(a un pez)
su cuerpo silencioso resuelve jugar palmo a palmo con la muerte
nunca sus ojos se deciden a acompañarme
es un discreto cuarto a oscuras
en el que se mancha uno
de no se sabe qué
(hamaca permanente de pelos irisados)
qué harás tú de tu cuerpo
sin sonido y sin sangre
al cual amo porque sí
irremediable y loco
¿sabrás que lo posees?
que es tuyo y sin embargo
mío lo siento
y mío lo padezco
Las manos que no tienes
me lastiman a veces
acariciando en vano
mi vientre mis espaldas
mis piernas separadas
¿puede el sol caer sobre los mares y apagarse
o incendiarlo todo
y revolcarse en las cenizas
muriéndose de sed
de luz?
Julia Ferrer (Lima, 1925-1995). Libros: Imágenes Porque Sí. Carátula de César Pereira. Lima: edición del autor, octubre de 1958; La Olvidada Lección de Cosas Olvidadas. Diseño: González. Lima: Ediciones Solisol, 1966 y Gesto [Poemas 1942-1981]. Fotografías y Dibujos de Carlos A. Ostolaza. Lima: tRpode Editores, marzo de 2004.
Un pájaro
Un pájaro toma su rumbo equivocado
imposible
su noción de equilibrio y de orientación es perfecta
un pájaro con símbolos secretos
pierde su armonía antigua
se renueva
puede volar en cualquier dirección
la necesaria
y más allá de los descubrimientos, sufrimientos,
clasificaciones, reglas y apellidos
más allá del cerebelo y de sus cálculos
trasgredir los cánones estudiados de la zoología
buscando el vuelo exacto para su sobrevivencia.
Lola Thorne (Lima, 1930-1990). Libros: Cuentos para Puck. Lima: UNMSM, 1951; De lunes a viernes. Lima: Imago, 1961; La edad natural. Prólogo de Manuel Bandeira. Ilustraciones de Carlos Alonso. Buenos Aires: Ediciones Zona, 1965 y El litigio de la noche. Prólogo de Enrique Molina. Dibujos de la autora. Lima: UNMSM, 1980.
Modulación Transitoria
La luz transita
con silencio propio
estrellándose en las cosas,
pan de oro, los cristales,
emblema fijo
que nos habla y despierta
a compartir la laxitud
y violencia del tiempo.
La gama del día
atraviesa la rosa
perfectamente bella
en su espacio relativo y discreto.
Vértigo es el dinámico vacío
que aviva la existencia,
incitándonos a recuperar
la interior materia.
Queda la rosa serena
como un ojo de niño.
Una puerta que al espacio infinito.
Modulando una forma que nada destruya.
Ella es distintamente clara,
como un corazón en la nada
pulsando la existencia.
Liberando imágenes
que atisban la memoria -
alguien a quien dejamos partir,
nuestro pie también en el estribo.
Los perfiles estrujantes
de un árbol que abre sus alas,
sus venas tramontando
verdes, amarillos,
sepias, tierras quemadas,
ultramares, magentas.....
Cecilia Bustamante (Lima, 1932 - Austin, Texas, 2006). Libros: Tres poetas [con Jorge Bacacorzo y Arturo Corcuera] (Lima, 1956), Altas Hojas (Lima, 1961), Símbolos del Corazón (Lima, 1961), Poesía (Lima, 1963), Nuevos Poemas y Audiencia (Premio Nacional de Poesía, Lima, 1965), El nombre de las cosas (Montevideo, 1970), Amor en Lima (Lima, 1983), Discernimiento (Editorial Premiá, México, 1983) y Modulación Transitoria (Ediciones Capulí, Lima, 1986).
Imagen Sideral
Nos pueblan los antiguos
Lovecraft
tus pingüinos del alba casi ciegos
las nebulosas del terror
tus cangrejos asmáticos
las simas donde el hombre
se acuclilla con la muerte
las garras de los bosques
sus dislocados árboles
y lo invisible
ataca
golpea
desde el ojo del pez
o el tentáculo de agua
Sólo un sueño fugaz distrae las esferas
el horror de los tiempos
acecha las estrellas
permanece
desboca las montañas
se retuerce en los vientos
cae el color del cielo
y un tiempo sin agujas
acuchilla el espacio
A través de las sombras
las cerebrales pulpas
la red de los insomnios
sólo huella y latido
Pululan los antiguos
Lovecraft
y no en tus ojos perfil de las montañas
ni en tu soledad acerada de espejos
ni en las rutas del mar
que abrasaron tus algas
sus huellas contenidas
en un clamor de estrellas
más allá de tus pasos recorrieron caminos
Pululan los antiguos
y sus huellas atacan
la diaria condición del espejo
y su faz de reflejos
sus faros invisibles
fotografían gestos y silencios
Lovecraft
Lovecraft
tus antiguos distantes
agazapados en cáscaras astrales
de vez en cuando tan sólo
sus pezuñas hendían en celo el universo
Ahora nos habitan
Corpúsculos de luna amasijan la arcilla
y las algas trascienden
y el pez lunar aguarda
Ahora
invernaderos de cristal donde las vísceras
son universos de espera
Atado el cordón umbilical de los cohetes
alguien se bebe a sorbos las noches
del espacio
descascara los astros
Se derrumban los cielos en espirales
diáfanas
pero no hay inocencia en el color del cielo
nadie pone en el fuego su mano
por la hierba
por el río
o la imagen
por la silla
o el pez
En los frutos del árbol se alimentó
la especie
y el fuego de la espada
nos abre el infinito
escama el aire
un ovni
la sibila espacial
quién sabe
una gaviota
tal vez
sólo el silencio
que talla sus cristales
Lovecraft
Lovecraft
nos pueblan los antiguos
la medusa innombrable
mientras Narciso bebe en aguas siderales
Carmen Luz Bejarano (Arequipa, 1933 - Lima, 2002). Libros: Abril y Lejanía. Prólogo de Alberto Escobar (Lima: Cuadernos del hontanar, 1961), Giramor (Lima: Imprenta de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 1961), Aracanto (Lima: Editorial Jurídica S. A., 1966), Juan Angurria (Lima, Ediciones Universidad Nacional de Educación, 1972), Furia de la arcilla (Lima: Cuadernos del hipocampo, 1977), Del amor y otros asuntos (Lima, Lluvia Editores, 1984), Tambor de luna (Lima: Instituto Nacional de Cultura, 1988), La Dama del Sosiego (Lima, Editorial Colmillo Blanco, 1991), Existencia en poesía (Lima: Carpe Diem Editora, 2000), este último libro reúne todos sus poemarios publicados hasta esa fecha.
UNA CULEBRA RODEA EL CUELLO DE LA RAÍZ
y diariamente la amamanta
La raíz desea cambiar de animal
un cura con collar de persianas
vestido de olas y zapatos de buey
La culebra tiene estalactitas que
bailan al horizonte del tomate
Ella tiene un alfiler con cabeza de automóvil
con él controla al mundo
lo convierte en una copa con plumas de metal
en un elefante con piernas de llave
en una bola de rayas
sin embargo
la raíz y la culebra parece que no se entienden
parece que no se entienden la raíz y la culebra
Mercedes Delgado (Cusco, 1939). Libro: Peces de betún (Lima, Ediciones Anteojos de Azufre, 1969. Reedición: Arequipa, Dragostea, 2008).
Pier Paolo
Rostro destrozado entre los cristales.
Trazas un signo y es nada frente al viento
que puede ser cruel en una ciudad desguarnecida.
Muerto de tristeza el día te descubre
con el cráneo deshecho por un adolescente.
Pero entonces un signo es más
que un conjunto de signos dibujando
las cosas innombrables
y la tarde o la noche son del color
del mar sobre tus manos celestes.
Enriqueta Belevan (Lima, 1944). Libros: Poemas al estilo de una pintura ingenua (Lima, Ediciones la Sagrada Familia, 1978) y Poemas de la bella pájara hornera 1966-1983 (Lima, Alfa, 1984).
Para borrar mis pecados
he lamido la punta del mal
lo mismo que hizo Eva
nuestras ansias acabaron succionando
las astas de los árboles
extrayendo gota a gota la savia del manzano
Para apartarme del mal
he atiborrado mis tinajas de recuerdos
soplando, invocando
sedas ignotas
que emanan de mi cuerpo
Para apartarme del mal
he añadido cada letra de tu cuerpo en mi cuerpo
tatuando cada imagen, cada aroma, cada signo en mi aliento
Para apartarme del mal
he recorrido el polvo desdibujado de la sombra.
Sui Yun (Iquitos, 1955). Libros: Cresciente (California, EEUU, 1977), Rosa fálica (Lima, 1983), Soy un animal con el misterio de un ángel (Lima, 1999) y Cantos para el mendigo y el rey (Wiesbaden, Alemania, 2000).
V
¿Por dónde proseguir ahora, Amado?
¿Qué versos cantarán de Tu dulzura?
Siendo esta voz que tengo tan impura
¿cómo he de realizar lo encomendado?
Pues no soy más que un charco aquí enlodado
y el tenue brillo esconde la atadura
Pesa tanto esta tierra que me dura
que me empozo, Señor, aunque inundado
He de esperar que llegue Tu corriente
y arrase con el barro que me abruma
hasta que limpia el agua no se asiente
sino corra cual río que perfuma
o si es Tu fuego el que me llega ardiente
me incendies en Tu amor y me hagas bruma
Inés Cook (1956): Libros: Ciudad Ausente (Lima, Ediciones Arybalo, 1978), Tránsito (Lima, 1987) y De La Soledad, el Misterio, el Gozo y la Agonía (Lima, Apatheia Ediciones, 2002).
Propuesta de Beatriz
Todavía siento esta melodía en la oscuridad
una partitura hecha trizas por familias
de músicos que ejecutan una justicia
sumaria en cada recodo de la urbe
¡cuánto castigo cabe en sus notas lejanas!
Esta augusta catalepsia tiene oídos
para olés y llantos
doquier reinan y dividen las leyes draconianas
contra el tararear furtivo
las reapariciones son
un remolino de hojas
que se revuelca
en el gris del otoño
duelo y vuelo en la santa madrugada,
ojeras de un sueño repleto de agitados acordes
de rencillas con el más allá porque la belleza
no cierre el paso a otras bellezas que se niegan
a marcar el compás,
que niegan el compás,
la maquina de incidentes entreteje
¡tantos ayes!
¡tantas manos retorciéndose en desesperados regazos!
esas voces atlánticas se agigantan por los ríos del aire
vuelve una rumba insomne a inundar la orilla del durmiente
nadie debe aferrarse así
a un estribillo
de palabras que no existen
nadie que no esté de más
de más y respirando el acontecimiento
que se extingue en la lejanía de un sonido
has de creer para sentir que tienes algo,
siendo el tener cada vez más decisivo,
y el sentir, apenas sombra del tener,
y no prosigo
es
evitar la sombra
tanto como
evitar la luz
Magdalena Chocano (Lima, 1957). Libros: Poesía a ciencia incierta (Lima, Safo editores, 1983), Estratagema en claroscuro (Lima, Instituto Nacional de Cultura, 1986), Poems read in London. Translations into English by Larissa Chaddick & William Rowe (Londres, La Yapa editors, 2003), Contra el ensimismamiento (partituras) (Barcelona, Ediciones Insólitas, 2005) y Otro desenlace (Barcelona Veer Books / Ediciones Insólitas, 2008).
Mi venganza, pequeño
Cuando trates de alejarte del contacto de estas partes
Retírate como se retiran las bestias asustadas: para no volver.
Desclava las manos de mi cuerpo y escucha bien
Todas mis indicaciones
Hombrecito infame.
Reconozco tu manera de durar sobre este feudo
Tu estricta manera de permanecer.
Seres más bellos
Con mil proposiciones dirán: probemos
Y yo no hallaré dónde recostar esta masa que llevo encima.
Mis manos descansarán, sí
Mis manos descansarán en las mejores bandejas del banquete
Y mi cuerpo será gozado
Trescientas veces más de lo que tú puedes
Imaginar
He ahí mi venganza, pequeño
He ahí mi goce.
Patricia Alba (Lima, 1960). Libro: O un cuchillo esperándome (Lima, Seglusa editores & Editorial Colmillo Blanco, 1988).
Cierto sopor en el que uno habita
Cerca al hastío y la belleza
Buscar sombra
Como labio y
Noche
Vacío
Ruido Ruido Ruido
***
Tormenta
Luz azul
O cuerpos encontrados en el abismo
Cuando Labio Nuca
Azul Palabras
Azul silencio
Castillo plateado
Adorable espada
Espléndida mano
No te detengas
Tatiana Berger (Lima, 1963). Libros: Preludio (Lima, 1996) y Delgadísima nube (Lima, 2001).
Quimérica trombosis
Como una ola
Los huesos se encumbran en marea roja
En un vórtice
En un lacónico aguacero
de corpúsculos licuados
La piel se desase y se congrega con el aire
Y el tejido escapa por los capilares
La piel es una delgada lámina
Y los vasos se entretejen bajo ella
Como una cresta
El tránsito se disipa en las arterias
Culmina languideciendo en los puertos solitarios del
diafragma
Es el corazón y sus solemnes atrios
Suspendido en las costillas como un trofeo de guerra
Es el corazón agigantado que contempla
La multitud que lo traspasa
El murmullo sensorial del espasmo
La célula meteórica
La sístole en cadencia
el gozo y el desahucio
En la membrana que lo envuelve posesiva
Está la contracción ambivalente de la sangre
Mirtha Núñez (Arequipa, 1971): Libros: Tierra láctea (Arequipa, AQP Libros, 2006) y Quimérica trombosis (Lima, Lustra, 2010).
CANTO CUARTO
(imágenes de la enterrada)
Y más he de huir de mi razón
De mi verdad bien servida
De mis brazos abrasivos
Y más he de encontrarme
La cruel. La que ama los rincones orillados. La victima de sí misma.
Cicatrices como lombrices vivas arrastran su fosforescencia en la memoria.
Dolor de la parturienta. Neuronas supurando detrás de la sutura.
Nacimiento de una idea abortada la víspera. La condenada y su re cuerdo
Muda vacía jirones de incendiadas palabras
Toda la soledad de ser perseguida por un rostro de trizada ave.
Toda la sensación de triturada lengua. Odas interiores que no salvan nada.
Destellos de incendio. Veladas imágenes que poseo.
Monstruosidades mías que no dan miedo.
Aletazos en la desesperación
Entrañas donde el corcel se pierde, Bosque encantado. Tan roja y cristal tus ramas, tus descensos. Todo enredado el pez boquea. Todo redada el pescador fosea. Anzuelos que tiendo mientras espero. Corcel hundiéndose en un mar de lágrimas que salpican tus hojas.
Entrañas para los perros.
Corazones disolviéndose en la cal de la fosa común
Todo es lo mismo. Oquedad de nuncas y siempres todo extremo en el centro es un despecho. La garza o el equilibrista ciego a orillas del estanque o al filo de la cuerda.
Todo es lo mismo. Salvación del vacío: El deseo es siempre hambriento.
Ángeles caídos en la fuente de los deseos
Han llegado. Cometa o pájaro sus transfiguraciones. Rumor húmedo en el sexo, sus mutaciones. Han llegado. Tuvieron sed. Sus manos escarbaron las arenas.
Latidos de agua entre las dunas ¿han llegado?
Alas envejeciendo en la fuente riente hablan del tiempo. Las tardanzas.
El sonido: saltado de tímpano para la muerte
Come sordera. Oído al tañido desteñido. Yanta sordera.
Que liberen los golpes secos. El desliz de un cuchillo al cortar la lengua.
El rayo que incendia mi cuerpo de madera. Que respiren afonía todas las palabras. Mudanza de voces, Llanto yanta sordera
Marioneta catatónica besando el aire
Mi titiritero envejece. Se le enredan los hilos, se duerme en otro cielo, olvida cuidarme. Muchas mañanas amanezco inerte, desesperada, mirando el cielo raso fijamente.
Cuando se habla de las palabras siempre los nudos son difíciles de desatar: Se demora el poema.
Virginia Benavides (Lima, 1976): Libro: Estrabismo (Lima: Dedo crítico editores, 2003).
su cuerpo silencioso resuelve jugar palmo a palmo con la muerte
nunca sus ojos se deciden a acompañarme
es un discreto cuarto a oscuras
en el que se mancha uno
de no se sabe qué
(hamaca permanente de pelos irisados)
qué harás tú de tu cuerpo
sin sonido y sin sangre
al cual amo porque sí
irremediable y loco
¿sabrás que lo posees?
que es tuyo y sin embargo
mío lo siento
y mío lo padezco
Las manos que no tienes
me lastiman a veces
acariciando en vano
mi vientre mis espaldas
mis piernas separadas
¿puede el sol caer sobre los mares y apagarse
o incendiarlo todo
y revolcarse en las cenizas
muriéndose de sed
de luz?
Julia Ferrer (Lima, 1925-1995). Libros: Imágenes Porque Sí. Carátula de César Pereira. Lima: edición del autor, octubre de 1958; La Olvidada Lección de Cosas Olvidadas. Diseño: González. Lima: Ediciones Solisol, 1966 y Gesto [Poemas 1942-1981]. Fotografías y Dibujos de Carlos A. Ostolaza. Lima: tRpode Editores, marzo de 2004.
Un pájaro
Un pájaro toma su rumbo equivocado
imposible
su noción de equilibrio y de orientación es perfecta
un pájaro con símbolos secretos
pierde su armonía antigua
se renueva
puede volar en cualquier dirección
la necesaria
y más allá de los descubrimientos, sufrimientos,
clasificaciones, reglas y apellidos
más allá del cerebelo y de sus cálculos
trasgredir los cánones estudiados de la zoología
buscando el vuelo exacto para su sobrevivencia.
Lola Thorne (Lima, 1930-1990). Libros: Cuentos para Puck. Lima: UNMSM, 1951; De lunes a viernes. Lima: Imago, 1961; La edad natural. Prólogo de Manuel Bandeira. Ilustraciones de Carlos Alonso. Buenos Aires: Ediciones Zona, 1965 y El litigio de la noche. Prólogo de Enrique Molina. Dibujos de la autora. Lima: UNMSM, 1980.
Modulación Transitoria
La luz transita
con silencio propio
estrellándose en las cosas,
pan de oro, los cristales,
emblema fijo
que nos habla y despierta
a compartir la laxitud
y violencia del tiempo.
La gama del día
atraviesa la rosa
perfectamente bella
en su espacio relativo y discreto.
Vértigo es el dinámico vacío
que aviva la existencia,
incitándonos a recuperar
la interior materia.
Queda la rosa serena
como un ojo de niño.
Una puerta que al espacio infinito.
Modulando una forma que nada destruya.
Ella es distintamente clara,
como un corazón en la nada
pulsando la existencia.
Liberando imágenes
que atisban la memoria -
alguien a quien dejamos partir,
nuestro pie también en el estribo.
Los perfiles estrujantes
de un árbol que abre sus alas,
sus venas tramontando
verdes, amarillos,
sepias, tierras quemadas,
ultramares, magentas.....
Cecilia Bustamante (Lima, 1932 - Austin, Texas, 2006). Libros: Tres poetas [con Jorge Bacacorzo y Arturo Corcuera] (Lima, 1956), Altas Hojas (Lima, 1961), Símbolos del Corazón (Lima, 1961), Poesía (Lima, 1963), Nuevos Poemas y Audiencia (Premio Nacional de Poesía, Lima, 1965), El nombre de las cosas (Montevideo, 1970), Amor en Lima (Lima, 1983), Discernimiento (Editorial Premiá, México, 1983) y Modulación Transitoria (Ediciones Capulí, Lima, 1986).
Imagen Sideral
Nos pueblan los antiguos
Lovecraft
tus pingüinos del alba casi ciegos
las nebulosas del terror
tus cangrejos asmáticos
las simas donde el hombre
se acuclilla con la muerte
las garras de los bosques
sus dislocados árboles
y lo invisible
ataca
golpea
desde el ojo del pez
o el tentáculo de agua
Sólo un sueño fugaz distrae las esferas
el horror de los tiempos
acecha las estrellas
permanece
desboca las montañas
se retuerce en los vientos
cae el color del cielo
y un tiempo sin agujas
acuchilla el espacio
A través de las sombras
las cerebrales pulpas
la red de los insomnios
sólo huella y latido
Pululan los antiguos
Lovecraft
y no en tus ojos perfil de las montañas
ni en tu soledad acerada de espejos
ni en las rutas del mar
que abrasaron tus algas
sus huellas contenidas
en un clamor de estrellas
más allá de tus pasos recorrieron caminos
Pululan los antiguos
y sus huellas atacan
la diaria condición del espejo
y su faz de reflejos
sus faros invisibles
fotografían gestos y silencios
Lovecraft
Lovecraft
tus antiguos distantes
agazapados en cáscaras astrales
de vez en cuando tan sólo
sus pezuñas hendían en celo el universo
Ahora nos habitan
Corpúsculos de luna amasijan la arcilla
y las algas trascienden
y el pez lunar aguarda
Ahora
invernaderos de cristal donde las vísceras
son universos de espera
Atado el cordón umbilical de los cohetes
alguien se bebe a sorbos las noches
del espacio
descascara los astros
Se derrumban los cielos en espirales
diáfanas
pero no hay inocencia en el color del cielo
nadie pone en el fuego su mano
por la hierba
por el río
o la imagen
por la silla
o el pez
En los frutos del árbol se alimentó
la especie
y el fuego de la espada
nos abre el infinito
escama el aire
un ovni
la sibila espacial
quién sabe
una gaviota
tal vez
sólo el silencio
que talla sus cristales
Lovecraft
Lovecraft
nos pueblan los antiguos
la medusa innombrable
mientras Narciso bebe en aguas siderales
Carmen Luz Bejarano (Arequipa, 1933 - Lima, 2002). Libros: Abril y Lejanía. Prólogo de Alberto Escobar (Lima: Cuadernos del hontanar, 1961), Giramor (Lima: Imprenta de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 1961), Aracanto (Lima: Editorial Jurídica S. A., 1966), Juan Angurria (Lima, Ediciones Universidad Nacional de Educación, 1972), Furia de la arcilla (Lima: Cuadernos del hipocampo, 1977), Del amor y otros asuntos (Lima, Lluvia Editores, 1984), Tambor de luna (Lima: Instituto Nacional de Cultura, 1988), La Dama del Sosiego (Lima, Editorial Colmillo Blanco, 1991), Existencia en poesía (Lima: Carpe Diem Editora, 2000), este último libro reúne todos sus poemarios publicados hasta esa fecha.
UNA CULEBRA RODEA EL CUELLO DE LA RAÍZ
y diariamente la amamanta
La raíz desea cambiar de animal
un cura con collar de persianas
vestido de olas y zapatos de buey
La culebra tiene estalactitas que
bailan al horizonte del tomate
Ella tiene un alfiler con cabeza de automóvil
con él controla al mundo
lo convierte en una copa con plumas de metal
en un elefante con piernas de llave
en una bola de rayas
sin embargo
la raíz y la culebra parece que no se entienden
parece que no se entienden la raíz y la culebra
Mercedes Delgado (Cusco, 1939). Libro: Peces de betún (Lima, Ediciones Anteojos de Azufre, 1969. Reedición: Arequipa, Dragostea, 2008).
Pier Paolo
Rostro destrozado entre los cristales.
Trazas un signo y es nada frente al viento
que puede ser cruel en una ciudad desguarnecida.
Muerto de tristeza el día te descubre
con el cráneo deshecho por un adolescente.
Pero entonces un signo es más
que un conjunto de signos dibujando
las cosas innombrables
y la tarde o la noche son del color
del mar sobre tus manos celestes.
Enriqueta Belevan (Lima, 1944). Libros: Poemas al estilo de una pintura ingenua (Lima, Ediciones la Sagrada Familia, 1978) y Poemas de la bella pájara hornera 1966-1983 (Lima, Alfa, 1984).
Para borrar mis pecados
he lamido la punta del mal
lo mismo que hizo Eva
nuestras ansias acabaron succionando
las astas de los árboles
extrayendo gota a gota la savia del manzano
Para apartarme del mal
he atiborrado mis tinajas de recuerdos
soplando, invocando
sedas ignotas
que emanan de mi cuerpo
Para apartarme del mal
he añadido cada letra de tu cuerpo en mi cuerpo
tatuando cada imagen, cada aroma, cada signo en mi aliento
Para apartarme del mal
he recorrido el polvo desdibujado de la sombra.
Sui Yun (Iquitos, 1955). Libros: Cresciente (California, EEUU, 1977), Rosa fálica (Lima, 1983), Soy un animal con el misterio de un ángel (Lima, 1999) y Cantos para el mendigo y el rey (Wiesbaden, Alemania, 2000).
V
¿Por dónde proseguir ahora, Amado?
¿Qué versos cantarán de Tu dulzura?
Siendo esta voz que tengo tan impura
¿cómo he de realizar lo encomendado?
Pues no soy más que un charco aquí enlodado
y el tenue brillo esconde la atadura
Pesa tanto esta tierra que me dura
que me empozo, Señor, aunque inundado
He de esperar que llegue Tu corriente
y arrase con el barro que me abruma
hasta que limpia el agua no se asiente
sino corra cual río que perfuma
o si es Tu fuego el que me llega ardiente
me incendies en Tu amor y me hagas bruma
Inés Cook (1956): Libros: Ciudad Ausente (Lima, Ediciones Arybalo, 1978), Tránsito (Lima, 1987) y De La Soledad, el Misterio, el Gozo y la Agonía (Lima, Apatheia Ediciones, 2002).
Propuesta de Beatriz
Todavía siento esta melodía en la oscuridad
una partitura hecha trizas por familias
de músicos que ejecutan una justicia
sumaria en cada recodo de la urbe
¡cuánto castigo cabe en sus notas lejanas!
Esta augusta catalepsia tiene oídos
para olés y llantos
doquier reinan y dividen las leyes draconianas
contra el tararear furtivo
las reapariciones son
un remolino de hojas
que se revuelca
en el gris del otoño
duelo y vuelo en la santa madrugada,
ojeras de un sueño repleto de agitados acordes
de rencillas con el más allá porque la belleza
no cierre el paso a otras bellezas que se niegan
a marcar el compás,
que niegan el compás,
la maquina de incidentes entreteje
¡tantos ayes!
¡tantas manos retorciéndose en desesperados regazos!
esas voces atlánticas se agigantan por los ríos del aire
vuelve una rumba insomne a inundar la orilla del durmiente
nadie debe aferrarse así
a un estribillo
de palabras que no existen
nadie que no esté de más
de más y respirando el acontecimiento
que se extingue en la lejanía de un sonido
has de creer para sentir que tienes algo,
siendo el tener cada vez más decisivo,
y el sentir, apenas sombra del tener,
y no prosigo
es
evitar la sombra
tanto como
evitar la luz
Magdalena Chocano (Lima, 1957). Libros: Poesía a ciencia incierta (Lima, Safo editores, 1983), Estratagema en claroscuro (Lima, Instituto Nacional de Cultura, 1986), Poems read in London. Translations into English by Larissa Chaddick & William Rowe (Londres, La Yapa editors, 2003), Contra el ensimismamiento (partituras) (Barcelona, Ediciones Insólitas, 2005) y Otro desenlace (Barcelona Veer Books / Ediciones Insólitas, 2008).
Mi venganza, pequeño
Cuando trates de alejarte del contacto de estas partes
Retírate como se retiran las bestias asustadas: para no volver.
Desclava las manos de mi cuerpo y escucha bien
Todas mis indicaciones
Hombrecito infame.
Reconozco tu manera de durar sobre este feudo
Tu estricta manera de permanecer.
Seres más bellos
Con mil proposiciones dirán: probemos
Y yo no hallaré dónde recostar esta masa que llevo encima.
Mis manos descansarán, sí
Mis manos descansarán en las mejores bandejas del banquete
Y mi cuerpo será gozado
Trescientas veces más de lo que tú puedes
Imaginar
He ahí mi venganza, pequeño
He ahí mi goce.
Patricia Alba (Lima, 1960). Libro: O un cuchillo esperándome (Lima, Seglusa editores & Editorial Colmillo Blanco, 1988).
Cierto sopor en el que uno habita
Cerca al hastío y la belleza
Buscar sombra
Como labio y
Noche
Vacío
Ruido Ruido Ruido
***
Tormenta
Luz azul
O cuerpos encontrados en el abismo
Cuando Labio Nuca
Azul Palabras
Azul silencio
Castillo plateado
Adorable espada
Espléndida mano
No te detengas
Tatiana Berger (Lima, 1963). Libros: Preludio (Lima, 1996) y Delgadísima nube (Lima, 2001).
Quimérica trombosis
Como una ola
Los huesos se encumbran en marea roja
En un vórtice
En un lacónico aguacero
de corpúsculos licuados
La piel se desase y se congrega con el aire
Y el tejido escapa por los capilares
La piel es una delgada lámina
Y los vasos se entretejen bajo ella
Como una cresta
El tránsito se disipa en las arterias
Culmina languideciendo en los puertos solitarios del
diafragma
Es el corazón y sus solemnes atrios
Suspendido en las costillas como un trofeo de guerra
Es el corazón agigantado que contempla
La multitud que lo traspasa
El murmullo sensorial del espasmo
La célula meteórica
La sístole en cadencia
el gozo y el desahucio
En la membrana que lo envuelve posesiva
Está la contracción ambivalente de la sangre
Mirtha Núñez (Arequipa, 1971): Libros: Tierra láctea (Arequipa, AQP Libros, 2006) y Quimérica trombosis (Lima, Lustra, 2010).
CANTO CUARTO
(imágenes de la enterrada)
Y más he de huir de mi razón
De mi verdad bien servida
De mis brazos abrasivos
Y más he de encontrarme
La cruel. La que ama los rincones orillados. La victima de sí misma.
Cicatrices como lombrices vivas arrastran su fosforescencia en la memoria.
Dolor de la parturienta. Neuronas supurando detrás de la sutura.
Nacimiento de una idea abortada la víspera. La condenada y su re cuerdo
Muda vacía jirones de incendiadas palabras
Toda la soledad de ser perseguida por un rostro de trizada ave.
Toda la sensación de triturada lengua. Odas interiores que no salvan nada.
Destellos de incendio. Veladas imágenes que poseo.
Monstruosidades mías que no dan miedo.
Aletazos en la desesperación
Entrañas donde el corcel se pierde, Bosque encantado. Tan roja y cristal tus ramas, tus descensos. Todo enredado el pez boquea. Todo redada el pescador fosea. Anzuelos que tiendo mientras espero. Corcel hundiéndose en un mar de lágrimas que salpican tus hojas.
Entrañas para los perros.
Corazones disolviéndose en la cal de la fosa común
Todo es lo mismo. Oquedad de nuncas y siempres todo extremo en el centro es un despecho. La garza o el equilibrista ciego a orillas del estanque o al filo de la cuerda.
Todo es lo mismo. Salvación del vacío: El deseo es siempre hambriento.
Ángeles caídos en la fuente de los deseos
Han llegado. Cometa o pájaro sus transfiguraciones. Rumor húmedo en el sexo, sus mutaciones. Han llegado. Tuvieron sed. Sus manos escarbaron las arenas.
Latidos de agua entre las dunas ¿han llegado?
Alas envejeciendo en la fuente riente hablan del tiempo. Las tardanzas.
El sonido: saltado de tímpano para la muerte
Come sordera. Oído al tañido desteñido. Yanta sordera.
Que liberen los golpes secos. El desliz de un cuchillo al cortar la lengua.
El rayo que incendia mi cuerpo de madera. Que respiren afonía todas las palabras. Mudanza de voces, Llanto yanta sordera
Marioneta catatónica besando el aire
Mi titiritero envejece. Se le enredan los hilos, se duerme en otro cielo, olvida cuidarme. Muchas mañanas amanezco inerte, desesperada, mirando el cielo raso fijamente.
Cuando se habla de las palabras siempre los nudos son difíciles de desatar: Se demora el poema.
Virginia Benavides (Lima, 1976): Libro: Estrabismo (Lima: Dedo crítico editores, 2003).
2 comentarios:
Mi sagrada Patricia Alba
Estrabismos, valioso post :D
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