas
políticos de empresarios ajenos a la gastada de suela una tarde en las que se
busca refugio en los hoteles. Idiota del Apocalipsis, quizá estamos encerrados
en una simulación del Tártaro, sorteando vagabundos que llevan cultura en triciclos
de chatarra & donde buscamos incansablemente el secreto de la producción de
la bondad a mitad de precio, la máquina de escribir de
-Hinostroza,
Rodolfo. (1941: Lima).
que tú lanzaste de las escaleras de su
casa cuando te respondió dónde & cómo escribía la contranatura de los
salmos. Idiota del Apocalipsis, la hiciste añicos & él te expectoró a
patadas de su cueva como nos contó una noche, pero repetía con cariño & de
memoria tus poemas. & esto sucedió en tu casa, Rodolfo, viejo huevón tú
también te nos fuiste & no fue posible publicar mi entrevista contigo, la cagada. & nos invitaste bocaditos, queso,
jamón, galletas e Inka Kola. Aún guardo la versión del Tractatus
Lógico-Philosophicus que me obsequiaste & era una versión gigante con el
texto trazado con pinceles &
gráficos colmados de experiencias laborales en períodos de hambre,
lucidez. & cuando salimos de tu sala a conversar fumando a escondidas en el
jardincito, los snobs de una revista especializada de España ya se habían ido
& decidimos que el telón se había cerrado & podíamos ser solo un poeta
colmado de bendiciones & dos aspirantes que no llegaron en condición de
fans ni de discípulos (un joven siempre debe de estar a la altura de las
circunstancias). Recuerdo cómo hablamos sueltamente, sueltos de huesos como se
dice. & cómo mi amigo te contaba entusiasmado el proceso de pelar pollos en
un mercado de Ventanilla. Esa noche regresamos a nuestros conos & vimos
cada quien el peligro de insistir en un oficio que puede arrebatar la vida de un
día para otro paseando distraído en las esquinas de un país ingrato &
malandrín & yo opté por hacer el kamikaze pero a mi amigo no lo vi más
& para mí está un poco muerto (porque dejó de escribir) & me ha dejado
aún más responsabilidades bajo los hombros.
-Watanabe,
José. (1945: Trujillo).
tampoco abandonó esa senda jedi de los
coyotes & les dijo a sus hijas que adoraba que no lo hicieran elegir entre
su amor a ellas & el amor a la poesía, Amaterasu. La depresión se configura
como una cigarra empapada de pasados donde el colegio es más brillante que el
cáncer destrozando la piel de los bañistas. Laredo me suena a un dulce
restaurante de campo a las afueras del cemento & los cenáculos, Laredo
sirve platos criollos & hay un río con truchas dispuestas a la comunicación
psíquica alienígena. & al lado está Macondo, Comala, Urgunda & Okinawa;
Amaterasu.
La
poesía encalla en las herencias familiares. Yo mismo, cuando esté más afilado
& eso es hoy, escribiré de mi abuela japonesa & de sus aventuras en una
hacienda poblada de fuego & de fantasmas & cómo se dirige mi familia
como un ejemplo de amor & matriarcado. Eh! mi abuelita que es todo lo que
soy & en lo que me convertiré, porque yo no soy yo, yo soy una multitud, yo
soy un continente & mi apellido proviene de un exótico pirata golpeado por
la guerra & que nos lee (de derecha a izquierda & pescando &
criando animales en las páginas rosadas de los puertos iqueños). & tú,
Watanabe me acompañas con esta tristeza de saberte uno & yo soy muchos
& entonces ya no eres solo uno, somos ambos & esta cobardía posmoderna
de no saber ni cómo ni cuándo ni dónde estamos parados no nos toca, Amaterasu.
Somos ya un pueblo abierto dentro de otro pueblo & somos libres de llamar a
-Hidalgo,
Alberto. (1897: Arequipa). & encarar los
procesos históricos que signifiquen un paso hacia la libertad de los escritores
más allá de los telediarios que nos enfrentan unos contra otros bajo la bandera
de dos o tres corporaciones. Te paseas con esa barba de chivo & con una
capa roja & las seños guardan a sus hijos & les dicen que eres el
anticristo & los líderes políticos te odian porque expones la mentira &
del insulto haces tu arte & del anarquimo tu praxis metafísica.
Gran
perro negro tus ladridos retumban los tímpanos de las civilizaciones, existe el
jilguero & su entrópica medusa de cables & señales del satélite ebrio,
la inmediata baba inconexa entre jóvenes asustados & debilitados por los
colores fosforescentes de la propaganda & el exceso. Pobres trozos de
carne, basuras biológicas, alimento de gusanos. Luego se preguntan por qué la
revuelta se apaga & por qué la sombra llega tarde a opacar las avenidas,
& llegas con el ladrido gutural que se torna carcajada & explicas: El
error de toda revolución está en la especie.
O
es que cabe un pié de página o un proyecto totalizante en el que la humanidad o
ciertas milagrosas niñas malas de la historia se salven & esto es una
propuesta,
-Cornejo,
María Emilia. (1949: Lima). no deslumbrando,
alumbrando la ruta oscura de un club de Toby & con ese apetito que daba
hasta temor perder los dedos que se cortan con las páginas de los inéditos
recién impresos, apuntando hacia el boom de una superestrella. Apareciste &
te esfumaste como quien no quiere la cosa ni pertenece a un planeta que nos impide
ser un hit con nuestras primeras canciones & que se mece entre las cargas
de lo que deberíamos ser & lo que verdaderamente somos & que a veces no
es posible contener en el mero pecho… & esta es una propuesta, es más
fructífero una colega que no llegue al país como una invitada sino como una
sutil integrante de los sueños, & que luego
otros
poetas ya envejecidos jurados poéticos no vengan con los achaques oenegeros
& premien en concursos a mujeres por una estúpida cuota de género. Esta es
una guerra santa en la que solo pesa el poder de las palabras, el ritmo
perfeccionado de los sables & las flechas, seas quien seas, vengas de donde
vengas, comas lo que comas, vistas lo que vistas & con este hoyo en el
estómago que amenaza con devorar a los padres & a los espíritus
chocarreros; solo importan las palabras & el oficio. & se eleva el
trigo limpio & María Emilia es Juana de Arco & allí donde está está por
sus propias manos & por sus propios medios; esto es lo que en las culturas
bélicas & soberanamente tiernas llamamos genio & esto es la propuesta,
la belleza que rocía a todos los seres & que
-Verástegui,
Enrique. (1950: Cañete, departamento honorífico del fuego). sistematiza
en un proyecto ambicioso & matemático como saltar la soga & beber una
infusión de yerbaluisa. La dorada mente en la intemperie que transpira tras los
arbustos construyendo magníficos aceleradores de partículas, betatrones de
orgasmos proféticos, sentado grácilmente en una carretilla en Mauritania desde
donde se constata que aún es posible aportar partituras peruanas a la expansión
del firmamento.
Este
sistema implica la integración de un número nuevo más poderoso que el uno &
más poderoso que el cero, como nos lleva de la manito Fabiana para superar el
temor a las alturas & visualizar el manto ancestral de la ciudad desde los
teleféricos. & alcanzado este punto el poema es una máquina cuyos ojos son
pianos donde tocamos una música triunfal. Verástegui recita como el operador de
metáforas que son robots, inteligencias artificiales destinadas a la
procreación del falansterio & en los salones se deja oír como una pesadilla
o un diálogo sublime (doloroso) que nos postra acariciando el suelo,
Asgårdsreien (1872) de Peter Nicolai Arbo, el trote & los cascos de
caballos descendiendo divinamente con martillos & relámpagos al nivel
mortal de los guardianes de la rosa.
Escribir
esto en posición de loto en medio de los cláxons & los niños perdidos en la
miseria de la prostitución & de los preparados, anular la tantísima bulla
que nos embrutece & patear latas en las plazas & saludar a los
campesinos armados con la verdad en frente de un estado policíaco. Quizá
escribir desde la juventud pero sin esa otra juventud que saca el rédito
económico & de ego a las batallas comunales, a los hombres & mujeres que
solo viven & gozan sin la fotografía alzada de los puños & los viajes
pagados alrededor del globo para implementar proyectos combativos desde un
hotel & el disonante “¿ya viste la nueva agenda? está en mi insta story”.
Escribir en ayunas & escribir inmediatamente después de haber practicado el
coito & producir ondas de calor a tu paso & levitar por segundos sobre
tu computador & ver una mujer pantera recostada en la cama comiendo uva
Italia & soplar detrás de sus orejas & decirle “realmente te admiro
& te respeto”
-Sensi,
Flaviana. (1930: Amazonas). respondería a esto con
un silencio sepulcral en una blanquísima hamaca bamboléandose magistralmente en
Chachapoyas, pero sonreiría & ofrecería una adorable tarde en el jardín
probando tiritas de cecina & Cabernet Sauvignon, eh! respondería Flaviana
con el gesto que también es un poema, la dama educada en posesión de un secreto
enterrado en el paraíso & vuela mi
sombrero & nos sube a la cabeza el tranquilo tiempo & con las mejillas
sonrosadas se confunde la terraza con el exterior salvaje del duelo. Da la
impresión intuitiva e insana, que lo único que nos salva de ser engullidos por
el caos demente de la jungla es ella & su mirada de bestia, el incendio
diabólico que esconde en la alacena & que mantiene a raya las trampas
deformes del vacío, el mondo & lirondo espacio que nos venda.
“Galopa
el hambre / & lleva en el hocico la piel rosada de las musas, Ave
Aneurisma / se escucha el aullido de Allen & Stockhausen: los
niños terminales orgullosos de la estafa de la vida / en la cultura / de la
cultura de la vida. / Galopa el hambre. & los centauros se acercan
aplastando margaritas.
Au revoir, al misericordioso arte de los jóvenes / los colegas verdes que conspiran / Inflando entre ellos la flácida bengala / globos de aire / emociones líquidas / la diarrea / & su lamentable Pedomancia”
& galopa Flaviana recitando Withman & pasajes de los vedas, & aparecen unas huellas de otorongo tras la verja, o es quizá el paso & el peso de un ciego & alcohólico arquitecto, ese que con su nombre
-Adán,
Martín. (1908: Lima).
se convierte así nomás en el primer
hombre en redactar una tesis doctoral sobre el barroco, desde las instalaciones
del manicomio Larco Herrera. & en el bar Cordano Ginsberg se escandalizó,
típico aprendiz de budista, cuando aplastaste una araña que te salía del
sombrero. & le preguntaste sincero & picaresco “¿por qué escribe usted
porquerías?” & desde ese momento ambos se hicieron uña & mugre & la
calidad del maestro quedó atestiguada para la posteridad en las servilletas
& posavasos de estas murallas citadinas. Adán exiliado por cuenta propia de
la fama & las labores “estupendas” del trabajo.
Le
mandaste una carta de respuesta a una periodista argentina donde le
recomendaste que si quería saber algo de ti mejor se fuera a ver el mar, es
decir que se fuera un poquito a la otra acera, pero que intensase rodearse de
seres queridos porque cuando uno se hace viejo la soledad no alcanza para estar
ni solo ni tan siquiera viejo. & mostrándole las calles del centro a mi
jirafa hurgamos con ella los puestos de libros usados & leímos a viva voz
La Casa de Cartón mientras pedía más picante en las porciones de rachi &
anticucho. Yo casi lloro, ¿a ella tampoco la volveré a ver? Pero tu libro no
deja de florecer en mi recuerdo, tus ojos de adolescente barranquino como un
colegial & tu idioma de salamandra, ofreciendo el fuego de tu espaldita a
las parejas (yo & tú que ahora de seguro me estás leyendo, yo te digo que
regreses, aquí tienes un azulito playero & un koala), todos podrán
argumentar que acabamos del mismo modo en el mismo complejo de tumbas &
claveles, pero ese no es el quid del asunto, lo esencial es cerrar los ojos
& saber que no se desperdiciaron oportunidades &
-Campofé,
Cristóbal. (1939: ¿?). aún fascine a los
amigos en las cevicherías bravas & porte como estandarte de las causas
perdidas & ganadas una carpeta guinda de poemas. En Chorrillos & en la
presencia de nuestra señora santísima Eris discordiana se tiñeron de sangre las
residenciales, se cuenta que perseguiste desnudo a un tal Álvaro Salgado &
con un martillo le abriste en canal el cráneo & todo ello por haberte robado
& recitado uno de tus textos frente a la bella línea de bodegas. Todo esto
se cuenta de ti Cristóbal & cae la tarde como una parálisis que nos
mimetiza con los transeúntes que van de la oficina de correo – al paradero – al
mercado a comprar papel higiénico & arroz & aceite de oliva & algo
más que lleva las iniciales de las próximas palmeras creciendo saludables &
señalando el enigma de desarrollarte a pesar del clima & la topografía,
vamos, lo que es dominar tu entorno & convertirte en el depredador más
ecléctico de la cadena evolutiva.
Tú
conociste de cachuelos, cargaste sacos de camotes & te fortaleciste como un
adonis & las hernias fueron tan solo un mito de los griegos, zarpaste en un
barco de mercancías a Sudáfrica & te sentaste a descansar & a creer en
ti mismo como un advenedizo rival del trono porquerizo. Creo que boxeaste en el
gimnasio de tus tíos & gritaste que la década del 60 era el prefacio de tu
carne siendo la eucaristía o un ritual pagano de vikingos. & un gancho tuyo
era el fin de cualquier otro poeta & ahora llega el conjunto suculento, tus
campeonatos mundiales, tus partidos de tenis, tus rugidos de lápiz, tus
impulsos de quirófano, tus alas de platino, tus goles de media cancha, tu campo
visual expandido por las lentes telescópicas del revólver, tus caras
multifacéticas de actor de cine, tu verso limpio & puntiagudo como un
silencio asesino. & esto es un aviso de lo que vendrá a continuación
-Varela,
Blanca. (1926: Lima).
alcanza el satori. & la ecuanimidad
se origina en lo profundo del corazón de un recuento fragmentado del talento:
Perú. El rocío de la jora & el sudor espléndido de un mochica enfurecido. /
Don’t touch me, I’m a real live wire /. Yo no opto por las antologías, opto por
los panteones & la consecuente guerra todos contra todos, la eugenesia
literaria. & fue menester una chamba ardua en la que mis nalgas se
coronaron de músculos & los días & las noches cayeron sobre mi
escritorio, sobre la bitácora de viaje, en cada uno de los ojos desorbitados de
la infamia & la impaciencia. Varela se deshizo de esta pose que arrastró
medio país por el desagüe, la bohemia, el destino trágico, la debilidad de los
albatros, la feria clown multitudinaria de las artes, las familias
disfuncionales & su prosopagnosia, la histérica voz de la razón emputecida
por la liquid society.
&
aquí estamos, aquí resistimos & almorzamos cuy chactado
-Varios
Autores. (00000000: vera effigies). Tomás
Ruiz & una editorial llamada Camión & su paso por las rejas al ganar un
concurso de poemas. Este Tigamfs, planeta de sci-fi que leí en un rito caoísta
o cómo hacerle al Sechura el desayuno en luna llena.
Arturo Corcuera & un Tarzán
que es Johnny Weissmuller creyendo ser Tarzán & balanceándose en el
manicomio & carteando a Jane que no responde al llamado Auuuuuua ni ella ni
Chita que eran varias monas contratadas por la Metro-Goldwyn-Mayer. &
Sebastián Salazar Bondy & el retrato de una Lima la Horrible que atrae como
polilla a la Santa Anarquía que zapatea en los bautizos, a la innumerable araña
que medita en los parques transparentes de los soliloquios & es vereda que
compite con la franca muerte. “Una veredita alegre / Con luz de luna o de sol /
Tendida como una cinta / Con sus lados de arrebol” & Chabuca Granda &
toda esta herencia de valses & cajones & cucharas marcando el paso del
caballo de paso. “Perfumada de magnolia / Rociada de mañanita / La veredita
sonríe / Cuando tu piel acaricia”. &
Antonio Cisneros & sus cuatro boleros maroqueros & esta alegría
de saber que si estamos solos durará más el nescafé & las cuchillas de
afeitar el triple & tu voz es una dulce caña de azúcar, mi amor. &
Enriqueta Beleván & sus discos de Bob Dylan & Raúl Deustua & su
arquitectura del poema, que aquí yo convertí en la arquitectura del suspiro que
es un plagio necesario de tus ojos & Juan José Lora Olivares & la
lluvia que hace li la li la la li & Eielson enmascarado de cosmos & que
comenzó a vendernos un montón de nudos & pavadas & Juan Gonzalo Rose
& la dimensión exacta donde te canto & viroleo & con esa voz de
Lucha Reyes tan violenta & tan huayruro. Todos juntos resistimos, los
despiertos & concientes, los poetas que salieron de la nada a bendecir el
mundo.
Lo
que en poesía significa: Somos muy hermosos, una casa de campo, unos conejos
libidinosos, una aceitada bicicleta de guerra. & esto es una propuesta, un
resplandeciente futuro. Amén.
BONUS
TRACK. Lo siguiente es un reto abierto hospedado
al final de La Guerrilla Elegante a modo de chispa para encender una fogata y
poner los puntos sobre las íes:
Dadas
las condiciones paupérrimas de la poesía mundial actual, me aburro. Y como el
aburrimiento se me hace injusto para las bibliotecas de los niños del mañana,
voy a aceptar mi responsabilidad histórica. Es así que hoy, lunes 24 de
noviembre del 2018, lanzo este reto en la cara pelada de todos ustedes.
Entrenen sus palabras más allá de las mafias literarias, las reseñas de kinder,
las palmaditas en la espalda y el marketing agresivo; y publiquen sus mejores
obras. Si es posible júntense entre varios y unan fuerzas como nuevas
“generaciones” o clubs de moda. Los desafío a superar éste y mis siguientes
trabajos.
Yo
solito me basto.
José
Natsuhara (Lima-Perú, 1990). Director
de Tríada Primate (plataforma
libertaria y discordiana de arte / www.tridadaprimate.com). Ha estudiado Filosofía en la Universidad Antonio Ruiz de
Montoya, Electrotecnia e Inglés Británico. Actualmente estudia Psicología en la
Universidad Autónoma del Perú. Ha publicado la revista Monólogo (2009), la revista Primate (2017-actualidad),
la Antología de Poesía del Grupo Primate (2017), y el poemario La Guerrilla Elegante (2019). Conduce el podcast Radio Primate y escribe las columnas Hola! Ciudad-Ano y TESTOSTERONA.