Jorge Pimentel publica En el hocico de la niebla, un poemario de sobrevivencia frente a la miseria humana
La aparición de un nuevo poemario de Jorge Pimentel es todo un acontecimiento. Al poeta, uno de los miembros más emblemáticos de Hora Zero, no le invade la obsesión por publicar; sus libros se van gestando durante muchos años antes de ver la luz. En el hocico de la niebla (Ediciones El Nocedal, 2007) rompe un silencio editorial de diez años.
Correo: ¿En qué momento deciden fundar Hora Zero?
Jorge Pimentel: Cuando vimos que la poesía peruana estaba estancada y había que darle mayor movimiento. Lo que hicimos fue darle una identidad nacional a nuestra poesía, alejarla de una frondosa hierba inglesa, francesa. Y meternos en lo nuestro, en nuestros mitos, nuestras leyendas, nuestra calle, nuestro lenguaje, nuestras provincias. Y a partir de allí, ser universales.
C: ¿Qué significó “Palabras urgentes”, aquel mítico manifiesto?
JP: “Palabras urgentes” es el acta de liberación de la poesía peruana. Creo que a partir de allí la poesía se libera. Nosotros nunca hemos pretendido ser un partido político, sólo hemos trabajado en la poesía. Liberar la poesía peruana es proyectarla, hacer que avance. Y creo que con Hora zero la poesía avanza, avanza en lenguaje, en naturaleza, en la manera de interpretar la poesía.
C: Existe una anécdota conocida de un duelo poético entre Antonio Cisneros y tú en el INC, con simulacro de asesinato incluido...
JP: Cisneros venía de Europa y nosotros habíamos sacado “Palabras urgentes”. El dijo que no le interesaba, que ese manifiesto estaba escrito con los pies. Vino entonces el duelo verbal a través de la prensa. Y yo lo reté a un duelo poético que se realizó en el INC que dirigía José Miguel Oviedo. Yo tenía debajo de la camisa un tomate y le dije a un amigo, a quien le compré una pistola de fogueo, “mira, cuando yo diga tal verso, tú te paras entre el público y me disparas”. Entonces yo, en ese momento, aplastó el tomate y me tiro al suelo. Y la gente creía que era verdad, porque era una época muy jodida, era la época de Velasco.
C: Era un contexto movido el que enfrentó Hora Zero en los setenta...
JP: Nos hemos peleado, nos hemos trompeado, agarrado a silletazos, a patadas y puñetes, nos hemos peleado con manifiestos. Porque los partidos de izquierda querían tener poetas en sus filas, pero que escriban una poesía panfletaria. Y utilizaban a los jóvenes poetas para que escriban panfletariamente. Y Hora Zero jamás atracó con eso. Y eso la gente debe reconocerlo.
C: ¿Eres un obsesionado de la corrección? Lo pregunto porque tus libros tienen intervalos muy largos.
JP: Mis libros los escribo en dos o tres meses. Los guardo dos años y luego los reviso, y si el lenguaje está acorde lo guardo un año más. Al tercer año lo saco para empezar a corregirlo, y eso dura más o menos cuatro años. No me preocupa publicar, me preocupa escribir, esa es la aventura maravillosa.
C: ¿Cómo ubicas En el hocico de la niebla en relación a los anteriores?
JP: Siempre he escrito presionado por hacer un gran libro. Pero este libro, que ha salido publicado en una edición tan cuidada y estética por el editor Walter Noceda, lo escribí sin presión, de manera tranquila. Busqué un estado de niño para mirar las cosas con más calma, como el agua que discurre por un riachuelo.
C: ¿Qué plantea este libro?
JP: Es un libro de sobrevivencia y trinchera frente a las miserias humanas, frente al vacío y a la muerte. Se trata de un libro de honestidad, de creatividad, que busca la verdad del poema. Un libro de aventura del lenguaje.
C: Se trata de un libro en donde a pesar del paisaje sombrío el yo poético irradia esperanza...
JP: Es la resistencia frente a un momento de soledad, donde todo muere, donde no hay fe, donde parece que todo está marchito. Entonces el poeta resiste con la poesía, con esas ansias de vida y amor desde su propia fragilidad y temblor. Y el poeta sigue caminando.
C: Finalmente, ¿cómo recibiste la inesperada desaparición de José Watanabe?
JP: Pepe Watanabe, gran poeta y gran amigo. Con estos días que están pasando se me hace más difícil no tenerlo, aunque sea al otro lado del teléfono. Pero su poesía es la que nos va a mantener siempre unidos con él.
MAS DATOS
Jorge Pimentel reeditará Ave soul, incluyendo diez poemas inéditos de aquella época y un prólogo del desaparecido escritor chileno Roberto Bolaño.
TOMADO DE CORREO (LIMA, 06-05-2007)
La aparición de un nuevo poemario de Jorge Pimentel es todo un acontecimiento. Al poeta, uno de los miembros más emblemáticos de Hora Zero, no le invade la obsesión por publicar; sus libros se van gestando durante muchos años antes de ver la luz. En el hocico de la niebla (Ediciones El Nocedal, 2007) rompe un silencio editorial de diez años.
Correo: ¿En qué momento deciden fundar Hora Zero?
Jorge Pimentel: Cuando vimos que la poesía peruana estaba estancada y había que darle mayor movimiento. Lo que hicimos fue darle una identidad nacional a nuestra poesía, alejarla de una frondosa hierba inglesa, francesa. Y meternos en lo nuestro, en nuestros mitos, nuestras leyendas, nuestra calle, nuestro lenguaje, nuestras provincias. Y a partir de allí, ser universales.
C: ¿Qué significó “Palabras urgentes”, aquel mítico manifiesto?
JP: “Palabras urgentes” es el acta de liberación de la poesía peruana. Creo que a partir de allí la poesía se libera. Nosotros nunca hemos pretendido ser un partido político, sólo hemos trabajado en la poesía. Liberar la poesía peruana es proyectarla, hacer que avance. Y creo que con Hora zero la poesía avanza, avanza en lenguaje, en naturaleza, en la manera de interpretar la poesía.
C: Existe una anécdota conocida de un duelo poético entre Antonio Cisneros y tú en el INC, con simulacro de asesinato incluido...
JP: Cisneros venía de Europa y nosotros habíamos sacado “Palabras urgentes”. El dijo que no le interesaba, que ese manifiesto estaba escrito con los pies. Vino entonces el duelo verbal a través de la prensa. Y yo lo reté a un duelo poético que se realizó en el INC que dirigía José Miguel Oviedo. Yo tenía debajo de la camisa un tomate y le dije a un amigo, a quien le compré una pistola de fogueo, “mira, cuando yo diga tal verso, tú te paras entre el público y me disparas”. Entonces yo, en ese momento, aplastó el tomate y me tiro al suelo. Y la gente creía que era verdad, porque era una época muy jodida, era la época de Velasco.
C: Era un contexto movido el que enfrentó Hora Zero en los setenta...
JP: Nos hemos peleado, nos hemos trompeado, agarrado a silletazos, a patadas y puñetes, nos hemos peleado con manifiestos. Porque los partidos de izquierda querían tener poetas en sus filas, pero que escriban una poesía panfletaria. Y utilizaban a los jóvenes poetas para que escriban panfletariamente. Y Hora Zero jamás atracó con eso. Y eso la gente debe reconocerlo.
C: ¿Eres un obsesionado de la corrección? Lo pregunto porque tus libros tienen intervalos muy largos.
JP: Mis libros los escribo en dos o tres meses. Los guardo dos años y luego los reviso, y si el lenguaje está acorde lo guardo un año más. Al tercer año lo saco para empezar a corregirlo, y eso dura más o menos cuatro años. No me preocupa publicar, me preocupa escribir, esa es la aventura maravillosa.
C: ¿Cómo ubicas En el hocico de la niebla en relación a los anteriores?
JP: Siempre he escrito presionado por hacer un gran libro. Pero este libro, que ha salido publicado en una edición tan cuidada y estética por el editor Walter Noceda, lo escribí sin presión, de manera tranquila. Busqué un estado de niño para mirar las cosas con más calma, como el agua que discurre por un riachuelo.
C: ¿Qué plantea este libro?
JP: Es un libro de sobrevivencia y trinchera frente a las miserias humanas, frente al vacío y a la muerte. Se trata de un libro de honestidad, de creatividad, que busca la verdad del poema. Un libro de aventura del lenguaje.
C: Se trata de un libro en donde a pesar del paisaje sombrío el yo poético irradia esperanza...
JP: Es la resistencia frente a un momento de soledad, donde todo muere, donde no hay fe, donde parece que todo está marchito. Entonces el poeta resiste con la poesía, con esas ansias de vida y amor desde su propia fragilidad y temblor. Y el poeta sigue caminando.
C: Finalmente, ¿cómo recibiste la inesperada desaparición de José Watanabe?
JP: Pepe Watanabe, gran poeta y gran amigo. Con estos días que están pasando se me hace más difícil no tenerlo, aunque sea al otro lado del teléfono. Pero su poesía es la que nos va a mantener siempre unidos con él.
MAS DATOS
Jorge Pimentel reeditará Ave soul, incluyendo diez poemas inéditos de aquella época y un prólogo del desaparecido escritor chileno Roberto Bolaño.
TOMADO DE CORREO (LIMA, 06-05-2007)
2 comentarios:
no entiendo porque tiene que darle a la poesía una identidad nacional,
cuando creo que es fruto de cada autor, y como dijo Borges:
"...porque todos es abstracción y cada uno es verdadero"
en fin
yo no tengo ni la más mínima idea de lo que estoy hablando
un saludo
Pero cada autor no escribe "en el aire" sino que se ve mediado por las practicas sociales, economicas y politicas, en el sentido, que dice Jorge se refiere a la representacion de un habla migrante, periferica, descentrada, que no encuentra en la urbe otra forma que vivir en lo inarmonico y la locura, tantas veces hemos soportado mirar a poeticas extranjeras (como un snobismo) y nunca hacia dentro, pues tenemos una tradicion hegemonica que todos conocemos y una tradicion de los margenes como Churata por ejemplo.
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