Víctor Coral
No sé cómo estará la novela aún inédita de nuestro blogger-crítico-cinéfilo-poeta astro-narrador-futbolero-comentarista anónimo Gustavo Faverón. Como no la he leído, no puedo prejuzgarla. Pero sí podemos darnos cuenta de que lo que hace el popular "Juan Pérez" en poesía ni siquiera es malo. Es mediocre. Hay poemas muy malos de, por ejemplo, Alberto Hidalgo, que reflejan una suerte de interesante "antitalento". Aquí ni siquiera eso. Los poemas de Faverón no dicen nada, no funcionan, y parecen un discurso solipsista impotente para llegar al otro, al lector. Una pura mediocridad, laxa y grisácea. En fin. ¿Así que ese era el origen de todo?
El descubrimiento de los "poemas" y el texto de abajo son del siempre despierto poeta y contudente blogger Rodolfo Ybarra. Juzguen sus oídos.
HAGAMOS UN ESPACIO PARA EL HUMOR INVOLUNTARIO DEL PEQUEÑO SALTAMONTES DE MAINE
x Rodolfo Ybarra
Cuando alguien opina de literatura (y lo hace tan insistentemente desde un lugar aparentemente apoltronado de "crítico literario" o "profesor de literatura") se supone, se sobreentiende (o connota) que detrás de cada palabra, detrás de cada idea puntillosa hay un respaldo no solo académico, lectural, sino que el posible escritor en realidad escribe "bien" y no es un payaso imitador tautológico o inventor de la pólvora en una fiesta patronal.
Qué pasa cuando el crítico literario encona sus apreciaciones desde su frustración como escritor, desde su rabia y su odio hacia algo que él mismo no ha podido ser: un escritor. Qué pasa, cuando, en efecto, el supuesto crítico ha publicado poemas, cuentos, ensayos, etc., con una calidad muy inferior a lo "malo", abajo del límite de lo "presentable". Con qué cara le puede decir a un escritor: "escribes mal, eres mediocre, etc.,". si él mismo es un escritor mediocre, con qué cara le puede decir a alguien que es un mal poeta cuando él mismo es un POETASTRO, alguien que no ha podido superarse ni vencerse a sí mismo. Con razón Oscar Wilde decía que los críticos son como los eunucos: "saben cómo hacerlo pero no pueden hacerlo".
Entonces entendemos que la autoridad de este capitoste no proviene de la escritura o de la lectura sino de un punto secreto de la soberbia o la ignorancia, desde algún lugar de la rabia y de la impotencia ante el verdadero escritor que siempre, pero siempre, lo mirará con lástima (y lo ayudará a rehabilitarse, si es que él se lo permite).
Aquí unos poemas (de humor involuntario) y un par de conceptos (verdaderamente fronterizos y futboleros) del crítico literario Gustavo Faverón aparecidos en la revista "Alfareros". Poesía del 80 y que corresponden a su libro inédito "Alejandro Selkirk" (cuyo naufragio –el real, no el del libro posible– inspiró a Daniel Defoe para la creación de Robinson Crusoe; pero ese es otro cantar y otras aguas, aquí no hay océano). En un principio traté de hacer un análisis de esos "poemas", pero eso sería como construir una máquina compleja para aplastar a un coleóptero.
Dejo la posibilidad, cómo no, de ponerle un burro a la cola:
No sé cómo estará la novela aún inédita de nuestro blogger-crítico-cinéfilo-poeta astro-narrador-futbolero-comentarista anónimo Gustavo Faverón. Como no la he leído, no puedo prejuzgarla. Pero sí podemos darnos cuenta de que lo que hace el popular "Juan Pérez" en poesía ni siquiera es malo. Es mediocre. Hay poemas muy malos de, por ejemplo, Alberto Hidalgo, que reflejan una suerte de interesante "antitalento". Aquí ni siquiera eso. Los poemas de Faverón no dicen nada, no funcionan, y parecen un discurso solipsista impotente para llegar al otro, al lector. Una pura mediocridad, laxa y grisácea. En fin. ¿Así que ese era el origen de todo?
El descubrimiento de los "poemas" y el texto de abajo son del siempre despierto poeta y contudente blogger Rodolfo Ybarra. Juzguen sus oídos.
HAGAMOS UN ESPACIO PARA EL HUMOR INVOLUNTARIO DEL PEQUEÑO SALTAMONTES DE MAINE
x Rodolfo Ybarra
Cuando alguien opina de literatura (y lo hace tan insistentemente desde un lugar aparentemente apoltronado de "crítico literario" o "profesor de literatura") se supone, se sobreentiende (o connota) que detrás de cada palabra, detrás de cada idea puntillosa hay un respaldo no solo académico, lectural, sino que el posible escritor en realidad escribe "bien" y no es un payaso imitador tautológico o inventor de la pólvora en una fiesta patronal.
Qué pasa cuando el crítico literario encona sus apreciaciones desde su frustración como escritor, desde su rabia y su odio hacia algo que él mismo no ha podido ser: un escritor. Qué pasa, cuando, en efecto, el supuesto crítico ha publicado poemas, cuentos, ensayos, etc., con una calidad muy inferior a lo "malo", abajo del límite de lo "presentable". Con qué cara le puede decir a un escritor: "escribes mal, eres mediocre, etc.,". si él mismo es un escritor mediocre, con qué cara le puede decir a alguien que es un mal poeta cuando él mismo es un POETASTRO, alguien que no ha podido superarse ni vencerse a sí mismo. Con razón Oscar Wilde decía que los críticos son como los eunucos: "saben cómo hacerlo pero no pueden hacerlo".
Entonces entendemos que la autoridad de este capitoste no proviene de la escritura o de la lectura sino de un punto secreto de la soberbia o la ignorancia, desde algún lugar de la rabia y de la impotencia ante el verdadero escritor que siempre, pero siempre, lo mirará con lástima (y lo ayudará a rehabilitarse, si es que él se lo permite).
Aquí unos poemas (de humor involuntario) y un par de conceptos (verdaderamente fronterizos y futboleros) del crítico literario Gustavo Faverón aparecidos en la revista "Alfareros". Poesía del 80 y que corresponden a su libro inédito "Alejandro Selkirk" (cuyo naufragio –el real, no el del libro posible– inspiró a Daniel Defoe para la creación de Robinson Crusoe; pero ese es otro cantar y otras aguas, aquí no hay océano). En un principio traté de hacer un análisis de esos "poemas", pero eso sería como construir una máquina compleja para aplastar a un coleóptero.
Dejo la posibilidad, cómo no, de ponerle un burro a la cola:
(…) "El fútbol es la literatura más social que encuentro. Pero en nuestro país toda literatura está condenada a la eterna crisis. El triunfo es moral, como Cueto, el poeta de la zurda" (sic. Gustavo Faverón)
Hormiga
Tu mano que describe
la órbita
de mi cuerpo
luneciendo va.
Bajo
nuestro hoyo en la tierra
plateadas bailan
las mil patitas:
puede cada una
caminar por mis raíces
marrones
y extendidas
sin tocar las tuyas,
árbol
a.2
No me enamoré
en primera
de las piedras
redondas
se me fue
la cadena
del abuelo
bajo un espigón
para botes
pobres
por la respiración
inmensa
de la playa
en otro lecho
los pasos del agua
allá al fondo
la última vuelta
del mar.
Que el silencio y la madera
se lleven las piedras
y caminen los mares
sin hacer ningún ruido.
Epílogo
Y vive Dios
Solitario
en las partes
donde no
vive
el hombre
1.
Y en torno a esto
Nada ha brotado.
"The English Army
Had just won the war"
Lennon & Mac Cartney
Imagen: OCRAM
5 comentarios:
Estimado Guillén, ¿podrías comentar esos poemas? Creo que tienes suficiente conocimiento sobre poesía como para decir porqué son tan malos (que es lo que yo creo). Saludos de un asiduo de tu blog... aunque no figure en esa lista...
hay dos tipos de literatos. Los críticos(pasivos) y los escritores -poetas y narradores- (activos). No es novedad que un crítico nunca llegue a crear gran cosa, su cabeza está llena de ideas en frío, son, como bien dicen, eunucos creativos. En cambio los escritores son de sangre caliente, su locura, muchas veces, les impide darse cuenta de lo que en realidad hacen, pero muchas veces, cuando se enfrían pueden también actuar como críticos. La insuficiencia del primero sobre lo segundo, y viceversa, permite que se integre un mundo racional (ideas) e irracional(obras) en armonía.
Sin el crítico no habría un recuento de los daños. Sin los escritores los otros son innecesarios.
"...Los críticos(pasivos) y los escritores -poetas y narradores- (activos)..."
¿Y los dramaturgos dónde quedamos?
Por favor, expliquen quién es faverón, qué cosa hace aparte de escribir esto que publican
Si permiten mi opinión, creo que no debemos juzgar el intento poético del Sr. Faveron, en realidad no todos podemos ser poetas, ni todos podemos ser bomberos, cada quien nace con una opción de vida. Le toco ser crítico literario, y al margen que lo haga mal o bien, vive de eso (creo) y eso ya es bastante.
Por otro lado quien en su jodida existencia no ha escrito un poema de jovenzuelo, y años después se ha reido de ello. Yo lo hice.
Yo aún lo hago.
En tiempos no muy lejanos los poetas de sangre quemaban o rompian sus poemas "no logrados".
Rulfo definia a este tipo de poemas "pecados juveniles". Y todos pasamos por eso, a no ser que seas un Borges que escribía poemas y cuentos a las 13 años. Pero de esas mentes nacen dos por siglo.
Somos seremos comunes y normales y enrostrarle unos poemas adolescentes a faverón no es la mejor forma de criticarlo.
Ybarra es un poeta, Faveron es un crítico y hace su chamba, imagino que tiene el conocimiento necesario para hacerño, y no lo estoy defendiendo, me da igual finalmente. Lo digo porque yo en mi inmadurez tambien rascaba poemas de ese tipo (creo que aún lo sigo haciendo).
Saludos
Chinasklauzz
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