jueves, 25 de enero de 2007

3 POEMAS DE DENISSE VEGA FARFÁN


Pizarnik

He hallado a la vida mezclada
Entre los colores de la muerte
Al amado entre los rojos violentos
De un canto vacío
Nadie sabe que las últimas bocinas
Que se oyen en las calles
Son las de mi corazón
Que existe una piedra que extiende los brazos
Para abrazar el ardiente musgo de mi aliento
Nadie me ve cabalgando desnuda
Sobre el lomo tibio y esmeril de la poesía
Cuando el silencio me dispara en la boca
Y el horror vomita mi luz ensangrentada
Con los molidos cráneos de mis sueños.



La noche se desliza bajo mi puerta...

La noche se desliza bajo mi puerta
Como una carta sin palabras
Yo la abro
Sin entenderlo lloro sobre ella
Hasta que sus espinas se evaporen
O la mañana muerda sus raíces

A veces es ella
-la noche-
La que llora
Y yo soy la carta sin palabras
Que se desliza bajo su puerta
Pero ella no me abre
Sólo me dobla cuidadosamente
Y me guarda en su bolsillo



Brújula dormida

Se derrumbaron los castillos de seda
Donde el dragón era sólo un cuadro oblicuo
Cubierto con abandono en el fondo de la sala
Ahora el dragón agita su áspera cola
Su brasa se vuelve oxígeno de mi cuerpo
Y mi cuerpo oxígeno del dolor

Huelo la tarde descompuesta
Que brama en el jardín
Converso con los labios robustos que se abren en el limo
Vocalizando una tóxica dulzura
Y pequeños cipreses derruidos como niños calcinados
Que la inercia descascara de sus rancios vagidos de victoria
Jamás leída jamás lograda
Contra la oblonga llamarada del dragón

Los prefiero
Su silencio es menos obsceno que la verdad
Menos tullido que la duda
Yo les hablo
Con agonía de delfín en el río
De mujer ante los pies morados de su hijo muerto
De Nietzsche ante los ojos vaciados del mundo
Mientras el dragón -pródigo de arrecifes-
De soslayo me vigila

Yo converso amistosamente
Con el espasmo que explota y vuelve a nacer en mi corazón
Hasta con el último hongo de la náusea
Mientras él engulle sin mesura
Mares ciudades
Soleadas plazuelas del tiempo
Puentes hacia la fantasmal sabiduría
Ficciones de un lenguaje mejor hablado
Desde los labios de la emancipación
Dudando si soy
Tan sólo un fantasma
O el trino del amor que aún no se fermenta

Así
Cuando el flamígero colmillo del dragón asoma
Y su abdomen saciado de terror se ahueca aún insatisfecho
Y tan entusiasmado tropieza con mi hedor
Que cree que le brotará fuego helado por las fauces
O las trasquiladas cabezas de todos los veranos
Cuando la luz me sonríe mostrándome
Su dentadura rota
Como si detrás del halo de un amor
Se ocultara un foso
Así
Cuando todo
Todo
Hasta la tersura de mamá en el rubor del escaramujo
Se subvierte
Yo converso con lo que no tiene color
Aroma
Destino
Ni un nombre por el cual llamarlo


1 comentario:

Rosario dijo...

Me encanta la poesía de Pizarnik :)

Enhorabuena por el blog

Un saludo desde mi humilde Puerta y desde España

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