lunes, 6 de abril de 2015

Presentación de "Preparaiso" de Mauricio Rosenmann Taub Por Raúl Zurita

Buenas tardes.
Querido Mauricio:
Es para mí, como siempre, más que un placer, un honor, una verdadera fiesta presentar en este caso Preparaíso de Mauricio Rosenmann, porque desde sus comienzos es una obra que realmente me ha fascinado. Escribí un pequeño texto en la contratapa en el que afirmo que es el libro más crucial de un poeta que es crucial y que es quien más ha ensanchado, por así decirlo, ha expandido el concepto de poema.
Yo no conozco a nadie que haya llegado más lejos en la investigación, en los niveles de significación, en los niveles acústicos, musicales, filosóficos, de pensamiento, de su visualidad, que haya ampliado más las posibilidades de la página, la página como un cuadro, un espacio en blanco sobre el cual están estas estrellas invertidas que son las letras, como las veía Mallarmé. Mallarmé decía que la página es como el anverso de un cielo estrellado porque la página es un cielo blanco con estrellas negras. Esta idea está en Mauricio Rosenmann y no está en ningún poeta chileno ni en ningún poeta latinoamericano. Se podría relacionar talvez con lo que se ha llamado la poesía visiva, la poesía concreta, pero para mí es más crucial que eso.
Es mucho más importante la obra de Mauricio porque a toda su exploración límite se unen los múltiples niveles de significado y se une una cosa muy extraña, que suele no darse cuando realmente se está en estos niveles de experimentación, algo que es profundamente chileno y que siempre tiene algo en el lenguaje, un guiño al lenguaje popular, al colonialismo, una investigación en las raíces métricas, en la historia del castellano como lengua y en la historia del chileno de la copla popular que se entremezcla y se cuela como una parte más de una música total, de una música general que tiene algo de religioso y al mismo tiempo es cómico. Es de una complicidad cómica y seria al mismo tiempo y al mismo tiempo de una religiosidad religiosa y blasfema simultáneamente.
Entonces estas múltiples fuentes que intervienen en la poesía de Mauricio y en Preparaíso —incluso yo lo vi al comienzo: es una especie de obra de teatro imposible de representar, pero con voces, con espacios que dialogan entre ellos—, esta música nos revela finalmente un misterio del lenguaje, el océano general de las hablas, el mar desde el cual todo surge y al cual indefectiblemente todo vuelve. Entonces la escenografía finalmente, creo, se nos presenta con la historia: la escenografía es la lengua que hablamos y deja ver cómo esa lengua se funde en el mar general de todas las lenguas y de todas las expresiones humanas.
Para mí, como les decía, es una poesía que tiene algo también de salmo, de evocación a un Dios, si está, si existe, existe en la lengua, existe en la palabra, en las palabras o no existe. Entonces Preparaíso es un libro absolutamente sorprendente por su libertad que es de un rigor extremo. Si uno ve las páginas… Son verdaderos dibujos, unos dibujos increíbles. ¡Cómo maneja la visualidad! Y por otro lado son de una libertad increíble. Aparecen recetas casi de cocina. Todo con un nivel que por un lado es de una profunda seriedad y por otro lado tiene un humor público, un humor que es brillante, que es enloquecido y es único. Entonces uno de pronto empieza a reírse también, empieza a reírse sin saber bien por qué se ríe, pero se ríe.
Creo que es un privilegio y yo felicito a RiL que ha sido su editor constante acá, porque me impresiona —y ustedes que están acá en esta presentación son por supuesto una maravillosa prueba—, me impresiona que esto no sea ya reconocido como una de las obras maestras de la poesía contemporánea, al menos de la poesía contemporánea chilena, la poesía contemporánea de nuestro país, una de sus expresiones cumbre, como una de sus expresiones límite. Y me da pena por Chile, no por Mauricio, porque no me cabe a mí la menor duda que tiene absolutamente la posteridad ganada.
Entonces lo vamos a comprender. Nosotros que estamos acá lo estamos entendiendo, pero no un país rígido, un país que descansa, que tiene una molicie y una inercia receptiva bastante impresionante. Me siento entonces como una especie de pequeño apóstol, sin ser mandatado para eso. Y realmente es una obra que hay que conocerla, disfrutarla, seguirla. Es un favor, es un gran favor que nos hacemos a nosotros mismos. No a la poesía, porque la poesía ya está hecha. Nadie le va a quitar una letra a este poema, pero nosotros nos enriquecemos, nos hacemos más amplios, más libres, más generosos cuando leemos obras como ésta.
Entonces yo quiero que hable Mauricio, porque él es el poeta. Que él nos cuente. Y yo lo dejo hasta acá. Siento nuevamente una gran alegría acompañarlo, acompañar a mis amigos de RiL, acompañarlo a Mauricio en este Preparaíso, esperando que sea un Bienparaíso, que se acabe el pre y que sea el paraíso ejemplar. Y felicitarlo y alegrarnos mucho por todos los que estamos aquí.
Muchas gracias.

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