domingo, 15 de octubre de 2006

LA VIDA ALEVE DE RAYMOND QUENEAU


De algunos lenguajes imaginarios y sobre todo del lenguaje perro en Silvia y Bruno

Así como hay lenguas humanas reales (el francés, el chinook, el burushaski, para sólo citar las más cono­cidas) y lenguas humanas imaginarias (de las cuales la más célebre es el formosano de Psalmanazar), también hay lenguas animales reales (el lenguaje de los cuervos, por "ejemplo) y lenguas animales imaginarias (entre ellas se puede citar la de los Houyhnhm de Swift y la de los ota­rios de Edouard Chanal). A éstas hay que añadir el lengua­je perro que se encuentra en el capítulo XIII de Silvia y Bruno.

Lewis Carroll aporta un corpus de nueve frases que permite identificar dieciocho palabras diferentes cuyo sentido es posible descubrir gracias a la traducción que él mismo da. (Es curioso comprobar que Swift, igualmente, nos revela tan sólo diecisiete palabras del Houyhnhm, pe­ro nos deja perplejos acerca del sentido de cinco de ellas.)

Desde el punto de vista fonético, el lenguaje perro tiene dos consonantes (B y H), dos semivocales (Y y W) y dos vocales (A y O); al menos si nos atenemos a la transcrip­ción, pero puede suponerse que oooh, oo, ow, por ejem­plo, designan sonidos diferentes. Como quiera que sea, la fonética del lenguaje perro es aún más pobre que la del tahitiano (no el tahitiano en su cuna, claro está), que posee siquiera cinco vocales y once consonantes. Así, es de ad­vertir, siempre desde el punto de vista fonológico que 66.66% de las palabras terminan en ooh y II. 11% en ow. Pero lo contrario, la W es más frecuentemente la inicial (38.88%) seguida de la H (27.77%). la B (16.66%). la Y (11.11%) y la O (5.55%). La gramática parece bastante cercana al chino; hasta donde puede afirmarse ante mate­rial tan restringido, no hay declinación ni conjugación. En cuanto a la sintaxis, ésta presenta ciertas particularidades típicas del inglés, por ejemplo: el giro interrogativo "Sujeto + ser + negación + adjetivo, ser + pronombre" se en­cuentra también en el lenguaje perro.

El hecho más notable es la existencia de un verbo "no ser": wooh, diferente del verbo "ser": hah. (Me permito re­cordar aquí que en el número 1 de mis Subsidia Pathaphy-sica propuse añadir al léxico francés palabras negativas formadas por la prefijación de la letra n en el caso de un vocablo que comience con una vocal; por ejemplo, "nétre" por "ne pas étre". Hamlet diría: "Étre ou nétre, voilá la question". O bien: "Hah... Wooh..."; pero Lewis Carroll no nos da el equivalente de "voilá" y "question" en lengua­je perro.)

¿Cuáles son las relaciones de este lenguaje perro ima­ginario con el lenguaje perro real? He aquí la cuestión, y es muy delicada. Carecemos de datos serios para resolver este problema, pero podemos establecer la comparación sobre un punto preciso: la proporción de palabras monosi­lábicas, disilábicas, etcétera. Francois Rostand (Dévelop-pement de l'aboi chez un jeune chien, méthodes d'étude et premiers resultáis. Journal de psychologie nórmale et patologique, abril-jumo de 1957) informa que en su sép­timo mes un cachorro de perro utiliza:

37% de monosílabos 35% de disílabos 27% de trisílabos 1% de tetrasílabos o más.

y encontramos en Lewis Carroll:

44.44% de monosílabos 44.44% de disílabos 11.11% de trisílabos 0% de tetrasílabos o más.

Las divergencias que se advierten podrían explicarse bien por el hecho de que los sujetos de Lewis son adultos, bien por la britanicidad de unos y la velchidad de los otros.

Para completar el tema, señalemos que el capítulo IV de Silvia y Bruno (continuación y final) se halla la palabra Bosh, que en "doggee" quiere decir "la misma cosa que en inglés", pero se pronuncia (por el Rey de los Perros) mitad como un tos (cough), mitad como un ladrido (bark).

No tuvimos en cuenta esta decimonovena palabra del lenguaje perro, cuya estructura parece que Lewis Carroll no pensó acordar con aquella, que tal vez había olvidado, de los vocablos citados en la primera parte de ese escrito.

Traducción: José de la Colina.
Tomado de Vuelta, número 20. México, julio 1978. p. 50.

1 comentario:

paul guillen dijo...

Gracias Gustavo Reátegui por prestarme ese número de Vuelta.

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