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Breve antología poética[1]de Luis Benitez (Buenos Aires, 1956) es un volumen valioso. Incluye una selección de textos tomados de los nueve libros publicados por Benítez, poeta argentino de la llamada Generación del 80 que ha publicado Poemas de la tierra y la memoria (1980), Mitologías/La balada de la mujer perdida (1983), Guerras, epitafios y conversaciones (1989), entre otros. Poesía que asimila el coloquialismo con mesura y así evita el prosaísmo deliberado. Hay un cuidadoso trabajo con el ritmo de los versos.
Me cautiva de esta escritura la reflexión sistemática sin deteriorar la capacidad sugestiva del lenguaje poético. No se trata de filosofía disfrazada de poema. Tampoco de la imposición de una idea. Benítez deja que las palabras, merced a su musicalidad, nos sugieran asociaciones de la más diversa índole:
Muchos son los rostros que habitan
el enorme país de la distancia.
El aspecto visual le da una plasticidad a los versos. La multiplicidad de los rostros, el tamaño del país y la sensación de distancia se juntan para sugerir una atmósfera sutil. Tenemos una sinécdoque (el rostro en vez de la persona) y una metáfora que convierte a la distancia en geografía. En tal sentido, me trae a la memoria algunos poemas de Octavio Paz, verdaderos ejercicios de meditación. Por ejemplo, en “Piedra de sol”, el yo poético cavila acerca de la búsqueda de un instante que permita recobrar nuestra unidad perdida, pero dicha tentativa parece ser infructuosa. El ser humano, según Paz, parece condenado a la fragmentación constante.
Veamos otro ejemplo de Benítez:
De las tantas cosas que no puede
mostrar ciertamente la palabra,
la primera imposible es el olor
tan propio y exacto de las cosas.
La poesía es también como el aroma.
El hablante nos habla de la imposibilidad de las palabras para aprehender el universo de la realidad. El olor se escapa; el aroma, también. Los versos son un intento de atrapar las cosas, pero estas huyen. Todo poeta auténtico (y Benitez lo es, sin duda) debiera proseguir la incesante búsqueda. Esta antología (que hoy celebramos) es un fiel testimonio de ello.
[1] Benitez, Luis. Breve antología poética. Selección e introducción por Elizabeth Auster. Buenos Aires: Ediciones Juglaría, 2008.
Fuente: La Soledad de la Página en Blanco
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