martes, 3 de octubre de 2006

Roberto Matta Echaurren: un poeta desconocido por Benedicto González Vargas


Hace pocos días atrás, en su edición 206 del 18 de agosto pasado(1), Gonzalo Contreras a través de la Revista de Libros de El Mercurio presentó al público chileno una primicia de impacto mundial: a fin de año aparecerá un nuevo tomo de la antología Poesía chilena desclasificada, y en ella aparecerá una serie de poemas de nuestro muy universal Roberto Matta.

Pintor notable, que hizo casi toda su carrera plástica y su fama en Europa, Chile siempre lo vio a la distancia y sólo en contadas ocasiones tuvimos la oportunidad de tenerlo cerca. Felizmente, tras el retorno de la democracia, en el año 1990, se le concedió el Premio Nacional de Arte, algo que su fama universal reclamaba demasiado en nuestra conciencia nacional y era menester resolver pronto, puesto que nuestros premios nacionales, sólo pueden otorgarse en vida.

Dicen los que saben —y yo lo repito de ellos— que los escritores chilenos conocían la poesía de Matta, pero no la tomaban en serio, seguramente porque el propio pintor no se consideraba a sí mismo como un poeta, pese a que alguna vez publicó unos versos suyos en italiano y francés, en revista de escasa circulación. Hombre de ideas claras y de verbo recio, no ocultó intereses y posturas políticas en sus versos, Contreras —el autor del artículo que comento—, recuerda los siguientes, escrito en Francia cuando en nuestra América las dictaduras militares eran casi el único paisaje político existente:

“Recado para los militares latinoamericanos,
degenerados generales
que por lo general generan
puras degeneraciones”

Imposible decirlo de manera más franca y directa. Impresionante en su sencillez, poderoso y notable ejemplo de aliteración y denuncia. Cuesta creer que hasta hoy permanezca inédito.

Hay quienes vinculan su expresión a una poesía más telúrica y folclórica, de potente raigambre popular entroncada con la tradición y a la altura de Víctor Jara, Patricio Manns o Violeta Parra. Sin embargo, producto de su escandalosa creatividad va inventando no sólo imágenes (no debemos olvidar que es gran pintor), sino también nuevas palabras(2).

Si hemos de creer en la historia de Matta debemos estar ciertos de que no tuvo afanes literarios, que no buscó convertirse en poeta y que, por lo tanto, sus versos son reflejo honesto y sincero de su intimidad, pero una detención consciente en ellos no puede menos que obligar a cualquier antologador e investigador de la literatura a integrarlo con honores a la enorme galería de lo mejor de nuestras letras. Refinado artista de vanguardias que es capaz de alzar el vuelo de la creatividad desde el alma popular de su Patria.

Quienes amamos el arte y especialmente el arte de la palabra, esta magia que evoca, convoca y provoca, esta suerte de vicio impune, como más de alguien lo ha motejado por ahí, no podemos menos que agradecer a aquellos que nos han regalado estos versos que la vida quiso esconder por allí. Nos han devuelto a un ilustre poeta chileno desconocido. A un notable artista al que vimos siempre entre pinceles en las alturas del Olimpo surrealista pero que, ignorábamos, también ascendía a esas alturas por el camino de las plumas y los folios de papel.

Eduardo Carrasco (3) ha conservado para el patrimonio histórico y cultural (no sólo de Chile, sino que del mundo) varias de sus creaciones literarias en versos originales de su puño y letra. Los Oráculos de Pan pan pan fueron escritos a mediados de los 80 y coinciden con la serie de Quijotes de su obra.

Porque nos parece necesario destacar esta faceta desconocida del gran artista y porque nos parece justo agregar a su nombre ya no sólo el adjetivo de gran pintor, sino que además el de gran poeta, agradecemos a todos los que han hecho posible conocer esta obra.

De sus extraordinarios poemas, estos versos notables:

Los oráculos de Pan pan pan

El tiempo no pasa para un reloj.
Para un reloj, el tiempo no pasa.

Desengañar la lengua es desatarla.

Con la imaginación del fuego
en el corazón humano los encuentros se transforman
en descubrimientos.

Sistemanar bien
en las manos de cada día
normándose en hornos
donde el yo se hace pan.

Pan:
escojo decir Pan
porque encierra el aplauso
al ruiseñor rocío
y la mejor vidriera
con el ritmo de
las naturalezas.

Los hombres aman a las mujeres porque se parecen al mar.

Angelicante ciencia,
cueva de abrazos donde el entendimiento entenderá
que es científico el caballo que abrocha claveles entre los hombres
en vez de alfombras y murmullos entre las estrellas.

Desterrarse en un entierro.

Lo irracional es racional porque ambiciona ambas ambiciones.

Para mudar las cosas
y dar crédito a tu trabajo
de hacerte una mejorada posada sin estrechez
no basta cambiar tu histórica luz interior,
centro de extranjeras amenazas:
debes andar sin comillas, en la simplicidad de todos,
como si fueras un punto.

Están viviendo un neolítico
en el que se va descubriendo nuestra naturaleza
como un terremoto que se ha roto la lengua.
La naturaleza nos parece que no se parece a lo real
que se aparece en lo que oímos de la vida,
y esta crisis hecatomba diluvios
y alrededor todo se metamorfea en todo.

Arte es inventarse con las propias palabras
aunque esto parezca una grosería
entre calmados calmadosos.
Contra su calma: el imprevisto.

Que el amor propio
ame el carácter y la persona del ser amado
y no sólo su desnudez bajando las escaleras
desvestida de reina
y rodeada de retratos de familia.

El alma es una olla
donde se cuecen los alimentos de nuestro entusiasmo
y con éste
crece abrazado y entregado el corazón.
Para que este corazón no desate nieves
sino un sol templado y un laurel de hojas
en el alma de la olla del alma
como en el hoyo de la guitarra
debe nacer la música que venza los infiernos
Así,
el puchero que el alma cocina
será sabrosa luz.

Vivir para aumentarnos,
para aumentar nuestro humanismo hasta que sea crónico.



Notas

1. Lamentablemente para nosotros, El Mercurio sólo muestra en su página web las últimas siete ediciones de su diario. Para acceder al archivo de números anteriores, hay que ser suscriptor del diario.
2.Dice Gonzalo Contreras que el vocablo “angelicante” es creación suya.
3.Ex integrante del grupo Quilapayún.


Tomado de http://www.letralia.com

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